Capitolo Extra
«Cendrillon»
Se puede apreciar un majestuoso palacio, que desborda de luz, blanco con finos toques dorados lo decoran, y unas banderas rojas coronan las cúpulas del mismo, mientras en su interior se pueden apreciar a varias personas vestidas de gala.
Jóvenes hermosas que desfilan de una en una, y apuestos chicos que visten elegantes trajes, un evento lleno de lujo y elegancia, un baile estaba apunto de dar inicio.
-¿Has oído los rumores?- hablaba una joven de cabello rubio y largo, atado en una fina y elegante trenza, vistiendo un elegante y pomposo vestido dorado con rojo, el cual resalta las curvas de la misma -¿Sobre el principe?- contestó otra joven de cabello escarlata, que vestía un vestido púrpura de corte de sirena, adornado con rosas rojas, y una bella tiara corona su hermosa melena roja -Sí... dicen que este baile es para que el joven príncipe escoja a su prometida- contestó con una gran emoción la joven de cabellera dorada.
✴️〰️✴️〰️✴️〰️✴️〰️✴️〰️✴️〰️✴️
-Padre, ya te lo dije, yo no me quiero casar- se escuchó decir a una voz masculina -Vamos Natsu, eres joven y muy popular entre las chicas- contradijo un hombre alto, de tez bronceada, cabello rojizo y ojos ámbar -Padre, te lo digo de nueva cuenta... ¡No me quiero casar!- dijo alzando la voz un joven de melena color salmón, tez ligeramente bronceada y ojos color jade.
-Vamos hijo, sé que esto no es lo que quieres, pero comprende, sabiendo lo denso que eres, cabe la posibilidad de que me muera y tú aquí envejeciendo soltero- dijo para después soltar una enorme carcajada al ver la expresión de su hijo, la cual era una mezcla entre enojo y sorpresa -Padre, yo perfectamente puedo con el reino, yo soltero, no necesito una mujer que no será más que un estorbo- contestó con ligera molestia en su voz, a su vez cruzando sus brazos por sobre su pecho.
-Yo lo sé hijo, para eso se te ha educado, pero...- habló con un tono más suave, haciendo una ligera pausa, para mirar a su hijo, una mirada llena de cariño -pero, no quiero que te quedes solo, quiero que sepas lo que es el amor, que descubras un nuevo mundo, uno que sólo una mujer será capaz de mostrarte.-
✴️❇️✴️❇️✴️❇️✴️❇️✴️❇️✴️❇️✴️
-¡No puede hacerlo! Juvia... Juvia no es capaz de algo así...- exclamó con temor y tristeza una joven de cabellos azules ondulados como si se tratase de una cascada en movimiento, de ojos igual de azules que su cabello, vestida con un elegante vestido azul marino el cual llegaba poco arriba de las rodillas, haciendo así posible apreciar un tatuaje en su muslo izquierdo del mismo color de lo que parecía ser un hada, el vestido estaba decorado con encajes y adornos de un bello y puro color blanco, una medias blancas recorren sus delgadas piernas, unas zapatillas de cristal de un bello azul zafiro, y finalmente una elegante y fina tiara adornaba su bella y reluciente melena azul, simplemente era una joven muy hermosa.
-Serás capaz de hacerlo, debes de hacerlo, es por tu bien- le contestó una figura misteriosa, cubierta por una túnica negra y una máscara blanca cubriendo su rostro, mientras tomaba una de las manos de la bella joven y depositaba en la misma una daga, con empuñadura de dragón y un deslumbrante rubí que terminaba de adornar la fina daga, -Con esto tu destino habrá de cambiar, y en la carencia nunca más habrás de vivir.- con aquellas palabras, aquel enmascarado desapareció junto con la presencia de una fuerte ráfaga de viento.
-Juvia no sabe, si esta sea la forma para cambiar su vida.- confesó al aire con pesadez y notable tristeza sujetando entre sus manos la daga.
