Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 17

—¿Hola? —digo mientras me limpio mi boca con mi suéter. ¡No puede ser! —pienso.

—¿Así pasas el tiempo en esta casa? Embriagándote a más no poder, para después ¿Vomitar en el jardín? —dice Abrah con una voz de nuevo, poco amigable.

Lo ignoro y camino de nuevo rumbo a las mesitas.

—¿Acaso no me escuchaste? —vuelve hablar.

—Sí, ya lo escuché. ¿Pero qué quiere que le diga? Estamos en una reunión familiar, así que es normal que bebamos, no hice nada malo.

—¿Reunión familiar? —suelta una risa sarcástica. —Acaso tienes qué... ¿Un año trabajando aquí?

—Sí, pero...

Interrumpe.

—Ellos no son tu familia, y en primer lugar no debieron contratarte, ¡sin mí, autorización! —comienza a levantar la voz, lo cual hace que me moleste demasiado.

—Lo siento mucho, pero esa decisión se tomó cuando "usted" estaba lejos de esta casa, así que no tengo por qué darle explicaciones de mi contratación, ni siquiera me conoce y me habla como si pudiera tener control sobre mí, está muy equivocado —le digo alzando la voz.

—¡Y a usted le falta educación! Que falta de respeto dirigirse a mí de esta manera, usted tampoco me conoce, ¡¿quién le dio el derecho de hablarme así?! —continúa gritando.

—Usted me lo dio al dirigirse en primer lugar así conmigo, si usted me respeta, yo no tengo por qué hablarle de mal modo —respondo a la defensiva.

Aunque es de noche, puedo ver que su rostro molesto y lleno de rabia. ¿Por qué se pondrá así?

—¡Le recuerdo que yo mando en esta casa! Yo tomo todas las malditas decisiones, si yo quiero puedo despedirla ahora mismo.

—¡Bien! Despídame, sé perfectamente que significa, solamente tendrá que explicarle a su hermana Arleth de mi reciente "desaparición".

—¡Largo de aquí! —grita a todo pulmón.

—¡Me voy porque yo quiero, no porque usted me lo ordena! Le recuerdo que estoy fuera de mi horario laboral y puedo hacer lo que quiera, incluso deambular por todo el territorio —le digo aun alzando la voz, y extendiendo mis manos señalando todo el espacio que me rodea.

Camino como si yo fuera la dueña de la casa, hago pasos demasiado lentos para frustrarlo.

No puedo creer que este hombre que se mira tan bien por fuera sea tan irrespetuoso.

Tenía tantas ganas de disfrutar este día, y ahora ya se esfumaron. Entró a la casa por la puerta trasera que dirige al área del comedor.

—¡Hey! ¿A dónde vas? —me dice Taddeo que está bailando, ¿no sé... ni qué género?

—A mi habitación, buenas noches.

—¿Qué? ¿Por qué? Estabas bien hace unos minutos, ¿qué pasó allá afuera? —vuelve a preguntar.

—Nada, solo ya no tengo ganas.

Todos me miran confundidos, lo mejor será dejarlo así.

—¡Hasta mañana! —me despido de todos.

El vomitar creo que me ayudó, pero necesito un baño. En cuánto llego a mi habitación agarro mi bata de baño y mis sandalias para ir directo a las regaderas.

—¿Qué fue lo que pasó allá afuera? —pregunta Nora, que de pronto ya está en la habitación.

—Nada, solo vomité.

—¿Vomitaste? ¿Hablas en serio? Porque yo vi a Abrah pasar por el jardín después de que entraste, ¿él no tuvo algo que ver en esto? —se activó su modo detective.

—¡Claro que no!

—Me estás mintiendo, tú no sabes mentir, dime la verdad.

Me quedo pensando si decirle o no, pero qué más da. Ella me conoce y lo conoce a él, ¿qué puede pasar?

—Tuvimos una pequeña discusión.

—¿Y ya por eso no seguirás con la fiesta?

—¿¡Tan normal te parece!? Me gritó y trató de humillarme, cree que, por ser el dueño de esta casa, tiene todo el control sobre mí.

