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09 | ¿La has invitado?

Capítulo 9 : “¿La has invitado?”

Nacor Hardin.

Cerré la puerta de mi coche detrás de mi con una fuerza que sobraba y camine firmemente hasta mi mejor amigo. Mi mirada estaba tan fija en Jacob, que por un momento me olvidé completamente de que Naima estaba ahí y que venía a mis espaldas a pasos apresurados, intentando alcanzarme. Supe que estaba intentando seguir mi ritmo para intentar averiguar algo, pero no me importó. Estaba solamente pensando en qué mierda podrían estar hablando esos dos.

—Kaden.—lo llamé cuando ya estuve a su lado.

Jacob y Kaden se giraron a mirarme, pero de inmediato su mirada bajó hasta la pelirroja de mi lado.

—Hola vecina.—saludó el primero con una sonrisa.

—Hola Jacob.—devolvió ésta.

—Estás preciosa esta noche.—admitió.

Kaden lo miró fijamente y si no lo conociera lo suficientemente bien, no sabría con ciencia cierta que le dirigió una mirada de amenaza a Jacob. Pero por supuesto que el valiente lo ignoró por completo. Naima por otro lado, frunció ligeramente el ceño ante ese cumplido, estaba seguro de que el no solía decirle esas cosas muy a menudo.

—Gracias.—respondió simplemente.

—¿Qué está pasando aquí?—pregunte entonces sin importarme nada.

Kaden habló,—Nada, sólo tenía que aclarar algunas cosas con Jacob.

—Sí, aunque eso me quite la diversión.—se rió el otro.

—Te puedes divertir con otras cosas.—ladró Kaden cortante.—Estoy seguro.

Me quedé callado sin saber que más decir o que más preguntar. Estaba muy seguro de que mi amigo hubiera sido más claro en sus contestaciones en otro momento, sin embargo la presencia de la pelirroja a nuestro lado, hacía que todos nos mantuviéramos o bien en silencio, o bien con palabras cortas y poco concisas.

Me estaba frustrando.

—Noto mucha tensión.—Jacob siguió riendo.—Voy a fingir que tengo cosas que hacer para irme de aquí.

—Será lo mejor.—Kaden comentó.

Jacob hizo una reverencia en burla y miró a Naima,—Adiós pelirrojilla.

No sé porque ese apodo me molestó.

Todos observamos como el moreno se fue de allí, caminando de regreso a su casa con chulería. Fue entonces cuando noté como había estado conteniendo un montón de aire en mis pulmones, atento a todo, como en alerta, por si de repente aquello se desataba en ira y golpes. Para mi suerte, nada de eso había ocurrido, pues no hubiera sabido como reaccionar.

Mi amigo suspiró y me dirigió una mirada de esas en las que sólo personas de confianza entenderían.

"Te lo explico luego."

Y entonces Kaden Price, aprovechó para fijarse mejor en la pelirroja de mi lado.

—Tú debes de ser Zaira, ¿verdad?—preguntó en una sonrisa.

—Naima.—corregí de inmediato.

—Lo que sea.—éste me respondió sin importancia mientras sólo la miraba a ella.—No sabes lo que Nacor me ha hablado de ti.

Abrí los ojos de golpe.

—¿Ah... ah si?—Naima quiso asegurarse.

—Sí,—afirmó Kaden.—me ha llegado a hartar la cabeza.

¿Y me lo decía el? Que no había parado de hablarme de Nora casi en ningún momento.

—Es tarde.—avisé antes de que dijera cualquier otra cosa.—Vámonos.

—Claro.—mi amigo asintió pero antes decidió preguntarle una última cosa.—¿Te veo mañana, no?

Naima se desconcertó,—¿Qué?

—En la playa.—especificó.

La pelirroja siguió con esa mueca en la cara y Kaden lo intentó por última vez.

—Por el eclipse.

—Lo siento, no sé de que me hablas.—se disculpó Naima.

Kaden me miró perplejo.

—¿No la has invitado?—me dio un codazo.

—No y ahora vámonos.—dije firme.

Mi amigo volvió a ignorarme y se fijó de nuevo en ella.

—Mañana por la noche habrá un eclipse, iremos a verlo a la playa con unos amigos y estás invitada.—le informó.

Quería irme cuanto antes.

—Ah... mu-muchas gracias pero...

—Nacor vendrá a recogerte a las siete.—Kaden acató y entonces antes de que me diera tiempo a reaccionar, me empujó de vuelta al coche.

Dejando a una Naima completamente alucinada en la acera de la calle.

Sabía perfectamente de esa nombrada quedada en la playa para ver el eclipse. Las chicas del grupo habían estado mencionándolo durante semanas, tanto, que me habían producido dolor de cabeza. Estaba seguro de que iba a asistir a eso, pero no que iba a tener acompañante y que esa acompañante fuera ni más ni menos, que la chica a la que estaba intentando evitar a toda costa.

—¿Qué mierda has hecho?—le reprendí a mi amigo una vez ambos subimos a los asientos.

—Prepararte una cita, ¿no es obvio?—respondió como si nada.

—No pienso venir a buscarla.—afirme.

Kaden abrió la boca sorprendido,—¿Y vas a dejarla tirada?

—Sí.—dije de inmediato.

—Mentira, seguro que ya estás pensando en que se pondrá mañana.—soltó una carcajada.

Quise darle un puñetazo.

—Eres un grano en el culo.—le dije.

—Eso mismo dijiste de ella y mírala, si es preciosa.—la señaló.

Mi cabeza inconscientemente se giró hacía el cristal de mi ventana y observé como Naima salía de su shock y decidía por fin el entrar en su casa. Solo cuando me aseguré de que la puerta principal se cerró, yo volví a girar la cabeza hacía mi estúpido amigo.

—¿Qué le ha pasado?—preguntó de la nada.

—¿Eh?—dije sin entender.

—En la cara, tenía heridas.—Kaden frunció el ceño.

—Ni me lo recuerdes.—metí las llaves en la ranura del coche para encenderlo.

—¿Has vuelto a salvarla?—quiso adivinar.

—Se peleó con una chica en la discoteca.—le informe.

—¿Por qué?—abrió los ojos sorprendido.

—Al parecer su novio le fue infiel con ella, era su mejor amiga.

—Joder.—logró decir.—¿Y sigue con el?

—Claro que no.—dije de inmediato.

—Entonces está soltera, tienes suerte.—me dio una palmada en el hombro, como orgulloso.

—¿Quieres parar?—me enfurecí.—Sólo es una desconocida.

—Mentira, ya la has visto varias veces.

—¿Y eso qué?—le mire.

—Que ya no es una desconocida y además, sabes su nombre y donde vive. Eso no lo saben los desconocidos.—levantó las cejas pícaro.

Me acaricié la sien.

—Kaden para.—le ordené.

—Pasa página, quien sabe si ella es la indica...

Le interrumpí,—Ninguna será la indicada.

—Sólo déjala intentarlo.

—¡No hay nada que intentar!—exclame y Kaden calló en seco.

Un silencio incómodo se formó en el coche, maldita sea. Aquél jodido tema estaba en la boca de todos, todos querían que volviera a rehacer mi vida y eso no iba a suceder hasta pasado un buen tiempo o incluso nunca. Arranqué el coche y empecé a conducir para intentar olvidarme de ello, de ese tema y de la chica a la que tendría que venir a recoger a las siete.

—¿Por qué has ido allí?—pregunte después de un rato.

—Tenía que hablar con el,—sabía que se refería a Jacob.—aclarar las cosas.

—¿Qué cosas?—inquirí.

—Le dije que los problemas eran entre el y yo, que no jodiera a personas de mi alrededor.—comentó.

—¿Como Nora?—quise acertar.

—Sí,—afirmó.—pero no está dispuesto a dejarlo pasar.

—¿Entonces?

Kaden se lo pensó un momento antes de decirme las siguientes palabras.

—Bueno, como el otro día parecías preocupado por Naima...—calló un momento.—Le pedí que al menos a ella la dejara en paz y que no se metiera.

Me mantuve en silencio.

Lo cierto es que le agradecía aquél gesto. No me gustaba cuando buenas personas pagaban por pecadores y no era mentira cuando dije que ella no se merecía las cosas que Jacob podría hacerla. Sin embargo, no sabía si ese hecho me dejaba más tranquilo o más nervioso, era muy sabido que el moreno era famoso por no cumplir nunca sus promesas. Miré fijamente la carretera mientras contestaba a mi amigo.

—Sólo espero que lo cumpla.

—Tranquilo, no le pasará nada.—me aseguró.

Aparqué el coche en la entrada del hogar de Kaden y esperé para que se bajara, éste en cambio, me observó fijamente durante unos cuantos segundos.

—¿Qué?—dije.

—Irás mañana a buscarla.—me ordenó.

Reí un poco,—¿Tengo otra opción?

—No, así que deja de ser un capullo y llévala a la playa.

—¿Y si ella no quería ir?—cuestioné.—La has obligado.

—Se acaba de pelear con su mejor amiga, la chica estará triste, necesita algo de diversión.

Tenía sentido.

—De acuerdo.—asentí pero sólo para que se bajara de mi coche.

—Prométemelo.

Suspire con cansancio,—Te lo prometo.

Kaden sonrió.

—Hasta mañana colega.—dijo y chocó puños conmigo.

Le hice un gesto de cabeza y Kaden bajó finalmente del vehículo para entrar en su casa. Me mantuve unos segundos sin hacer nada, sólo recostado contra mi asiento, mirando fijamente la calle vacía. Estaba todo más que claro, ella no iba a desaparecer de mi vida, no iba a poder alejarme de ella, alejarme de buscarle problemas.

Naima había venido para quedarse y como Kaden había dicho.

No me quedaba otra opción.

[...]

Mi cabeza estaba en otro lugar, desde hacía más de media hora estaba intentando buscar una excusa lo suficientemente creíble para no asistir a la playa esta noche. Sin embargo, ninguna parecía ser lo bastante buena, además de que mis amigos sabían que nunca me escaqueaba por nada y siempre asistía a todo.

Estaba perdido.

Mientras cruzaba el pasillo de puertas de mi casa, mi mirada cayó en la habitación de invitados. Mis ojos se quedaron ahí durante más rato de lo que pretendía, no sabía ni siquiera porque, hasta que a mi cabeza me llegó la imagen de una pelirroja acostada en la cama de esa habitación.

Maldita sea.

Por mucho que yo quisiera abandonarla, dejarla plantada, no podía. Desde pequeño siempre me habían enseñado que no podía faltar a una promesa y aunque no se lo hubiera prometido directamente a ella, a mi mejor amigo sí que lo había hecho.

—Definitivamente los dos son un grano en el culo.—me dije para mí mismo.

Agarré la chaqueta negra que colgaba del perchero de la entrada y cogiendo las llaves de mi coche, salí por fin de casa. Mis ojos analizaron la hora que era, faltaban diez minutos para que dieran las siete de la tarde, la hora que mi amigo había puesto por mí para ir a buscar a Naima.

Lo mataría al llegar a la playa, estaba seguro.

Cuando ya estuve metido en el coche, lo encendí y empecé a conducir tranquilo, aunque en mi cabeza estuviera maquinando un millón de pensamientos a la vez. No sabía como iba a reaccionar al verla, ni tampoco qué es lo que íbamos a hablar durante el camino. Lo cierto es que ella era bastante habladora en cambio a mí, por lo que suponía que haría las cosas fáciles.

Pero yo no tenía ganas de hablar y tampoco ganas de que descubriera mi pasado.

Fui disminuyendo la velocidad del vehículo cuando empecé a entrar en la urbanización, mis ojos se posaron en la casa de Jacob, ese enemigo mortal de Kaden que había hecho que me pusiera alerta en cuanto lo vi. Porque un enemigo de mi amigo, también es mi enemigo. Al ver su casa tranquila y sin ningún coche aparcado fuera, deducí que allí no estaba.

Suspire aliviado.

Y entonces mi mirada de fijó en la casa de Naima.

Aparqué el todo terreno justo al lado de un mini cooper azul y no pude evitar mirarlo fijamente, perplejo. En mi cabeza, empecé a contar las diferencias que tenía con mi coche, eran demasiadas para contarlas. Miré la hora, las siete en punto.

Nunca fallaba mi puntualidad.

Cuando tomé una buena bocanada de aire, toqué el claxon.

Di varios toquecitos con mis nudillos contra el volante, esperando pacientemente. Aunque dándome cuenta de algo, yo no tenía tic nervioso, hasta que visualice como mis nudillos seguían dando golpes contra aquél círculo. Cuando estuve a punto de buscar una lógica explicación a ese nerviosismo que tenía, por el rabillo del ojo noté movimiento y entonces vi de quien se trataba.

Mis ojos no pudieron evitar hacerle un repaso de arriba a abajo.

Su pelo pelirrojo estaba suelto, con unas ondas poco marcadas en cada mechón. En su cara pude notar que se había maquillado, tenía los labios de un color más intenso al suyo y las heridas que tenía anoche habían desaparecido. Como camiseta, tenía un top azul veraniego, haciendo que su estómago estuviera al descubierto, mi mirada siguió descendiendo hasta que vi que llevaba un short del mismo color que su pelo y unas vans azules en sus pies.

Se me secó la garganta, pero su voz me sacó de trance.

—Hola.—saludó tímidamente.

—Hola.—le respondí de igual manera.

—Nacor.—me llamó.

—¿Mhm?—desvié la mirada.

—No hace falta que vayamos en el mismo coche,—hizo una pausa.—puedo seguirte con el mío.

Volví a mirarla.

—¿Ese es tu coche?—señalé el pequeño mini cooper azul.

—Sí.—asintió.

—¿Cómo mierda puedes respirar ahí dentro?—pregunté.

Naima frunció el ceño,—No es tan pequeño.

—Sí lo es.—contradije.—Sube al mío, no vaya a ser que mueras en ese coche de juguete que tienes como vehículo.

—No todo el mundo puede costearse un todo terreno.—dijo malhumorada.

Callé en seco, quien me mandaba hablar.

Al ver que no iba a decir nada más que mi última orden, a Naima no le quedó de otra que subirse a mi coche. Escuché como abría la puerta y se sentaba en el asiento de mi lado para después ponerse el cinturón de seguridad. Antes de arrancar rumbo a la playa, tuve que preguntárselo.

—¿Seguro que quieres venir?—hice una pausa.—Kaden es a veces algo maleducado y obliga a las personas a hacer cosas que no quieren, siento que ayer te obligara.

—No me importa.—dejó saber.

—No pasa nada si no asistes.—la informé.

—Quiero ir.—admitió sonrojada.—Si... te parece bien.

No respondí, simplemente arranqué el coche y empecé a conducir rumbo a la playa. Me había pasado anteriormente a comprar algo de bebida y también comida para todos. Casi siempre tenía que comerme un sándwich hecho por Kaden o por John y dejarme decir, que más que un sándwich, era algo totalmente incomible.

—¿Nacor?—me volvió a llamar.

—¿Qué pasa?

—Mhm nada, sólo quería preguntarte algo.

Lo que yo decía, habladora.

—Claro, puedes empezar con tu interrogatorio de nuevo.—le di paso.

—Los que van a ir a la playa... ¿son todo chicos?—preguntó con algo de incomodidad.

Me quedé pensando en ello por unos breves segundos, Naima se pensaba que iba a ir a una playa rodeada con sólo chicos desconocidos. Quise reírme internamente, seguramente ella se había pasado la noche en vela pensando en las mil formas de que pudiéramos hacerla algo malo. Por un momento me dio lástima, así que quise tranquilizarla.

Hacerla sentir mejor.

—Habrá cinco chicas con las que podrás estar.—le informé.—Te las presentaré, no te preocupes.

Visualice como Naima sonreía tranquila y supe, que quizás esa noche en la playa no iba a estar tan mal como pensaba.



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Capítulo 9.
Decirme, ¿adorais a Kaden por lo que ha hecho? Al parecer Naima va a ser parte del grupo de Nacor.
¿Qué os parece?
Votar mucho y nos leemos la semana que viene.
Os quiero ♡

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