❇️〰️❇️〰️❇️〰️❇️〰️❇️〰️❇️〰️❇️
La noche transcurría alegre y sin imprevistos, los invitados disfrutaban de la elegante recepción, un buffet para deleite de cualquiera, bellas arañas de cristal que cuelgan e iluminan el gran salón de baile, todos estaban simplemente complacidos con el Rey por tal evento, y por supuesto que con el joven principe también, pues él era el evento principal.
El Rey había pasado a saludar a unos cuantos invitados, y por qué no, también a cortejar con una que otra jovencita, los hombres sólo se limitaban a observar las barbaridades del hombre, pues creían que era demasiado imprudente de su parte, siendo que su esposa no llevaba el año de haber fallecido, pero esa es historia para después.
Mientras el Rey disfrutaba de su propia fiesta, en el piso de arriba, encerrado en su habitación se encontraba el joven príncipe de cabellera color salmón, dando vueltas, pensando, meditando, simplemente no entendía el por qué de todo este barullo.
-El viejo no lo entiende, yo no necesito a una mujer- dijo en voz alta dando vueltas por toda la habitación, deteniéndose de vez en cuando para poder admirar un elegante traje azul petróleo, con una camiseta roja como la sangre, y una corbata a juego de un azul marino, con delgadas líneas diagonales de color rojo. Un atuendo digno de la realeza -Estúpido viejo, yo no necesito nada de eso, yo perfectamente puedo manejar éste reino con sabiduría, justicia, equidad, y sobretodo con respeto y compasión- volvió a decir en voz alta mirando a su enorme ventana, la cual daba una espectacular vista de todo el reino y a su vez a un frondoso y verde bosque, lleno de vida y de paz.
Pensando que tal vez un poco de aire le calme, se empezó a dirigir hacía afuera de su ventana, saliendo a un muy espacioso balcón, una vez fuera recargo sus brazos en el barandal, sintiendo como el aire fresco le daba ligeras caricias en el rostro y a la vez como meneaba su cabello rebelde, cerrando los ojos para así, disfrutar aún más ese pequeño momento de los que rara vez puede gozar.
Pero al momento de sus ojos abrir, estos se dirigieron a la parte baja, en donde debajo de un árbol se encontraba una joven recargada, el príncipe abrió sus ojos a más no poder, puesto que nunca había visto a alguien tan bella como ella.
-¿Qué no piensa entrar?- musitó en un susurro mientras que con la mirada la observaba de pies a cabeza, y a su vez grabando cada detalle de ella en su recuerdo -Es bastante hermosa- volvió a pronunciar en un leve susurro, pero al darse cuentas de sus palabras se cubrió la boca con una mano, mientras sus mejillas adquirían un bello color rosado -¿Pero qué cosas digo? Yo no necesito de una mujer, mucho menos casarme con alguna- dijo un poco más fuerte, mientras aquel ligero rubor cobraba fuerza y se hacía más intenso conforme más miraba a la joven parada debajo de aquel árbol.
Los minutos pasaban y ambos seguían en el mismo lugar, una observando a la nada misma, mientras yacía un remolino de emociones dentro de ella, y a su vez, el otro, sólo se quedaba embelesado observando cada movimiento de la chica, cada gesto, como si intentará adivinar qué es lo que pensaba. Finalmente aquel momento se rompió, pues la bella chica giro su cabeza hacía el castillo encontrando en su camino, una tierna e intensa mirada jade que la observaba como si de algo increíble se tratase, como si fuese un tesoro perdido y el cual desconocía.
«Tiene el mar en su mirada / Tiene al bosque en su mirada»
Pensaron ambos al mismo tiempo que sus miradas se conectaron, el mundo se desvaneció en ese momento, sólo ellos dos, el dragón y la sirena finalmente se habían encontrado, finalmente pudieron verse. Ese pequeño momento se vió roto, pues las campanas que anunciaban el inicio del baile y a su vez, la presentación del príncipe a la gala, resonaron por todo el castillo.
Todo que al principio estaba totalmente tranquilo se volvió un caos, en especial a causa de todas las jóvenes chicas que esperaban ansiosas poder ver al príncipe, y aún más, esperando que él se fijara en alguna de ellas y cayera locamente enamorado para después hacer su vida juntos.
