Capítulo Tres
Capítulo tres.
6 de febrero, 2015.
No tener un auto apesta.
Y que los taxis sean cochinamente costosos apesta aún más.
Tener que viajar de pie en el bus es apestoso como trasero de mono. Apesta.
Y recurrir al metro sigue apestando más.
En conclusión apesta tener un pie entre la clase media y la de ser pobre, al menos si estamos hablando directamente de mi cuenta bancaria, si hablamos de la de mi familia entonces pobres no somos, pero no me gusta pensar en depender de ellos, tengo 23 años y quiero ser tan independiente como pueda lograrlo.
Paso una mano por mi camisa blanca manchada de café por algún neurótico estresado que iba con prisa ¡Ni siquiera se disculpó!
Si Eva me viera negaría con su cabeza, pero por suerte ella no está aquí. Suspiro tratando de no impresionarme demasiado por la casa frente a mí, parece un poco como de película y me hace saber que estás personas nunca pasarán por la cosa apestosa de ir en bus.
Antes de que pueda tocar el timbre la puerta se abre haciéndome tropezar hacia atrás por el susto. Veo con ojos sorprendidos a una mujer de cabello oscuro, perfil espectacular para alguien de su edad y sonrisa divertida. Contra su cadera sostiene a una niña con cabello castaño rojizo y unos ojos bonitos azules.
Por un momento todo lo que hago es ver. Luego aclaro mi garganta saliendo de mi estado de paralización.
—Hola, buenos días. Soy Elanese y...
— ¡Claro! Te estábamos esperando. Pasa adelante.
Se hace a un lado. Dudosa comienzo a entrar, la niña me observa con curiosidad.
—Halle, saluda a la joven.
—Hola— sonríe
—Hola...
— ¿Qué hace aquí? — cuestiona y abro mi boca sorprendida. La señora Jefferson ríe besando la frente de la pequeña.
—Viene a visitar a Sky—vuelve a darme su atención—. Yo soy Hannah Jefferson, la madre de Dexter.
—Un placer conocerla señora Jefferson—estrecho su mano.
—Pasa adelante.
Me quedo de pie y la veo desaparecer, esto es bastante incómodo a decir verdad. Observo a mi alrededor sin saber muy bien qué hacer, pero entonces la niña vuelve a aparecer, solo que está vez ella viene caminando y llamándome con su mano.
—Ven.
—Claro, sigamos a la niña, es lo sensato— me digo a mi misma ¿Por qué no me dejan ser normal?
La sigo y en la cocina se encuentra la señora Jefferson viendo fijamente hacia un punto indefinido, su piel se ve más pálida de lo que lo hacía hace unos instantes.
— ¿Se encuentra bien?
—Sí, sí. No te preocupes ¿Quieres café?
—De hecho me gustaría ver a Skylie, si no es mucha molestia. Vengo con el tiempo ajustado.
—Claro— se detiene y lleva una mano a su garganta.
— ¿De verdad usted se encuentra bien?
—Sí, de verdad.
No le creo, pero como soy conocida por creer que hago lo correcto y terminar haciendo lo que no es idóneo, contengo mis ganas de ordenarle que se siente.
—Sky se encuentra en el jardín junto a Grace y Dan.
Claro, yo sé quiénes son ellos.
»Halle te dirá dónde está el jardín. Dulzura, muéstrale a Elanese donde está tu hermano.
La niña corre y a paso apresurado la sigo y solo puedo decir algo cuando la alcanzo: nunca vi un jardín así de impresionante y tan cuidado. Me da miedo pisar la grama y arruinarla.
Doy pasos hacia la rubia que me observa con curiosidad mientras un niño y la niña, que reconozco de inmediato como la razón por la que estoy aquí, juegan.
Apenas estoy frente a ella, la rubia, extiendo mi mano.
—Hola, Soy Elanese Anderson, vengo para tener una divertida conversación con Skylie.
—Hola, soy Grace Spear, no debería estar aquí pero vine a traer a Halle y Dan, ya sabes, los hijos de Kae y Harry, no pude negarme a la taza de chocolate que Hannah ofreció y aquí estoy ¡Aunque ya debería irme!
—Hablas rápido.
— ¿Y mucho, verdad? Creo que un día de estos yo enloqueceré a Ethan— suspira—. Lo extraño. Pero en fin, ella es Skylie. Linda, ven, alguien quiere tener una conversación divertida contigo— Grace finge susurrar—.Skylie es muy tímida.
