La mujer dejó caer la capucha negra que llevaba puesta hacia atrás, y se podía ver claramente su parentesco con Andrea. Mismos labios finos, mismos ojos azules, cabello castaño ondulado,... lo único que las diferenciaba eran unas cejas gruesas que nacían encima de los ojos de Miriam, que si las comparabas con las de Andrea, -que eran muy finas y delicadas- parecían muy gordas.

A la mujer se le llenaron los ojos de lágrimas, y sonrió.

-¿De verdad eres tú? - dijo con voz temblorosa.

-Mamá - Andrea se lanzó a sus brazos,llorando. Las dos se fundieron un cálido abrazo familiar.

Giré la cabeza hacia el lado, y visualicé a un Álvaro algo incómodo apollado en una verja, que me era algo familiar, intentando no prestar demasiada atención al dúo que era protagonista de esta escena.

Al verme me lanzó una de sus miradas escépticas y arrogantes y volvió a mirar al suelo, pero al hacerlo se le escapó una pequeña sonrisa torcida que le dio un toque diabólico a su rostro. Como si fuera un pequeño demonio planeando su próxima jugada.

Pasé por alto ese gesto, y me centré en la pareja, que seguía abrazada.

Un "Ohh" conmovedor se escuchó desde las alturas. Un Agustín enternecido por la escena miraba dulcemente a las dos mujeres que se abrazaban en mitad del carril.

Reí por lo bajo pero de golpe me puse serio. Un momento, ¿Qué hacía Agustín aquí?

Volví a girar la cabeza inconscientemente para mirar a mi amigo, que observaba todo con cautela dejando caer su cuerpo sobre la barandilla negra del pequeño balcón donde se encontraba.

Al ver que lo observaba, tan solo hizo un simple gesto con la mano, levantando el índice y posicionándolo delante de sus labios, en señal de silencio.

Me fijé en la calle, la verja que me era familiar, los edificios,... Y entonces comprendí, habíamos seguido a Miriam hasta la calle donde vivía Agustín, por tanto también la calle donde vivía Julián Montalbano.

-Así que eres tú, ¿Verdad?- Álvaro fue directo al grano, sin contemplaciones, rompiendo el momento madre e hija.

Lo fulminé con la mirada y me giré para hablar y comenzar una conversación más sutilmente, comenzando a hablar con delicadeza.

- Bien señora, vayamos despacio. Sabe usted que últimamente esta habiendo muchas muertes en esta ciudad ¿Cierto?

La aludida asintió lentamente.

- Nosotros, tras investigar un poco, la hemos estado buscando, la hemos seguido. Pero usted huía ¿Estoy en lo cierto?

- Has dado en el clavo, jovencito, pero apuesto a que no sabes la razón por la cual huía.

- Dejeme acabar, si no es molestia. Bien, como decía, hemos tenido varios testigos y argumentos que nos han llevado a pensar que usted era la asesina. Y dado a su comportamiento y su visita diaria a los tejados de la ciudad, no nos queda otra que aceptar que nuestra teoría es cierta. - Wow, había sonado como un auténtico detective - Aunque sea la madre de Andrea, hemos de dar parte a las autoridades, pero solo nos falta saber su opinión, señora. ¿Nos podría dar su versión de los hechos?

- Perdona la pregunta, niño, pero ¿Enserio crees que yo he matado a alguien?

- No es muy normal encontrarse a alguien corriendo por los tejados y con un cuchillo en mano - cuestioné elevando una ceja.

- Si, cualquier persona malinterpretaría esas acciones, pero... de verdad, no es lo que crees, por favor, dejadme explicaros todo..

Andrea había permanecido apartada por el momento, y sin haberlo notado se había posicionado a mi lado, aún seguía con los ojos rojos.

- Adelante - hice un ademán con la mano para que hablara.

- Bien, lo primero de todo, es que yo no he matado a nadie, alguien me esta intentando inculpar de esas muertes.

- ¿Qué? - los ojos de Álvaro se desviaron de la verja y miraron a nuestra estimada "dama" a los ojos.

- Lo que oyes, yo no he hecho nada, solo...- fue interrumpida por Andrea, que por fin se atrevía a abrir la boca.

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¡Hola mis amados lectores! Perdón por la tardanza pero estaba con exámenes finales y no tenía tiempo para escribir. Ahora que estoy de vacaciones actualizaré más seguido :v

Capítulo dedicado a MartBadiaCodina

Besos!