Capitolo Speciale
Era un día tranquilo en Magnolia, los pájaros volaban libres por el brillante cielo azul y una maga de agua iba despertando de su placido sueño.
Todo indicaba que iba a ser un buen día, y al igual que nuestra maga de agua, un joven DS de cabello extrañamente color rosa iba despertando, pero a diferencia de la maga de agua, éste despertó no de muy buena manera.
-¡Auch!- gritó el pelirosa ¿Por qué? Fácil, este se cayó de su cama.
-¿Natsu por qué gritas?- preguntó un pequeño gato azul.
-Por nada Happy, mejor vamos al gremio- le respondió el pelirosa con una sonrisa.
-¡Aye!- ánimo el exceed azul.
Y así ambos se dispusieron a ir al gremio, no se detuvieron a desayunar en su casa, pues querían comer en el gremio. El camino era alegre se encontraron con un par de niños que querían jugar con el DS de fuego.
El camino fue muy tranquilo y alegre, pero una vez que llegaron al gremio, esa alegría se esfumó, al menos en el pelirosa, pues al entrar todos lo miraban con cierta decepción y enojo.
-¿Mira me das un pescado?- preguntó un alegre Happy sin darse cuenta de la situación.
-Claro Happy- dijo la albina con una sonrisa fingida.
-Natsu, debemos hablar- llegó diciendo una joven pelirroja.
-Claro...- respondió el pelirosa -Happy no tardo- le dijo a su felino amigo.
-¡Aye!- contestó alegre el felino.
Acto seguido el pelirosa y la peliescarlata fueron a la parte trasera del gremio, para poder hablar sin ser interrumpidos.
-¿Qué sucede Erza?- preguntó el pelirosa.
-Natsu, seré directa- dijo la peliescarlata -Todos en el gremio, ya estamos hartos de tus destrozos- dijo nuevamente.
-Me sorprende que hasta ahora me vengan con esto- confesó el pelirosa.
-Natsu ya desde hace mucho todos estábamos en contra de tus destrozos- le volvió a decir la pelirroja.
—¿Y por qué hasta ahora se vienen a quejar?— preguntó el pelirosa.
—¡Porque queremos que dejes de destruir todo!— le gritó.
—Ya veo...— respondió dejando salir un suspiro —¿Qué harán al respecto?—
—Si no dejas de ser tan destructivo serás expulsado del gremio— dijo seria la Scarlet.
—¡¿QUÉ?! ¡No pueden hacer eso!— gritó el pelirosa.
—Es mejor que cambies— dijo con simpleza mientras se iba de ahí.
El pelirosa simplemente se dejo caer al suelo, por más que tratará de lucir fuerte cada vez era más y más difícil, hacer como sí no le doliera lo que la peliescarlata le dijo era un gran reto, pero de algún modo pudo lograrlo.
Narra Natsu
Ahora entiendo todas las miradas de decepción y molestia, de algún modo me alegra saber que no todos me miraron de ese modo, creo que aún hay personas que no creen lo que dijo Erza.
Pues lo mejor será entrar al gremio, no quiero preocupar a Happy.
—¡Natsu!— me gritó Erza.
—¿Qué quieres Erza?— le pregunté.
—¡A mi me respetas Natsu!— me volvió a gritar ¿Ahora a esta que le pico? —Traeme un pastel de fresas—
—¡¿Qué?! ¡No soy tu mozo!— le reclamé.
—Obedece sino ya sabes lo que va a pasar— dijo a modo de amenaza.
De eso ya ha pasado una semana, creí que al menos me tratarian como siempre, pero solo pocos lo hacen, la mayoría del gremio me ignora, y los que tratan de hablarme son amenazados por Erza.
Después de que Erza me dijera que debía cambiar fuí a una misión con Happy, me tomo un tiempo poder llevarla acabo, pero nada que no pudiera resolver. Pero desde que regresé todos me tratan de forma muy fría, y Erza solo me da ordenes.
Cualquier mínimo error es acreedor a un castigo, si rompo un vaso me dejan sin comer en el gremio, el mínimo error trae consecuencias no graves pero sí un tanto exageradas para la causa.
Lo mejor es que no trate de hacer algo para que al final salga peor.
Narra Juvia
Ya desde hace unas semanas que la mayoría del gremio vienen tratando mal a Natsu-san, entre las pocas personas que no lo hacen están Wendy-san, Gajeel-kun, Levy-san, Happy-san, Charle-san, Lily-san y yo.
Erza-san y Lucy-san por cualquier cosa o cualquier error castigan a Natsu-san, con la excusa de que debe aprender modales y comportarse como es debido.
Puede que nadie lo note, pero Natsu-san la ésta pasando mal, sus ojos ya no brillan como antes, se refleja la tristeza que hay oculta en él.
—Buenos días Natsu-san— le dije con una sonrisa.
—Buenas Juvia— me respondió con media sonrisa.
—Vera Natsu-san, Juvia se preguntaba si podía acompañarla a la feria que habrá en Glory— dije nuevamente con una sonrisa.
—No lo sé Juvia...— dijo rascando su nuca —No tengo ánimos de salir—
—Con mayor razón debe acompañar a Juvia— respondí mientras le sujetaba de los hombros.
—...— soltó un pequeño suspiro —De verdad no tengo ánimos Juvia— repitió.
—Con mayor razón Natsu-san, Juvia esta segura que si la acompaña se va a animar— dije segura con una sonrisa.
—Esta bien Juvia, tú ganas— me dijo mientras sonreía.
—Muy bien, Juvia lo espera en Fairy Hills en una hora— dije para después irme corriendo a Fairy Hills.
Tanto la maga de agua como el DS de fuego fueron a sus respectivas casas para arreglarse para su "cita", por un lado el joven mago no sabía que usar para aquella ocasión, mientras las maga veía de todos sus vestidos cual podría usar, hasta que se decidió por un vestido azul marino, con un ligero escote en la espalda, mangas ¾, con un corte diagonal en la falda, mientras su peinado consistiría en un chongo con dos mechones de cabello sueltos a cada lado de su rostro, junto con unas zapatillas de tacón bajo de color azul claro.
El mago de fuego al no saber que usar, decidió llamar al DS de hierro para que le ayudará, y este le prestó un traje de gala azul petróleo, con una playera blanca y corbata azul marino, unos zapatos de charol negros, mientras su cabello lo arreglo de lado, dejando ver aún así ese look que le hacía ver alborotado.
—Más te vale que cuides de mi hermana— le amenazó el pelinegro.
—No te preocupes tornillos, conmigo estará segura— le aseguró el mago de fuego.
—Más te vale Salamander— dijo con cierto tono de advertencia.
Mientras en Fairy Hills podemos ver a una bella y joven maga elemental, viéndose a un espejo de cuerpo completo.
—Bien, Juvia ya está lista— se dijo a si misma.
Ambos magos partieron rumbo a su punto de encuentro, que en realidad la maga solo tuvo que salir del edificio donde vive, mientras el mago de fuego de camino a Fairy Hills compró un pequeño pero hermoso ramo de rosas azules y rojas por recomendación de Gajeel.
El camino pareció corto para el pelirosa, pues en menos de lo que se imaginaba, ya se encontraba a unos metros de la maga elemental, la cual al verla solo tuvo un pensamiento en su cabeza.
«Hermosa»
Era la única palabra que ocupaba su mente al ver a Juvia de pie frente la entrada de aquel edificio, la joven al ver al pelirosa no pudo evitar verlo de pies a cabeza con un ligero color carmín dibujandose en sus blancas mejillas.
Durante un instante sus ojos se posaron en el pequeño ramo de rosas, para después levantar su vista al dueño de unos bellos ojos color jade, ambas miradas conectaron por primera vez como lo hacían ahora.
