Narra Aioria:

Ya no sentía al santuario como un lugar seguro para mí, no puedo estar en un ambiente dónde me recuerden que mi hermano mayor Aioros era un traidor aunque todo esto de las guerras santas hallan terminado y que gracias al acuerdo que los dioses habían hecho con la diosa Athena todo estaba en paz eso no cambia nada para mí; aún sentía aquel vacío cuando tenía tan solo 7 años cuando mataron a sangre fría a mi hermano mayor al igual que me golpeaban recordándome que mi hermano mayor era un traidor. A causa de eso no confíe en nadie dentro del santuario al igual que ví como mi hogar había cido quemado frente a mis ojos, estaba solo valiendome por mi cuenta aguantando los acosos de todo tipo por parte de todos en el santuario; lo peor fue lo que el me hizo después de que obtuve la armadura dorada de Leo después de ese horrible día jure que no me volverían a hacer más daño y que no sería débil ante nadie nunca más.

Pero aunque me mantenga firme en mis palabras y cumpliera con todo lo que me ordenen, no tenía la fuerza suficiente para seguir adelante pero todo cambio cuando estaba en las tierras asgardianas; en ese lugar sentí en mi pecho que pertenecía ahí pero mi vida en ese lugar duro lo mismo que las flamas de aquel reloj de fuego en el santuario. Por primera y última vez pude sonreír de verdad en un lugar que por poco tiempo lo sentí como mi hogar. Cuando volvimos a la vida algo en mi interior cambio al igual que mi manera de ver todo en el santuario y a todos los que conozco en el, tengo decidido lo que haré ahora en adelante; no tendré remordimiento de mi decisión quiero volver a sentirme libre como cuando estaba en las tierras asgardianas pero está ves quiero conocer más de este mundo.

Aioria:*se sube al barco*(ya no ahí marcha a tras, total a nadie le importa si ya no estoy en el santuario...)

Veía como de apoco el barco en el que estoy se hiba alejando cada ves más de Grecia, lágrimas amargas caían de mis ojos me hubiera gustado mucho que alguien se hubiese molestado en estar en el muelle para despedirse de mi creo que eso no va a pasar ni siquiera a quien amaba en secreto le hubiera importado ya que solo tiene ojos para alguien más y ese alguien no soy yo; creo que puedo ver al igual que siento como la armadura dorada de Leo es la única que se lamenta por mi partida.

Aioria:perdóname armadura de Leo, no puedo llevarte conmigo; tu deber es estar en el santuario para servir a Athena...*saluda al aire*algún día nos veremos otra vez mi leal y único amigo...

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