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Capítulo 14: Vacíos.

Habíamos zarpado ya hace tres días, tres días en que Graham me había estado ignorando. Lo más extraño era verlo usar guantes, estábamos en verano, ¿Por qué diablos estaba usando guantes? como sea. Había estado también cerca de Litsa, pero aún así no había tenido la oportunidad de hablar con ella.

—¿Estas bien?— Myles se acercó a mí.

—Si— fue lo único que dije, estaba en la popa del barca apoyada en el barandal mirando el agua azul-verdosa — ¿Has podido hablar con Graham?

—Si, aunque a estado algo ocupado, ¿porque? ¿aún no ha hablado contigo?— me preguntó a lo que yo negué con la cabeza.

—Creo que me ha estado ignorando— murmuré, el alzo su mano y desordeno mi cabello.

—Tranquila, estoy seguro de que encontraras una manera de hablar con él — dijo antes de irse, él tenía razón, ya se me había ocurrido que hacer.

Luego de que todos cenáramos, nos fuimos cada quien a su cuarto, yo por mi parte seguí a Graham al de él, me escondí atrás de un barril enorme que estaba en el pasillo y esperé tranquila a que Ares y Myles pasaran a sus cuartos para poder actuar. Cuando el pasillo estuvo desierto, salí de mi escondite, me acerque hasta la puerta del cuarto de Graham y entre sin tocar, tal vez debí de haber tocado, puesto que ahora tenía a un sensua... Digo, a Graham semidesnudo delante de mis ojos. Él se volteo a ver quien irrumpía en su habitación y al verme fruncio el ceño, nunca pensé que Graham tenía un tan buen cuerpo, creo que era mejor que el del Thor, y habló del actor, ese que estuvo en la película con el mismo nombre, esa que vi con las chicas en el planeta tierra.

—¿Que haces aquí?— preguntó mientras se ponía la camisa.

—Yo.. — carraspee ya qué la voz me había fallado un poco — Necesitó hablar contigo, pero me has estado evitando, ¿porque?

—Tengo cosas importantes qué hacer — hablo algo molesto, me cruze de brazos.

—Ahora no estas ocupado así qué podemos hablar — él suspiro rendido, se sentó en su cama y me hizo un gesto para qué me sentara en la silla que estaba a un lado.

—¿De que quieres hablar?

—Primero, tengo una duda, ¿que haces usando guantes en verano? ¿es una nueva moda?— él me miró a los ojos por unos segundos antes de cerrarlos y suspirar.

—Si es de eso de lo que quieres hablar entonces sera mejor que te vayas — dijo poniéndose de pie.

—¡No!— me levante enseguida y lo empuje para que se volviera a sentar, él me miró bastante sorprendido— Esta bien, dejemos de lado lo de los guantes.

—Ok — murmuró, me volví a sentar en donde había estado segundos antes.

—Yo... Recordé algo — Graham me miró algo preocupado.

—¿Que recordaste?— preguntó, mordí mi labio inferior algo nerviosa.

—Litsa — dije, él fruncio el ceño sin entender — Es una bruja, ¿porque no me lo dijiste?¿como es posible que ahora tenga los ojos de una hechicera?¿es tú mejor amiga?¿porque ahora no..?

—Alto ahí, me vas a marear con tantas preguntas — me interrumpió, suspiro otra vez antes de contestar — Si, Litsa es mi mejor amiga y es una bruja, la conozco desde que somos niños, ella no es mala. Por si es eso lo que te preocupa.

—¿Y sus ojos?

—Es por una poción, al decirte que los brujos te querían muerta, creímos que tener una bruja cerca de ti te asustaría, es por eso que Lit hizo una poción para que el color de sus ojos no se vean como el de una bruja y si como los de una hechicera — asentí entendiendo más o menos lo que me decía, bueno, en los últimos recuerdos, me llevaba bien con ella.

—Una cosa más — dije mirando el feo suelo del barco — Recordé la muerte de mis abuelos.

—¿Estas bien? — preguntó con un pequeño tono de preocupación, alce la vista para verlo.

—¿Cuando me ibas a decir que soy tan peligrosa? Lo último que recuerdo fue que mate a todos esos brujos, pero tú me detuviste, ¿como?— él paso una de sus manos enguantadas por su rostro.

—Solo te hice dormir antes de que te convirtieras por completo — murmuró, se levanto un segundo y se acerco a mí — ¿Estas segura de que estas bien?

—Si lo preguntas, por si siento ganas de entrar en modo loca, pues no, estoy bien. Aunque aún tengo una duda, porque... — sentí un dolor punzante en la cabeza, Graham se veía doble por un momento, hasta que todo comenzó a ser borroso — No otra vez — fue lo último que alcance a susurrar antes de desmayarme. Ambrus pagaría por esto.

***

Esto era extraño, demasiado diría yo. Desde hace como una semana la gente del pueblo hablaba sobre dos personas que ni siquiera conocía y lo más raro era que se callaban cuando me veían, claramente eso no era todo, también estaba el hecho de que mis padres habían decidido cambiarse a un pueblo muy lejos de aquí. Y lo peor de todo esto, era que sentía que algo me faltaba, más bien olvidaba. Habían pequeños, grandes vacíos en mi memoria. Pero vamos que no era tonta, sabía quien tenía una respuesta a mis preguntas, por eso estaba de camino a buscarlo.

Era un maldito fastidio tener que buscarlo por todos lados, pero bueno, que él no vivía por el pueblo, más bien era del pueblo vecino, del mismo donde vivía Adara. Al llegar al pueblo luego de una hora a caballo, le pregunté a la primera persona que vi por él idiota de mi novio, la señora amablemente me dijo donde vivía, por lo que fui hasta su casa. Cuando encontré la endemoniada casa, desmonte a Lluvia y la ate a un tronco, camine hasta la puerta y toque un par de veces.

Ya voy— se escucho desde dentro — ¿Qué haces aquí? — dijo el idiota a mi espalda, di un brinco del susto.

Idiota, no hagas eso— le reclame, él sonrió burlón antes de desaparecer y abrir la puerta desde el interior de la casa, en serio odiaba que hiciera eso.

—¿Que te trae a mi humilde hogar Princesa?— preguntó Graham mientras ingresaba en el lugar, me voltee quedando de frente a él.

Necesito saber— dije frunciendo el ceño, él arqueo una ceja.

¿EL qué?

¿Quienes son Muriel y Xylon?— lo vi asombrarse y luego fruncir él el ceño.

¿Porque lo preguntas?— preguntó él a su vez.

He escuchado cosas por el pueblo, y ahora también mis padres han decidido que nos iremos a vivir lejos. Graham, se que algo extraño pasa, tengo vacíos en la mente y estoy casi segura que los que llenaban esos vacíos eran las personas de las que se ha estado hablando— dije algo agobiada por la situación, Graham en todo momento estuvo con el semblante serio.

Meg, no puedo decírtelo— dijo aún serio.

Maldita sea, tienes que decírmelo. Se que el responsable de estos vacíos eres tú, pero ¿porque? ¿Qué es lo que olvide? ¿Por qué no quieres decírmelo? ¿por que estamos huyendo? — estaba enojada, lo sentía, sentía que esas personas eran importantes para mí, él no podía simplemente borrar a personas de mi mente como si nada— ¡Habla maldita sea!

Son tus abuelos, y no, no te devolveré sus recuerdos, es mejor que olvides eso— ¿mis abuelos? ¿él había borrado a mis abuelos de mi memoria?

¿Por qué? ¿por qué los borraste? dame una maldita explicación Graham— él paso una de sus manos por la parte externa de su cuello.

Por qué, es un recuerdo peligroso y sumamente doloroso para ti— dijo con voz triste, yo quería saber que había pasado, tenía el derecho de saberlo.

Tú no tienes derecho a quitarlos de mí memoria, yo soy la única que decide sobre mí — él masajeo sus sienes con ambas manos a los costados de su frente— Devuélvemelos.

Lo siento, no puedo hacerlo— respondió, apreté la mandíbula, estaba tan furiosa con él por lo que estaba haciendo.

Bien — me di la vuelta para irme, al tomar el pomo de la puerta y abrirla me detuve antes de salir— Que sepas, que lo nuestro termina aquí— solté esas palabras antes de salir y cerrar de un portazo.

Caminé hasta donde había dejado a Lluvia, la desamarre y la monte, quería volver a casa. Todo esto era un dolor en el trasero, estaba enfadada con Graham y en parte el enfado era por lo que había terminado con él, pero también era el hecho de que nos íbamos a ir muy lejos de estos pueblos, era inútil seguir saliendo con alguien a quien no vería tal vez nunca más.

*"*

Llevábamos ya dos meses viviendo en Villa Esperanza, el lugar era tranquilo, aburrido diría yo, pero a mi familia le gustaba, así que no me quejo, bueno, no mucho. Ya me había acostumbrado un poco a los vacíos en mi mente, sabía por las escenas que recordaba aunque a estas les faltaran personas, que entrenaba con uno de mis abuelos, y seguiría haciéndolo ahora, aunque fuera sola. Aunque sola sola no estaba, había conocido a un chico que sabía usar una espada, por lo que le había pedido que entrenara conmigo. A mi familia no se lo podía pedir, ya que papá trabajaba y mamá no sabía nada sobre espadas o combates, Myles, él era bastante idiota como para cortarse solo por tomar una maldita espada y ni hablar de Nixie, ella no tomaría una espada aunque su vida dependiera de ello.

Concéntrate Megara— alcance a esquivar el filo de la espada, había estado tan cerca de mí bello rostro, me aleje unos pasos del chico y moví la muñeca de la mano con la que sostenía la estada.

Tranquilo Dion, ¿o es que quieres dañar a una bella dama?— él sonrió.

