#5: NUESTROS PRÓLOGOS
Nos conocimos hace cinco años siendo libros que nadie quiso leer. Eso implantó una semilla e iniciamos teniendo una curiosidad por el nombre de nuestra portada. Pero antes de aperturar nuestros prólogos iniciamos por entender nuestra realidad partiendo por uno mismo y luego iniciando con el siguiente volumen. Y fue eso justamente lo que hicimos. En aquella última semana intentamos leer lo máximo que podamos, siempre había algo nuevo por conocer de ella, sin fijarnos en la hora ni en riesgos con algo de desesperación. Eramos demasiados novatos y algo torpes abriendo nuestros mundos a plenitud, aún faltaba leernos mas. Abrir la primera pagina provocó que te absorbiera oliéndote como cuando tratas de inhalar ese aroma de un libro que tanto la abuela cuida en la biblioteca y que era nuevo para mi. La manera como nos desenvolvíamos, nuestras reacciones y nuestra perspectiva de las cosas mientras nos leíamos. Reímos de las escenas graciosas, momentos donde eramos perversos, habían partes de la lectura donde nos ponía serios, en otras paginas nos hacia llorar, hasta cuando la trama emergía provocando ira.
- Perdóname si algo de mi te lastimó -mencionaba con mi voz temblorosa en el mismo instante que la observaba fijamente
- No, perdóname tu a mi -su voz se quebraba mientras se suicidaban lagrimas de sus ojos
Te abracé intensamente , no parabamos de llorar. Por mas que tratabas de tranquilizarme no me detenía, limpiabas el sudor de mi frente. Cada oración que leía de tus paginas cobraban vida. Me regalaste una sonrisa y nos quedamos un buen tiempo abrazados recostados en nuestros cuellos, estando totalmente desnudos mientras nos leíamos.
- Ya deja de llorar -decías mientras me regalabas una sonrisa. No me quería desprender de tus brazos, es ahí donde quiero morir. No hay mejor lugar.
- Esta bien -lo mencionaba acompañado de un suspiro
Podría decirse que esos días de lectura experimenté todas las emociones al mismo tiempo, era tan extraordinario y a la vez tan eterno. Me gusta vivir lo que leo, hace que sienta el papel del protagonista. Me levanté de la cama donde te leía, no saltaba para nada aquel libro, te quería a mi lado. Cuando estaba a punto de salir de la habitación, giré la cabeza hacia la cama e hice reminiscencia de cuando llegué a una parte en especial, esa alegría que brota todo lector cuando llega a la mitad del libro, como no alegrarse si tenía cada parte de tus hojas repartidas a la misma cantidad. De la misma forma sujetaba tus rodillas, las abría a mi antojo queriendo entrar en ti, te disfrutaba mientras entraba en tu mundo. Me fascinaba leer algunos fragmentos una vez mas, quizá era para experimentarte nuevamente. Quizás la última vez.
- Vamos, quiero que me acompañes a un lugar -dijiste teniendo entre manos algo que enseñarme. Te seguí sin soltarte
- Dime ¿a dónde? -respondí intentando saber la respuesta, bueno eso creía yo.
La luz del día nos volvía infinitos, no te soltaba para nada. Guíame a donde tu quieras, las personas me miraban como si supieran de mi felicidad. El canto de los Tordos, la naturaleza de ese día cumplía todas los requisitos para la selección natural. El cielo azul se esforzaba en mantenerme feliz sabiendo dentro de sí lo que se venía, porsupuesto que no se había equivocado, porque nos acercábamos a un parque medio triangular, logrando sentarme en aquella banca, pude entender que detestas las despedidas, odiábamos tener la idea que llegó la hora de separarnos por un tiempo, se sentía como cual cristales se introducían en nuestro pecho quitándonos el habla, nuestro silencio gritaba por nosotros. Llegó la hora de despedirme, me moría por dentro, porsupuesto que volvería por ti, nunca me había sentido tan vivo en los días mientras te leía.
- Regálame un beso -tus labios pronunciaron aquella frase, mas que sentir la sensación de besarnos, tu intención era grabarnos lo que se siente tocarnos. No me negué pues yo quería vivir colgado del mechón de tu cabello para verte cada día, te tomé una fotografía en mi mente, así que abrí aquella parte de tu prólogo y te besé, estaba a punto de irme y me detuviste.
- Dame un ultimo beso -tu pronunciación le daba el poder al tono de tu voz de no alejarnos. Giré mi dirección hacia ti, abrí hojas al azar besándolas firmemente, no sé que página fue seleccionado solo sé que besé una de las partes de tu corazón una de las partes de tus emociones y de tu interior, no sé si fue una de las paginas que había leído en aquella cama o si besé una de las paginas que no había leído aún, no lo sé, pero de algo si estaba seguro es que sellé con ese beso el poder continuar lo que había dejado inconcluso, de concluir en mi regreso el capítulo donde había besado ya sea para revivir el momento o experimentar algo nuevo.
Eres mi libro original y regresaría por ti, para leerte cada vez más, aun teniendo en mente nuestros prólogos que en otras palabras es tu personalidad, aquella etiqueta de presentación tuya, esas paginas que tanto amo. Te leí con todo y prólogo. Volveré a leerte el resto de mi vida. Eres y seras el único libro que deseo leer.
- Volveré por ti -mencioné mientras me alejaba.
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