Me agacho estando sumamente incómoda por la falda entubada que estoy usando. Odio este tipo de faldas que me atrapan.
Una niña muy bonita, mucho más limpia y saludable de lo que la foto de su informe muestra, me observa temerosa ¿Cuánto daño pudieron hacerle a este angelito?
A veces siento que mi corazón es muy blando para esto, me duele ver niños abandonados y sufriendo. Leslie podía con ello, Leslie podía con todo, pero una vez Arthur murió, se hizo demasiado para ella y la entiendo. Es duro ver a un niño sufrir. Es duro trabajar con niños cuando perdí a mi sobrino.
Skylie tiene cabello color miel que ahora va revoltoso y despeinado porque supongo que estaba jugando, tiene mejillas sonrojadas, boca pequeña y rosada, y es quizás solo un poco más baja para la edad que tiene. Me alegra ver que luce con un peso saludable y posee unos ojos color miel simplemente muy dulces y llenos de inocencia.
—Hola Skylie—intento de nuevo—, me gustaría hablar sobre cosas divertidas.
Ella niega con su cabeza y se esconde debajo de una mesa, observo a Grace quien está frunciendo el ceño.
—No lo tomes como algo personal, me ha visto varias veces para poder adaptarse a mí presencia y Dexter no está, por lo que no le gustan los desconocidos.
Suspiro y dejo mi bolso en la grama, lamentando lo que van a sufrir mis rodillas, gateo hasta llegar debajo la mesa. Noto que Skylie tiembla un poco.
—Tranquila, prometo no hacerte daño ¿Dexter te dijo que no hablaras con extraños?
Lentamente asiente con su cabeza. Bueno, Dexter no ha hecho mal en advertirle eso, no voy a negarle ese crédito.
»Bueno, yo no quiero ser una extraña. Me llamo Elanese, pero los que son mis amigos pueden decirme Ela. Y como tú y yo vamos a ser amigas, tú puedes llamarme así.
No me responde. Decido sentarme y sufro en mi pobre columna porque debo encorvarme o acabaré golpeando mi cabeza. Creo que eso la divierte porque el indicio de una sonrisa aparece.
—Tengo 23 años y mi color favorito es el rojo.
—Rojo.
—Sí, me gusta el rojo.
—No— sacude su cabeza—. Dex.
— ¿Es el color favorito de Dexter?
—Tío rojo— me sobresalto y golpeo mi cabeza de la mesa. Skylie ríe y el niño agachado que habló me observa apenado—. Tío rojo.
Dios mío, te juro que no estoy entendiendo nada.
—Claro. Rojo y Dexter ¿Quién eres tú, pequeño amigo?
—Harry Daniel.
— ¿Y eres amigo de Skylie?
—Familia.
Oh, Dios mío. Una parte de mí se derrite de ternura y la otra activa las alarmas ante el hecho de que Skylie ya está escuchando que la incluyen en esta familia y las cosas simplemente serían terribles si Dexter recibe una desaprobación y rechazo.
—Oye, Dan. Vamos a llamar a tu mamá por teléfono y decirle por qué aun yo no vuelvo al trabajo— la chica rubia que habla mucho, Grace, se lleva al niño y de nuevo estoy con Skylie.
—Entonces, tienes un lindo nombre Skylie. Nunca lo había escuchado.
—Gracias—susurra.
—Y tu ropa es muy bonita. Me gusta tu cabello, el mío es largo, pero el tuyo es mucho más largo y bonito— le sonrío—; y ni hablar de tus ojos. Son los ojos más dulces que he visto.
Señala los míos.
»Hay muchos ojos claros acá, estos solo se unen a la lista de ojos de color.
—Brillan.
—Bueno, no sabría decirte por qué.
Cuando estábamos pequeñas, una vecina solía decir que iba a sacar nuestros ojos de los hermosos que eran y entonces mamá comenzó a asustarse y nos hizo mudarnos de casa. Quiero creer que la señora era solo rara y no una secreta traficante de órganos.
—Así que creo que podríamos ser amigas, estaré visitándote muchas veces. Nunca he tenido una amiga tan bonita como tú ¿Te gustaría ser mi amiga? — se encoge de hombros— Hagamos una prueba, te haré unas pequeñas preguntas y si logró agradarte, entonces me dejarás ser tu amiga ¿Si?
