
Capítulo 8 | Me engañó
Suigetsu mandó un mensaje a Sasuke por medio del halcón más veloz que puedo encontrar en toda Konoha y ayudado por Minato, pensando que sería lo último que haría en su miserable vida. Pues moriría en cuantos se enterara de su descuido al no haber vigilado bien a Sakura y a Hanae. Sus manos temblaban y deseó que la pelirrosa lo hubiera llevado con él, por lo menos estaría y en una distancia prudente de que el Uchiha lo convirtiera en sushi; nada fuera de la realidad.
Sasuke maldijo en voz baja al leer la nota urgente, pero ya sabían que algo estaba mal, ya que tanto Naruto como él reconocieron de inmediato al ave que volaba a su alrededor con el mensaje urgente.
—Karin —dijo con una voz que no escondía de ningún modo su enojo y con un poco de miedo se acercó a Sasuke y empujada por Jugo—. ¿Qué necesitas? —La mirada del Uchiha se transformó. —Dime, sientes la presencia de Sakura. —La Uzumaki negó con la cabeza, haciendo que Sasuke volviera a maldecir.
—¿Qué sucede, Sasuke? —Fue el turno de Naruto en preguntar, por lo que le arrojó la nota. —Lee tú mismo.
Sasuke no esperó ni un instante para saber la reacción de Naruto, puesto que Sasuke estaba furioso por la decisión tan absurda de Sakura, por lo que empezó a correr sin detenerse hacia Konoha. ¿Es que acaso no entendía que su vida y la de Hanae corrían peligro? Era una tonta, sabía que tener una esposa como ella, le traería muchos problemas. No entendía cómo alguien tan inteligente como ella y un grado de jonin podía cometer y tal estupidez.
En tanto Karin y Jugo, sí esperaron hasta saber qué decía aquella nota que puso fúrico a Sasuke, ya que sabían que su líder no les diría nada, por lo que simplemente dijo: —Es Sakura, se ha ido de la aldea con Hanae.
La pelirroja contuvo el aire. —¡Suigetsu! —musitó con intranquilidad, mirando a Naruto y a Jugo, por lo que sin más siguieron a su compañero.
El hijo del Hokage estaba muy preocupado, pero tampoco podía entender la inconciencia de Sakura al marcharse así con Hanae en medio de la noche y solas. En unos minutos más alcanzó a Sasuke, quien llevaba un buen tramo corriendo para llegar a Konoha lo más pronto posible. No era necesario decir nada. Los dos entendían que era apremiante llegar cuanto antes a su aldea.
Así continuaron corriendo lo más rápido que pudieron, seguidos muy de cerca por Karin y Jugo, que por más que corrían no lograban llevar el paso de los dos integrantes del antiguo equipo siete.
˜°*΅°΅*΅°΅*°˜
La noche estaba por caer, cuando los shinobi encargados de buscar a Itachi habían llegado al gran portal que estaba en la entrada de la aldea de Konoha. Karin y Jugo, aún no llegaban, pues estaban agotados, no era fácil seguirles el paso tanto a Sasuke y Naruto, quienes seguían intacto bueno, no tanto, pues Naruto reclamaba un plato de ramen, pero sus quejas fueron silenciadas por la mirada dura de su compañero.
—Guarda tus quejas para cuando hable con el inútil de Suigetsu. Primero tenemos que saber qué pasó con Sakura y Hanae —retomando su carrera por llegar al Distrito Uchiha.
Naruto no respondió y ni siquiera se sintió ofendido por la actitud hosca de su compañero. Él entendía perfectamente la preocupación de su amigo, porque él mismo sentía un malestar sobre toda esta situación y por eso mismo había corrido junto con él a gran velocidad hasta llegar a Konoha.
—Ya se marchó —balbuceó molestó, pero antes de alcanzarlo miró a sus espaldas, comprobando que Karin y Jugo los seguían aún todavía muy atrás, solo que no tan lejos para no percibir su chakra y el mal humor de quien ahora sabía que era de su clan —¡Hey! Ustedes dos, los veré en el Distrito Uchiha. Sasuke ya se adelantó, les sugiero que corran —gritó muy fuerte para que lo escucharan.
—¡Qué corramos! —gritó enfurecida—, pero qué idiota resultó ser mi primo. —Deteniéndose para golpear el piso en señal de desaprobación.
—No te molestes —pidió Jugo, también deteniéndose para tomar un poco de aire—. Debemos de apresurarnos, Sasuke está molesto y definitivamente podría hacerle daño a Suigetsu.
—¡¿Realmente lo crees?! —preguntó asustada, por lo que Jugo levantó los hombros—. Bueno, tú conoces a Sasuke y sabes qué tan fácil pierde los estribos con la gente cuando se molesta.
Karin reflexionó el razonamiento de su amigo, y sí, definitivamente tenía razón. Sasuke podría hacerle daño a Suigetsu, por lo que la sola idea no le agradó, el pensar que pudieran lastimar a ese imbécil no le hizo ninguna gracia, todo lo contrario, sintió como algo en su interior la fortalecía para poder continuar con largo camino. Dejando atrás a un confundido Jugo y dejando una nube polvo a su camino.
Sasuke por fin se encontraba en la mansión de su familia, justo frente al gran emblema del Clan Uchiha que se hallaba en el salón dónde había contraído nupcias no hace más de unos cuantos días. Su semblante no mostraba el sentimiento de enojo e impotencia que guardaba en su corazón y su alma. No podía comprender en qué demonios había pensado Sakura para alejarse de su lado.
—Pero ¿cómo huyó? —sosteniendo la escueta nota escrita para él con la simple frase: "Lo siento, Sasuke".
—Ya te lo dijimos —habló un poco desesperado Suigetsu—. Fue por la noche. Salió a hurtadillas sin que nadie supiera nada.
—Nos dimos cuenta por la mañana, hijo. —La mirada de Sasuke, ahora se fijó en su mamá, quien también se encontraba muy angustiada por la situación.
—¿Y revisaron su habitación? —les volvió a preguntar Sasuke, tratando de buscar una respuesta coherente a lo sucedido y la decidió de su esposa, pero la negativa de Mikoto fue suficiente para dirigirse a toda prisa a su habitación; encontrándose en su camino con Naruto.
—Oye, Sasuke, ¿adónde te diriges, ahora? —Viendo como era seguido de Mikoto y Suigetsu, quien aún estaba con vida.
—A mí habitación.
Sasuke entró con paso apresurado, revisando incluso con su sharingan cada detalle de la habitación, aunque solo encontró rastros del chakra de Sakura.
—¿Has encontrado algo, Naruto? —preguntó sin apartar la vista de cada rincón de la habitación.
—Nada fuera de lo normal, Sasuke, ¿y tú?
—Espera, estoy revisando cada detalle otra vez más. Sakura fue muy cuidadosa, según puedo comprobar, pero debe de haber algo, Naruto, siempre hay algo. —Escuchando las palabras de su amigo, volvió a tratar de sentir algo extraño en la habitación, pero con el mismo resultado, hasta que Sasuke dijo: —Espera, hay algo debajo de la cama. —Acercándose para levantar el papel que se veía abandonado, que para cuando lo miró, Naruto notó como el semblante de su amigo había cambiado completamente y que la amargura tenía antes de que su clan hubiera salido de Konoha por primera vez desde su regreso surgía de nuevo.
—¿Qué encontraste, Sasuke?
El nuevo líder del clan no decía nada a pesar de que los presentes esperaban su respuesta.
Ni Naruto que estaba a su lado pudo ver qué había encontrado, solo notó que era una vieja fotografía sin poder saber quién se trataba, en tanto, Suigetsu, también notó cómo el rostro y la mirada de Sasuke había cambiado, perdiendo las esperanzas de no recibir un castigo por no haber cuidado bien a su esposa e hija, y a su lado se encontraba Mikoto, quien también estaba muy nerviosa por todo lo que estaba ocurriendo, aunque, no precisamente por miedo a lo que pudiera hacer su hijo, sino más bien, a que le sucediera algo malo a su nuera y a su pequeña nieta, pues ella le había robado su corazón en el mismo instante que Sakura se la presentó. Entregándola en sus brazos, una pequeña réplica de su hijo mayor Itachi.
—Sasuke, ¿qué encontraste?
—Esto...—mostrando la foto de Itachi Uchiha.
