Cumpleaños
Narra Elsa.
Una vez que Jack terminó de contar la historia, yo sentía como mis mejillas ardían, era vergonzoso pero muy lindo.
Las palabras que había usado para contar que él estaba enamorado de mí, habían hecho que miles de fuegos artificiales explotaran todos juntos dentro de mí..
Giré mi mirada para ver a Maura derramando unas pequeñas lágrimas y sonreí.
—Es increíble —dijo Maura—, es muy... ¡Oh Dios! —gritó y me asusté un poco—. ¡Es tan, pero tan romántico!
Genial, sentía como si hubiera dormido bajo el sol por horas y tenía mis mejillas ardiendo, y que eso no se iría en unos días.
—Ehh s–si me disculpan desde que vengo contando esto quiero ir al baño, así que, adiós —Jack se levantó y corrió escaleras arriba dirigiéndose supongo al baño de su habitación.
Cuando Jack se fue, Maura me miró y dijo:
—Pero entonces... tú padre te está buscando —Maura llevó una mano a su boca, en forma de sorpresa—. ¿Cuántos años tienes?
—Mmm —rasqué la parte trasera de mi cabeza—. tengo diecisiete...
—Oh no, eso es un problema Elsa, eres menor de edad pueden acusar a Jack de pedófilo quizás —me asuste, pero mucho más al ver su mirada de madre asustada cuando no encuentra a su hijo en el supermercado o quizás mucho peor.
—Mañana es mi cumpleaños —dije—, en el caso de que lo acusen de algo así, diré que siempre tuve dieciocho, por lo tanto no es ilegal.
—No lo se —dijo Maura—. Si tu padre tiene testigos que saben que tienes aún diecisiete años cuando te escapaste. ¿Qué pasará?
—Inventaré algo, no lo sé —suspiré.
—¿Y si tu padre presentó una denuncia de secuestro y están averiguando todo sobre Jack y posiblemente lleguen hasta aquí? —murmuró completamente asustada.
—Maura —me senté frente a ella—. Juro que si eso llega a pasar, haré de todo para arreglarlo y que quede de una manera legal, para que mi padre no pueda hacer nada contra Jack...
No contestó por unos minutos, levantó la mirada y me miró directo a los ojos.
—Esperemos que nada malo pase...
—Directamente no pensemos en eso —le dije.
—Tienes razón —aunque no sonó del todo convencida, me sonrió—. Así que... ¿Mañana es tu cumpleaños?
Asentí emocionada, mañana cumplía mis dieciocho años, ya podría ser mayor de edad, y escapar de mi padre.. Aunque ya había escapado, pero creo que al ser mayor no habrá problema... no lo sé, esto es aún confuso..
Se escuchó el ruido de una cadena del baño y luego se abrió una puerta, a los segundos apareció Jack bajando las escaleras.
—Ya —suspiró y se sentó en el sofá—. Oye mamá ¿dónde vamos a dormir?
—Oh, bueno, no lo sé, depende de que quieran dormir juntos o separados —largò una risa y yo también, pero una risa nerviosa...
Jack me miró, como si esperaba una respuesta..
La verdad que quería dormir con él, pero me daba vergüenza decirlo frente a su madre, no quería dormir sola, imaginaba a mi padre entrando y llevándome lejos sin que nadie se dé cuenta, en cambio junto a Jack; me sentía segura y protegida, como en las noches que yo lloraba y él dormía conmigo consolándome y acariciándome el cabello...
—Ehh... yo... —dije y miré a Jack.
—Dormiremos Juntos —le dijo. Ella asintió y se levantó caminando hasta un armario que había allí, lo abrió y sacó algunas sábanas y subió las escaleras.
—¿A tu mamá no le molesta? —le pregunté apoyando mi cabeza en su hombro.
—Claro que no ¿Por qué habría de molestarle? —Besó mi mejilla.
—No lo sé —largué un bostezo.
—Estás cansada ¿ya quieres dormir? —automáticamente asentí, la verdad es que estaba muy cansada, aunque era muy temprano, yo ya quería dormir.