—Sí.
— ¡Muy bien! — aplaudo. No lo finjo, sale natural. Por un momento es como estar siendo espontanea con mi sobrino— ¿Cuántos años tienes?
—6.
— ¿Siempre has sido Skylie? ¿Es tu nombre desde siempre?
Asiente con la cabeza. Me gustaría ir tomando nota de sus expresiones y el tono suave que usa para responder dudosa mis preguntas, pero he dejado mi bolso a una distancia de mí. Espero que mi memoria retenga bien esto.
» ¿Cuál es tu color favorito?
—Rojo.
— ¡Oh! ¡Qué casualidad! ¿Ya te dije que el mío también? — Asiente de nuevo con su cabeza— ¿Por qué es tu favorito?
—A Rojo le gusta rojo— su respuesta parece divertirle porque ríe de manera risueña cubriendo con una mano su boca. De inmediato sonrío. Esta niña es un ángel que por alguna razón fue dejada a su suerte hasta ahora.
— ¿Qué es lo divertido? ¿Quién es el Rojo al que le gusta el rojo?
—Dex.
— ¿Dexter es rojo?
—Sí.
Recuerdo haber conocido aquella noche en el bar a Dexter con cabello rojo, apenas perceptible por la gorra que llevaba, sin embargo estuve confundida mucho tiempo porque no entendía porque tenía ojos verdes en el bar y luego en los poster de ese año sus ojos eran cafés. Tuve que recurrir a Arthur y él simplemente me dio toda una clase de su banda favorita. En donde muchas veces se estableció que «Andrew es el hombre» y que «cualquiera de ellos iría bien contigo tía Ela y con mamá», así de loco estaba mi sobrino.
—Antes de conocer a Dexter ¿Estabas triste?
Recuesta su barbilla de sus rodillas mientras abraza sus piernas. Me rompe el corazón.
—Sola. Muy sola. Hacía frío ¿Te da frío?
—A veces—logro responder— ¿Solo eres Skylie?
—Sí...Rojo dijo que podía escoger otro nombre.
— ¿Quieres escoger otro y dejar Skylie?
—No. Skylie y otro.
— ¿Y has pensado en uno?
—Difícil.
—Estoy segura que encontrarás un nombre tan genial como tú. Dexter tiene razón, puedes obtener otro nombre, un segundo nombre.
— ¿Y Jefferson?
Tomo un profundo respiro mientras parpadeo un par de veces, ella me observa esperando una respuesta y yo siento que me falta el aire.
—Te diré esto Skylie. Voy a encargarme de que seas una niña feliz pase lo que pase. Haré de ello mi misión especial, tienes una risa y sonrisa muy lindas, y nada va a hacerme más feliz de que siempre sea así.
— ¿Promesa? — estira su dedo meñique.
— ¿Quién te enseñó esas promesas?
—Dou.
—Promesa— enlazo mi dedo con el suyo— ¿Puedo entonces ser tu amiga?
—Sí—me sonríe.
—Seremos las mejores amigas, Skylie.
Por favor, no me permitan equivocarme está vez.
***
7 de febrero, 2015.
— ¡Voy! — no dejo de gritar mientras salgo del baño con una toalla en busca de mi celular.
Mi papá está cansado de explicarme que el celular no me escucha cuando le digo que espere, pero las costumbres nunca mueren.
Ni siquiera me da tiempo de ver quién llama, pero como no estoy siendo muy solicitada, los sospechosos son escasos.
— ¿Hola?
—Hola.
Hay un extraño silencio. Ruedo mis ojos.
— ¿Y bien? ¿Llama para apreciar el silencio o para decir algo que me interese o valga la pena para interrumpir mi baño?
—Aunque eso es tremendamente interesante, me temo que estoy llamando debido a otro jod... asunto.
— ¿Si sabe que interrumpir la maldición a mitad de camino no hace menos daño?
— ¿Me recomiendas entonces que maldiga directamente?
—Si eso lo hace sentir mejor.
—Joder, genial.
No puedo evitar sonreír y luego borro mi sonrisa porque soy simplemente rara sonriéndole a la llamada de un extraño.
— ¿Entonces?
—Supe de su visita— trato de no distraerme por su voz. Mayormente los hombres con voces así resultan interesantes a la vista—. Ayer.