—Pues tal vez así es.

—Una cosa es que sea el dueño de la casa, y les pague el sueldo a sus empleados. Pero... no tiene por qué dirigirse así conmigo, es más, yo no le he hecho nada, es el primer día de conocerlo y ¡Pum! Parece que me odia.

—Él no te odia, no seas dramática. Es buena persona, solamente tienes que tratarlo más, verás que todo irá fluyendo poco a poco.

—Espero que sea así, de lo contrario estaremos todo el tiempo a la defensiva.

—Él solo está adaptándose, así como cuando tú llegaste el primer día. Trata de entenderlo, estuvo lejos de casa 7 años, para regresar y encontrar todo distinto. Una nueva empleada de la cual jamás le avisaron y que por supuesto tiene todo el amor y la atención de su familia.

—Bueno... pero ¡yo no tengo la culpa!

—No dije que la tuvieras, solo está celoso de ti o simplemente le gustas.

No puedo evitar una carcajada.

—Sin duda es la primera opción. Gracias Nora, mi mente ahora ve las cosas más claras.

—¡Pues vamos allá arriba! —me dice con ánimos.

—Creo que paso, prefiero bañarme y dormir. Ya me alcoholicé, reí y bailé lo suficiente.

—Bueno... ya qué, espero que descanses. Buenas noches —me dice mientras se retira de la habitación.

No puedo evitar pensar en lo que me dijo, y por supuesto en todo lo que sucedió en el jardín con Abrah, ¿Por qué él me miraba con tanto enojo? Espero de verdad llevarnos bien, hemos comenzado con el pie izquierdo.

En cuanto termino de bañarme, me acuesto en mi cama. Ya no quiero subir con mis compañeros, no quiero que me hagan preguntas que no deseo responder, mañana lidiaré con eso.

Cuando despierto, hago mi rutina de siempre, lavarme la cara, los dientes, vestirme, maquillarme un poco, y subir a desayunar.

La mayoría de mis compañeros siguen dormidos, no tengo idea hasta qué hora se bajaron a dormir, solamente Emilio está en la cocina.

Buon giorno, Emilio! —le saludo.

—Querida Mía, buenos días, ¿quieres un poco de café?

—Sí, por favor... —respondo soñolienta.

Él solamente se ríe y me sirve mi taza.

—¿Cómo estuvo la fiesta? ¿Eh?

—Estuvo bien, creo que todos están crudos —suelto una pequeña carcajada.

—¿Qué significa "crudos"? —pregunta confundido.

—Es cuando bebes en exceso y al siguiente día te sientes muy mal, también le llaman resaca o guayabo.

—Hablas muy raro.

—Claro que no.

De pronto suena mi radio.

Es el número de Arleth, ¿qué necesitará?

—Buen día, Arleth ¿qué sucede?

—Puedes subir a mi habitación, por favor —responde.

—Claro, voy enseguida.

—Dinora es la que se ocupa de Arleth, ¿no? —me pregunta Emilio.

—Sí, pero en ocasiones me habla a mí. Supongo que Dinora seguirá dormida.

—Yo creo que todos dormirán todo el día.

Los dos nos reímos a carcajadas, y después nos tapamos la boca, recordando que, en efecto, muchos siguen durmiendo.

—Nos vemos después, Emilio.

Chao, Mia.

Subo las escaleras que me dirigen al pasillo principal, abro la puerta de cristal lentamente y me asomó para ver si no hay alguien. No quiero interrumpir alguna conversación de los señores o algo por el estilo. Cuando noto que no es así, me dirijo de inmediato al ascensor, presionando el botón con el número dos. Los espacios pequeños siempre me causan claustrofobia. Trato de soportar el malestar únicamente cuando voy con Arleth, porque me queda más cerca su habitación que ir por las escaleras. Además, si subo por las escaleras de los empleados, es posible que me encuentre a alguien y, aunque yo tengo permitido subir, trato de apegarme a las reglas lo más posible.

Justo donde llega el ascensor, tengo que girar a la izquierda y caminar un poco, para así poder llegar a la habitación de Arleth. Cuando se abren las puertas, salgo de inmediato y terminó chocando con alguien. El golpe es tan fuerte que me mareó y mi visión da vueltas. Intento enfocar la mirada, pero no es sencillo. Poco a poco se empieza a aclarar y puedo ver esos carísimos zapatos italianos. ¡Mierda, otra vez!

—¿Otra vez tú? —grita molesto.

Aún me siento mareada, el golpe fue más fuerte de lo que pensé.

—Lo siento ¡Auch! —digo mientras me sobo la cabeza. —¡Por dios! Tiene el cuerpo como una roca.

—Y tus ojos no te funcionan.

—No quise chocar con usted, discúlpeme.

—Aja, sí, claro —responde mientras se alisa su traje con las manos.

Maldito me está ignorando.

—¿Acaso cree que lo hago a propósito? Yo solamente vine a ver a Arleth.

—Para eso esta Dinora, vuelve a tu área de trabajo.

—Es domingo, tengo el día libre.

—Gracias por decirme algo que no te pregunté —me dice de nuevo indiferente mientras se dirige al ascensor.

—Ella me habló, y le recuerdo que soy su mejor amiga.

Cierra la puerta del ascensor y solo veo su mirada desviada, para después responder una llamada de su celular.

Tocó la puerta de la habitación de Arleth y escucho su voz indicándome que pase.

—¡Hola Amiga! ¿Necesitas algo? ¿Quieres desayunar? —le pregunto.

—Hola Mia. ¡Claro que no! Para eso no te hablé.

—Bueno... no tenía idea, solo hablé lo primero que se me ocurrió.

—Quiero pedirte algo...

—Dime, ¿qué necesitas?

—¿Me puedes acompañar hoy a una fiesta?

—¡Qué! ¿Una fiesta?

—¡Sí! —grita emocionada. —Verás, hoy será la tercera fiesta de mi facultad, es mi tercer semestre con ellos, jamás he ido a alguna de ellas y esta vez quiero ir, y qué mejor que contigo. Y aparte, es un evento super exclusivo, solo irán las personas que tengan invitación.

—Arleth, yo no puedo ir, así como así.

—Mi madre me dijo que tenías días libres, incluyendo el día de hoy. ¿Recuerdas el vestido que te regalé? Es justo lo que deberías de usar.

—Arleth, pero ¿has pensado qué va a pasar? Ya lo sabe tu herm...

Me interrumpe.

—Yo no le he dicho nada a Abrah, ni lo sabrá. Solamente esta enterada mi madre y Arek.

—¿Arek? —pregunto extrañada.

—Sí, es que él también irá.

—¿En serio? ¿Y eso?

—Pues tendrá una clase de cita, o algo así. ¿Entonces si me acompañas?

—¿Y qué pasa con el idiota de tu hermano mayor? Ups, perdón. No debí expresarme así.

—No te preocupes, yo también lo insulto y es mi hermano, no hay cuidado.

Las dos nos reímos.

—Está bien, te acompaño.

—¡Genial! —Arleth, grita, patalea y corre por toda su habitación, está realmente muy contenta. —Te espero aquí a las 4 pm para comenzar a arreglarnos y salir de la casa alrededor de las 8:00 p.m. para llegar justo a la hora.

—Está bien, yo subo más tarde.

—Y te traes tu vestido, ¿de acuerdo?

—Si —respondo sonriendo. —Nos vemos más tarde, le diré a Dinora que te suba de desayunar.

—¡Gracias, Mia! —me dice mientras me da un gran beso en la mejilla y brincamos como niñas chiquitas.

No sé cómo explicarle a Nora que me invitaron a una fiesta y que debe ser un secreto, le pediré que me cubra con los demás.

Es mejor que nadie de la planta de abajo se entere de que voy a salir, aunque tengo "autorización" por así llamarlo, no sé qué vayan a pensar los demás.

Espero que Abrah no se entere.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro