Una espantosa criatura se aproximaba, larga, siniestra y escalofriante, yo corría y corría calle abajo para que la espantosa figura no me cogiera, esta, alargaba una mano y entonces...

Me desperté de un salto. Eran las doce y media de la noche. Otra pesadilla, ya iban 3 aquel día...., escuché alguien discutiendo abajo. Acababa de llegar mi padre a casa, y venía borracho. Mi madre le estaba echando la bronca. siempre que discutían me ponía nervioso, así que decidí irme a dar una vuelta.

La noche reinaba en las calles, no habia ni una mosca por los alrededores.

Me encaminé por los callejones hasta llegar al río, allí me senté en una gran roca. en ella me siento siempre que quiero reflexionar. Despejé la mente y dejé que se esfumasen los problemas.

Después de media hora, decidí volver a casa.

Mientras que volvía a casa, en uno de los callejones apareció una sombra extraña, que se movía y que parecía que alguien se estuviera acercando. Pero de golpe, la sombra desapareció.

No le hice caso y seguí mi camino.

A los pocos minutos empecé a sentir que alguien me miraba, nervioso, empecé a caminar más y más rápido, para deshacerme de aquella maldita presencia que me hacía sentirme inseguro.

Aminoré el paso un par de manzanas antes de llega a mi casa. Giré una esquina y... me topé de narices con una misteriosa y a la vez bella muchacha. Tendría unos 16 años como yo, tenia un bello pelo castaño ondulado y unos preciosos ojos de un tono azul verdoso, totalmente inexpresivos, que guardaban un gran secreto dentro (el cuál yo todavía no sabía).

me quedé sin palabras, ya que parecía que no tenia intención de irse.

-Hola, Hugo -dijo.

-¿co-co-como... sabes mi nombre?- y añadí- ¿y quien eres tú?

- Soy tu mayor aventura - y me sonrió.