—De acuerdo, dígame quién es si no quiere que cuelgue.
—Mierda. No cuelgues, las llamadas internacionales son jodidamente costosas.
—Tú no eres...
—Dexter Jefferson. Un gusto...
— ¿No te dijeron mi nombre?
— ¿No pregunté?
Camino hasta mi cama y me dejo caer, soy presa de los nervios. Estoy entre aliviada de que aún no sepa quién soy – aunque podría de nuevo no reconocerme – e indignada de que ni siquiera sepa quien está llevando este asunto.
»Bueno, entre concierto y concierto, llamar a casa y estar jodidamente preocupado por saber qué va a pasar con mi solicitud, olvidé preguntar. No es nada personal.
—De acuerdo. Tú no deberías estar llamándome.
—No le digas a Max.
— ¿Disculpa?
—Sé que no puedo llamarte o tener contacto directo hasta que jodidamente nos conozcamos, pero quería verificar que la mierda no está revuelta.
No ha cambiado. Tiene una boca igual de sucia que esa noche y eso no debería afectarme.
—Tu lenguaje es muy elocuente.
— ¡Me dejaste maldecir!
—Lo hice, pero entonces no sabía que eras quien quiere hacerse cargo de otra pequeña vida.
—Oh, mierda— gime pareciendo lamentarse— ¿Eres de las difíciles? ¿La mujer mala del cuento?
—No y si lo fuera, decir eso, definitivamente no ayudaría a tu causa.
—No me tortures más, por favor.
—No puedo decirte qué notas tomé ni qué hablé con Skylie. Ni siquiera tendría que estar hablando contigo, mucho menos un sábado.
—Citando a Ethan, yo soy un hombre especial, lo valgo.
—Los términos de tu banda y tu familia me confunden. Ustedes hablan esperando que yo sepa toda la clase de historia que tienen. Amigo, soy nueva, estoy pérdida y no entiendo de lo que me hablan.
Observo a mí alrededor como si esperara que en cualquier momento Eva saliera de su escondite y me reprendiera por la manera poca profesional en la que estoy hablando.
—Puedo decirle a mi cuñada que escriba una guía para ti.
—Uhm, esto se está volviendo raro e inadecuado y ya sabes, intento hacer esto bien. Debemos finalizar esta llamada.
— ¿Todo está bien con ella, verdad? Es decir, jodidamente le damos buenos alimentos, ropa, está aseada, juega con otros niños ¡Y maldita sea! Tiene ahora personas que la aman ¿No es suficiente? Conmigo nunca le faltará nada. Le daré mi jodido corazón completo si eso garantiza que ella será feliz y...
—Fue un gusto hablar contigo, hasta luego Dexter.
—Por favor...
Sus palabras me han llegado, es difícil que alguien no se sienta pequeño y con el corazón en la mano tras sus palabras apasionadas y deseos de protegerla.
Si hago esto mal Eva no volverá a confiar en mí y decepcionaré a Leslie. Pero siento que de igual forma tengo que contener quien soy para llegar a un acuerdo con eso. Me asfixio.
—Ella se ve saludable y te ve como alguien genial. No fue un mal día.
—Gracias, malditamente gracias.
— ¿Y Dexter?
— ¿Si?
—Asegúrate de que no aprenda a tener una boca sucia como tú.
— ¡Oye! Eso no es ni un poco profesional para decir.
—Creo que ya rompí suficientes reglas. Hasta luego.
—Gracias...
Finalizo la llamada antes de que pueda decir algo más. No voy a analizar esto. Haré de cuenta que fui muy profesional y que he aprendido de mis errores pasados.
Sí, finjamos que no ocurrió.
Excepto que sí ocurrió. Mierda.
Holaaaa supongo que mientras Ethan no termine, estaré apareciendo de vez en cuando por aquí a dejar algo hasta que empiecen las actualizaciones de forma regular.
Por ahora conformense con escuchar (leer) la voz de Dexter, que él está haciendo su cosa de estrella de banda dando conciertos por Europa.
El hada señala en esta ocasión a @Lulii08 gracias por los maravillosos fanarts los he amado a todos y mira, estabas en la lista desde Ethan pero finalmente aquí tu dedicación belleza, espero que te haga sonreír como tus Fanarts me hacen sonreír a mí. Gracias por el apoyo y amor.
Espero les guste.
Un beso.
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