EMILY

Cuando Cole dice que va al supermercado, me levanto para ir a por mi bolso y darle dinero. Soy consciente de que no me lo va a coger —nunca aceptó mi dinero cuando estábamos juntos—, pero si voy a vivir aquí, lo lógico es que paguemos las cosas a medias.

—Espera, toma —digo después de abrir la cremallera de la cartera.

—Tengo dinero, Em, ¿necesitas algo en especial?

—Compresas. —Alzo las cejas y él asiente, conteniendo la sonrisa cuando yo tuerzo la comisura de mis labios.

—¿Alguna marca en especial?

—No tengo manías con eso, me da igual. Las más baratas.

—Vale. ¿Abi? —Gira la cabeza hacia ella y mi amiga se limita a negar con la cabeza, pero entonces levanta el dedo—. Ah, sí, papel de baño. Que cagas mucho.

—Joder, Abigail —resopla y se dirige a la puerta poniendo los ojos en blanco.

—Cole, coge, aunque sea, veinte pavos. —Intento metérmelos en el bolsillo de los vaqueros, pero los saca y me los devuelve—. Oye, si no aceptas mi dinero, tendré que irme a vivir a otro sitio —amenazo; me conoce y sabe que hablo en serio—. No voy a estar aquí viviendo gratis. Antes, Abi y yo pagábamos todo a medias.

—Bueno, ya pagarás la próxima compra, ¿te parece bien? —Me mira sin una gota de paciencia y yo asiento con una sonrisa, orgullosa—. Pues eso —dice mientras abre la puerta—. Enseguida vuelvo.

—Venga, vamos a hacerte hueco en el armario —me anima Abi después de que Cole se marche—. Pero te advierto de que todo lo que entra en mi armario, pasa a ser parte de mis pertenencias, así que no te sorprendas si algún día me ves con tu ropa.

Consigue sacarme una carcajada mientras subimos hasta su dormitorio la bolsa de deporte, repleta de ropa y los abrigos que me Cole me ha traído.

En cuanto le he dicho que es un salvaje... Me he arrepentido en el acto. Ni tan siquiera había terminado de decir la palabra, cuando ya me estaba lamentando. No sé ni por qué se me ha pasado por la cabeza algo así. Supongo que verlo llegar a casa con la sudadera llena de salpicaduras de sangre de mi exnovio, con los nudillos igual de destrozados que cuando peleaba y la mirada hundida por la culpabilidad y el miedo a mi reacción... No sé, me ha superado.

Cole es un hombre con mucha determinación; es protector, leal y extremadamente impulsivo, pero tiene otra cualidad que a menudo se me olvidaba cuando estábamos juntos: su capacidad para sentir. Y aún más importante, la profundidad con la que siente todo lo que proviene de la gente que quiere. Las pocas veces que discutíamos y yo lo atacaba —porque ese es uno de mis defectos, atacar o huir cuando me siento abrumada—, él nunca me lo devolvía; se quedaba callado y aguantaba todo lo que le soltaba sin pararme a pensar en cómo podía afectarle. Dejaba que me desahogase, aunque eso supusiera destrozarlo por dentro.

Creo que es lo que ha sucedido esta tarde. Y me odio por haber causado que se sienta así después de lo que él ha hecho por mí.

¿A quién quería engañar? En el fondo sabía que esto es lo que pasaría cuando he decidido llamarlo después de salir corriendo de aquella casa a la que no pienso volver. Creo que una parte de mí deseaba que viniese a rescatarme, como siempre ha hecho. Una parte de mí sabía que solo él conseguiría hacerme sentir a salvo.

Y yo se lo he pagado llamándolo salvaje.

—Em, ¿estás bien? —consulta Abi desde el armario cuando ve que me he quedado con la mirada perdida en el suelo.

—He sido muy dura con él. —Me muerdo el labio y la miro llena de culpabilidad.

—¿Con quién? —Arquea una ceja y yo entorno los ojos—. Ah. Bueno, tampoco te martirices, ha sido un momento... tenso. —Extiende la mano para que le siga pasando ropa y cuelga un par de vestidos.

—Me da miedo que Trey lo denuncie.

—¿Crees que lo hará? —pregunta enseguida al mismo tiempo que da unos pasos hasta sentarse en la cama a mi lado.

Me encojo de hombros y arrugo el morro.

—No lo sé, ya no lo conozco. —Vuelvo a perder la mirada mientras reflexiono en voz alta y ella acaricia mi espalda—. Nunca pensé que fuese capaz de llegar tan lejos, Abi. Cuando lo conocí, era un tío encantador, súper atento y nada violento, como...

—Como mi hermano. —Traga saliva y aprieta los labios. Me disculpo con la mirada, porque no quiero que me malinterprete—. Sabes que Cole jamás te levantaría la mano, ni siquiera la voz.

—Lo sé, no quería decir eso. —Busco su mirada y suspiro, torciendo un poco el gesto—. ¿Por qué crees que lo llamé a él?

—No lo sé.

—Porque es la única persona en el mundo entero con la que me siento segura de verdad —admito en voz alta. Sonríe y yo pongo los ojos en blanco al mismo tiempo que le doy un pequeño empujón amistoso.

—¿Y por qué lo dejaste entonces, Em? Él seguía enamorado de ti. Lo estuvo durante mucho tiempo.

—Ya lo sabes. —Me muerdo la mejilla y ella deja escapar una bocanada de aire a la vez que se levanta para seguir guardando mi ropa.

—Cole no pelea por gusto, Emily. Lo hace para poder pagar las facturas —habla dándome la espalda y yo me maldigo por haberla ofendido.

Estoy aquí, en su casa, me han acogido y han corrido a ayudarme sin pensárselo ni un momento. Y yo no paro de cagarla.

—Perdóname. —Me levanto y voy hasta ella, toco su mano para que me mire y me disculpo con la mirada, por segunda vez consecutiva—. Sé que os buscáis la vida como podéis. Por favor, no pienses que os juzgo.

—Sí lo haces, Em. Aunque te lo niegues a ti misma, lo haces. —Cuelga una percha y se da la vuelta para coger un par de pantalones—. ¿Crees que yo no preferiría trabajar en otro sitio donde me pagasen más de ocho pavos la hora? ¿Donde no tuviese que meter cinco horas extra al día y que me permitiese poder pagar el alquiler y llenar la nevera?

—Abi...

—¿O que mi hermano no preferiría ganarse la vida de otra forma que no fuese poniéndose en peligro y dejando que le rompan la cara? Claro que sí, Emily. —Traga saliva cuando sus ojos se humedecen y yo no sé ni qué decir—. Mira, no me malinterpretes, sabes que te quiero. —Hace una pausa y se seca con rapidez una lágrima que estaba a punto de rodar por su mejilla—. Pero no tienes ni puta idea de lo que es no tener ni un pavo en la cuenta, que te devuelvan las facturas o no poder llenar la nevera. Cole hace lo que puede, siempre lo ha hecho. Me sacó de aquella casa en la que mi padre me daba de hostias cada noche y se colocaba delante de mí para llevarse los golpes. No le quedó más remedio que aprender a defenderse. —Vuelve a pasar la mano con rabia por sus ojos y aprieta los labios mientras me mira y se encoge de hombros—. Fue a la cárcel por mi culpa —dice entonces antes de romperse por completo.

—Eso no es verdad. —La abrazo y un nudo se me forma en la garganta al ver cómo tiembla—. Tú no tuviste la culpa de lo que pasó, Abi. Aquel cabrón intentó abusar de ti.

—Igual que Trey de ti —susurra al mismo tiempo que se separa para mirarme.

Asiento en silencio y pestañeo un par de veces para aclararme la mirada. Abi se recoge el pelo con la goma que tiene en la muñeca y después alarga el brazo hasta una estantería para coger un paquete de pañuelos. Observo cómo se suena la nariz y después infla el pecho cuando toma una bocanada de aire.

—Cole es un buen tío, Em —habla con cansancio y por un momento aparenta bastantes más años—. Ha tenido que hacerse a sí mismo. Esto no es Oklahoma, estamos en Monroe. Aquí las oportunidades no abundan, y menos para gente como mi hermano, que ni tan siquiera pudo sacarse el graduado escolar porque tuvo que ponerse a trabajar para cuidar de mí. ¿Crees que me hace gracia que pelee? Claro que no. Pero si decide volver a hacerlo, tendré que aceptarlo y apoyarlo porque sé que lo hará por necesidad.

—Lo siento mucho, Abi. —Niego con la cabeza y aprieto los labios para contener las lágrimas—. Te juro que nunca ha sido mi intención haceros sentir mal o... no sé, juzgados. Sé que no me crees, pero si hay algo que me enamoró de tu hermano, fue su historia. Saber que desde tan pequeño cuidó de ti, lo protector que es y... bueno, todo.

—Hola.

Las dos miramos hacia las escaleras al escuchar la puerta y la voz de Cole. Abi se seca las lágrimas por completo y después intercambia una última mirada conmigo antes de dirigirse abajo.

Yo necesito un momento.

Me encierro en el cuarto de baño y abro el grifo para que no me escuchen llorar. Retrocedo hasta sentarme en el inodoro y hundo la cara entre mis manos, con los codos apoyados en las rodillas y la culpabilidad desgarrándome por dentro.

¿Cómo he podido ser tan egocéntrica? Cole salió ayer de la cárcel y ya ha tenido que darle una paliza a alguien por mí. Y después me quejo de que pelee.

Dios, esto es tan absurdo.

Abi tiene razón en todo lo que me ha dicho. He tenido la suerte de nacer en una familia de clase media, sin muchos lujos, pero siempre con la nevera llena de cosas que ni tan siquiera necesitábamos. Algo en lo que me fijé cuando vivía con ella era que jamás la vi tirar comida a la basura. En mi casa, si algo se ponía malo, al final se acababa tirando sin darle mayor importancia. Aquí no. Abi se encargaba de cocinar lo justo para comer y que no sobrase, nunca dejaba nada en el plato y, desde luego, nunca tiraba nada a la basura.

Tiene razón en que no sé lo que es vivir con un dólar en la cuenta. Antes por mis padres —porque ellos se encargaban de pagarme los estudios y darme dinero para mis cosas— y ahora porque mi trabajo como enfermera me permite vivir bien. Tampoco es que pueda darme lujos, porque los salarios en Monroe no son para tirar cohetes, pero no paso penurias.

No como ellos.

¡Holaaa! ¿Cómo estáis? Os dejo por aquí las preguntas de hoy, me he retrasado un poco con la hora, sorry😅

• Cole no ha aceptado el dinero de Em, pero ha aceptado que pague la próxima compra, ¿qué os parece?

• Abi va a compartir su armario con Emily. ¿Se quedará ahí mucho tiempo o pensáis que terminará durmiendo con Cole?

• Esta no es una pregunta, solo quiero saber qué os ha parecido lo que Em cuenta en esta descripción sobre Cole y su relación cuando estaban juntos: 🥺"Cole es un hombre con mucha determinación; es protector, leal y extremadamente impulsivo, pero tiene otra cualidad que a menudo se me olvidaba cuando estábamos juntos: su capacidad para sentir. Y aún más importante, la profundidad con la que siente todo lo que proviene de la gente que quiere. Las pocas veces que discutíamos y yo lo atacaba —porque ese es uno de mis defectos, atacar o huir cuando me siento abrumada—, él nunca me lo devolvía; se quedaba callado y aguantaba todo lo que le soltaba sin pararme a pensar en cómo podía afectarle. Dejaba que me desahogase, aunque eso supusiera destrozarlo por dentro."

• También ha reconocido que ha llamado a Cole después de lo sucedido con Trey, porque sabía que solo se sentiría a salvo con él, que iría corriendo a salvarla como ha hecho siempre. ¿La entendéis?

• Hablemos sobre la pequeña discusión o encontronazo (como queráis llamarlo) entre Abi y Emily... ¿A cuál de las dos entendéis mejor?

• ¿Estáis de acuerdo con Abi en que Emily sí que juzgue a Cole por ganarse así la vida, aunque ella crea que no lo hace?

• En general, ha sido un capítulo duro por cómo se han sentido los tres. ¿Qué os ha parecido?

Hasta aquí el capítulo y las preguntas de hoy, espero que lo hayáis disfrutado.

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