Un paso tras otro, quería retroceder, pero el brazo de Reed no me lo permitía. Estaba segura de que por nuestro vínculo ella ya sabía que estaba cerca y eso me ponía cada vez más nerviosa. Jadiel iba tras nosotros, pues había sido él quien nos guio hasta aquí y quien habló con Ayris para intentar calmarla un poco, había aceptado escucharnos, pero no dijo nada sobre aceptar a Reed o perdonarme a mí.

-Ayris... -murmuré al verla salir de la cueva en la que se había metido para estar sola, su tamaño imponente sorprende a Reed, ya que él solo la había visto una vez de cerca y apenas pudo hacerlo bien.

Ella nos mira, nota mi mano entrelazada con la de Reed, la que estaba apretando con gran fuerza para calmar mi miedo a que no quisiera perdonarme. Es lo más terror me da de todo esto.

-"Acepté escucharlos, así que, que alguien hable antes de que me retracte." -comentó con dureza en su voz.

-Lo haré yo -afirma Reed.

-"Tú eres al único que no quiero escuchar, humano mentiroso." -gruñe ella con molestia, pero no fue suficiente para hacer echar par atrás a Reed. Fue cuando entendí que hablaba en serio sobre aceptar morir si eso ocurría.

-Pero soy el que más tiene por decir -responde dando un paso al frente-. Ayris, conozco tu posición y tu relación con Eliette, pero se me hace injusto que la culpes a ella de algo en lo que es inocente.

-"¡¿Qué sabrá un maldito humano sobre verdadera justicia?!" -Ayris lo amenaza al acercar su cabeza a Reed mientras muestra sus colmillos, Reed no retrocede.

-No sé la clase de justicia que tienen los dragones, pero sé la clase de justicia que tenemos los humanos, aunque no lo creas, sé diferenciar lo justo de lo injusto. Eliette solo fue una víctima, mí víctima más bien -jalé de Reed para que se detuviera porque eso solo molestaría más a Ayris, pero él no me hizo caso-. Fui yo quien la manipuló para que saliera de la niebla todos los días sin decírselo a nadie, fui yo quien usó sus propias debilidades para que lo hiciera, tomé su bondad y la usé en su contra para acercarla a mí porque sabía que sería imposible que yo entrara en su niebla. Todo eso fue parte de mi plan para que la reina de los dragones quedara indefensa ante los humanos y así usarla a nuestro favor en contra de ustedes.

Miré a Reed sin poder creerlo, esto ya es algo de lo que no me ha hablado. Nunca me ha dicho el por qué me hizo todo eso, pero ahora se lo está diciendo a Ayris sin miedo a morir hecho cenizas.

-La primera vez que la vi sobre un dragón y la vez que la vi usar sus poderes, estaba seguro de que era alguien importante para ustedes y por eso me mandaron a hacer lo que hice, porque soy el primer general de las tropas de caballería del reino de Valoria.

Me alejé de él por mi sorpresa. Reed me mira de reojo antes de volver su completa atención en Ayris quien se veía sorprendida y enfadada. Yo no tenía idea... ¿realmente tiene un puesto tan alto? Es como la mano derecha del rey, el que comanda a todos los caballeros del reino, y ha entrado al mío como si fuera su propia casa.

-Así que, si quieres culpar a alguien, esa no es Eliette. Mejor ponte a pensar en lo fácil que fue para mí llegar a ella usando su curiosidad por los de su especie a mi favor, ella quería saber más sobre las tradiciones humanas, yo podía enseñárselas. Quería convivir con un humano y yo era perfecto para eso. Dime, entonces ¿la culpas a ella por tener curiosidad sobre su propia especie?

-Reed, ya basta -pedí viendo lo molesta que se estaba poniendo Ayris.

-Por supuesto que no, te culpas a ti por causarle tal debilidad, ¿no es así? -sigue aún así-. Gracias a ti y a eso es que pude acercarme a ella y conseguir lo que quería. Así que realmente te lo agradezco, Ayris.

-"¡Ya basta!" -Ayris lanza una llamarada a Reed quien me aparta de un fuerte empujón.

-¡Reed!

Pero Jadiel lo había alcanzado a tiempo para apartarlo de tales llamas que ni su espada podría evitar ser derretida. Suspiré asombrada por la cantidad de emociones que cruzan por mi cuerpo.