✳️✴️✳️✴️✳️✴️✳️✴️✳️✴️✳️✴️✳️
-Su atención por favor- habló un hombre alto, robusto y de melena rojiza, pero fue brutalmente ignorado por todo el mar de hormonas que se encontraba a flor de piel en esos momentos, lo que ocasionó que una vena se marcara de forma pronunciada en su frente -¡Su atención, por favor!- volvió a hablar, o dicho de mejor forma, gritó, lo que ahora sí hizo que le prestaran atención, se aclaró la garganta y prosiguió -En nombre del Rey Igneel, les doy las gracias por vuestra presencia en este humilde evento,- hizo una ligera pausa para volver a aclararse la garganta y seguir hablando -así que sin más dilatación, me honra anunciar a vuestro rey, el Rey Igneel.- terminó de decir, mientras el nombrado hizo nuevamente acto de presencia en el salón, mostrando una radiante sonrisa, y una postura firme al caminar, muy diferente a la que había mostrado momentos antes, y como era de esperarse, los aplausos no se hicieron esperar, resonando por todo el salón y gran parte del palacio, una vez llego al centro de las escaleras, con su mano hizo un ademán para que los aplausos cesaran.
-Gracias Gildarts, por tan magnífica presentación- habló una vez cesados los aplausos -¡Hoy, quiero agradeceros a cada uno de vosotros por haber asistido a la gala de esta noche!- habló nuevamente, pero esta vez con un tono de voz más elevado, pero sin gritar -¡Y más que nada, me da gusto anunciar que, esta noche, mi hijo el príncipe, elegirá a una de las doncellas que hoy desfilan en tan magnífica velada, como su prometida!- los gritos por parte de las féminas no se hicieron esperar, mientras que detrás de una cortina en el segundo piso del palacio, se podía ver a un joven pelirosa que suspiraba con pesadez -¡Con ustedes, el Príncipe Natsu!- nuevamente los gritos hicieron acto de presencia, y de la cortina salía un apuesto joven de cabellos rosados, vistiendo un elegante traje, forzando una sonrisa para los invitados.
✴️✳️✴️✳️✴️✳️✴️✳️✴️✳️✴️✳️✴️
El baile dió inicio y ya muchas parejas se encontraban danzando por el enorme salón, excepto un pelirosa que inconscientemente buscaba a la dueña de esos ojos azules, pero al ver que no la encontraba decidió sentarse en el trono de su padre, mientras éste se la pasaba bailando con cuanta joven le fuera posible.
Las puertas del palacio permanecían abiertas para cualquiera que quisiera asistir al baile, y por aquellas enormes puertas, una esbelta figura hacía acto de presencia, vestida con un bello vestido azul, zapatillas de cristal, así es, era aquella chica que el príncipe tanto ansiaba ver.
-Juvia no se siente cómoda aquí y menos con... eso...- dijo en un susurro para sí misma, para después bajar la mirada y ver entre los pliegues de su vestido una empuñadura que pertenecía a la daga antes otorgada -No hay necesidad de que Juvia lo haga- volvió a susurrar para sí misma -Claro que la hay, es por tu bien...- susurró una voz cerca del oído de la peliazul que inmediatamente se asustó y giro su cabeza rápidamente buscando al dueño de aquella voz, más no encontró lo que buscaba.
Por otra parte, el pelirosa que se encontraba sentado, emprendió camino hacía la peliazul, y al notar que esta estaba distraída, trató de atraer su atención -Hola, ¿Estás disfrutando el baile?- preguntó con educación el joven, haciendo que la mirada de la peliazul se posará en el mismo -¿Le... le está hablando a Juvia?- preguntó nerviosa la peliazul sin dejar de mirar al joven pelirosa -Si tú eres Juvia, sí, le estoy hablando a Juvia- respondió con una radiante y hermosa sonrisa que hizo que la peliazul se sonrojara, ocasionando a su vez que el pelirosa se sonrojara -¿Me permites este baile?- dijo con cortesía haciendo, a su vez, una reverencia mientras le extendía la mano a la joven -Claro, Juvia acepta- respondió con una tímida sonrisa, aceptando la mano del joven, que al momento de aceptarla, se puso en posición para iniciar a bailar.
