Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5: Toda mi vida, una mentira.

Hola¡! Llega un nuevo capítulo de esta historia 😁😁😁

Que lo disfruten!!

🥰😜

...

《Ainhoa》

45 malditas horas de viaje tuvimos que soportar, en la cual mi culo practicamente desapareció. Estaba en una pesadilla, una enorme pesadilla de la cual no despertaba, por más que me pellizcara el brazo. ¡Auch!

Al fin estaba en el patio de este enorme castillo, tenia un aire barroco, me llamaba la atención los espejos, muebles y portarretratos que estaban por todo el lugar, no observé demasiado, necesitaba sentir el aroma a verde, a aire libre, por lo que fui enseguida al patio, nadie me lo iba a reclamar ¿verdad? Después de tantas horas de viaje me lo merecía.

Aaaa esto era un sueño, muchos árboles, diferentes tipos de flores adornaban todo el lugar, enredaderas se prendían fuertemente a las paredes del castillos, era simplemente maravilloso, pero extrañaría mucho mi lugar..

Seattle era mi vida, crecí allí, mis padres adoptivos y abuelos seguían allí, por lo que debía volver con ellos, tarde o temprano volvería, esto no podía durar tanto.

—¿Pensando en todo y a la vez en nada? —me interrumpió Christopher.

—Exacto —contesté y seguí contemplando las bellas vistas. A lo lejos logré ver un lago, con unos bellos cisnes negros nadando, no pude más que decir— ¡Oh! Son preciosos.

—Como tú —respondió aquel ángel caído, aunque no le hable a él. Decidí ignorar lo que me habia dicho y seguí hablando.

—¿Será que podemos acercarnos?

—Claro, vamos, te acompaño —me contestó.

A medida que nos acercábamos al lago, podía ver con más precisión la extensión de este castillo, era una locura lo grande que era todo, me agradaba estar allí, en otras circunstancias hasta hubiera disfrutado de todo esto, pero el solo hecho de saber por qué me encontraba aqui, me ponía de mal humor, y un dolor cesante en mi vientre me hacia retorcerme.

—¿Cuánto tiempo crees que estaremos aqui? —pregunté.

—Estas muy preguntona hoy —bromeó él.

—¿Prefieres que no te hable? Porque si es asi ya no te hablo más —puso una mano en mis labios y dijo:

—Shh Ainhoa, para con tus quejidos —y sonrío, bajó la mano de mis labios y otra vez vi el rojo fuego, le habia quemado tocarme— puedes hablar todo lo que quieras, este espacio es para que seas libre y estes en paz hasta que solucionamos todos los problemas, estarás segura aqui.

—¿Libre? Esto no es lo que yo precisamente defino como libre, pero entiendo lo que dices.

Christopher me miró divertido y se acercó al lago, arrodillándose junto a él.

—Aqui puedes hacer lo que quieras, eres la reina del lugar, siéntete con la libertad de pedir lo que deseas, tus pedidos serán órdenes para todos.

Oh eso no me lo esperaba, que me trate así...

—¿Por qué eres tan lindo conmigo? Me haces difícil mi tarea de odiarte sabes...

—No quiero que me odies, quiero que me ames tanto como yo a ti.

—Eso es complicado Christo... yo no te conozco como tu dices hacerlo conmigo, no recuerdo nada de una vida pasada —el rie, su risa es triste, amarga— Y... ni puedo tocarte que ardes como el infierno, no podría siquiera intentar conocerte.

—Puedes tocarme todo lo que desees. No me importa quemarme. Y si a ti te preocupa eso, hay una forma en que no pueda quemarme.

—¿Cuál es? —pregunté intrigada, no es que quisiera tocarlo, eso ni se me pasó por la cabeza.

Claro que no.

—Debes ponerte una peluca de cualquier otro color y no me quemaré al tocarte.

Lo miré sorprendida, eso que me decia debia ser una broma.

—¿Me ves cara de idiota? —espeté con poco humor.

—Juro que hablo en serio —contestó poniendo una mano sobre su corazón.

—¿Cómo es que sabes eso? —y ¡bingo! Como lo presentía, se puso nervioso.

Hay Christopher, Christopher dices amarme pero... ¿con cuántas has estado?

—No vayas por ahi —dijo y lo miré anonadada, no entendía a qué se refería esta vez.

—No intentes verme como el malo de la película, el mujeriego, quien anda con cuanta chica se le atraviese en el camino.

—¿Cómo sabías que estaba pensando justo eso eh? Acaso... —no me dejó continuar, respondió:

—No leo mentes si es lo que te imaginas, es solo que, como decirlo... tus gestos te delatan. Yo... no es por alardear pero, conozco todo de ti, absolutamente todo... ya te lo he dicho, hasta tus más mínimos gestos —dijo en tono diferente. A la mierrr... él me conocía, eso estaba más que claro. Carraspeé para que vuelva de su nube en ensoñación y le dije:

—Ok, pero debes saber que yo a ti no te conozco, ni de vidas pasadas, ni en esta vida. Solo de días te conozco y es impresionante aún para mi.

—Entiendo eso y lo respetaré porque para mi eres sagrada Ainhoa. Y aunque ahora no puedo darte todas las respuestas que quizás necesites, muy pronto te diré todo lo que quieras saber. Confía en mi ¿si? Conmigo estarás segura. —acarició tiernamente mi mejilla y yo sonreí, agradecía de que me mantenga con vida, pues la vida, a pesar de sus altos y bajos, era maravillosa, y quería seguir viviendo.

—¿Vamos adentro? Esta refrescando aqui, puedes enfermarte.

—Ahi hay algo que no sabes de mi. Amo esta brisa fresca que corre en los atardeceres.. quiero quedarme unos minutos más.

—Oh me sorprendiste, eso es algo que no sabia de ti —y sonríe sobrador. Claro que lo sabía. Aaaaj es odioso cuando quiere.

—Ya, lo capté, sabes todo de mi.

—Absolutamente todo —su respuesta me dió escalofríos, su mirada me hizo temblar y comencé a convulsionar. Poco más recuerdo, solo unos suaves destellos de luz que me cegaban y comencé a moverme frenéticamente, sin poder contener mi propio cuerpo hasta que todo se hizo oscuro y descansé de tanto martirio.

...

Desperté y estaba en una habitación luminosa, completamente blanca. Mi mano la tenía sujetada Liz y atrás, más precisamente en el final de la cama estaba Leah, ambas me observaban con rostro angustiante.

Nat entró en esos momentos a la habitación y dijo preocupado:

—¿No ha despertado aún?

—Todavía no, ya lleva así dos días. Tiene que despertar Nat.

Yo estaba despierta, ¿hola? Acaso no me ven? ¿No me escuchan?

—Caiste en un sueño profundo a causa del creador, él no quiere que te vuelvas a enamorar de Christopher, sería un pecado mortal.

Me giré y vi a una mujer muy bonita, que irradiaba luz, ella podía verme.. ¿era acaso un sueño?

—Soy Ludmila, ángel del sueño profundo, yo te causé esta ensoñazón.

—¿No podré despertar jamás? —pregunté enfebrecida.

—Si despertarás, pero antes tendrás que conocer la verdad de todo, aquella verdad que ellos quieren ocultarte.

—No quiero conocer la verdad antes de tiempo, ustedes solo buscan dañarme.

—¿Y crees que ellos no? Solo buscan su propio bien. —dijo aquel ser muy calmado.

Y desperté.

Me incorporé en la cama y allí tenía a mis amigos, Leah, Nat, Liz, Mattheo, Christopher y tres mujeres jóvenes que tenían unas piedras en sus manos y algunas alrededor de mi.

—Logramos despertarla esta vez, pero no creo que la próxima vez pueda hacerlo, fue un poder muy avanzado —dijo una de las mujeres.