—¿Qué significa esto? —preguntó sorprendido Naruto.
—Es lo que quisiera saber yo también, Naruto, y te juro que encontraré a Sakura y me tendrá que decir la verdad esta vez. —Dándose vuelta para salir de aquella habitación que en esos momentos solo le producía enojo. —Tenemos que irnos, Naruto.
—¿Adónde vamos?
—A buscar a Sakura. ¿Dónde está Karin? La necesito.
—Pero... ¿qué dices? ¿Ya no quieres buscar a Itachi? No te entiendo.
Sasuke dejó de caminar para decir: —Yo tampoco, Naruto, pero lo voy averiguar. Vamos.
—Espera, hijo. —Esta vez fue Mikoto, quien le pedía detenerse. —No pensarás que Hanae es hija de...
—No lo digas —gritó mirándola a los ojos y con su sharingan activado—, no lo digas, madre, no quiero hacer conjeturas hasta no hablar con ella.
Sasuke definitivamente se sentía traicionado primero por su hermano y ahora por quien decía era su esposa. Su mente trabajaba a mil por hora, encajando cada vez más: la veces que defendió a Itachi, la que le hizo prometer que protegería a Hanae, sus besos, sus sonrisas, todo era mentira. Por lo que la desaparición de Sakura, solo le confirmaba una cosa: Itachi estaba con vida y Sakura había ido a buscarlo.
—¡Sasukito! —gritó Karin—, por favor no lastimes a Suigetsu, su único crimen es ser menos inteligente de que Sakura, por favor no le haga daño... ¡Oh! Sigues vivo. —Fue bajando la voz poco a poco hasta darse cuenta que su amor aun respiraba.
—¿Qué te pasa? Claro que sigo vivo. —Ante la mirada de asombro de la pelirroja. —Entonces, dime, ¿estabas preocupada por mí, eh, Karin.
—Eh, ¿qué te pasa, idiota? No estaba preocupada por ti —finiendo indignación—, claro que no.
—Oh, claro, por esa razón estás sonrojada, ¿no? —dijo acercándose a ella.
Pero la paciencia de Sasuke no estaba para soportar las actitudes infantiles de nadie, orillándolo a gritar: —Ya basta ustedes dos, ¿de dónde carajas sacas que mataré a Suigetsu, Karin? Lo que necesito es tu ayuda, dime, ¿sientes la presencia de Sakura? —La chica negó con la cabeza. —Bien, esperen aquí y descansen porque no marcharemos a mi regreso.
—¿Adónde nos dirigimos, Sasuke?
—Quiero respuestas, Naruto. Iremos con Tsunade, Kakashi con todos los que Sakura tiene una estrecha relación. Ellos nos dirán lo que sepan y tú podrás ayudar también.
—Está bien, ¿quién será el primero?
—Tsunade.
—¿Y si los juntos a todos? Eso nos ahorraría tiempo, aunque no creo que sirva de mucho. Sakura nunca nos contó detalles sobre la concepción y nacimiento de Hanae.
˜°*΅°΅*΅°΅*°˜
—Entonces, solo una habitación, ¿verdad, Señora Akina? —confirmó con mucha curiosidad, pues era extraño ver a una mujer sola con un niño pequeño, más siendo tiempos muy complicados para vivir—. Sí, solo será una habitación —sonriendo amablemente—. Bien, entonces, esperen aquí.
Sakura vio como la dueña del lugar le daba la espalda para adentrarse al edificio, su semblante era de preocupación, seguramente para el día de hoy, todos sabrían que Hanae y ella habían huido de la Aldea, así que simplemente se sentó a esperar, viendo con su pequeña dormía, comprobando una vez más que esa dulce niña era la viva imagen de su padre...
Sakura: Cuídala mucho, yo las buscaré. No confíes en nadie, ni siquiera en mi familia. Pero sino regreso, por favor entrégale esta carta cuando pueda leerla y dile que siempre la amaré. Itachi.
La ninja médico sacó aquel viejo mensaje con la carta aun cerrada. —Ah, ¡qué hermosa caligrafía tenía Itachi! —dijo en voz alta, tratando de evitar la tristeza que invadía su corazón. Se sentía tan culpable por esta aquí y haber traicionado a Sasuke, que una lágrima rodó de su mejilla.
Recordó la mirada de Sasuke, una mirada fría con solo mencionar el nombre de su hermano mayor, que la sola idea de decir la verdad no sería opción.
En verdad quería confiar en Sasuke, al fin y al cabo, lo seguía queriendo, pero se veía molesto y muy decidido a vengarse de su hermano, por lo que no podría poner en riesgo a Hanae, además, sabía lo testarudo que podría llegar hacer y definitivamente no escucharía razones.
—Muchacha, muchacha, ¿te encuentras bien? —preguntó la dueña de la posada, sacándola de su ensimismamiento—. Sí, sí, estoy bien —sonrió de forma trémula—. ¿Qué pasa?
La señora rodó sus ojos en seña de fastidió. —Es lo mismo que yo te pregunto —dijo algo molesta, chasqueando su lengua para restarle importancia al asunto—, la verdad es que no me importa. Tu habitación está lista, toma. —Entregándole las llaves. —¿Y cuánto tiempo te quedarás?
—Un par de días, no lo sé. Todo dependerá de mi esposo.
La dueña de la posada quedó un poco pensativa, su nueva huésped le parecía un poco extraña, pero eso no le importaba, siempre y cuando pagara bien como lo había hecho, así que no tendría problemas con eso. —Muy bien, Señora Akina, buenas noches. Ah, una cosa más, la habitación está provista con una cocina, tal y como la solicitó.
Sakura solo asintió. —Muchas por su hospitalidad. Buenas noches.
—Ah, casi lo olvidaba, Señora Akina —dijo mirando a Hanae y luego regresando su vista a Sakura— A mis huéspedes les agrada dormir. Hasta el momento su niño se ha comportado perfectamente, así que le agradecería que siguiera así.
Sakura no respondió, ya que su comentario definitivamente era muy grosero, y lo dejaría pasar de largo. No quería causar problemas, no era bueno llamar la atención, se enfocaría en su papel como la Señora Akina que viajaba solo con su bebé llamado Hiroshi. Aun restaba camino para esconderse en el país del Té, ahí se escondería un buen tiempo, ya luego decidiría hacia dónde ir.
Al fin que el dinero no era problema pues sus padres le habían dejado bastante antes de morir.
˜°*΅°΅*΅°΅*°˜
Casa de Lady Tsunade
—No, Uchiha, ¿qué fue lo que te dijimos antes de que te casaras con Sakura? Que la cuidaras y ahora vienes aquí a darnos excusas vacías y sin sentido porque no tienes ni idea de dónde está.
—No vine a escuchar necedades, Tsunade.
—¡Ah, no! Uchiha. Tú no puedes hablarme así —habló con una voz amenazante—. Sakura nunca nos contó nada sobre Hanae. Entiéndelo. Ella simplemente llegó a la aldea con una bebé de pocos días de nacida declarado que era su hija y todos supusimos lo obvio, es decir, que tú eras el padre, además en la misión había muerto Shizune.
—¿Y el expediente de la misión? Debe de haber algo.
—Claro que sí, Sasuke— intervino en esta ocasión Kakashi—, pero estarás de acuerdo que hay situaciones personales que ni el mismo Hokage puede coaccionarte a decir algo, por ejemplo: cómo fue tu romance.
Naruto sonrió. —Ves, te lo dije —alardeando con un deje de superioridad al tener la razón—. Sakura nunca nos dijo nada más que lo necesario. No hubo detalles.
—Maldición —murmuró por lo bajo.
—¿Cómo encuentras a una persona que no quiere ser encontrada? Y más con las habilidades de una jonin como Sakura.
—La rastrearemos con ayuda de Karin.
—No, no...debió de dejar alguna pista, algo que nos ayude a encontrarlas —objetó Kakashi— Y lo encontraremos. Yo iré con ustedes, chicos. El equipo siete regresará para ayudar a uno de sus integrantes.
˜°*΅°΅*΅°΅*°˜
Fin del capítulo 8 | 06.08.2021
Muchas gracias por su apoyo y por regalarme algo de su tiempo. Espero que les esté gustando tanto como a mí escribir esta historia.
En serio les agradezco sus comentarios, me dan mucho ánimo. ¡Gracias!
Les mando un abrazo.
Gali
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro