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Capítulo Único

Allá por los años 1700, en un país pequeño del Hemisferio Sur, llamado Ecuador, una jovencita ingenua llamada Sofía, de un pequeño pueblo del Litoral, fue enviada al Puerto Principal a estudiar, pero su inexperiencia la llevó a caer en los fauces de un hombre sin escrúpulos.

Este sinvergüenza la envolvió de tal manera que logró abusar de ella,, para luego mezclarla en ese mundo de las mujeres de la vida, dónde se entra y solo muerta se sale.

La pobre sufrió los peores vejámenes, y humillaciones de los hombres borrachos que pululaban los antros en los que ella trabajaba. 

Hasta que una mañana, su cuerpo fue encontrado sin vida. Para luego ser enterrado en una pequeña tumba sin lápida, que justo se encontraba en una curva peligrosa de esa abandonada calle que rodeaba al Cementerio General de Guayaquil.


300 años después…

-¡Extra...extra! - gritaba un mozalbete por las calles de Guayaquil - ¡Hombre desquiciado afirma ver una dama hermosa y misteriosa por los alrededores del cementerio!

Los curiosos se acercan para leer la extraña noticia. Un anciano devoraba las páginas de la sección de crónica roja, para hallar la mirada perdida y espantada de quién relata el escalofriante momento...en qué la bella dama en cuestión levanta su velo para mostrar sus escantos, todo cambia … el ambiente se vuelve pesado y con olores nauseabundos, para luego mostrar un rostro esquelético que hacía que sus amantes morían en el acto o quedaban locos.

Esta noticia era pan de cada viernes en la noche, más de un mujeriego trasnochador o un taxista curioso pasó un gran susto con esta dama. 

Los incrédulos reían y se burlaban de las víctimas, pero igual iban contando a todos los extranjeros que llegaban al Puerto, la leyenda de la Dama Tapada.


Mrs. Jean Jones, americana, casada con un Hacendado reconocido de la Provincia de Santa Elena, Mr. Henry Granger decidieron envíar a su hija Hermione Jean a estudiar en el Puerto Principal, llamado Guayaquil.

Hermione era una hermosa doncella, de cabellos castaños y sedosos, con unos grandes ojos avellanados que dejaban a más de uno hipnotizado.

Uno de ellos se llamaba Víctor Krum, un búlgaro que llegó de tierras lejanas, para disfrutar de la vida sin preocupaciones más de que manera se podría gastar el dinero que su padre le daba. 

Hermione junto con dos amigas, Luna y Pansy paseaban por el Malecón de Guayaquil, muy entretenidas 

-Probemos estos ricos helados - pidió Luna mientras se le hacía agua la boca al percibir su aroma dulce y pegajoso.

-¡A mí solo me gusta el chocolate! - exclamó Pansy decidida.

Hermione rió ante los comentarios locos de sus amigas, yo quiero de vainilla- murmuró.

Víctor que las seguía de cerca se acercó a la dependiente y con aires de superioridad golpeó el vidrio llamando la atención de los presentes -¡Qué no oyeron las peticiones de las damas! - ordenó -¡sirveles lo que piden, que esperas! 

La muchacha miró al hombre asustada, pero no le quedó más que atenderlas. 

El búlgaro se acercó a la caja para pagar y una vez servidas, se deslizó como una serpiente hasta su mesa sin ser invitado.

Pansy que era guayaquileña de pura cepa, audaz y vivaracha noto de inmediato sus intenciones, levantó su cabeza para mirarlo directamente a los ojos y mojando sus labios le dijo -¡Gracias por los helados, pero no te conocemos, así que te pido que te marches!

-Pero que mal educada eres morena - murmuró Víctor - yo solo quise ser generoso con ustedes.

-Pues no nos hace falta "su generosidad" … enfatizó Pansy haciendo comillas con sus dedos - más si viene acompañada de malas intenciones.

-¡Epa, chicas … tranquilas! - exclamó el búlgaro nervioso.

-Estamos tranquilas - respondió Luna arrogante porque pronto llegarán nuestros novios a vernos - así que como ya le dijo Pansy no necesitamos su compañía.

A los pocos minutos, se dejaron ver tres jóvenes muy alegres, dos de ellos, de gran altura, uno rubio de ojos grises, respondía al nombre de Draco Malfoy. El otro castaño, de ojos azules, llamado Theodore Nott y por último Harry Potter, de mediana estatura, pero no menos guapo, poseia unos bellos ojos verde esmeraldas que traía enamorada a más de una chica en la universidad, aunque sus corazones ya estaban ocupados por sus bellas novias.

Draco arrogante junto a sus amigos tomó de las manos a sus novias para sacarlas de la heladería. 

Uno por uno fueron avanzando lejos de aquel muchacho arrogante. Victor apretaba los dientes muy enojado...esto no se quedará así...lo juro...me vengare.


Los días pasaron, los jóvenes compartían momentos de esparcimiento, sentimentales, entre otros.

Draco entró corriendo como loco por el edificio de las chicas, iba muy emocionado.

Golpeó la puerta, ¿Quién llama tan desesperadamente? - preguntó una voz algo adormilada al otro lado.

-Soy yo, prima abre la puerta, por favor - pidió el rubio al oír la dulce voz de Luna - necesito darle la buena noticia a mi castaña.

Luna aún bostezando abrió la puerta, levantó su cabeza y abriendo sus ojos para verlo mejor. Se hizo a un lado para que entré.

-¡Herms, Herms - gritaba Draco emocionado tienes que ir a mi casa, mamá insiste en que vayas a su fiesta de Halloween - ya sabes como es ella, no acepta un no por respuesta.

Además solo será para jóvenes. Ella tendrá su propia reunión en casa de sus amigas, así que estaremos solos en la mansión.

-Está bien, Draco iré si eso te hace feliz - respondió Hermione con una tierna sonrisa - ¿De qué nos disfrazaremos?

-Buena pregunta, mi sabelotodo favorita - aseveró el rubio colocándose un dedo en la barbilla … uhmm … ¿Qué te parece Homero y Morticia? Te verás muy sexy con el vestido negro y entallado…

La castaña rodó los ojos y movió la cabeza en señal de resignación.

-¡Estupendo! - gritó Luna emocionada - todos iremos como los integrantes de 'Los Locos Adams"

Draco: Homero 

Hermione: Morticia 

Pericles: Harry

Merlina: Pansy 

Largo: Theo

La abuela: Luna


Cómo siempre, y aunque hubieron guardias de seguridad, se colaron algunos delincuentes, entre ellos Victor Krum y su pequeña pandilla de indeseables.

Todos disfrazados de esqueletos, acompañados del Príncipe de las Tinieblas, quien se regodeaba en su maldad.

Fue fácil para Krum reunir a ese patético grupo de compinches. Muchachos envidiosos, de corazones retorcidos. Compañeros de estudios de los chicos, pero aunque quisieron nunca pudieron pertenecer a ese grupo de amigos.

Marcus Flint, hijo de padres acaudalados, ocioso y conformista. Vivía enamorado de Pansy, pero era un amor insano, miradas morbosas y lascivas recibía la morena de su admirador, lo que provocó que ella escogiera a alguien diferente, orillando a Flint a transformar su amor por odio hacia la pareja.

Ron Weasley, vecino y ex amigo de Draco Malfoy. Aparentaba ser buen chico, tranquilo y bondadoso, pero cuando llegó Hermione, se volvió enemigo del rubio. Creía que se merecía su amor. Fue torpe y patán con ella. A decir verdad, nunca tuvo ninguna oportunidad con la castaña.

Michael Pucey, vividor de la fortuna de su madre, Elizabeth Avery de Nott, quien en segundas nupcias se había casado con Theodore Nott padre. Nunca se llevó bien con su hermanastro. Odiaba su carácter serio, estudioso y legal. Quitándole a la única chica de la facultad, que no había sucumbido a
sus encantos, Luna.

Las cuatro víboras se habían unido por un bien común, destruir a sus enemigos de una vez por todas. Más si en el camino había chicas, sexo y diversión pues a disfrutar se ha dicho, era su vergonzoso lema.

Habían elaborado un plan de destrucción, que iniciaría a media noche, cuando la mayoría estaría muy bebido, y así cubrir sus pasos.

Narcisa había preparado un delicioso ponche de frutas, que le gustaba mucho a Draco.

-¡Vamos a bailar, chicos! - gritó Luna entusiasmada al oír su canción favorita.

-¡Si…! - gritaron las chicas emocionadas.

Cada una tomó del brazo a su novio y se deslizaron a la pista de baile.

Blaise Zabini, amigo de Theo les pasaba una botellita de plástico con tequila, el licor transparente facilitaba el pensar que era agua.

Al ritmo del baile pegajoso 🎶Aserejé🎵las morenas, rubias y castañas agitaban sus caderas en un ritmo cadencioso que embrutecia a cualquier hombre, entre esas miradas lujuriosas, estaban las de Marcus, Ron, Michael y Víctor, cuyas fantasías sexuales estaban a mil.

Casi todos bebían, excepto Draco y Hermione, quienes ya sedientos y cansados se dirigieron a la cocina a tomar agua real con hielo.

Mientras la castaña bebía de su vaso se volteo a ver a su rubio y le dijo - gracias cariño por no beber alcohol hoy.

-Por verte feliz soy capaz de todo, mi bella castaña. Hoy solo disfrutaremos del baile y de la fiesta. Luego si tú quieres claro podemos ir a algún lugar solos.

-Uhmm, lo pensaré Draco - murmuró.

Mientras la parejita coqueteaba, afuera Marcus vertía en el ponche,
su asesino cocktail de drogas. mezcló cocaína y metanfetamina.

Ya era la hora predestinada para cobrar su venganza.

Al cabo de media hora, los pocos presentes que aún bailaban en la pista empezaron a actuar de manera distinta.


Luna se había subido a la baranda del segundo piso, daba brinquitos, parecía un conejito.

Theo por su lado, la miraba asustado, no sabía que hacer - Lunita, bajate por favor, te puedes caer - suplicaba.

-¡Yo no soy Lunita! - replicaba la rubia - soy un conejito que brinca y brinca por la pradera.

El castaño miraba de un lado para el otro buscando ayuda, hasta que sus ojos se toparon con Michael, este sonrió maliciosamente, y antes de que Theo pudiera hablar, su hermanastro empujó levemente a la pequeña rubia, quien cayó al primer piso sobre otros chicos, quienes al parecer amortiguaron su caída. 

El castaño se giró para correr en su auxilio, pero Krum fue más rápido propinándole un fuerte golpe con un bate a la altura del cuello, en la parte conocida como "la silla turca" matándolo de contado.

-¡Dos menos! - exclamó Michael riendo juguetón.

-Vamos afuera - ordenó Krum dejemos que los demás hagan su trabajo.


Pansy bailaba con Harry, pero como todo caballero, salió de la pista para ir a tomar dos vasos de ponche para ellos, al llegar bebieron presurosos, ya que querían seguir bailando, más, sin embargo, sus deseos no pudieron cumplirse, Harry cayó al suelo convulsionando y echando espuma por la boca. Pansy gritaba desesperada.

Ante los gritos de la morena, Marcus se acercó tomándola por el cabello, la arrastró hacia una habitación, era su oportunidad para saciar sus bajos instintos.

No contó con que Draco escucharía sus súplicas, pateando la puerta hasta destrozarla. 

Ambos chicos se trenzaron en una fuerte pelea, destruyendo todo a su paso. Para mala suerte del rubio, Marcus encontró un palo astillado y sin reparos se lo clavó en el pecho, tal cual vampiro.

La morena de la impresión, no podía gritar, apenas si sollozaba aterrada, sabía cual sería su destino en manos de ese desalmado.

Marcus se sacudió las manos, mirando con satisfacción su trabajo, se volteó hacia Pansy para terminar lo que empezó.

Como loco arrancó la ropa del cuerpo de su víctima, abalanzándose sobre ella para besuquear su cuello, morder sus pechos dejando marcas sangrantes, Pansy gritaba por el dolor que le causaba el monstruo Flint, se bajó los pantalones, luego de saciar sus bajos instintos, puso sus sucias manos en el cuello de la morena apretando con fuerza hasta que el cuerpo laxo y frío de la joven le mostró que había dejado este mundo.

Se levantó, sacudió sus manos nuevamente, se subió el pantalón, y salió de la habitación para encontrarse con los demás.

Krum lo esperaba en la puerta de entrada, estaba desesperado… ¡Apúrate! - grito enojado - los demás van detrás de Hermione, salió sola de la mansión, no sé dónde está Draco, ese rubio teñido nunca la deja sola.

-Ya no nos molestará - refutó Marcus, he acabado con él y me he dado el gusto de mi vida con Pansy Parkinson.

-Listo, avancemos 


Ron y Michael corrían atrás de Hermione, la mansión Malfoy estaba situada en el Cerro Santa Ana, recién inaugurado con escalinatas de piedra interminables.

La castaña corría escaleras abajo para huir de sus enemigos, en la oscuridad de la noche apenas distinguía las calles de Guayaquil.

Corrio a todo lo que le daban sus pies hasta llegar a la vieja casona rosada, en las calles Boyacá 814 entre Junín y Luis Urdaneta, que se construyó entre 1922 y 1930 y por su diseño arquitectónico tradicional en madera, era Patrimonio de la ciudad.

Sus habitaciones eran usadas como localidades para los actores de teatro y televisión.

Hermione conocía parte de ese lugar, así que se metió allí buscando un sitio para esconderse, pero no contó con que Ron también lo conocía muy bien.

La siguió, espero a que se esconda, luego salió arrogante para encontrarse con sus compinches.

-¿Qué haces aquí afuera tan tranquilo, en vez de buscar a Hermione? - cuestionó Krum enojado llegando con Marcus hacia él.

Ron aún arrogante sonrió… Tranquilo jefe, le dijo - todo está bajo control. Yo sé dónde está, se metió sola en la boca del lobo.

-¡Ja,ja,ja! - reían a carcajadas los 4 sinvergüenzas, saboreandose y lamiendo sus labios mientras imaginaban complacerse con ella antes de matarla.

Uno a uno entraron al vetusto edificio. Krum hizo los honores abriendo la puerta.

Hermione al verlos gritó espantada, -¡No, no por favor, no me lastimen! Marcus, Michael...ustedes son mis amigos, no pueden lastimarme. Ron ¿Qué pasó contigo? Me dijiste que me amabas.

-¡Sí, te amaba! - exclamó el pelirrojo indiferente, pero tú preferiste a Draco Malfoy y no a mí, así que atente a las consecuencias de tus actos.

Krum se acercó a ella, a pesar que la castaña lo arañaba, pateaba, empujándolo con todas sus fuerzas para que la soltará, pero el grandulón era más alto y fuerte. Desgarró su ropa, dejándola en ropa interior. 

Se bajó los pantalones, dispuesto a ser el primero en disfrutar de su virginidad, sabían que la chica era conservadora. 

De repente, en la oscuridad de la habitación, se empezó a escuchar silbidos extraños, ruidos sordos provenientes de quién sabe dónde, que le ponía la carne de gallina a cualquiera.

Krum no hizo caso, abrió las piernas de su víctima, aunque Hermione las apretaba con fuerza, este fastidiado levantó el puño para golpearla, cuando sintió … que algo o alguien le rozaba el brazo, se asustó mirando a todos los lados.

-¿Qué te pasa Krum? ¡Termina ya, quiero probarla también! - murmuró Ron mirando lascivamente a la muchacha.

Una vez que terminó de refutar, el pelirrojo sintió que una mano fría le acariciaba la espalda, provocandole un gran susto, que le hizo mojar sus pantalones.

Cuando Krum volteó a ver a Hermione, está lo miraba siniestramente, mientras sonreía coquetamente se acercó a él para besarlo, el búlgaro emocionado se acercó también, pero en vez de recibir el beso deseado, la mujer le arrancó el corazón con sus manos, para luego comérselo, como el manjar más delicioso.

Los demás al ver eso quisieron huir despavoridos, pero la chapa estaba atorada y no pudieron salir.

Uno a uno sintieron las caricias escalofriantes del fantasma que se escondía tras el cuerpo de su amiga castaña. 

El segundo en morir fue Marcus, a quien empaló aún vivo, tal como hiciera con Draco.

Luego de sacudir tanto la chapa, al fin pudieron abrir la puerta, Michael corrió escaleras arriba para huir del espectro, antes de que el muchacho llegara a su destino, la dama lo esperaba arriba, tomándolo de sus brazos y piernas lo aventó al piso de abajo con tanta fuerza, que su cráneo reventó, esparciendo sus sesos por todos lados.

Al último dejó a Ron, quien ya había perdido parte de la  razón y vagaba como alma en pena, por las calles de Guayaquil.

Para él, se transformó en una hermosa mujer, de cabellos rubios, rostro hermoso y esbelto cuerpo, el pelirrojo la siguió hasta una esquina, en la que ella se giró dejando ver su verdadera apariencia, el bello rostro se transformó en una calavera, de dientes podridos, el cabello en una pelusa canosa, que terminó con la poca cordura de Ron causándole un infarto fulminante.

Hermione reaccionó al cabo de unas horas, ya había amanecido y estaba cubierta por una especie de bata, para encontrarse con los ojos inquisidores de varios policías que inspeccionaban el lugar, los paramédicos se llevaban los cadáveres encontrados.

Una policía morena y de semblante amable se acercó a la joven para interrogarla, pero Hermione no entendía sus preguntas. 

-¡No sé de qué me está hablando! - exclamó la castaña - ya le conté toda la verdad, no sé quién los mató.














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