No saben cuánto tiempo estuvieron perdidos en la mirada del otro, pero lo que sí sabían es que no les importaba, solo eran ellos dos, apartados del mundo terrenal, lejos de toda preocupación, solo dos almas queriendo fundirse en una sola, anhelando estar unidas por la eternidad.
~Finalmente se han encontrado, aquellas almas olvidadas se unirán en una sola, solo ellos están destinados a permanecer uno al lado del otro.
Pronto sus mundos se veran colapsados, y entre ellos el equilibrio buscarán, nadie logrará separarlos, y cualquier acción con una pizca de maldad solo unirlos más logrará~
Permanecieron así durante unos instantes, olvidándose de todo y de todos, hasta que finalmente esa conexión se rompió, pero aun se podía apreciar aquella paz y armonía entre ambos magos.
—Toma... Son para... Ti— dijo algo tímido el pelirosa.
—Gracias Natsu-san, son hermosas— respondió la maga mientras sostenía el pequeño ramo.
—¿Nos vamos?— preguntó el mago mientras le ofrecía su brazo, consejo cortesía de Gajeel.
—Claro— dijo sin dudar, aceptando el brazo del joven mientras le regalaba una sonrisa.
No creo que haga falta decir como fue el recorrido hacía la Ciudad Glory, viaje que por supuesto fue en tren, un Natsu que quedó en K.O. y una Juvia que le dejaba descansar en su regazo en lo que concluye el viaje, no fue más de una hora en la que llegaron.
—Pensar que debo volver a subir esa cosa de nuevo— dijo com pesadez el pelirosa.
—Descuide Natsu-san, si quiere podemos regresar caminando a Magnolia— propuso la maga de agua.
—De ninguna manera Juvia— rápidamente se negó el pelirosa.
—¿Por qué no Natsu-san?— preguntó la peliazul.
—No creo que debamos, tardaremos más en llegar a Magnolia, y también...— dijo mientras un ligero rubor cubría su ligeramente bronceadas mejillas.
—¿También?— preguntó intentando que el pelirosa continuará lo que iba a decir.
—También que éstas... demasiado...— empezaba a dudar de sus palabras mientras su rostro se ponía más rojo.
—¿Hay algo malo en Juvia?— dijo con cierta tristeza.
—¡No! Claro que no...— negó rápidamente —Es que éstas demasiado hermosa como para correr el riesgo de que algo malo te pase...— dijo mientras cubría su rostro avergonzado con su bufanda.
La peliazul solo se puso bastante colorada del rostro, pero tomo la mano del pelirosa y le dedicó una bella y un poco avergonzada sonrisa, mientras lo llevaba a donde estaría ubicada la feria.
Se pasaron la tarde de un local a otro, viendo y probando diferentes bocadillos y bebidas, al igual que algunos juegos de tiro, también en uno que otro juego mecánico, de los cuales no hace falta decir que el pelirosa cayó inconsciente debido a los mareos.
Pese a todo aquello ambos magos disfrutaban de su mutua compañía, luego de estar toda la tarde de un lado a otro decidieron tomar un breve descanso para recuperar un poco de energía, pero no muy lejos la bella maga elemental logró ver algo que captó su atención.
—Disculpe ¿Cuánto cuesta?— preguntó señalando un pequeño peluche colgando de uno de los locales de juegos.
—Oh no esta a la venta, pero puede ganarse lo sí logra encestar las 5 pelotas de colores en su aro correspondiente— dijo el señor ya algo mayor a la joven.
—Juvia lo intentará— le dijo al señor, dandole el dinero para poder jugar.
Eran 5 pelotas pequeñas de diferentes colores, los cuales consistía en uno azul, verde, rojo, blanco y amarillo.
La joven arrojó la pelota azul al aro del mismo color, pero no logró encestar, intentó de nueva cuenta con la pelota de color verde pero obtuvo el mismo resultado, nuevamente intento con el rojo pero falló de nueva cuenta, blanco el mismo resultado, la única pelota que encestó fue la de color amarillo.
—Que mala suerte señorita— le dijo el señor.
La joven solo se fue del lugar a donde estaba el pelirosa, al llegar solo se quedo de pie frente a él con pequeñas lágrimas saliendo de sus ojos.
—Juvia... Juvia... Juvia no consiguió el peluche que quería— le dijo al pelirosa.
—¿Cuál peluche?— preguntó el mago.
—Ese...— dijo señalando un pequeño dragón de color azul y púas de color rojo.
—Ven— tomó la mano de la maga y la llevó de nuevo al mismo local.
—Buenas noches joven, juegue, gane y escoja su premio— dijo el dueño del juego.
—¿Qué tengo que hacer?— preguntó el mago de fuego.
—Es muy fácil, le daré 5 pelotas de diferentes colores y usted debe encestar las pelotas en los aros del mismo color de cada pelota— explicó nuevamente el dueño.
—Hecho— contestó dejando el dinero sobre la mesa.
El dueño solo le entregó las pelotas, y sin perder tiempo, el mago tomó la pelota azul, arrojandola hacía el aro del mismo color, encestando la primera de cinco pelotas.
Nuevamente tomó una pelota, en este caso la verde y repitió la misma acción que con la azul, encestando de nueva cuenta, con la roja fue exactamente lo mismo, solo que está golpeó ligeramente el aro, haciendo que se elevará un poco al aire, pero al final entrando en el aro.
Solo quedaban dos pelotas, la maga de agua solo lo miraba sorprendida, sorprendida de ver como en los tres tiros anteriores encestara con exito.
El DS tomó la pelota blanca, y nuevamente la lanzó al aro de mismo color, encestando sin dificultad, finalmente la última pelota, si fallaba perdería y no podría obtener el premio, con algo de nervios lanzó la pelota amarilla hacía su aro correspondiente, esta chocó con el aro dándole unas cuantas vueltas al mismo.
Parecía que no encestaría pero al final está entró en el aro, obteniendo 5 puntos de 5, el pelirosa solo soltó un suspiro de alivio.
—¡Felicidades! Ahora puede escoger su premio— felicitó el dueño.
—Quiero ese— dijo señalando al pequeño dragón azul.
—Claro— dijo mientras bajaba el peluche de dond se encontraba colgado —Todo suyo— dijo nuevamente con una sonrisa mientras le entregaba el peluche.
—Gracias— respondió con una sonrisa mientras recibía el premio.
—Felicidades Natsu-san— dijo la maga de agua con una sonrisa.
—Toma— dijo extendiendo en sus brazos el peluche hacía la maga.
—Pero Natsu-san, usted lo ganó— respondió la maga a modo de negación.
—Lo gané para tí— le dijo con una sonrisa —Y no aceptaré un "No" por respuesta—
—Gracias Natsu-san— dijo tomando el pequeño peluche entre sus brazos.
—No fue nada— respondió con una sonrisa marca Dragneel.
La joven por impulso solo abrazó al mago de fuego, dejándolo sorprendido por aquella acción pero no tardó en corresponderle, quedándose en aquel abrazó durante un buen rato...
Bien esto es todo por el especial, el cual ya tengo planeada una segunda parte 7u7r pero esa será publicada después del capítulo 15 xD sí así de cruel soy :v
Si quieren la segunda parte de este capítulo especial deberan decírmelo o de lo contrario no habrá nada de na.
Bueno en un rato más subiré el capítulo 12 así que espero que disfruten este especial que hice para ustedes con mucho cariño.
Sí este capítulo y el capítulo 12 obtienen 20 estrellas cada uno, el miércoles subo la segunda parte de este Capitolo Speciale.
Para este tendrán hasta mañana a las 17:20 para obtener las 20 estrellas así que ya saben que hacer.
Sin más espero hayan disfrutado este especial.
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