Capitolo diciassette
Natsu miraba sorprendido al pelinegro que decía ser su padre, pero lo que más le ha sorprendido es descubrir que no solo es hijo de un demonio, sino que también de una diosa y que además tenía o tiene un hermano mayor.
—¿Y qué fue lo que ocurrió después?— preguntó el pelirosa.
—Aquel dios que deje vivo, volvió para poder quedarse con tu madre, en esos momentos ella estaba demasiado débil, además corría demasiado riesgo dado todos los daños que recibió y sumando su embarazo, ella corría demasiado peligro sí le dejaba sola.
Al principio todo era tranquilo y normal, pero yo no podía dejar de pensar en aquel hombre, que ya no venía por tu madre para poseerla, sino que ahora venía para acabar con ella... Él quería matarla.—
El pelirosa no decía nada, solo se limitaba a observar al pelinegro, mientras esté tenía su mirada en el suelo.
Mientras, en una pequeña cabaña donde yacía un pelirosa inconsciente.
—Vamos hijo, debes despertar— susurraba una mujer de cabellera carmín, sujetando entre sus manos las del pelirosa —No puedes irte ahora, no ahora que por fin puedo verte— volvió a susurrar mientras de sus ojos jade brotaban finas y silenciosas lágrimas.
—¿Cómo está?— preguntó una voz detrás de aquella mujer.
—No luce muy bien... no muestra señales de ir a despertar— dijo soltando más lágrimas.
—Le dejaremos durante esta noche así, si mañana sigue sin mostrar señales de querer despertar romperemos el sello— dijo con una cara sumamente seria, haciendo que la mujer abriera sus ojos como platos.
—¿Romper... su sello?— pensó asustada la mujer —¡No podemos hacer eso!— gritó desesperada —¡Si rompemos el sello él... él...— volvió a gritar, cayendo de rodillas al suelo, rompiendo nuevamente en llanto.
—Lo sé, pero es la única forma de salvarlo— le susurró abrazandola —Debemos salvarle— le volvió a susurrar.
Volviendo con el pelirosa.
—Todo lo que me dices es tan... tan...— dijo mientras se dejaba caer sentado al suelo —Simplemente me parece una locura— dijo nuevamente ahora en el suelo, con una mano en su frente.
—Natsu sé que es demasiada información para que la entiendas toda de golpe pero...— respondió agachandose y sujetando de los hombros a Natsu —Pero debes de tratar de entender, está es mi historia, y es parte de la tuya— le dijo con voz baja y tranquila.
—¿Por qué no me criaron? ¿Por qué se muestran hasta ahora? ¿Por qué me dejaron solo?— preguntó sin mirar a los ojos al pelinegro.
—Veras, no te dejamos porque lo hayamos querido, sino que tú y tu hermano corrían peligro a nuestro lado...— respondió en voz baja —Mira después de haber rescatado a tu madre, ella y yo nos asentamos en un pequeño pueblo, alejado de toda la civilización donde alguna vez existieron los dioses, y donde vivimos los siguientes 5 meses, pasado aquellos meses, en aquel pueblito tu madre dió luz a un niño, los dos estábamos demasiado felices, pues apesar de el daño que ella había recibido, el bebé nació sano, sin ninguna complicación, a esa pequeña criatura tu mamá le dió el nombre de Zeref—
—¡¿Zeref?!— el pelirosa rápidamente dirigió su vista hacía el pelinegro —¿Has dicho Zeref?— preguntó incrédulo el joven DS.
—Sí, sé que ahora él es conocido como el mago obscuro, y que creo a múltiples demonios, pero todo eso es porque se le implantaron recuerdos que no son verdaderos— dijo está vez de pie.
—¿Cómo qué sus recuerdos no son verdaderos?— preguntó nuevamente el DS.
—Lo que sucede es que tanto a tí como a él les bloqueamos sus recuerdos de nosotros, y en su lugar les implantamos memorias diferentes— explicó el pelinegro.
—¡Todo ésto es un lío! ¡No entiendo nada!— gritó frustrado el pelirosa.
—Lo sé, yo tampoco entiendo mucho de todo esto, pero eso es lo que ha pasado, por lo que hemos pasado— respondió rascandose su nuca.
—¡¿Cómo no lo vas a entender sí te paso a tí?!— gritó nuevamente el pelirosa, pero ahora enojado.
—Bueno es que pasaron muchas cosas en aquel entonces, y es algo difícil de explicar y de entender, incluso para mí— contestó con un pequeño tono de tristeza.
—Emm... lo siento, no debí ponerme así— se disculpó el pelirosa.
—No te preocupes, es normal que estés enojado, has crecido sin saber de donde vienes, y que un completo extraño para tí venga y diga que es tu padre no ha de ser algo fácil— dijo con una pequeña sonrisa.
—Pero termina de contar todo, aún sigo sin entender porque me han dejado solo— dijo el pelirosa con semblante serio.
—Claro... luego de que nació tu hermano, tu madre y yo decidimos ir al inframundo para que ahí pudiera crecer Zeref y así dominar los poderes divinos y demoniacos que posee, además así no pondríamos en riesgo a los mortales, al menos hasta que controlará sus poderes.
Así pasaron los próximos 100 años, y dado que Zeref y tú son mitad dios y mitad demonio, pues crecen a un ritmo más lento que el de un humano común y corriente, además de que son inmortales, al menos que un dios, o un demonio los mate— explicó el pelinegro y a la vez soltaba un sonoro suspiro —Pero debido a que los dioses son capaces de detectar la energía demoniaca, ellos fácilmente podían dar con nosotros, por lo cual tu madre y yo les colocamos un sello el cual encierra sus poderes divinos y demoniacos, por lo tanto su inmortalidad se vuelve nula.
El dios que deje vivo, pocos años después de que tú nacieras volvió para matarnos a todos nosotros, pero no había vuelto solo, pues con él había un enorme ejército de muertos vivientes, dadas las circunstancias los tuvimos que esconder en la tierra de los dragones, tierra que ya era perteneciente a tu madre, dado que ella se había vuelto la Reina de los Dragones, por lo cual los dejamos ahí, y como era muy probable que tu madre y yo fueramos a morir, les remplazamos sus memorias, bloqueando a las que tenían de ustedes dos y de nosotros.
Tú fuiste criado por el Rey Dragón de Fuego, Igneel, el cual era amigo de nosotros, también se había ofrecido a cuidar de Zeref, pero era demasiado riesgoso para ustedes, por lo cual el Dragón de los Mares, Sapphire, pero a diferencia de Sapphire, Igneel te enseño su magia cosa que él no hizo con Zeref, al contrario, le enseño otro tipo de magia, la cual es conocida como Magia del Caos, una magia perdida, la cual tiene el poder de destruir un país entero.
La batalla entre aquel dios, su ejército y nosotros duro bastantes años, más de los que hubiésemos pensado, pero al menos podíamos pelear lo suficientemente tranquilos porque ustedes dos estaban a salvo, durante la guerra pudimos deshacernos de muchos de los soldados de su ejército, pero lo cierto es que estábamos demasiado cansados y heridos, así pasaron varios años más, y cuando finalmente solo quedaba aquel dios, fue que decidimos hacerle una emboscada, pero no resulto del todo bien, pues los emboscados fuimos nosotros, y por un descuido... tu madre resulto demasiado herida, estando entre la vida y la muerte.
La ira me consumió en ese momento, que volví a manchar mis manos de sangre de un dios— explicó apretando sus puños —Nunca he tenido remordimientos por aquellas acciones, pero creo que de no estar en esa situación probablemente ambos hubiéramos muerto.
No quedo rastro de aquel hombre, solo cenizas y polvo quedo, tu madre al filo de la muerte y yo sin poder hacer nada.
En ese momento una extraña luz empezó a rodear a tu madre, y de ella una mujer extrañamente parecida emanó, parecía que estaba hablando, pero no se oia ninguna voz proveniente de ella, y aquella luz que había estado rodeando a tu madre, entró a su cuerpo de golpe, y aquella mujer, de la cual no había escuchado ninguna voz, oí perfectamente como me decía que aquellos dioses perecidos antes del nacimiento de ella le habían otorgado una nueva oportunidad dado la pureza de su corazón, al principio creí que era una tontería, pero al final me dijo que había un precio que debía pagar.
Su vida a cambio de la mía.—
Ya lo sé ya lo sé, no actualicé en más de una semana, pero no tenía ganas de escribir, además que borré los datos de la aplicación para instalar otra(? Y de las otras historias ya tenía escritos varios capítulos pero se me olvidó publicarlos.
Pero ahora sí, voy a seguir con el horario que ya compartí con ustedes en el capítulo pasado.
Gracias por su paciencia y una enorme disculpa por no actualizar en una semana 🙇🙏 pero ya ahora sí actualizare mis historias los días que les corresponde.
Espero les guste este capítulo y que lo hayan disfrutado.
Otra cosa...
Aún no sé que nombre ponerle a la madre de Natsu xD :'v
Si tienen alguna sugerencia de como se podría llamar pueden dejarla en los comentarios :3
Bueno ahora eso sería todo, nuevamente una disculpa y espero que les haya gustado y hayan disfrutado de este capítulo :3
Les dejo una hermosa imagen Navia 💙 7u7r
La encontré en Tumblr :3
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