—¿Quién te habló Ainhoa? ¿Qué viste? —me pregunta preocupado Christopher.

—Ludmila —dije y palideció, pensé en si debia decirle la verdad o no, y decidí confiar en él, pues me demostró que queria mantenerme con vida— dijo que quería contarme la verdad que querian ocultarme.

Todos se tensaron por completo, y me miraron horrorizados, jolin ¿qué ocurría tan grave como para que no quieran contarme?

—¿Alcanzó... a... decirte algo? —preguntó entre pausas Christopher.

—No, yo le dije que no quería saberlo hasta que tu me lo digas, confío en ti Christo, no sé porqué pero veo cómo me proteges y sé que me dirás toda la verdad cuando sea el momento.

—Ese fue el motivo por el cuál pudimos despertarla —dijo una de las mujeres extrañas que estaban allí, la más anciana de todas— por qué ella se rehusó a saber la verdad, pero una próxima vez, si ella está débil, no podrán despertarla, sólo con el beso de su verdadero amor.

—¡Joder! ¿Qué estamos en una película de niños? —exclamó Leah muy cabreada.

—¿No dices ser su verdadero amor Christopher? —siguió hablando la anciana, ignorando por completo a Leah.

—Lo soy —dijo firme— pero ella no me recuerda, asi que en teoría no podría despertarla si vuelve a suceder.

—Entonces enamórala —volvió a hablar la mujer.

—No puedo Agnes, no es tan fácil —dijo todo frustrado mirándome devastado, algo en mi interior se sacudió al verlo así, tan desarmado, por lo que decidí hablar.

—Si vuelve a suceder entonces podré despertarme, por el momento confío en ti y en todos los que aquí están, poniendo su vida en peligro, por salvarme. Asi que no te preocupes, no tendrás ni que besarme ni enamorarme.

—No es eso, no me malinterpretes Ainhoa, yo... no... —lo corté tajante.

—No me des explicaciones, deseo bañarme, ¿será que puedo tener privacidad para eso?

Todos asintieron y se dispusieron a salir de la que sería, a partir de ahora, mi habitación. Menos Christopher...

Él se acercó a mi, intentó tomar mi rostro entre sus manos pero di un paso atrás. Me miró triste y dijo:

—Le juré a Lucifer, el mismísimo demonio, que no me acercaría a ti si él te protegía. —lo miré sorprendida y él dio un paso adelante y ahora sí, acunó mi rostró entre sus manos— y me duele como el infierno cumplir mi promesa, pero es por tu puto bien. Estás en estos momentos en el castillo de Lucifer, no hay lugar que tenga más protección que este. Es imposible que un puto ángel, trono, serafin, arcángel o el mismísimo creador traspasen estos muros, de hacerlo, la guerra final se desataría.

—¿Tan importante soy para ti como para arriesgar tanto por mi Christopher? —dije angustiada, esto me superaba, era demasiado para mi, que hace unos días me creía una simple humana.

—Tu lo vales todo Ainhoa, cada gota de sangre angelical derramada, cada puta guerra iniciada, cada juramento con el diablo, todo, absolutamente todo lo vales.

—Es bueno saber que estaré a salvo, gracias por cuidarme.

—No me agradezcas nada. Haria mucho más por ti.

—Lo sé y te lo agradezco de corazón.

Soltó mi rostro y vi sus manos muy lastimadas. Siempre olvidaba ese detalle. Yo lo lastimaba con mi sola presencia.

—Ven, te curaré —él sonrío de lado y me siguió al lavabo. Allí, cuidadosamente lo curé y vendé sus manos, tenían quemaduras de segundo grado ya.

—¿Podrás conseguirme una peluca? —Christopher me miró inquietante y rápido seguí hablando, para no crearle falsas expectativas— no es que  quiero seguir tocándote a cada rato, es solo que si por algún motivo tomas mi mano, nos saludamos o cruzamos por aqui no quiero seguir dañandote.

—Te conseguiré una peluca Ainhoa. ¿La prefieres en algún color en especial? —dijo poniéndose de pie y saliendo del cuarto de baño.

—Elije la que quieras, me da igual —respondí y asintió, luego se fue dandome la privacidad que necesitaba para darme un caliente baño en la tina. Lo necesitaba.

Una hora después estaba en la tina, con aromas florales cubriendo mi piel, y espumas por doquier, cuando de pronto siento latigazos en mi espalda, tirones en mi cabello, dolores en los brazos y pierna, alguna fuerza poderosa me sumerge en la tina y no puedo respirar, ¡me ahogo! Voy a morir...

Veo estrellitas alrededor mío, me duele horrores mi cabeza.

Alguién me saca de la tina y me abraza con fuerza y desesperación, trato de respirar lo más que puedo, lleno de aire mis pulmones y toso mucho. Al abrir los ojos y enfocar veo que estoy sobre mi cama, chorreando agua por todos lados, y Christopher busca entre mis muebles una bata con la que me cubre el cuerpo.

—¿Estás bien? —pregunta asustado.

—Creo que si —consigo decir luego de toser un poco más.

—Me asusté hasta la mierda Ainhoa. Tengo que curarte, sangras por la espalda —miré hacia atrás y efectivamente tenía la bata blanca cubierta de sangre.

—Esta vez fue... diferente a las demás veces —dije con voz temblorosa.

—¿Cómo fue esta vez? Y... ¿cómo han sido las otras veces? Cuéntame Ainhoa, asi puedo ayudarte —dijo angustiado mientras iba al cuarto de baño por el botiquín que horas antes usábamos en él.

—Siempre he tenido estas manifestaciones, pero nunca tan seguido como ahora... solo eran dolores de latigazos y golpes en distintas partes del cuerpo, pero al cabo de unos segundos el dolor cesaba y todo volvía a la normalidad.. ¡auch! —me quejé cuando sacó la bata, dejándome desnuda, acto seguido me tapó con una toalla que habia traído, dejándome sólo con la espalda al descubierto— sé que me conoces al completo, pero yo no recuerdo eso, no actúes como si nada, ten en cuenta que me da vergüenza que me veas asi... —me cortó y dijo:

—Ainhoa... es verdad que te conozco completamente y cada parte de ti me encanta, pero te pido, no sientas vergüenza conmigo, sólo busco curarte, no te veo con otra intención... hoy —y sonrío engreído.

—Ok. Solo debía decirte eso, para que lo tengas en cuenta.. en cuanto al suceso de hoy, fue... diferente. —expresé asustada.

—¿Cómo diferente? ¿Qué sentiste?

—Sentí unas manos fuertes que me presionaron el pecho al punto de asfixiarme y ahogarme dentro de la tina de agua.

—¡Me lleva el diablo! —espetó furioso y me dió la vuelta para observar mis pechos, allí se apreciaban las marcas de unas manos enormes en mi cuello y más abajo, parecían dos pares de manos— ¡joder!, ¡qué mierdas es esto! —dijo desesperado— hablaré con Lucifer, estarás bien, te lo prometo mi amor —dijo en un arrebato, y mi pecho se hincho de un sentimiento que no supé decifrar... agradecimiento puro quizás o algo más.

—Gracias Christopher. Todo estará bien si no me abandonas, quiero seguir con vida, confío en ti ciegamente, no sé porqué, pero confío en tí.

Me miró sorprendido y dijo:

—No te decepcionaré, podremos con esto y más.

Luego terminó de curarme y me trajo medicamentos para el dolor. Caí nuevamente en un sueño profundo, esta vez por lo agotada que me sentía luego de las manifestaciones.

Necesitaba reponer fuerzas, porque lo que se avecinaba era muy jodido...

...

Hasta aquí el capítulo de hoy, espero que les haya gustado.. 😜

Que terminen bien su fin de semana

Nos vemos!!! 🥰😘

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro