Capítulo 7: Pequeña invasión.
-Megara- dijo la pelirroja que estaba al frente de mi, sus ojos denotaban sorpresa, tras cerrar la puerta me acerque a paso lento hasta donde ella se encontraba- ¿Hija, que haces aquí?
-Yo... Quería hablar contigo- dije nerviosa, la mujer acorto la distancia que nos separaba dándome un fuerte abrazo, cuando por fin se separo de mi, tomo mis manos y me guió hasta la esquina de su habitación, donde habían dos pequeños sillones junto a una mesita.
-¿De que quieres hablar?- pregunto con una sonrisa luego de que nos sentáramos, mire sus manos que aun sostenían las mías.
-Di... Cuentame sobre papá... Y Nixie- aquellos ojos violetas me miraron sorprendidos, ella sabia que no recordaba nada y yo esperaba que pudiese contarme las cosas que Graham no me había dicho aún.
-¿Acaso Graham no te lo ha dicho aún?- pregunto sin soltar mis manos, no me sentía incomoda con ella, pero si estaba algo nerviosa, no sabia si la mujer que tenia delante de mis ojos me contaría las cosas que aquel tipo no quería que yo supiese.
-Bueno, me ha contado parte de la historia de Merlín, también sobre la diferencia entre hechiceros y brujos- dije dubitativa- Pero... La chica esta, Destiny... No, digo, ehm Adara, ella me guió hasta aquí, dijo que yo debía saber la verdad.
La pelirroja se quedo pensativa, decidiendo si decirme o no la verdad, mordí mi labio nerviosa, en verdad quería que ella me contase todo y a la vez no, ¿que pensaría Graham de todo esto? ¿y porque yo me estaba preguntando eso? Solo no tenia que pensar en Graham, en su brillante cabellera negra, en sus ojos los cuales te desnudaban con solo posarse en ti... Me di cuenta hacia donde se dirigían mis pensamientos y sentí un escalofrío.
-Esta bien- dijo ella haciendo que volviese a ponerle atención- Como ya te habrá dicho Graham, tú eres una descendiente directa de Merlín, el mago más poderoso de Ealdor- quería interrumpirla, para preguntarle porque era descendiente directa de él, pero mejor me mantuve callada escuchando lo que ella decía- Pues veras, tú padre, era el nieto de Merlín, el único hijo de tú abuela Muriel- no podía creerlo, ¿mi padre era el nieto de Merlín? Estaba realmente sorprendida - Cuando me case con tú padre y tuve a Myles, creí que todo seguiría normal, pasaron algunos años y volví a embarazarme, después de nueve meses las tuve a ustedes.
-¿Con nosotras... Te refieres a que Nixie y yo somos gemelas?- pregunte sorprendida, pues no había pasado por mi cabeza el tener una gemela, la pelirroja asintió- ¿Y donde esta ella... Y papá?
-Ellos...- bajo su mirada por unos segundos, vi como su labio inferior temblaba levemente, cuando volvió a mirarme tenia los ojos cristalizados - Murieron.
-¿Muertos? ¿están muertos?- sentí que mi pecho se oprimía un poco, tal vez yo no recordaba nada, pero al parecer mi cuerpo lo hacía- ¿Cuando y como murieron?- la pregunta la hice al recordar que Graham y los demás me estaban ocultando muchas cosas, ¿y si era por esto? ¿yo en verdad quería saber la respuesta?
Las manos de la mujer temblaron ligeramente, en este punto temía lo peor, la mujer abrió su boca para contestar pero una figura que conocía muy bien apareció en frente de ésta y a su lado estaba la chica que me había traído donde mi madre, Adara se volteo a verme, como siempre estaba seria, pero ahora podía notar algo de molestia en su pequeño rostro.
-Graham - dijo mi madre con evidente sorpresa.
-Zora - por su voz sabia que él estaba molesto - Ariadna, lleva a Meg a su habitación- dijo con tono áspero, Ariadna, la cual se encontraba bajo el marco de la puerta me sonrió cuando alce la vista para verla.
Quería quejarme, pero el ambiente estaba horriblemente pesado y yo estaba aún algo aturdida por todos los pensamientos que atacaban mi mente, antes de que la rubia me lo pidiera, camine por su lado dejando la estancia, caminaba en silencio escuchando solo el sonido de los tacones con cada paso que dábamos, en eso estaba cuando de pronto la marca que yacía en mi muñeca izquierda comenzó a quemarme, levante la mano mirando aquella marca que en este momento estaba roja.
-Algo no esta bien- murmuré volteando para ver a Ariadna, antes de mencionarle lo de la marca, vi a lo lejos en el pasillo que dos hombres se acercaban a gran velocidad, la muchacha al ver mi rostro volteó cuando los sujetos estaban a menos de un metro de distancia.
-¡Son brujos! - sin voltear a verme, volvió a hablar- ¡Corra princesa! Yo los detendré, la alcanzaré enseguida.
-¿Que? Espera...- iba a replicarle, se veía tan frágil al lado de aquellos bribones, ¿huir decía? ¿y si le pasaba algo a ella?
Escuche un suave murmullo, la chica hizo un ademán con la mano hacia donde yo me encontraba, haciendo así que un viento inexistente me arrastrara hasta el final del largo pasillo, al golpear mi espalda contra el muro, aquel hechizo desapareció y por ende caí sobre mis rodillas, me levante adolorida, quería volver a donde se encontraba Ariadna, pero, ¿no me convertiría en una completa molestia si lo hacía? Por el rabillo del ojo pude ver como una silueta se acercaba, no tenia necesidad de voltearme a ver ya que la marca en mi mano quemaba demasiado como para no saber que lo que se acercaba no era nada bueno, corrí por el pasillo vacío que estaba a mi izquierda, corrí tan rápido, abrí una de las puertas, vi al fondo del pequeño pasillo aquella puerta negra, si iba a morir de todos modos, pues por lo menos prefería morir en un lugar lindo, sin darle más vueltas al asunto me apresure a cruzar la extraña puerta negra.
Sentí la puerta cerrarse tras de mi, asustada corrí lo más que pude alejándome de aquella puerta, ya cansada después de correr por tanto tiempo, me deje caer en la delicada hierva verde, cerca de un enorme árbol el cual estaba al lado de un pequeño riachuelo.
-¿Que haces aquí otra vez?- me incorpore velozmente, mientras miraba con ojos asustados a mi nuevo acompañante, él me miraba sin expresión alguna en aquel bello rostro.
-Yo... Me estaban siguiendo, ellos me querían hacer daño- murmure las ultimas palabras, solo para cerciorarme revise mi muñeca, la marca había cambiado de color a uno mas verdoso, verde es cuando hay alguien en quien puedes confiar, me repetí las palabras dichas por Graham.
-¿Y aún te siguen?- preguntó con la misma cara de poker que le había visto desde un comienzo, ¿cuando me volvería a mostrar su sonrisa?
-No lo se, luego de salir por esa puerta, yo... Yo solo corrí hasta que dejo de quemar- mencione.
-¿Dejo de quemar?- preguntó por fin teniendo una pequeña reacción de confusión.
-Si, me refiero a esta marca- dije mostrando la muñeca izquierda, él la miro curioso.
-Había leído de eso antes, pero no creí que fuera real- dijo sentándose a mi lado.
-Para mi también fue una sorpresa- confesé mirando aquella marca, iba a preguntarle algo, pero él me interrumpió.
-Shh, alguien se acerca- dijo mirando por sobre su hombro, la marca se volvió amarilla y tan rápido como había llegado este color, el color rojo hizo acto de presencia en menos de un chasquido, tuve miedo y quise levantarme para salir corriendo, pero la mano del chico me lo impido, mire aterrada la mano que sostenía mi brazo, cierto, él era un brujo, ¿y si sólo me estaba entreteniendo hasta que sus compañeros llegaran? -Quedate quieta y no hagas ruido- le hice caso al segundo ya que estaba muy asustada como para hacer algo más, escuchaba los pasos de aquellos tipos, cada vez se sentían más cerca, hasta que los escuche justo detrás de mi, no quería voltear, solo esperaba que si tenia que morir, que fuese rápido y en lo posible sin dolor, estuve conteniendo el aliento mientras pensaba en las maneras horribles en las que podían matarme- Ya se fueron.
-¿Qué?- dije incrédula, por fin soltando el aire contenido, me voltee lentamente hasta ver que detrás de nosotros no había nadie, ¿como era posible? Yo los había escuchado, justo ahí- ¿Como...?
-Magia- se explico, me di cuenta que él aún me estaba afirmando del brazo, mire aquella mano por unos segundos, él pareció darse cuenta y me soltó.
-¿Magia?- pregunte cuando él saco su mano- ¿Porque?
-¿Porque qué?- pregunto de vuelta.
-¿Porque me ayudaste?- él me quedo mirando por unos largos segundos.
-¿Porque no lo haría?- lo mire incrédula.
-Eres un brujo- murmure bajando la mirada.
-No lo soy- respondió sorprendiéndome.
-¿No lo eres?... Pero tus ojos son dorados.
-No solo son dorados- dijo mirándome directo a los ojos, tenia razón, igual a la vez pasada, podía ver que en aquel color dorado, había una parte de violeta.
-Es cierto- dije mirando sus bellos ojos -¿A que se debe?- decidí preguntar.
-Al parecer no te han dado toda la información - dijo subiendo un poco sus piernas y apoyando su codo derecho en su rodilla derecha, luego dejo reposar su barbilla en la palma de su mano - Bueno, como sabrás los brujos tienen los ojos dorados y los hechiceros los tienen violeta, pero como ves yo tengo ambos colores, eso es porque soy un mago.
¿Un mago? ¿era enserio? Primero hechiceros y brujos... ¿y ahora también magos? Esto era taaaan extraño.
-¿Me saldrás con que hay diferencia entre estos tres?- pregunte confundida, pude ver como ligeramente, la comisura de su labio subía, en una casi imperceptible sonrisa, que se asomaba por fin a su cara de poker.
-Pues son diferentes- alce las cejas a modo de pregunta a las que él respondió enseguida- Veamos, todos nacimos con los ojos de ambos colores, pero depende de como sea tu corazón- lo mire extrañada- A ver, lo explicaré de otra manera, primero: los hechiceros son puros de corazón y pueden usar magia a través de encantamientos, pueden odiar a alguien, pero si su odio no es justificado su color de ojos se tornada dorado, por segundo, los brujos: ellos son... "Malos", no son puros, están manchados, y al estar sucios no pueden usar encantamientos, pero pueden usar pociones y algunos encantamientos prohibidos, por todo ello sus ojos se vuelven dorados...
-Creo que lo estoy entendiendo... Pero, ¿que hay de los magos?- pregunte curiosa- Ah, y también conocí a una chica de ojos casi blancos- dije recordando a Adara.
-Es a lo que iba, el tercer punto, los magos: no solo su corazón es puro, también su alma, ellos poseen la capacidad de hacer magia sin necesidad de encantamiento.
-Wow eso es genial- dije volviendo a interrumpir, mordí mi labio para quedarme callada.
-Si, pero también es algo peligroso- dijo con su rostro algo ensombrecido.
-¿A que te refieres?- pregunte.
-Por muy puros que sean, son muy sensibles, si algo muy malo les llega a pasar, fácilmente se pueden volver magos oscuros.
-¿Magos oscuros?- pregunte al darme cuenta que eso del Mago oscuro lo había escuchado en la historia que me había contado Graham.
-Si, pongamos un ejemplo, si el hijo de un mago muere, o más bien lo matan, el mago quedara tan afectado que su conciencia se desconectara, recurrirá a encantamientos prohibidos, los cuales nadie sabe...
-Pero si nadie sabe... ¿como..?
-Eso no lo se, pero dicen que los encantamientos llegan a su cabeza a pesar de nunca haberlos leído, al usar esos encantamientos dañaría a mucha gente, lo que provocaría que su corazón y su alma se oscurezcan, sus ojos se vuelven negros y es muy difícil detenerlos- me quede pensando en aquello que había dicho el chico en frente de mi.
-¿Y no hay posibilidades de que vuelva a ser como antes?- pregunte algo angustiada.
-Solo si es en el momento de su conversión, de lo contrario es imposible.
-Ya veo- dije mirando el riachuelo.
-Y sobre la chica de ojos blancos- menciono y yo enseguida volví mi mirada a él- Es debido a que es la oráculo.
-¿La oráculo?- pregunte estupefacta, ¿Adara era la oráculo?
-Si, ya que ellos ven el futuro o parte de el, sus ojos se tienden a volver demasiado claros, casi blancos- dijo viéndome con su pálido rostro inexpresivo, yo estaba atónita, no lo podía creer, todo este tiempo había tenido cerca a un oráculo, ¿era por eso que ella me había dicho que debía saber la verdad? Claro, ella debía saber que algo malo pasaría en el futuro, por eso yo necesitaba mis poderes y recuerdos de vuelta- El tiempo se acabo.
-¿Que?- pregunte confundida, él se puso de pie y al chasquear sus dedos una puerta como las del templo apareció frente a nuestro ojos, el chico se volteo y estiro su mano, la tome levantándome lentamente.
-Es hora de que regreses al templo- abrió la puerta e hizo un gesto con la cabeza para que entrase- Hasta pronto Megara- se despidió mientras hacia que caminara dentro de aquella habitación, me voltee a verlo y él esbozo una sonrisa.
-Pero... ¿y tú?- me atreví a preguntar, su sonrisa dejaba ahora ver su perfecta dentadura, él soltó mi mano antes de contestar.
-Yo vivo de este lado, pero puedes venir a verme cuando quieras y espero que en esa ocasión no te estén siguiendo- antes de poder preguntarle nuevamente su nombre, él movió su mano y la puerta se cerro, la abrí al instante pero solo pude ver uno de los pasillos del templo, cerré la puerta mientras expulsaba el aire que había estado conteniendo, la puerta se volvió a abrir haciendo que yo diera un brinco.
-Meg, ¿donde estabas?- dijo un confuso Graham, parpadee unos segundos, él se veía realmente preocupado.
-Yo...- ¿debía decirle lo del mago? No, esta vez lo dejaría pasar- Estaba escondida.
-¿Donde? Te buscamos por todo el templo y no te hayamos- se puso serio adentrándose a la habitación.
-Estaba en el armario- mentí - Me fui a esconder a Narnia.
-¿Como?- pregunto alzando una ceja, sonrei por un segundo- Me estas...
-Graham- era ahora o nunca, y esta vez si lo haría, no importaba ya nada, no solo yo estaba en peligro, si no que todos en en templo- Devuelveme mis recuerdos, ¿si?- dije con voz suave, él se sorprendió.
-Es que...- lo interrumpí.
-No importa lo que haya pasado, ni lo que haya hecho, lo soportare todo- dije tratando de que mi voz no temblara, si, me daba miedo saber lo que había hecho, pero ya no tenia otra opción, no podía seguir ignorando las cosas que estaban pasando.
-Yo...
-Por favor- suplique mirándole a los ojos, él los cerro mientras pasaba su mano por su rostro.
-Esta bien- me volvió a mirar pero esta vez estaba con un semblante extraño- Pero sera de apoco, si te devuelvo todo en este instante te desmayaras y no sabemos cuando despertaras.
-Bien- Graham se acerco a mi y tomo mi mano derecha, con la palma hacia arriba él comenzó a "escribir" sobre esta con su dedo índice, mientras murmuraba algo en otro idioma -Iterum constituetur in taenias perpurgat magicae, quod est in principle: aperi oculos tuos, et vide circa vos sentio iterum magicis hoc mundo, quod non rediit hac pristini magicae Elymas magus nunc- lo escuchaba atentamente mientras veía como él seguía "escribiendo" en la palma de mi mano- Repite después de mi.
-¿Eh?- cuando comenzó a hablar trate de repetir lo que oía, pero ya que estaba en otro idioma apenas y lo lograría.
*Versùs orientem ventis entrelancense nunc huc venire memoriam, alis aer memoriam da mihi, ut videatur meo animo id quod vere factum est*
Repetimos aquel encantamiento dos veces y al terminar, me sentía pesada, mi respiración se volvió agitada al igual que mi pulso se volvió más rápido.
-Ahora acerca tu mano hasta tus labios y has como si comieras de ella- ¿Hablaba enserio? Por su cara seria supe que en verdad tenia que hacer tal cosa, lleve mi mano a mis labios y me "comí" aquellas cosas que había puesto en mi mano, luego de hacer esto todo se volvió oscuro, vaya, después de todo si me desmayaría.
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Glosario:
*Iterum constituetur in taenias perpurgat magicae, quod est in principle- aperi oculos tuos, et vide circa vos sentio iterum magicis hoc mundo, quod non rediit hac pristini magicae Elymas magus nunc: Recuperas la magia que en un principio tenias, abre los ojos y mira a tu alrededor, siente de nuevo este mundo mágico, que se le sea devuelta la magia a este ex hechicero ahora.
*Versùs orientem ventis entrelancense nunc huc venire memoriam, alis aer memoriam da mihi, ut videatur meo animo id quod vere factum est: Vientos del este entrelancense aquí, que los recuerdos lleguen ahora, aire de los recuerdos dame alas, para ver en mi mente lo que pasó en realidad.
N/A:
Hola, espero que la historia les este gustando 😊
♠HarunaNanami😘
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