Cuando la noche cayó en Egipto, la mayoría de las puertas de las casas de los hebreos estaban pintadas con sangre de borrego, mientras que casi ni una sola de los egipcios había sido pintada.

Aspros era un buen faraón, y en su momento fue un gran hermano...pero su terquedad impidió que este desastre se evitará...

Saga miro por última vez al pueblo egipcio, sabiendo que al día siguiente sólo escucharia llantos..

"Porfavor ángel...apiadate de ellos"

Una brisa fria recorrió el pueblo, a pesar de que nadie más allá de unos cuantos guardias la sintió. El ángel de la muerte anunciaba su llegada.

Se presentó como neblina, rápida y brillante, y pasó casa por casa, llevándose la vida de los primogénitos egipcios. Muchos eran tan sólo niños pequeños...

Algunos padres despertaron con su presencia, otros no lo notaron hasta rato después, pero lo que sí tuvieron todos en común  fueron los llantos de dolor al notar la pérdida de sus hijos.

Hizo todo lo posible por no mirar más de una vez a las familias que sufrían por la pérdida, mientras avanzaba por las calles y hogares.

Fue en ese momento que llegó a la una colina cercana al Palacio del faraón, donde se encontró a un muchacho de cabellos cafés y mirada energética. No superaba los dieciséis años.

Y eso fue lo peor.

Ese guardia tan joven era el primogénito de su familia, egipcio, por lo que debía cobrar su alma.

Se manifestó levemente ante él, para admitirlo mejor.

Sus colores no se notaron, sólo se representó su silueta entre tanta niebla.

- que ..que demonios...

Pudo oir murmurar al egipcio, sus manos con las que sostenía su lanza de guardia temblaban. Y no lo culpaba, esto no era algo que se viera todos los días.

Pero aún así noto el miedo en su mirada, de cierta forma el muchacho pareció saber lo que le esperaba. Probablemente escucho al príncipe saga advirtiendo al faraón...

-Tranquilo...No sufriras..

Susurro el Ángel con una sonrisa cálida, se acercó al muchacho y plantó un suave beso en sus labios, el brillo desapareció de los ojos del chico, a quien depositó en el suelo con suavidad, y miro con algo de tristeza.

No se detuvo a verlo por demasiado tiempo y luego procedió a ir al Palacio, último lugar que le faltaba por visitar para cobrar esas vidas.

Cuando amaneció, todo Egipto lloraba las muertes, los padres y familiares estaban desconsolados.

Incluso el hijo del faraón había muerto esa noche, dejando aún más devastado al pueblo.

- seiya!

Grito un guardia corriendo en dirección al adolescente, que  yacia sin vida en el suelo donde solía hacer de guardia, rogando porque sus ojos lo engañaran.

Pero no...el y los demás pudieron corroborar el temor...El muchacho había muerto.

Sin duda ese día fue triste para Egipto, incluso los esclavos sufrieron la muerte de los jóvenes.

Pero, en consuelo de la familia del guardia....

Quizás, su alma descansariá en otro lugar