Capitolo venti: Fine Stagione.
Las noches pasan cual humo y espuma que se esfuma con la suave brisa de lo que un día fue nuestro amor.
Llorando, le pido a los dioses que en tí, mi alma pueda descansar, llorando, le pido a los demonios, ser la dueña de todas tus caricias.
Grito, imploro y ruego, pero nadie oye mis plegarias. Quiero sentir tu piel, tu calor, tus labios, tu mirada sobre la mía, simplemente te quiero a tí.
La noche ha caído, una cabaña, una celda, alumbradas por el casi inexistente calor de unas velas, dos mujeres, rompiendo en llanto por una misma persona.
«No te mueras/Ven por mí»
El frío viento entra por los garrotes de aquella celda, llorando y temblando, espera la llegada de aquel chico, aquel que es capaz de hacerla suspirar y delirar, que es la causa de cada sonrisa y cada risa sincera. Aquel al que ella ama.
«Natsu-san, Juvia lo necesita»
Pensaba entre lágrimas, pero en estos momentos, el joven de cabellos salmón, se encontraba enfrentando su verdad, la verdad de lo que realmente es.
—Bien, Natsu, ¿Estás listo? Voy a liberar el sello— preguntó el pelinegro a su hijo, mientras esté asentía temeroso —Okey, aquí vamos.— finalizó, mientras un enorme círculo mágico aparecía debajo del joven.
"Dalle tenebre oscure devi emergere, devi elevare i demoni, gli dei e i demoni che giacciono in te, danzare per ottenere il potere, sei tu colui che possiede l'equilibrio delle razze.
Demone, Dio, Drago e Umano, quelli sono i pilastri che ti sostengono. Ma ora, per possedere quattro razze, ti concedo il privilegio di tornare a quello che eri.
Dio e Demone, la tua vera natura, la tua vera forza.
Demone, prendi quella parte umana di cui non ha bisogno. Dio, ti concedo il potere del drago, in modo che la sua parte oscura non perda il controllo.
Spezza il sigillo che ti imprigiona, è di nuovo quello che eri, un figlio, nato dall'amore di una dea e il re dei demoni.
Torna indietro, per quello che un giorno è stato. "
"De las oscuras tinieblas has de emerger. A los demonios has de criar. Dioses y Demonios que yacen en tí, bailaran para el poder obtener. Tú eres quien posee el equilibrio de las razas.
Demonio, Dios, Dragón y Humano, esos son los pilares que te sostienen. Pero ahora, de poseer cuatro razas, te concedo el privilegio de volver a lo que eras.
Dios y Demonio, tu verdadera naturaleza, tu verdadera fuerza.
Demonio, toma aquella parte humana que él no necesita. Dios, te otorgo el poder del dragón, para que su parte obscura no pierda el control.
Rompe el sello que lo aprisiona, vuelve a ser lo que eras, un hijo, nacido del amor de una diosa y del rey de los demonios.
Regresalo, a lo que algún día fue."
De pronto, una inmensa luz blanca rodeó al joven, del cuerpo del pelirosa salieron cuatro orbes de luz.
Blanca, por la pureza de su madre. Una diosa.
Negra, por el obscuro origen de su padre. El rey demonio.
Roja, por la magia que adquirió con el aprendizaje. Un Dragon Slayer.
Azul, por aquella parte que creyó ser. Un humano.
La luz roja, salió cual rayo hacia la luz blanca, mezclándose, volviéndose una hermosa luz rosa. Mientras que la luz azul, salió hacia la luz negra, haciendo que el tono obscuro de la misma, disminuyera. Todo iba bien, pero al momento de que aquellas luces se introdujeron de nuevo al cuerpo del pelirosa, un grito desgarrador se escuchó por todo aquel espacio, mientras de la boca del pelirosa un hilo de sangre iba saliendo.
—Resiste Natsu, ya falta poco— decía preocupado el pelinegro. —Por favor, que el ritual termine bien, Akari cuida a nuestro hijo—
Finalmente, después de varios minutos, aquel estruendoso grito seso, y aquellas esferas de luz, entraron de nuevo a su portador, la perdida de sangre también seso. El ritual había sido exitoso, pero, aún queda varias cosas por enfrentar.
—Akari, descuida, estará bien, ahora debemos preparar todo para el ritual— dijo aquel hombre que le acompañaba —Claro, aún así me preocupa mi hijo— dijo con tristeza —Es mi hijo, no me perdonaría si algo le pasa, yo no sé...— no pudo terminar de hablar, ya que se escuchó un gran rugido, proveniente de aquel pelirosa inconsciente.
El pelirosa seguía inconsciente, pero, sus gritos no se hacían esperar, los presentes lo miraban con preocupación, pues a la vez que los gritos se hacían más fuertes, un par de cuernos comenzaban a salir de sus sienes, una cola se hizo presente y ésta se movía frenéticamente junto con los estruendosos gritos. Los presentes lo miraban sorprendidos y sumamente angustiados.
—¿Qué... qué está pasando? ¿Qué le sucede?— preguntaba preocupada Akari, pues temía que su hijo sufriera —No lo sé, pero no sé si sea bueno o malo todo esto— le respondió con un semblante de duda y angustia.
Ninguno sabía que pasaba, y cada vez que intentaban tocar al pelirosa una fuerte carga eléctrica caía sobre ellos, por lo que ya rendidos, decidieron dejar a que él se calmara. Mientras, en una fría celda del consejo mágico, una maga de agua, dormía, y en sus sueños veía algo extraño.
«Un frondoso bosque.
Un camino poco visible.
Un rastro de sangre, que fue casi borrado por las lluvias.
Una cabaña al final de aquel camino.
El suave soplido del viento.
Un grito doloroso y lleno de desesperación.
Un atardecer de un vibrante color carmín, casi como si fuera sangre.
El llanto de una mujer, fuerte y desgarrador.
Se oían los pasos de alguien al andar, por encima de la hojas secas del otoño.
"Despierta, debes despertar"
Quería gritar, quería llorar, quería correr, pero, no podía, la voz no salía, las lágrimas no brotaban, sus piernas no respondían. Sólo era ella, escuchando, sintiendo, sufriendo.»
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Capitolo Venti: Fine Stagione
Unos ojos jade empezaban a asomarse, la luz le segaba, con ambas manos cubrió sus ojos, hasta que finalmente pudo acostumbrarse a los fuertes rayos de luz, reincorporándose en la cama, vió cuanto podía a su alrededor. Una melena rojiza, descansaba sobre sus piernas, cuidadosamente se levantó, procurando no despertar a aquella mujer de hermosos cabellos rojizos.
Se paseó por aquella habitación, hasta finalmente topar con un espejo de cuerpo completo, en aquel cristal, pudo observar una figura. Era su misma imagen, pero, era diferente de alguna forma.
Un par de cuernos salían de su cabeza, color marrón, obscuros y bastantes grandes, sus ojos jade ahora eran más obscuros, pero sin perder su brillo; una cola de color negro se sacudía a su espalda, sus uñas parecían garras, pero eso no era lo más relevante. No sólo su apariencia era diferente, él se sentía diferente, algo dentro de él había cambiando.
—Mhmmm... ¿Na...tsu?— se escuchó a una voz, suave y aterciopelada, el pelirrosa volteó a ver a aquella figura que reposaba en la cama, en la que hasta hace poco se encontraba él descansado —Aquí estoy— respondió el joven, atrayendo la atención de la mujer —¿Natsu? ¿Estás bien?— preguntó con duda y preocupación, poco a poco se acercó al pelirrosa, colocando sus manos sobre el rostro del mismo, el joven las tomo entre las suyas, acariciándolas, sintiendo su calidez, disfrutando aquel tacto.
—No sabes lo mucho que espere por este momento— habló con la voz entrecortada, y gruesas lágrimas empezaban a acumularse en sus ojos —¿Por qué? ¿Por qué hasta ahora?— preguntó con cierto tono de tristeza, mientras una lágrima caía de uno de sus ojos. —Ay hijo mío, ojalá fuera tan fácil poder responderte, pero, no hay excusa que valga— dijo abrazando fuertemente a su hijo, mientras gruesas lágrimas caían de sus ojos —Bueno, no importa, lo importante es que estás aquí, a mi lado, eres mi madre, no podría odiarte— respondió mientras correspondía aquel abrazo, dejando salir aquel sentimiento agridulce que flotaba en su pecho —Perdona hijo, nunca quisimos dejarlos, pero debíamos protegerlos— volvió a decir, separándose poco a poco de él, volviendo a acariciar su rostro.
—Madre, estoy feliz de poder estar contigo, pero hay alguien muy importante esperándome— dijo separándose de su madre, sentándose en la cama en la que reposaba —¿Acaso será una bella chica?— preguntó con cierta picardía, logrando que el pelirrosa se sonrojara un poco —Pues sí, aunque... no sé cómo reaccioné al verme así— dijo cabizbajo, y también preocupado —quizá a ella no le agrade verme así— dijo con pesar, y con un semblante de tristeza, una mirada que se iba apagando.
—Ya quiero saber de quién se trata... ¡Vamos a verla ahora mismo!— dijo con entusiasmo y demasiada alegría, sorprendiendo al pelirrosa —¿Qui...quieres conocerla?— preguntó incrédulo el joven, mientras que la pelirroja asentía con mucho entusiasmo —Estoy segura que es una bella joven— dijo con una sonrisa de oreja a oreja, mientras el pelirrosa trataba de procesar aquello, soltó un largo suspiro, y con una sonrisa respondió —Está bien, vamos a verla ahora mismo—
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
Capitolo Venti: Fine Stagione
En una fría celda de la prisión del Consejo Mágico en Era, una chica de cabellos azules, veía con ilusión aquel par de rubíes, que le fueron otorgados por aquel hombre que la hacía ser feliz de verdad.
De pronto, pudo sentir la presencia de alguien más en aquel lugar, por lo cual se asustó un poco, guardando en su bolsillo su bien más preciado, decidió acercarse a los barrotes de su celda.
—¿Quién anda ahí?— preguntó con algo de miedo, y con voz baja, pero lo suficientemente fuerte como para ser escuchada, sin embargo nadie le respondió —Por favor, déjese ver— y de las sombras salieron dos siluetas, una más alta y robusta que la otra, y siendo iluminados por la tenue luz de las velas, mostraron sus rostros —¡¿Natsu-san?!— preguntó incrédula, pues no sólo no esperaba verlo ahí, sino que también notó el cambio en su apariencia —Sí Juvia, soy yo...— respondió con algo de miedo y timidez —¿Qué le pasó Natsu-san? Se ve diferente— dijo, tratando de tocar su rostro, él, al ver lo que quería hacer, se acercó un poco más, hasta que su piel hizo contacto con la mano de ella —¿Por qué...? ¿Por qué tiene esa apariencia?— volvió a preguntar, acariciando el rostro del pelirrosa, mientras miraba aquellos ojos, que parecían tan negros como la noche —Es una larga historia, ¿Te desagrada como... el como me veo?— preguntó esta vez el pelirrosa, mientras la miraba con un semblante algo triste —A Juvia le sorprende verlo así, pero Natsu-san sigue siendo Natsu-san, eso es lo importante— le respondió con una hermosa sonrisa, lo cual sorprendió al pelirrosa, pues no esperaba aquella respuesta por parte de la maga de agua.
—Juvia, hay alguien a quien quiero que conozcas— dijo el pelirrosa, separándose de la peliazul, y haciendo una señal con la mano, poco a poco se mostró una mujer, un tanto mayor que ella, pero que igual lucia joven, de cabello rojizo —Juvia, ella es... ella es mi madre— dijo finalmente dejando boquiabierta a la joven —Ella es la madre de Natsu-san— decía en voz baja, observando a la mujer, quién la veía igualmente, pero con una enorme sonrisa —Una placer conocerte Juvia-chan, me llamo Akari... Akari Dragneel— terminó de decir la pelirroja con una sonrisa —Ju... Juvia Lockser, mucho... gusto— logró apenas decir, pues no lograba salir de su asombro —¿Cómo es...? ¿Cómo...?— trataba de decir la joven, pero simplemente no podía —Es una larga historia, te la contaré después Juvia— respondió el pelirrosa, tomando a la joven de los hombros, tratando así de tranquilizarla.
Luego de varios minutos de estarle explicando a Juvia que fue lo que pasó, finalmente pudo entender de donde había salido aquella mujer, aunque le parecía muy sorprendente el que Natsu fuera hijo del Rey del Inframundo e hijo de una Diosa, eso explicaba la actual apariencia del joven, aunque en el interior ella admitía que se veía aún más atractivo que antes, aunque el pensar en eso hacía que la joven se sonrojase.
—¿Quién pudo atacar a Natsu-san?— preguntó pensativa la peliazul, y madre e hijo se miraron —Creo que Shu-san podría saberlo— respondió Akari, lo que hizo que Juvia y Natsu la mirarán interrogantes —Pero mi padre está sellando en el Inframundo ¿No es así?— cuestionó Natsu, haciendo que Juvia lo mirara curiosa —Sí, así es, pero pese a que está sellado, es capaz de ver lo que sucede en el mundo humano, pues es necesario que el Rey del Inframundo lo haga, de ese modo sabe cómo actuar en ambos mundos— respondió pero ambos magos simplemente no fueron capaces de entender, por lo que soltó un largo suspiro —Lo que quiero decir es que, tu padre necesita saber qué pasa en este mundo, para así poder ser capaz de manejar el de los demonios, de ese modo los demonios no actúan por su cuenta, y de hacerlo es capaz de ejercer un castigo sobre ellos— volvió a explicar de forma más clara —Okey, pero eso no resuelve la pregunta original, sí mi padre está sellado en el Inframundo cómo vamos a saber quién me atacó— cuestionó nuevamente el pelirrosa, con algo de desesperación y nerviosismo —Eso es fácil— respondió Akari con simpleza, haciendo que ambos jóvenes la mirarán con curiosidad —Nosotros iremos al Inframundo—
Hiiiii chicos y chicas, su autora fantasma finalmente está de vuelta, y con el final de ésta historia.
La verdad quería hacer el capítulo final en un sólo capítulo, pero debido a que estaba quedando muy largo decidí dividirlo en dos partes.
La segunda parte del capítulo de Final de Temporada, lo estaré publicando está semana, más tardar a la que sigue, y descuiden ya estoy trabajando en la nueva temporada 7u7
Espero que les guste este capítulo y que esperen con ansias el último capítulo de esta temporada :3
Sin más que decir...
Chao chao
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro