La noticia fue como recibir un golpe directo en el rostro. ¿Él era padre? ¡Demonios! ¿Sería cierto? No recordaba nada sobre alguna relación con su antigua compañera de equipo. Le resultaba atractiva y muy bonita, sin duda, pero no pertenecía a su clan, al clan Uchiha, así que nunca había sido una opción tener una familia con ella, pero lejos de eso, Sasuke, odiaba toda esta situación y las consecuencias de casi morir.

—¿Y bien, Sasuke?

—No lo recuerdo.

—¡Eresun desgraciado! Sasuke, ¿cómo puedes decir eso? Sakura-chan y Hanae no semerecen esto. Además, no sería la primera vez que te justificas con eso de la pérdida de memoria.  ¿Lorecuerdas? 

—Tranquilo, Naruto —El Cuarto controló los ímpetus belicosos de su hijo colocando una mano para evitar que se le aventara a Sasuke.

—¿Qué quieres decir con tus palabras?

—Precisamente eso: No lo recuerdo. Perdí la mayoría de mis memorias cuando estuve a punto de morir. Así que me disculparán si no recuerdo esas complicaciones.

—¿Complicaciones? Sakura y Hanae no son complicaciones, Sasuke. ¿Qué no lo entiendes? Ella es tu hija.

La voz de Naruto se elevaba a cada momento. Estaba más que furioso. Sasuke, el que decía ser su amigo, estaba negando la existencia de su hija y la relación que tuvo con Sakura. Se sentía culpable, él debió de estar ahí con ella. Si él hubiera estado en la aldea hace un año y no entrenando con el viejo pervertido, Sakura no estaría en esta situación. Él jamás hubiera permitido que fuera a la aldea del Sonido y sola.

—Naruto —le gritó su padre—. Tienes que calmarte, Sakura y Hanae están bien. Ellas no necesitan nada. Primero debemos de arreglar el tema del acuerdo.

Sasuke asintió, sin dejar de ver a Naruto. Sabía que su amigo estaba enamorado de Sakura desde que eran solo unos genin y que eso podría significar un problema, aunque el Cuarto estaba más que dispuesto a firmar un acuerdo de paz; eso era lo realmente importante. Pero no por ello, no trató de buscar en su memoria su relación con Sakura, sin embargo, su mente tenía tantos espacios vacíos que no recordaba haber sucumbido al amor que Sakura decía tener por él. No, eso era imposible. Su relación no pudo haberse dado y mucho menos gestado a una hija. Demonios, debía de hablar con ella, claro, después lo haría, ya que ese asunto no estaba entre sus prioridades.

—Está bien —dijo Naruto, dando un paso hacia atrás. —Haré lo que pide mi padre, Sasuke, solo por el momento, porque tú y yo hablaremos de esto. No puedes dejar a Sakura así. Ella creé que el padre de su hija murió.

—Como digas —habló sin mostrar expresión alguna. Lo que hacía enfurecer más a Naruto, porque su actitud solo mostraba lo poco importante que era Sakura y Hanae para él.

Después de eso, el ambiente se tensó entre los supuestos amigos. Solo Minato parecía guardar la calma y no haber olvidado el motivo de la reunión.

—Bien, Sasuke, ahora ¿me podrías decir quién está aún con vida?

—No, esa información no se las daré hasta no tener la certeza que el acuerdo se cerrará, por eso he venido yo solo.

El Cuarto entendió el motivo para negarse. Él también hubiera hecho lo mismo en su lugar. —Entiendo, Sasuke, por mi lado tienes la promesa que buscaré la forma de cerrar el acuerdo y sabes bien que siempre cumplo mi palabra.

—Lo sé, es por eso que estoy aquí.

—Podrías confirmarme que tu familia está bien, solo pido eso por el momento.

—Solo mi madre sobrevivió. Mi padre y mi tío Obito murieron. Sus cuerpos fueron encontrados en el lugar. En el caso de mi primo Shisui, quien también murió, su cuerpo se perdió al caer de un acantilado, mientras eliminaba a un traidor.

—¿Y qué hay de Itachi, tu hermano?

—¿Itachi? —sonriendo con satisfacción—. Él no es mi hermano, solo es un traidor que murió como debía, en manos de un Uchiha, en manos de Shisui Uchiha.

—¿Entonces lo sabes?

—¿Saber que él era un doble agente? —Minato solo asintió. —No lo supimos hasta muy tarde, aunque no solo nos traicionó a nosotros, sino también a ustedes.

—¿Qué estás queriendo decir, Sasuke?

