¿Álvaro? ¡¿Quien diablos es Álvaro?!

Tensé la mandíbula, tenía un mal presentimiento.

Andrea abrazó al chico, él le sacaba dos cabezas, al igual que a mi, aunque yo era un poco más alto que ella.
Álvaro era un chico alto, y de tez pálida, muy fuerte y bastante musculoso, tenía el pelo de un color marrón chocolate y los ojos de un verde oscuro intenso, pómulos marcados y sonrisa blanquecina. Sería don perfecto para algunas chicas, aunque a mi me parecía muy engreído ya que después pregunté:

-¿Y tu quien eres?- me crucé de brazos y le miré molesto.

Él se separó un poco de Andrea, aunque la mantuvo cojida del brazo, me sonrió con suficiencia y dijo:

-¿Estas molesto, quizas? ¿O tal vez celoso?

-¿¡Qué!?, ¡No! - dije alterado- ¡Ella es como mi hermana pequeña!

- ¿Enserio? Dejame desmentirlo- dijo con la cabeza ladeada, un pequeña sonrisa y una ceja alzada- La conozco mejor que tu.

¿De qué habla?

- Hay basta chicos -dijo riendo- pareceis niños de primaria.

Álvaro y yo nos fulminamos con la mirada, si las miradas quemasen , estaríamos los dos muertos.

- A ver. Álvaro, te presento a Hugo Serra, mi mejor amigo.- Dirigió su mirada hacia mi y luego dijo. - Y este es Álvaro Martínez, mi mejor amigo de la infancia hasta que se mudaron, tiene dos años más que nosotros.

- ¿Con que dieciocho, eh? - dije.

- Exacto - me estrechó la mano y dijo - encantado de conocerte.

Yo le sonreí falsamente.

- Igualmente.

Al ver la incomodidad, Andrea se puso a hablar con el intruso.

- ¿Y como esta Bruno, y tus padres y Lorena?

- Murieron hace tiempo.

-¿¡Qué!? - dijo apunto de que las lágrimas resbalaran por su rostro. - dime que no es verdad....

Me metí en la conversación, que me empezó a interesar.

-¿Quiénes són Bruno y Lorena?

Andrea respiró hondo y se tranquilizó un instante para decir:

- Bruno era el gemelo ("malo o travieso" por decirlo así) de Álvaro, y Lorena era también su hermanita pequeña, la última vez que la vi tenía unos 5 años, ahora tendría unos 7.

- Oh, vaya...¿Y que pasó?

Álvaro se aclaró la garganta.

- Hace tres años que nos mudamos, yo y Bruno tendríamos unos 15 años. Una tarde me quedé a jugar a casa de un amigo, y me venían a buscar todos en el coche ya que después íbamos a una cena con mis tíos. De camino tuvieron un accidente, en él murieron mis hermanos y mi madre, mi padre sobrevivió pero se hizo una herida grave en el estómago.

»Lo llevamos al hospital mis tíos y yo, después de un tiempo volvimos a casa, y así pasaron los días hasta que una tarde entre a la habitación de mi padre a buscar una cosa y me lo encontré observandose la herida. Esta estaba toda abierta de nuevo y infectada. Horrorizado, le exigí que me explicara que estaba pasando. Me explico que hacía unas semanas, mientras hacía esfuerzo cogiendo una de las cajas pesadas que teníamos en el sótano (y que yo le advertí que no tocara), se le volvió a abrir la herida, pero no quiso decirme nada porque no quería ir al hospital.

» Aquella noche no me dejó llevarlo al médico y así hasta que un día me lo encontré fatal, la piel se le había vuelto de un tono verde liloso, y un liquido verde le caía por el estómago donde ahora estaba todo en carne viva. Lo llevé corriendo al hospital, pero no pudieron hacer nada por él.

»Le dieron mi custodia a mi tío, pero meses después me enviaron a una academia en Inglaterra, hasta ahora. Hace un par de días que he vuelto, vivo con él en su casa.

- ¿Quién es tu tío? -dije.

- No creo que lo conozcáis, no es muy sociable. -dijo.
¿Soy yo o estaba un poco nervioso?

«Es normal, el chico no te conoce»

- Oh dios mío, pobre, debes de pasarlo fatal.

Se dieron un abrazo. Él me miró y me sonrío hipócrita, mientras seguía abrazando a Andrea.

«Este tío no me cae bien.»