Víctimas de amor y sufrimiento
Capítulo 20
Narra Monik
Terminé de arreglar mi vestido y observé con sigilo cada pasillo de mi casa. Repasé con la vista cada centímetro, cada esquina y nada. Gracias a Dios ni rastro de él. La experiencia me había enseñado a ser cuidadosa, debía velar cada paso que daba pues marcaba la diferencia entre la vida y la muerte. Un solo paso en falso y me despediría para siempre de mi limitada libertad, si es que podía llamarle así.
Salí corriendo lo más rápido que pude, tan rápido que casi pierdo mi sombrero en el camino. En poco tiempo estaba en la puerta y una sonrisa boba inundó mi rostro, era feliz con tan poco. Continué por el camino de flores que Agatha y yo habiamos plantado meses atrás, estaban bastante crecidas.
Abrí las rejas medio oxidadas y continué mi camino. El cielo estaba plomizo como de costumbre, pero no era algo que me molestase demasiado, caminaba a paso rápido con mi bolso del hombro, en él estaban algunas de las cosas que hacían mi vida más feliz. El aroma del viento otoñal me encantaba y anunciaba una lluvia segura, así que apuré el paso.
Ya estaba en la calle Spigman, arreglé mi sombrero y caminé con desición, esperaba ver a Jayled esta vez. Iba en silencio y sola, pero aún así mentalmente iba repitiendo cada palabra que le diría cuando lo viera, pero eso nunca pasó. Mis tacones se iban enterrando de apoco en los orificios de las piedras de la calle. Digamos que no era el mejor calzado para ese tipo de camino, pero aún así había una razón para pasar por allí, él... Desde el principio era él.
No estaba en su lugar habitual, por alguna razón sentía que eso tenía que ver conmigo. Tal vez me estaba evitando, o tal vez le había pasado algo. La única forma de descubrirlo era llendo a su casa, aunque el simple hecho de pensarlo me ponía del los nervios. Así que me limité a continuar mi camino hacia la Academia, mi segundo lugar favorito de Londres.
Mi voz y el dulce sonido del violín eran mi refugio en aquellos días grises, eran lo único que me mantenían en pie a pesar de todo. Soltar en una canción las palabras que quería gritarle a él eran todo lo que hacía, porque me faltaba valor para decírselo a la cara. Estaba atrapada en un sufrimiento del que no podía salir y del que nadie podía sacarme sin salir lastimado. Y esa era la razón de mi silencio.
...
Savska me dió la bienvenida a la Academia como de costumbre. Ella era la encargada, jefa o líder, como prefieran llamarle. Una cuarentona rusa especializada en el ballet, su aspecto lo decía todo, una estudiada y exitosa bailarina profesional que ahora dirigía el mejor Instituto de artes de toda Inglaterra. Con una personalidad bastante altanera y poco atractiva.
—Hoy te toca la última lección de violín y sólo ensayarás la canción del concurso próximo, pues una tormenta se aproxima. Debemos terminar lo antes posible —Anunció.
—Está bien, eso haré.
La última lección de violín era bastante complicada, y necesitaba un poco de práctica para llegar a lo que quería. No era perfecto.
—Monik, lo haces exelente ¿Por qué sigues ensayando? —pregunta.
Era difícil responder a eso. Ni siquiera yo sabía por qué me exigía tanto.
—Hasta que salga perfecto —me limité a responder.
—La tormenta se aproxima, una actitud tan perfeccionista no te llevará muy lejos, al menos no hoy.
—Todavía tengo que preparar mi voz y ensayar para el concurso de canto —defendí.
Ese concurso para el que llevaba semanas ensayando, por el que tenía desvelos soñando con el instante en que se abriera el telón del escenario y fuese la ganadora, la única ilusión hasta el momento. Al menos la única posible.
—Mira, sólo estás aquí por todo lo que pagas. Pero que sepas que no me caes nada bien, sobre todo después de ver como intentas ganarle a mi hija. No lo lograrás Irina canta mucho mejor que tú —dijo Savska.
—No estoy aquí para competir con nadie, no por el momento. Y sí, Irina canta exelente, pero el concurso decidirá no usted. Recuerde que tenemos un contrato no puede hecharme a su antojo o sacarme cuando quiera.
Mis últimas palabras la callaron, y se fue con su cuello largo en alto y casi me río cuando se le deshizo el bastón que tenía hecho en el cabello rubio. Tan ridícula. Nunca me había caído bien. Ella siempre intentaba sabotearme el show con tal de que su hija destacara.
...
Logré llegar a casa a tiempo con las compras en manos para tener una coartada creíble. Por suerte no había comenzado aún la tormenta, pero faltaba poco. Lo primero que ví fue a Agatha.
—¿Ha llegado él?
—Aún no.
Solté todo el aire que había estado conteniendo. ¡Que alivio! Últimamente pasaba mucho tiempo fuera de casa, y eso me alegraba demasiado. Una preocupación menos, pero seguía pensando en Jay, él... él... Todo se resumía a él.
Una punzada me llegó justo de dentro del pecho, dolía demasiado. Agatha notó en mi rostro la angustia.
—¿Te gustaría que habláramos? —pregunta.
—Creo que ambas necesitamos una charla —dije eso porque pude ver en el rostro de mi amiga tristeza también.
Quizás éramos ambas víctimas del amor. Víctimas de una sufrimiento constante.
N/A
Holiss, aquí su capítulo a tiempo.
Dime, ¿Te ha gustado?
Por favor si no es mucha molestia me ayudarías mucho respondiendo este Tag, así tendré varios aspectos en cuenta al escribir la historia:
-Personaje preferido y por qué.
-Capítulo/ escena favorita hasta ahora.
-Algo que cambiarías si pudieras.
-Personaje que más odias.
-Personaje en el que no confías.
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