El baile entre ambos jóvenes había comenzado, una pieza que suena con delicadeza e inunda los oídos de todo aquel que la escuche, nadie hasta ese momento se había dado cuenta de que el príncipe, había comenzado a bailar, por una parte muchas chicas celosas de la peliazul, por otra parte igual varios chicos celosos del pelirosa, pues no había joven más bella que la de cabellos marinos, y no había joven más codiciado tanto por su fortuna como por su atractivo como lo era el príncipe. Y por una última parte el rey, el cual observaba feliz a su hijo bailar con aquella bella joven.
Ambos totalmente sincronizados en sus movimientos, sus ojos se perdían en la mirada del otro, sus cuerpos danzando al compás de la dulce melodía, revoloteando cual mariposas en el gran salón, aunque estaban siendo fijamente observados, para ellos, sólo existían ellos dos en ese momento, sólo ellos, siendo únicamente acompañados por la bella música de fondo.
❇️〰️❇️〰️❇️〰️❇️〰️❇️〰️❇️〰️❇️
Finalmente la música cesó, y con ella el andar de nuestros protagonistas, pero a pesar de ya haber acabado la melodía, ambos seguían cuerpo a cuerpo, unidos de las manos, y perdidos en la mirada del otro.
-¿Te importaría acompañarme un momento?- preguntó con timidez pero seguro el pelirosa, junto con un ligero rubor en sus ligeramente bronceadas mejillas -A Juvia le gustaría acompañarlo- contestó con una tímida y pequeña sonrisa, mirando todavía a los ojos al pelirosa -Vamos- dijo para llevar de la mano a la joven a la parte trasera del palacio, lo cual parecía ser un jardín.
La joven no pudo evitar sentirse nerviosa, mientras un sentimiento de arrepentimiento le inundaba el pecho, pues finalmente ambos estaban solos, la oportunidad perfecta para poder llevar acabo su cometido. Estaba empezando a temblar, sus ojos poco a poco se humedecían.
No quería hacerlo, no podía hacerlo, no se atrevería a hacerlo, simplemente no podía, no era capaz, no a aquel joven de hermosa mirada jade.
-¿Hmm? ¿Te encuentras bien?- preguntó preocupado al ver a la joven al borde del llanto -Juvia... Juvia no quiere...- decía entre murmullos, alzando la mirada hacía el pelirosa, que se sorprendió al ver gruesas lágrimas caer -¿Qué sucede? ¿No quieres estar conmigo?- preguntó con un pequeño deje de tristeza en su voz, pero la peliazul de entre su vestido sacó aquella daga que le fue otorgada por aquel enmascarado, el pelirosa la miro algo sorprendido —Ya veo... así que de eso se trataba... ¿A eso has venido?— volvió a preguntar mientras observaba a la peliazul asentir con la cabeza en señal de afirmación —Está bien, puedes hacerlo...— dijo para irse acercando poco a poco a donde se encontraba parada la peliazul —Hazlo... hazlo sin miedo— volvió a decir con mayor seguridad que las veces anteriores.
La peliazul tomó entre sus manos la empuñadura de la daga, cerrando fuertemente sus ojos, y a su vez, gruesas lágrimas se derramaban de sus ojos. Sin mirar dirigió la afilada arma hacía su objetivo, y sólo se escuchó como algo, o mejor dicho alguien caía al suelo de aquel jardín. Finalmente lo había hecho, le había apuñalado, aquella hermosa mirada no volvería a brillar como aquella noche lo hizo al mirarla, esa bella sonrisa no deslumbrará su corazón de nuevo como aquella noche cuando le dedicó esa sonrisa.
Llena de tristeza y de arrepentimiento, aún sin abrir sus ojos, se dejó caer de rodillas al suelo, el dolor que sentía en su pecho, en su corazón era indescriptible, no había consuelo que le ayudara, y más lágrimas cayeron de sus ojos, esos bellos y hermosos ojos azules no dejaban de llorar.
—No llores, por favor— dijo una voz, que a pesar de no tener mucho de conocerla, no sería capaz de confundirla con la de alguien más —No más lágrimas, te lo ruego— volvió a hablar aquella voz, y a su vez colocaba una mano sobre la cabeza de la peliazul, haciendo que esta alce su mirada, para finalmente encontrar dos hermosos ojos jade que la miraban con dulzura —¿Cómo... Cómo es que...?— trataba de decir la peliazul, pero el asombro y el shock eran demasiado grandes que no podía articular una sola frase —Mira...— le pidió el pelirosa, para después alzar su brazo izquierdo y dejar a la vista su traje rasgado, y una pequeña cortadura, de la cual brotaba un pequeño hilo de sangre —La pequeña sirena no tiene buena puntería— dijo con una pequeña sonrisa burlona, para después sonreírle tiernamente a la peliazul, que lo miraba asombrada, de nueva cuenta gruesas lágrimas brotaban de sus ojos azules —Tranquila, estoy bien...— volvió a decir con ternura, acariciando la mejilla de la chica.
Las lágrimas de la joven no dejaban de salir, por lo que el pelirosa, lentamente se acerco al rostro de la chica, besando cada lágrima que descendía por las mejillas de la peliazul, causando un gran rubor en la chica, pero eso no fue impedimento para seguir besando cada lágrima que caía, y cuando finalmente las lágrimas cesaron, volvió a mirarla y le dedicó una enorme y hermosa sonrisa.
—Bella Juvia, ¿Le gustaría ser mi compañera por lo que resta de esta noche, y hasta que me canse de mirar esos hermosos ojos azules suyos? Los cuales no me cansaré de mirar— preguntó con elegancia y con ternura en cada una de sus palabras, extendiendo su mano para que la joven la tomara —Juvia... a Juvia le gustaría ser su compañera— le respondió aún con algunas lágrimas en sus ojos, pero con una sonrisa, una bella y radiante sonrisa que dejaría a más de uno enamorado, para después aceptar la mano del pelirosa.
Al momento de tomarse de las manos, el pelirosa salió corriendo con la peliazul de la mano, para dirigirse al interior de aquel hermoso y enorme jardín, perdiéndose entre las sombras y los árboles que adornaban el mismo.
Y así, así es como nació un nuevo cuento de hadas, uno donde el dragón, terco y necio, se enamoró de la tímida y temerosa sirena, para así crear su propia historia, una donde ellos serían felices, dueños de su propio destino, de su futuro.
❇️〰️❇️〰️❇️〰️ Fin 〰️❇️〰️❇️〰️❇️
Bien acepto gritos, golpes, y que me maten por no actualizar en tanto tiempo, pero estaba en la escuela, y como asisto en la tarde a veces es complicado poder organizar un buen horario entre dormir, tareas, trabajos, y asistir a clases, pero ya salí de vacaciones así que actualizaré cuanto pueda :3
Éste es un capítulo extra, como el título lo dice :v es básicamente un One-Shot.
Los capítulos extra, aquí serán One-Shot que no tienen nada que ver con la historia, en cambio los capítulos especiales, serán especies de flashbacks o de algo relacionado a la historia como ya se habrán dado cuenta xD
En fin, espero les guste este capítulo, del cual me inspiré para hacerlo de la canción Cendrillon de Miku Hatsune y Kaito Shion :3
Aquí les dejo la canción por si quieren escucharla ^^
Hay algunas cosas que se mencionan en la canción que no puse en éste capítulo, como el carruaje, los huérfanos, entre otras.
Pero en sí la historia es la misma que la de la canción xD
En fin, espero les guste, y gracias por la gran espera xc
Actualizaré lo mas pronto posible :3
Bueno sin más que decir...
Chao chao
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro