La mujer al parecer iba un tanto nerviosa, quizá porque lo que tuviera que hacer esa noche fuera muy importante, quién  sabe....

la seguimos a las afueras de la ciudad, allí extrajo un pequeño paquete, lo miró y la guardó de nuevo, sacó una especie de lista y, tras leer lo que había en la primera linea, salío corriendo y se camufló con la sombras del entorno.

Andrea, después de un largo silencio, dijo indignada:

- Ya se nos ha escapado...¿ pero como podemos ser tan idiotas?

- Tranquilízate, seguro que la encontramos de nuevo. ¡Mira allí esta!- salió por la ventana del piso de los Harrison (Los farmacéuticos) , estaba loca, si saltaba por ahí se mataría, pero..... ¡¿Qué?! salto desde arriba y calló como si no hubiera sido nada más que un pequeño salto.

- ¿Pero como ha... ?- dije, pero Andrea me interrumpió y me dijo:

- No te quedes ahí pasmado. ¡Espabila idiota, que se nos escapa!

- Salí de mi embobamiento y salimos corriendo dispuestos a atraparla, pero la mujer se dio cuenta, y tras correr y correr, giramos una esquina, y nos encontramos en un callejón sin salida. ¿Como demonios había escapado? No lo sabíamos, lo único que sabíamos, es que se había esfumado...

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Cuando volvimos a casa, desanimados por haberla perdido pero a la vez muy excitados por la persecución, no hablamos mucho pero quedamos en que al día siguiente quedariamos de nuevo.