Me molestaría dañar a una bella dama, por eso debes prestar más atención a lo que hacemos, no divagues en tus pensamientos y concéntrate en el combate— asentí levemente con la cabeza y sonreí, el pelinegro me caía bien, aunque era muy distinto a Graham, ¡maldición! ¿Por qué seguía comparando a todos los chicos con Graham? ni que fuera tan guapo, ¡maldita sea! ¿Por qué tenía que ser tan malditamente guapo el imbécil? ¿Cómo demonios iba a olvidarlo así?

Dion se adelanto otra vez para poder atacarme, nuestras espadas chocaron haciendo un fuerte ruido. Con mi pierna derecha le di una patada en el interior de su pierna derecha por lo que perdió el equilibrio y término con esa rodilla en el suelo, empuje su espada y puse la mía bajo su cuello.

—Tú pierdes — dije con una sonrisa.

—Bien, ahora aleja tu espada de mi cuello — hice como si lo pensaba y luego envaine mi espada, le tendí una mano para ayudarlo a levantarse.

—Bloede — le dije, él alzo una ceja sin entender, había olvidado que en este pueblo no había nadie que supiese Seidca.

—¿Que? — preguntó Dion, negué con la cabeza.

—Nada, olvidalo, ¿nos vemos mañana a la misma hora?— el asintió mientras sacudía su ropa — Bien, hasta mañana.

Me despedí, él movió su mano y luego lo vi envainar su espada. Maldita sea, en este lugar ni siquiera había una Ninfa cerca, ninguna criatura, tan solo aburridos hechiceros. Extrañaba mi hogar, pero al parecer no podríamos volver ahí, me acerque hasta Lluvia y la acaricie un momento, aparte de mi familia ella era la única que me había seguido hasta este horrendo lugar.

Si no fuera por las horas que pasaba entrenando con Dion, esto sería tan aburrido, lo bueno es que lo había conocido y él era un buen amigo. Monte a Lluvia y emprendí el viaje de vuelta a casa, no es que estuviese tan lejos, pero hábitos preferido ir al bosque para practicar y así no molestar a nadie. Lluvia se detuvo de repente, se notaba asustada, aún no se oscurecía pero yo podía sentir un mal presentimiento, sobre todo porque últimamente me había dado cuenta que cada vez que la estúpida marca en mi muñeca se ponía roja, era por que algo malo pasaría.

Estuve atenta a mi alrededor, y a la vez trate de calmar a Lluvia, acaricie su blanco pelaje y bajo mi tacto ponía sentir como sus músculos se crispaban, ¿que podía asustar tanto a un caballo? En un momento Lluvia se puso peor y término votandome, la vi perderse rápido por el camino, me levante con dificultad ya que me dolía la espalda por la caída. Puse mi dierstra en la empuñadura de la espada, estaba lista para atacar, solo debía aparecer lo que fuera que me estaba asechando.

—Maldita sea — dije al ver de reojo a un maldito fuego fatuo.

Esas malditas cosas no se podían vencer con magia, mucho menos con una espada. Solté la espada y puse ambas manos hacía el frente, quería mantener esa cosa lejos de mí, ¿que hacía un maldito fuego fatuo por este lugar? La siniestra cosa comenzó a entonar una melodías canción, lleve mis manos a mis oídos para taparlos, no, esta vez no caería, cerre los ojos por un segundo, repasaba en mi mente lo que había aprendido sobre las creativas de Eris, si, había forma de alejar a un fuego fatuo, congelándolo o deteniendo el tiempo, maldita sea, no me sabía ninguno de esos hechizos.

—¡Alejate de mi maldita cosa!— grité, si solo Graham estuviera aquí, claro, Graham, ¿que era lo que había dicho él para espantar uno de estos? Trate de recordarlo, demonios, él solo lo había insultado, esa cosa no lo había afectado, por eso es que se había ido.

Bien, estaba perdida, la gran y poderosa descendiente de Merlín seria asesinada por un estupido y maldito fuego fatuo. Su canto era cada vez más alto, podía escucharlo claramente, baje mis manos al centirme en trance, esta cosa ya me tenía en su poder. Comencé a seguir al fuego fatuo, ¿porque mierda no me sabía esos malditos hechizos que hubiesen evitado que cayera nuevamente en esto?

—¡Meg!— escuche a lo lejos, liego escuche el sonido del galope de un caballo, cuando el sonido fue acercándose más y más, pude escuchar cuando el caballo se detuvo y su jinete lo desmontó — ¡Alejate de mi hermana, va!

Gritó mi bella y delicada hermana, estaba realmente sorprendida, el maldito fuego había desaparecido. Claro, Nix no le temía a las criaturas del bosque, se volteo a verme y me abrazo.

—Nixie, gracias — dije cuando ella se separo de mí.

—Deberias agradecerle a Lluvia, ella fue a buscarme — mire hacía atrás y ahí estaba mi hermosa yegua, sonreí, así que no me había abandonado.

Luego de montar ambas a Lluvia volvimos a casa sin inconveniente alguno. Este día había sido agotador, y también me había servido para darme cuento, lo mucho que extrañaba al idiota de Graham.

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HarunaNanami 😘

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