Desde mis ojos, cada persona es un universo por descubrir, un mundo lleno de misterios y maravillas. Aquí, las estrellas, meteoritos, cometas y agujeros negros no son solo fenómenos lejanos, sino parte de nuestra realidad cotidiana. Algunos pueden crear mundos, mientras que otros pueden destruirlos.

Yo tengo tres mundos: el primero es la persona más hermosa que he visto, con quien comparto un lazo indestructible. El segundo son las personas que estuvieron conmigo cuando mi primer y tercer mundo no estaban. Y el tercero es mi favorito, el era un enigma fascinante que provocaba en mi misterio y fascinación, era como un meteorito que cae a la Tierra.

Verlo era como presenciar un meteroide desde algún lugar de la tierra, unos 17.000 meteoritos caen al año pero ninguno era él, el es como presenciar un fenómeno celestial, algo que sucede una vez al año, pero que requiere esfuerzo y dedicación para ser visto. Cuando se trataba de él quería ser un telescopio para poder observarlo aunque fueran unos segundos quería atraerlo hacia mí como la gravedad terrestre atrae a los meteoroides.

Pero sé que no puedo retenerlo, que su gravedad me convertirá en polvo y hielo aunque me negaba a aceptarlo, muy en mis adentros lo sabía.

La luna salía y yo solo podía verla, buscar la estrella más brillante cerca de ella y pedir precensiar ese fenómeno celestial aunque sea unos segundos, la luna era más que un satélite terrestre, la luna y el reloj marcaban el inicio de mi espera y mis súplicas para verlo.

7:00pm
-Por favor ven, llega, necesito verte- me decía en mis adentros, rezaba internamente para ver a mi mundo.

las manecillas del reloj avanzaban

8:00pm
-Por favor ven- rogaba en mis adentros, acaso mi mundo me había remplazado por alguien que si pudiera ser un mundo para el y no solo un meteoroide en proceso de destrucción.

-No vendrá- me dijo mi segundo mundo.

Mordía mis labios y cerraba fuerte los ojos intentando ignorarla pero el nudo en mi estómago ya estaba, el agujero negro ya estaba plantado y mis esperanzas, mi espera y súplicas estaban cayendo en él.

Aun así, quiero ser fuerte -Un mundo que no se desmorona fácilmente- me repetía en mi cabeza tratando de luchar contra ese agujero negro.

Quiero ser su luna, su compañera constante, aunque sé que para él solo soy un meteorito en proceso de destrucción.

Cuando la luna brilla sobre mi hogar, cuando la estrella más brillante está cerca de ella, cuando el reloj marca las 7pm, espero que él venga, que se digne a visitarme, que recuerde mi existencia, espero volverme su mundo. Pero las manecillas del reloj siguen avanzando, y mi tercer mundo no llega.

Y yo sigo siendo un meteorito, un mundo en proceso de destrucción.