—Que Itachi estaba coludido con Danzo y Orochimaru para exterminar a mi clan. —Se hizo nuevamente el silencio, hasta que Sasuke dijo: —¿Sorprendidos? Lo sé todo, por eso estoy aquí. Sé que usted realmente buscaba la paz y que el traidor le ayudaba o eso es lo que ustedes pensaban. Todo fue un circo orquestado por Danzo y Orochimaru, y este último solo quería una tajada del botín para seguir haciendo sus experimentos, con mi gente, con mi clan y es algo que no lo permitiría.

—¿Hay pruebas de lo que dices sea cierto?

—Él que esté aquí y ahora, ¿no es suficiente? Y seguramente no lo es, pero estoy cansado de ver morir a mi familia y a mis amigos, por tonterías y absurdas ideas. —Sasuke hizo una pausa a sus palabras. —Hokage, ustedes también perdieron mucho durante esa pelea, y francamente estoy cansado de esto.

—Yo también, Sasuke, yo también. Perdimos a muchos y grandes shinobi...

—Shizune —habló de repente Naruto—¿La recuerdas, Sasuke? —El Uchiha lo miró sin pronunciar una palabra. —Shizune fue una de las víctimas de todo esto.

—Como dije hace un momento, ambos lados tuvimos pérdidas importantes y lo lamento.

—Eso es cierto, Sasuke. Todos perdimos en esto y por esa razón este acuerdo tiene que darse. —La sonrisa de victoria del Uchiha empezaba a bailar en sus labios. —Solo que no es una decisión que yo deba de tomar de forma personal. Debo de hablar con el Consejo y que todos estemos de acuerdo.

—Lo entiendo. ¿Hay alguna garantía que el consejo lo apruebe?

—Ninguna. —La tajante verdad, pareció minar las esperanzas de Sasuke por regresar a la aldea. —Será difícil que acepten, aunque no imposible. Así que tendrás que ser paciente.

—¿Paciente? Mi clan está sufriendo carencias, Hokage. Ellos esperan regresar a la aldea, yo se los prometí.

—Pues se te da prometer cosas que no eres capaz de cumplir, eh, Sasuke, ¿qué le prometiste a Sakura?

—Basta, Naruto. He dicho que ese tema lo platicaremos después y se tratará con la importancia que lo amerita. Si vuelves a interrumpir, tendrás que abandonar mi oficina. ¿Lo entendiste, Naruto?

—Sí, Cuarto —dijo rechinando sus dientes.

—Bien, Sasuke, la promesa que le hiciste a tu clan la cumplirás. Lo único que pido es tiempo y que confíes nuevamente en mí, por eso necesito saber de cuántas personas hablamos y no para lo que te imaginas. Te proporcionaré ayuda, comida, medicamentos y todo lo necesario para que dejen de robar a otras aldeas. ¿Sorprendido?

—No, no esperaba menos de usted, Hokage —dijo, cuando en realidad sí que estaba sorprendido. Su clan por la falta de comida y medicina se dedicó a realizar pequeñas incursiones para obtener lo que necesitaba desde hace unas cuantas semanas atrás.

—¿Me dirás quiénes y cuántos son?

Sasuke buscó entre sus ropas y sacó un papel. —Esta es la lista y lo que necesitamos.

—Bien, se te proporcionará todo. Kakashi te ayudará.

—Gracias, Hokage.

Minato dio una pequeña inclinación con la cabeza y sin dejar de ver al Uchiha dijo: —Naruto, ve por Kakashi, pero antes de eso. Quiero que escuchen los dos con atención. El tema de Sakura tendrá que quedar al margen de esto. No quiero ponerlas en riesgo si el acuerdo no se llegara a dar. Tanto ella, como su hija son mis protegidas y por tanto no estoy de acuerdo que sean parte de la negociación, así que ni una palabra. ¿Te quedó claro, Naruto? Y tú, Sasuke, tendrás tiempo de llenar esos vacíos que hay en tu cabeza.

De muy mala gana, Naruto, aceptó la orden de su padre, en tanto Sasuke, ya había decidido lo mismo. Él no buscaría a Sakura, es más, no quería hacerlo. Encargarse de una mujer y una niña que ni siquiera recordaba haber participado en su concepción le resultaba un problema más que no quería tener, sin mencionar que la niña no era una Uchiha pura, lo cual complicaba más la situación, ya que, por las leyes de su Clan, ella debía morir junto con la madre. Ningún niño que naciera siendo mestizo dentro de su clan debía de vivir para garantizar que su Kekkei Genkai no fuera contaminado por la sangre de otro clan. La ley era muy clara. El miembro del Clan Uchiha involucrado ya sea hombre o, debía de eliminar al bebé y a su pareja; ese sería el castigo por quebrantar la Ley de la Sangre Pura.