Cerré mis ojos y sentí como a mi lado Jack se levantaba y me tomaba en sus brazos, sentí como subía las escaleras y luego caminando por el pasillo a su habitación.
—Justo a tiempo —escuché a Maura—. Ya está lista la cama.
—Gracias mamá.
—Se ve exhausta, acuéstala y quédate aquí, también tienes que descansar, déjame que traiga sus cosas —y no escuche más su voz...
Sentí como Jack me recostaba en la cama y me hablaba...
—No quiero sonar atrevido pero... ¿Quieres que te saque la ropa?
—Todo lo que quieras —bromeé y abrí los ojos—. Voy a ponerme mi pijama...
A los segundos llegó Maura con mi maleta, le di un gracias y salió de la habitación de Jack murmurando un hasta luego. Abrí mi maleta y busqué entre mi ropa mi pijama, la cerré y entré al baño, saqué mi ropa y la remplacé por mi pijama, volví a la habitación y me encontré a Jack con unos pantalones de chándal Adidas, pero sin camisa... mirando la televisión.
Me vio y se acercó.
—Me daré una ducha, tú sólo acuéstate y duerme, princesa —asentí y besó mi frente, luego entró al baño.
Caminé hasta su cama que por suerte era de dos plazas y me acosté, en verdad era una cama suave, no imaginaba a un niño de pequeño durmiendo aquí... el deseo de cualquiera, nada mejor que ser pequeñito y dormir en una cama gigante.
Ya cómoda cerré mis ojos y poco a poco me fui durmiendo, pero no sin antes sentir que el otro lado de la cama se hundía dejando ver a Jack acostarse, olía maravilloso y se veía irresistible con su cabello mojado.
—No sabía que te duchabas tan rápido —reí.
—Soy un flash duchándome, nena —se acercó y me abrazo por detrás—. Descansa... —sentí como besaba mi mejilla y yo me dormía cómodamente en sus brazos..
(...)
Narra Jack.
Me desperté y me moví suavemente sin despertar a Elsa, me levanté y miré por la ventana; observando un sol radiante, ya era de mañana, pero quizás era muy temprano. Me desperecé y caminé al baño, cepillé mis dientes y salí, caminé hasta Elsa que estaba profundamente dormida y besé su frente, luego salí de la habitación caminando por el pasillo y bajando las escaleras.
Entré en la cocina donde estaba mi mamá muy madrugadora como siempre: preparando el desayuno.
—Buen día —bostecé y me senté en la encimera.
—Bájate de ahí...
Siempre me regañaba cuando me subía allí.
—Vamos, déjame sólo esta vez estar aquí —me quejé y escuché su risa—. ¿Qué hora es?
—Las nueve —abrió el refrigerador—. ¿Durmieron bien?
—Excelente... —tomé una naranja y comencé a pelarla para comerla.
—Sabes... creo que es injusto que no le hagas su propio desayuno a tu novia cuando es su cumpleaños —dijo mi madre y paré al instante de pelar mi naranja.
—¿Su cumpleaños? —pregunté confuso y la naranja se me resbaló de las manos.
—Si Jack, su cumpleaños, hoy es el cumpleaños de Elsa —me miró—. ¿A caso no lo sabías?
—No —dije con horror—. ¿Y tú cómo lo sabes?
—Me lo dijo ayer —suspiró—. Hay Jack ¿cómo no lo sabías?
—Soy el peor novio del mundo ¡No sabía que hoy es el cumpleaños de mi chica! —levanté los brazos.
—Escucha, como soy la mejor madre del mundo... —bromeó—. Yo le haré un desayuno que vendrá de parte tuya..
—Genial —dije bajándome apurado de la encimera y caminando hasta donde estaban todas las llaves.
—¿A dónde vas? —me preguntó mamá desde la cocina.
—A comprarle un regalo a mi novia —dije obvio.
—Jack, pero estás sin camisa y descalzo.
—Qué más da —dije y abrí la puerta saliendo de mi casa para ir a comprarle un regalo a Elsa.
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