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6. Teneo

La danza de las lechuzas

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6

Teneo

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La puerta sonó con cierta insistencia aquella soleada mañana, Tenma despertó perezosamente luego de haber salido con Regulus y Yato por varias horas la noche anterior. La persona que llamaba, golpeaba la puerta con tal insistencia que no parecía aceptar una negativa por respuesta, para esos momentos, el chico de pegaso sabía que el posible invitado no se marcharía.

—¡Si, si. Ya escuche, ya voy! —Tenma salió de la cama lo más rápido que pudo vistiéndose para no atender la puerta en ropa de dormir yendo a la entrada principal con pasos lentos y cansados.

—Tenma... —Teneo lo observó con sus grandes ojos de arriba abajo sorprendido por su facha desaliñada a esas horas de la mañana— ¿No me digas que aún estabas metido en la cama? Recuerdas que debíamos atender las cabañas de los curanderos hace más de media hora, ¿verdad?

—¡Oh demonios, lo olvidé por completo! Iré a prepararme, pero adelante pasa.

Le permitió la entrada al hogar como siempre hacía yendo a la habitación del piso superior a toda prisa mientras Teneo tomaba asiento en la silla más cercana sacándose la chaqueta. El aspirante a la armadura dorada de Tauro esperó paciente y en silencio analizando cómo hablaría con Tenma sobre algo importante pues, desde el famoso baile ofrecido por Atena, lo notaba muy extraño con su maestro Rasgado.

Teneo había estudiado la situación con calma llegando a la conclusión de que podría tratarse de algún malentendido aunque, entendía vagamente que su amigo sintiera celos o incomodidad pues la mujer que ocupaba el corazón de su maestro era la madre del caballero pegaso. Teneo se sorprendió mucho al notarlo, no solo durante ese baile, sino las veces que los vio charlando e intercambiando miradas y sonrisas discretas en la cabaña de las curanderas.

—Ella está interesada en mi maestro y viceversa —pensaba sonriendo para sus adentros—, eso se nota a leguas y entiendo el desconcierto de Tenma. Es un niño inmaduro aún.

A diferencia del chico pegaso, el discípulo de Rasgado estaba genuinamente feliz por su maestro pues, desde hacía mucho, le daba la impresión de ser un hombre muy solitario pese a estar rodeado de amigos y chiquillos, dejaba en claro que algo faltaba en su vida y, todo parecía indicar, que ya lo tenía consigo. Aún no había podido hablar con él, pero el chico estaba seguro de que Partita era el motivo de las alegrías del aún santo dorado.

—Estoy listo —Tenma apareció por el marco de la pared un momento más tarde perfectamente bien ataviado— ¡Vamos!

—Espera un poco, amigo —Teneo no se movió de su puesto haciendo una indicación para que su anfitrión tomara asiento—. Creo que tenemos que hablar sobre algo.

—¿Qué sucede, Teneo?

—Quizás esté siendo muy entrometido con esto, pero te he notado muy raro desde hace días. En particular, desde aquella vez en que vimos al maestro Rasgado charlando con tu mamá y de nuevo después del baile. Quisiera saber, ¿si está todo bien?

—Lo está Teneo —replicó Tenma sin ánimos de tocar ese tema—, vamos que se hace tarde.

—Tenma, sé que no está bien. Sé que te molestaste en ese momento y lo has estado desde la noche del baile.

El joven pegaso lanzó un resoplido reafirmando que no deseaba discutir ese tema.

—Hablé con el maestro Rasgado hace unos días —comenzó a decir el caballero pegaso un par de minutos después—, me confirmó que no hay intenciones deshonrosas de su parte y es todo. No hay más qué decir.

—Tenma... —Teneo se reacomodó en la silla lanzando un largo suspiro— El maestro no tiene ese tipo de intenciones, como bien mencionas, pero está claro que hay sentimientos fuertes el uno hacia el otro. Es más que evidente, amigo.

—Ya entiendo... estás aquí para interceder por él, ¿es correcto?

—Más que eso. Tenma, conoces bien al maestro. ¿Acaso crees que Rasgado lastimaría a tu madre si es que llegasen a involucrarse sentimentalmente? El maestro es el nombre más protector y correcto que conozco. Pareciera que no lo conoces bien, que no sabes cómo es su personalidad y su carácter.

—Claro que...

—Sé que te preocupas por tu mamá, pero creeme que nadie la protegería y honraría como mi maestro. Me gustaría que lo tuvieras en mente y confiarás más en él.

—¡Es un santo dorado, Teneo! No es cualquier persona y claro que confío en él. Entiendo lo que mamá siente y sé de sobra que estaría en buenas manos, solo que todo esto aún es extraño. Si el maestro Rasgado fuese cualquier otra persona...

—Entonces lo despreciarías por ser cualquier persona —concluyó Teneo observando seriamente a su amigo quien se mantenía en silencio— y no lo considerarías digno de ella.

Ambos guardaron un silencio incómodo por unos momentos evitando cruzar miradas.

—No quería incomodarte con todo esto. Solo te pido que lo tengas en mente, no somos unos chiquillos.

—Dime algo Teneno, ¿no te molesta en nada de esta situación? —Tenma se giro observando a su amigo fijamente—, ¿Celinthia, Saro y tú están de acuerdo con esto?, ¿no les incomoda aunque sea un poco?

—Francamente no —respondió contundente mientras sonreía—. Todo lo contrario, estamos felices por el maestro.

—Imagino que hizo algún anuncio formal, ¿no es así?

—En absoluto. Lo conocemos mejor de lo que crees y nos fue fácil percatarnos de su felicidad; la forma en la que sonríe, el brillo en sus ojos, pese a que nadie ha hablado con él sobre esto formalmente, sabemos a la perfección sus sentimientos y estamos felices por él.

—Teneo...

—Creemos que uno es digno del otro. El maestro ha estado solo mucho tiempo, nosotros hemos crecido lo suficiente y él merece tener una compañía. Además, la ceremonia de sucesión de la armadura se llevara a cabo dentro de no mucho. En cuanto Rasgado haya hablado con la señorita Sasha al respecto, seré yo el sucesor.

—Será un santo retirado...

—Así es. De verdad espero que tus sentimientos hacia ambos cambien un poco, amigo. Y perdona que hable en nombre de mi maestro sin embargo, quiero evitar que pienses mal de él.

—No pienso mal de él, pero me sorprende saber que todos ustedes lo aprueban y soy yo la única persona a la que no le convence del todo.

—Pero, si eso hace feliz a tu mamá, ¿por qué oponerte?

—Me oponía a que fuera un santo dorado quien se interesara en ella, pero, como bien dices, si fuese el lechero quien estuviera cerca, también me molestaría.

—Entonces, ¿lo considerarás?

—Creo que sí.

—Es un avance importante, ahora hay que darnos prisa, que ya vamos tarde.

Salieron de la casa mientras Tenma iba un par de pasos atrás de su amigo pensando en lo que acaban de hablar. Le sorprendía la madurez que Teneo había adquirido desde las recientes batallas, estaba seguro de que sería un digno sucesor del maestro Rasgado. Como bien pensó, quizás si estaba armando un caos por nada porque, si bien era cierto que su mamá se le veía mucho más alegre y risueña en compañía del maestro, él ya no era un chiquillo sino un caballero de bronce hecho y derecho.

—Teneo tiene razón, ya no somos unos niños —se dijo lanzando un suspiro de resignación.

Estaban por llegar a las cabañas de los curanderos cuando se toparon a Sasha acompañada por otra de sus tantas asistentes. La chica los observó feliz y sonriente aproximándose saludandolos con efusividad. Los tres chicos charlaron un momento alegremente sobre las actividades de reconstrucción, la ausencia de Sísifo debido a un viaje que realizaba y el viaje a R... hecho por Partita y Rasgado.

—Espero ya no estés molesto, Tenma —comentó la joven diosa sonriente.

—Sasha tú también... ¡No estoy molesto, ¿por qué nadie lo cree?!

—El asunto entre Rasgado y mi asistente Partita, está en boca de todos estos días —comentó ella sin ánimos de ofenderlo—. Es importante que sepas que nadie habla sobre ambos de forma grosera, al contrario, se dice entre los pasillos del templo de Atena que hacen una linda pareja.

—¿De verdad? —Tenma la observó sorprendido mientras que, al lado de Sasha, Teneo hacía una señal de aprobación— ¿Entonces estás de acuerdo con esto?

Sasha sonrió lanzando un suspiro de resignación.

—Hay cosas que son inevitables, pero también debemos considerar que el trato entre ambos está en una etapa muy inicial; a pesar de lo felices que se ven juntos y que sus sentimientos parecen ser un hecho, hay que esperar al desarrollo natural de las cosas.

—Entiendo... solo han pasado unos cuantos días.

—Es correcto —afirmó la joven observándolo con calma—, pero si las cosas salen favorablemente para ambos, deberé dejar que Partita decida si puede asistirme hasta que se convierta en esposa y madre nuevamente. Me encantaría que permaneciera a mi lado hasta ese momento.

—Se sabe que muchas personas prefieren los compromisos largos —intervino Teneo al ver que las últimas palabras de Sasha tuvieron un efecto extraño en Tenma—. No es como que decidieron matrimoniarse en una semana, he escuchado en el pueblo que las parejas prefieren los compromisos de meses, un año tal vez.

Tenma abrió mucho los ojos ante esas afirmaciones dejando a sus amigos sin habla por unos momentos.

—¡Vaya, esto me tranquiliza! —Tenma los observó sonriente sintiendo un gran peso menos encima creyendo que todo a su alrededor daría una giro en segundos.

—¿No lo sabías? —Sasha lo observó con curiosidad riendo un poco— Si, también he escuchado sobre eso. En fin... Teneo, los espero esta tarde, a ti y al maestro Rasgado, para hablar del evento de sucesión.

—Estaremos puntuales —confirmó Teneo haciendo una leve reverencia.

Sasha se despidió un momento después mientras los dos jóvenes retomaban las actividades del día. Teneo dedicó una larga mirada a su amigo quien se veía visiblemente aliviado y con un mejor semblante.

—Es un gran guerrero, pero en cuestión de relaciones humanas es todo un niño.

Teneo se sintió mucho más tranquilo al ver que un motivo de preocupación se había resuelto antes de su retiro de entrenamiento para lo que se avecinaba.

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Partita y Rasgado regresaron al Santuario aquel día alrededor del mediodía. Durante el trayecto el santo dorado le habló del evento de sucesión y el largo retiro que les esperaba tanto a él como a Teneo treinta días previos a la ceremonia. La sucesión de la cloth dorada era un ritual muy solemne y debía realizarse con todos los protocolos adecuados y al pie de la letra. La mujer lo observaba atentamente antes de hablar incrementando su respeto y admiración por él.

—¿Dónde se llevara a cabo el retiro? —preguntó finalmente tras pensar un poco.

—Estaremos en las cabañas de la montaña al este del templo de Atena, muy cerca de Star Hill donde el Patriarca hace sus predicciones.

—¿Estarán solos Teneo y tú?

—Así es.

—¿Habrá algún problema si subo para llevarles víveres de tanto en tanto?

—No es necesario...

—Claro que sí —repuso la joven—, podría enviar a algún mensajero, pero deseo ir yo misma.

El corazón de Rasgado dio un vuelco al escuchar esto, ella no tenía que hacerlo era cierto, pero el que esa atención hacia él fuese su deseo, le llenaba de una alegría indescriptible y más ahora que la diosa de cabello negro era dueña de su corazón.

—Te agradezco el gesto —tomo la mano de su compañera dejando un beso en ella—. Esta tarde tenemos una pequeña audiencia con la diosa para confirmar la ceremonia y los preparativos. Sasha está parcialmente enterada de todo.

Partita estaba al día de la sucesión por boca del mismo Teneo quien había hablado de eso repetidas veces y por la misma Sasha quien debía programar esas eventualidades en el calendario. La mujer estaba emocionada ya que jamás había asistido a una ceremonia tan solemne como lo sería aquella así que estaba feliz por Rasgado y su discípulo tanto como ellos.

Aún era muy pronto para hablar sobre planes a futuro decidiendo que lo más prudente, al menos por ahora, era dejar que las cosas y el tiempo siguieran su curso natural. Ambos deseaban lo mejor para su creciente relación esperando que todo se acomodara favorablemente ya que Rasgado debía acoplar su vida como civil apenas concluyera la sucesión.

—Me aterra un poco la vida fuera del Santuario —comenzó a decir pensativo—, pero me tocara hacer todo lo que una persona común y corriente aunque tú continúes al servicio de la señorita Sasha.

—Creo que ella querrá hablar conmigo al respecto a su debido tiempo. Un paso a la vez.

Deseaban planificar tantas cosas, pero como bien ella decía, un paso a la vez y lo primero eran Teneo y su futuro, luego de eso el ajuste de Rasgado. Partita presentía que les iría bien si todo se hacía en orden pese a que se brincaron varios escalones consumando su relación la noche anterior, un movimiento que fue precipitado ciertamente, no obstante del que no se arrepentían. Los dos lo deseaban y la entrega fue honesta y amorosa.

Se despidieron apenas llegaron a la gran escalera que daba a la entrada del recinto. Partita fue asistida por un par de escuderos para llevar sus pertenencias a casa mientras Teneo los saludaba con efusividad a los pies de la escalera observando como el atento maestro ayudaba a la mujer a bajar de la carroza.

Aquella visión le enterneció el corazón.

—¿Estás listo, muchacho? —le dijo de pronto— La señorita Sasha nos espera en la sala de audiencias.

—Sí maestro. ¿Cómo fue todo en su visita?

—Estupendamente —respondió el hombre sonriente rememorando un poco los hechos—, estupendamente...

Sasha llego a la sala de audiencias sonriendo ampliamente al ver a los dos representantes del segundo templo. Los dos se veían relajados y con buena disposición lo que a ella le gustó mucho deseando que los demás santos dorados tuvieran esa aura de calma y paz. La joven tomó asiento pidiendo a un escudero que trajera bebidas para los tres.

—¿Cómo salió todo en R..., Rasgado?

—Le daré el reporte enseguida.

El santo de Tauro narró con detalle los sucesos públicos en la casa del Gobernador y su agradecimiento por el presente enviado por la diosa expresando que sería usado en beneficio de la población y su gente, aquello hizo sentir muy bien a Sasha quien se sintió dichosa al saber las buenas nuevas.

—Me alegro que todo haya resultado bien, por cierto. Creo que debemos discutir y programar el evento de sucesión de la armadura dorada.

—Así es, Señorita Sasha. Estamos listos para dar inicio al retiro de preparación en unos cuantos días, tal vez tres o cuatro a lo mucho, lo llevaremos a cabo en la zona este del recinto sagrado.

—Me parece lo más adecuado, está libre por ahora y nadie los molestara mientras estén ahí. Elegiste una bella noche de luna llena para tu ceremonia, Rasgado —Sasha se acercó al escritorio más cercano desenrollando el calendario revisando las fechas con calma, tomó la pluma y tinta marcando el día deseado por el caballero dorado—. Todo está calendarizado. Será interesante tener un evento como este, ¡estoy emocionada!

—También Teneo —el maestro hizo el comentario tan espontáneo que el aspirante a santo dorado no pudo más que sonrojarse—. Quizás un mes sea poco tiempo para la preparación, pero creo que este chico está más que listo para portar el manto sagrado.

—Maestro, por favor...

Sasha rio discretamente al ver a Teneo turbado como un tomate mientras tomaba asiento frente a ambos en el amplio sofá.

—Todo saldrá bien. Pediré ayuda a Partita para que los apoye con los víveres —Sasha sabía por qué hacía ese comentario que hizo ruborizar a Rasgado sin que este pudiera evitarlo—, ¿está bien?

—No quisiera molestarla con eso, pero ya que insiste... —Rasgado no sabía qué decir al respecto ya que no deseaba hacer público su trato con ella aún.

A su lado Teneo trataba de no reír sin conseguirlo dibujando una gran sonrisa únicamente. El futuro pintaba prometedor desde ese día sintiéndose deseoso porque el retiro comenzara pronto.

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Teneo volvió a casa con sus dos hermanos, Celinthia y Saro, quienes le recibieron con alegría pidiendo todos los detalles del viaje del maestro quien bajó al pueblo a distraerse un rato.

—Imagina Teneo —decía la chica muy animada—, dentro de poco serás el nuevo custodio del segundo templo y pensar que ese evento estaba muy lejano. Ha transcurrido el tiempo y es momento de que ocupes el puesto del maestro.

—Me siento feliz pero nervioso. El maestro opina que ya estoy listo, pero no deja de causarme nervios no hacerlo bien —Teneo tomo asiento mientras sus hermanos lo observaban atentamente—, ¿qué sucede?

—No nos has dicho que dijo Tenma sobre lo que querías hablar con él y si el maestro mencionó algo de su relación con la asistente de la Señorita Sasha.

—No seas entrometida, el maestro lo anunciará cuando sea el momento y sobre Tenma, parece que todo está en calma. Tanto Sasha como yo hablamos con él y creo que, por fin, ve con buenos ojos la relación de su madre y nuestro maestro.

—¡Qué felicidad! Imagina que el maestro y la señorita Partita se matrimonien —decía Celinthia con voz soñadora— seguramente tendrán muchos hijos y necesitaran toda la ayuda disponible para lo cual estoy dispuesta. Tenma será nuestro hermano postizo.

—¿No crees que estás yendo demasiado lejos con eso? Solo se han tratado por poco tiempo, deja que las cosas sigan su curso, hermana. Primero el maestro debe acoplarse a la vida de un hombre civil y luego pensara en el matrimonio.

—¡Déjame soñar en paz!

Charlaron un poco más el resto de la tarde hasta muy entrada la noche.

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Rasgado volvió a la cabaña con ellos en vez de subir al segundo templo ya que sus ocupaciones no se lo habían permitido recientemente no encontrando a nadie despierto.

Encendió una vela dirigiéndose al comedor donde encontró un plato con la cena servido para él. Sabía que la autora de semejantes atenciones era Celinthia agradeciendo lo buena hija que era a pesar de que él debía estar en el segundo templo la mayor parte de la semana pues, desde hacía poco tiempo, ellos debían vivir por aparte pues solo estaba permitido que el ocupante del segundo recinto fuera él.

Se sentó a la mesa cenando lo que estaba dispuesto con tanto cuidado.

—Has vuelto maestro —Teneo se dejó ver por el comedor tomando asiento delante de Rasgado.

—No debes desvelarte, nos esperan treinta días muy intensos de preparación.

—Lo sé, pero estos días me ha costado conciliar el sueño.

—¿Qué te preocupa? —inquirió Rasgado observándolo con gravedad.

—No estar a tu altura, no ser tan bueno como tú. Fracasar durante los días de preparación.

—Teneo, estás más que preparado para lo que viene. Ten un poco más de confianza en que lo harás bien. No pude elegir a un mejor heredero para mi armadura que tu. El futuro santo de Tauro.

—Dime maestro, ¿has pensado qué harás cuando estés retirado? —preguntó el joven con ojos curiosos— ¿ya tienes algún plan a futuro?

—Si, puede ser —respondió sonriente.

—Me alegro por ti.

—Anda, ve a la cama porque se vienen días pesados.

Apenas se retiró, Rasgado se repitió la pregunta "¿tienes algún plan a futuro?" Si que lo tenía esperando que llegara a buen puerto y lograra concretarse.

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Continuará...

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