-"¡Es por esto por lo que jamás quise que Eliette conociera a los crueles humanos! ¡No les importa para nada lastimar a su propia especie!"

-Quizás tengas razón. Quizás tengas que volver a encerrarla tras esa niebla, pero esta vez no la dejes salir de verdad. Los demás no son tan débiles ante las mujeres como yo -responde Reed volviendo al suelo-. Y sé lo que te digo, todas son mi debilidad.

-"¡Bastardo!" -Ayris vuelve a lanzarle más fuego a Reed quien lo esquiva de nuevo gracias a Jadiel-. "Ustedes solo saben estar con más personas para llenar un vacío que no puede ser llenado, usan el placer como excusa para cegarse a sí mismos. ¡Me dan asco!"

-Pero se siente tan bien -sonríe Reed haciéndome cubrir mi boca con ambas manos, pues estaba soltando tantas cosas a la vez que ya no podía esperarme nada más-. Pero sí lamento que esto ocurriera justo antes de conseguirlo con Eliette, alguien como ella es el deseo de todo hombre.

-¡Ya basta! -grité con fuerza, llamando la atención de todos-. Reed, dime que no es verdad. ¡Dime que no es cierto nada de lo que has dicho hasta ahora, por favor!

-¿Por qué debería mentir? -responde sin más.

En este momento me siento como una maldita estúpida. Ayris tuvo razón desde un inicio y yo fui tan ingenua. No podía soportar ni siquiera escuchar las pisadas de Reed, me dolía todo lo que ha dicho como si cada palabra fuera una apuñalada en mi corazón. Salí corriendo, ignorando todo a mis espaldas, solo quería alejarme de él para comprobar si el dolor desaparecía, pero por más que corría, no conseguía superar el dolor.

-¡Hmg! -mi pie tropieza contra la raíz de un árbol que no pude ver por las lágrimas y mi cuerpo cayó rodando por una bajada empinada.

No quería levantarme una vez dejé de llorar, me sentía adolorida, pero ninguna de esas heridas se comparaba a la que sentía por dentro. Volteé para ver el cielo, pero mi vista era borrosa, las lágrimas no me permitían enfocar bien. Me aferré a mí misma en busca de consuelo, pero no lo conseguía de ninguna forma, era desesperante.

-¿Lo ven? Les dije que sería buena idea ir tras él -escuché.

Rápidamente me di vuelta para apoyarme en mis brazos sobre el suelo y ver que, en un segundo, estaba rodeada por caballeros de Valoria, algunos en caballos y otros a pie, pero todos me apuntaban con sus armas.

-Sujétenla.

Inmediatamente un pedazo de tela se presiona entre mis labios y se amarra tras mi cabeza, dejándome sin la posibilidad de gritar. Traté de golpearlos, pero golpean mi cabeza contra el suelo y encadenan mis muñecas tras mi espalda, intenté calmarme y usé mi energía para crear enredaderas que ahorcaron a los que estaban cerca.

-¡Cuidado! ¡Es una bruja!

-¡Solo son plantas! ¡Córtenlas!

Cuando pasaron por las enredaderas y tocaron mi cuerpo, estos me sueltan gritando adoloridos por las quemaduras que recibieron. Usé de nuevo las plantas para alejarlos de mí, pero las cortaban con facilidad y no tenía la suficiente energía como para usar el fuego o plantas al mismo y por mucho tiempo. Alguien golpea tras mi nuca y mi cuerpo cae hacia el frente sintiéndome débil repentinamente.

-Ahora, tráiganla.

-¡Sí, señor!

Vuelven a colocarme las cadenas, esta vez más reforzadas y por el cuello también, jalaron de la cadena que sujetaba esa parte y me arrastraron por el bosque hasta que pude ponerme en pie y caminar débilmente, siendo empujada de vez en cuando y cayendo al piso por eso mismo.

-Por fin terminaremos el trabajo que el otro inútil no pudo. La paga será tan buena que pediré que lleven a dos mujeres a mi habitación, será mi momento de gloria esta vez.

Miré al hombre sobre el caballo blanco que iba al frente, se reía con sus compañeros mientras jalaba de mi cadena. Miré hacia atrás pensando en lo que estaría ocurriendo en aquel lugar, pero no tenía ni idea de nada... ni de cómo salir de este aprieto.