Cuando Naruto salió de la oficina de su padre. Minato y Sasuke se quedaron solos, el Cuarto aprovechó para hacerle unas cuantas preguntas más.

—¿Qué harás si tu gente se entera de esto? Ellos pedirán la muerte de ambas. Lo sabes, ¿no?

—Estoy consciente de ello.

—Entonces, si te lo piden, ¿lo harás? Porque según las leyes de tu clan, quien cometa tal falta, es quien deberá de limpiar el problema. ¿Es por eso que dices haber olvidado a Sakura y a tu hija?

—No, eso es verdad. No recuerdo haber tenido una relación amorosa con Sakura.

—Eso no contesta todas mis preguntas —insistió el Cuarto—. Dime, ¿cumplirías tus leyes?

—No —declaró en forma cortante.

—¿Por qué?

Sasuke gruñó, no estaba acostumbrado a verse acorralado y mucho menos si estaba desarmado, en este caso refiriéndose a sus recuerdos. —Porque estoy cansado.

—No estás siendo claro, Sasuke.

—¿Qué más quiere saber? —preguntó esperando algún comentario más del líder de la aldea de Konoha, pero al no decir nada, Sasuke continuó—Está bien, quiere saber si estoy dispuesto a matarlas, pues no, no lo haré. Mi clan se vio diezmado por esta situación, por lo que no mataría a nadie de mi clan por una absurda ley, sin importar que haya sido escrita por el mismo Madara Uchiha. —Eso dejó tranquilo a Minato. —Aunque, si fuera por venganza a mi clan. No lo pensaría dos veces.

Sus palabras decían más de lo que Sasuke pensaba. —¿De quién te quieres vengar, Sasuke?

—De Itachi, no estoy seguro que haya muerto en esa caída. Él pudo haber sobrevivido fácilmente.

—Pero, si Shisui no lo hizo, ¿qué te hace pensar que Itachi sobrevivió?

—Mi primo ya estaba muy mal herido, cuando cayó por el acantilado. Itachi lo había herido de muerte, muy al contrario de él.

—Entonces crees que sobrevivió.

—No lo sé —dijo apretando sus puños y activando su Sharingan inconscientemente—. Itachi mató a niños, mujeres, ancianos; ayudó de forma activa a exterminar a nuestro clan y dejó que Orochimaru junto con Danzo hicieran experimentos con ellos, pero si estuviera vivo, no dudaría en asesinarlo o a cualquiera que tuviera un lazo afectivo con él.

El dolor de Sasuke era palpable. No sabía hasta qué punto Itachi había actuado en contra de su propio clan y todas las atrocidades que había permitido. Ahora, con mayor ahínco buscaría ayudar al mermado clan Uchiha a regresar a lo que fue antes sin el odio que tanto lo caracterizaba.

El sonido de la puerta se escuchó. Su hijo y Kakashi estaban de regreso y Sasuke tuvo temor a la reacción de quien fue alguna vez su maestro. Naruto fue el primero que entró, seguido de Kakashi, y olvidándose de todo protocolo que debía seguir, se acercó a Sasuke, obligándole a levantarse para darle un abrazo.

—Sasuke, estás con vida, hijo.

—Lo ves, Kakashi-sensei, te dije que el tarado de tu alumno estaba con vida. Lo cual me da mucho gusto, amigo.

—¿Amigo? Creí que estabas enojado conmigo.

Naruto sonrió. —Y lo estoy, idiota, pero también estoy feliz de verte. Eso no lo dudes. Eso permitirá que pueda patearte el trasero como se debe por tanta estupidez que hiciste.

Minato agradeció ver la escena del rencuentro de un maestro con su alumno, que sin decir nada, sabían el aprecio que sentían el uno por el otro y que por circunstancias de odios arraigados y que no les pertenecían fueron obligados a enfrentarse entre ellos.

—¿Y Obito? —preguntó de inmediato, pero Sasuke solo negó con la cabeza—¡Qué pena! Rin tenía la esperanza de que hubiera sobrevivido al saber de tu regreso. Lo siento, Sasuke.

—Gracias, Kakashi-sensei.

El escuchar de la boca de su alumno el reconocimiento de que él era su maestro, fue una verdadera alegría y no por el hecho de haberlo dicho, no, sino porque pensó que jamás volvería ver a Sasuke con vida.

—¿Y qué hay de Sakura, Sasuke? ¿Es cierto lo que me dijo Naruto?

Era una pregunta que debía hacer, porque al igual que para Naruto, Sakura era su familia.

—Es cierto Kakashi, más no te preocupes por eso ahora. Tanto Hanae como Sakura estarán a salvo, por esa razón las tenemos que dejar fuera de esto. —Fue Minato que le dio respuesta a la inquietud de Kakashi. Lo importante es ayudar al clan Uchiha y cerrar el acuerdo, por eso te he llamado Kakashi. ¿Puedo contar con tu discreción?

—A sus servicios, Cuarto.

—Muy bien Kakashi, por el momento lo que necesito es que todo lo que ves en esta lista, le sea abastecido de forma inmediata a Sasuke y sea llevada a la aldea del Sonido en el menor tiempo posible.

—Enseguida.

—Muy bien, entonces, vayan, si se apuran hoy en la noche tendrán todo listo y si no ven inconvenientes, podrían partir a esa hora. Hay que ayudar al clan Uchiha.

—Muchas gracias, Cuarto.

—No tienes nada que agradecer, Sasuke, esta es tu aldea y pronto regresarás a ella.

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Solo que esa noche, no era el único viaje que se estaba planeando. En otra parte de la Aldea, no muy lejos de la oficina del Hokage, una joven madre hacía las maletas para un viaje largo y sin retorno. Tenía que abandonar Konoha, cuando todavía quedaba tiempo para hacerlo. Estaba segura que el Cuarto firmaría el acuerdo de paz y que Sasuke la desmentiría, bueno, cuando en realidad los desmentiría a todos. Les aclararía que, él no era el padre de Hanae, aunque técnicamente, ella nunca lo había confirmado. Todos dieron por hecho de que así era y todo estaba bien, hasta que se le ocurrió a Sasuke revivir.

No es que no estuviera feliz de que Sasuke viviera, puesto que ella lo amaba, muy a pesar de todo, pero Sakura conocía las leyes de los Uchiha y en especial la Ley de la Sangre Pura, por lo que sus vidas corrían peligro. Ellas serían asesinadas por Sasuke, porque así lo dictaba su ley, sin importar qué tan absurdo fuera. Sasuke haría que se cumplieran.

Sin querer sus lágrimas brotaron y evocaron sus recuerdos, sobre todo la última vez que intentó que Sasuke admitiera sus sentimientos hacía ella.

—Una vez más, Sasuke —dijo Sakura al auscultarlo—. Ahora respira por la nariz y saca el aire por tu boca. —El Uchiha hizo lo que le pidió su compañera y de inmediato se alejó de él para tomar su expediente y leerlo nuevamente.

—¿Encontraste algo anormal, Sakura?

—No, todo está perfectamente bien. El tratamiento y el ninjutsu médico que te aplicamos funcionó. Tus pulmones están perfectamente bien. —Finalizó su revisión con una sonrisa que hizo sonrojar a Sasuke.

—Esto lo tenemos que celebrar.

—¿Me estás invitando a salir, Sasuke? —preguntó con un tono coqueto.

—No, claro que no, ingenua —dijo, tocando su frente— Hablo de Naruto y Kakashi, pero si quieres acompañarnos estás invitada.

—Entiendo, y hasta cuándo, Sasuke, hasta cuándo tú y yo saldremos en una cita.

—Ya sabes la respuesta de eso. No insistas. Entre nosotros no puede haber nada por la Ley de la Sangre Pura.

—Sí, claro, la ley de Madara Uchiha —murmuró sin poder contener algunas lágrimas que se asomaban por los ojos esmeralda de la pelirrosa.

—Es mejor que me vaya.

Sakura le dio la espalda y no dijo nada más, pues sabía que si decía algo solo le daría otra oportunidad a Sasuke de rechazarla otra vez, aunque la amara, porque sabía que era así. Él se lo había dicho, una sola vez cuando estuvieron juntos, y desde ese entonces jamás volvió a ocurrir, porque a la mañana siguiente el arrepentimiento se podía leer en los ojos de Sasuke.

El llanto de Hanae, la trajeron de vuelta a la realidad. Ella era su hija y por eso se marcharía de la aldea que tanto amaba por protegerla. No dejaría que ellos le arrebataran a su hija y corrió hasta su cuna para poderla tomar en sus brazos. —Oh, pequeña, ya tienes hambre —habló con una voz extremadamente cariñosa—. Ven, preparemos tu biberón y cambiemos tu pañal, porque hoy saldremos de viaje a una nueva vida.

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Fin del capítulo 2 | 25.06.2021

Antes que nada, muchas gracias por sus comentarios y su tiempo. Estoy feliz de que por fin sea viernes, ¡moría por actualizar!, pero no tuve tiempo libre en la semana. En fin, espero que les esté gustando, porque yo estoy adorando escribir esta historia.

Les mando un enorme abrazo.

¡Saludos!