Capítulo Treinta y Cinco
Capítulo treinta y cinco.
—No voy a venderme.
—Suena muy mal si lo dices de esa forma —Hace una mueca Kora.
—Estás enferma si crees que volveré a pasar por esa mierda. No soy esa chica.
—Ni siquiera sabes quién eres. Mírate, mira donde vives, donde trabajas. ¡Eres un maldito desastre!
—Pues amo ser éste maldito desastre. No puedo decir lo mismo de ti, sigues siendo una sucia lacaya —ataco—. Vete de mi apartamento. Le digo que no a todas tus porquerías.
—Dee, Barak no es un mafioso, es un empresario poderoso que solo quiere un reencuentro contigo —Me estremezco y por un momento pareciera que siente empatía—. Mira, lamento si aquella vez fue muy horrible, pero has crecido y ya sabes que esperar del sexo.
Sus palabras me dejan incrédula, la manera en la que lo dice. Sí, sé que esperar del sexo cuando se quiere tenerlo y sientes deseo, también sé lo que pasará cuando te dejas presionar y terminas prácticamente vendiéndote. No quiero volver a sentirme así de perdida, asqueada y asustada de mí misma. No puedo evitar abrazarme, como si con mis brazos yo buscara protegerme.
—Ese hombre puede ser todo el empresario que quieras, pero nunca más me verá.
—Hablas demasiado pronto. Mira, corta el drama, preciosa. No es como si fuese a matarte si no lo consigue o mandar a sicarios por los que quieres —Sonríes—. En realidad es generoso.
» ¿Recuerdas a Mandy de aquella vez, verdad? Bueno, creo que es un poco como la perra de él o algo así, cómo sea, ella haría cualquier cosa por él y si Barak le dice que renuncie a la mocosa estoy segura de que ella lo haría. ¿No te parece eso interesante? Si esa mocosa no tiene familia reclamándola, entonces... ¡Vamos! Complétalo por mí.
—Quiero que te vayas de mi puta casa ahora mismo —Sonríe, no se mueve. Siento mis nervios crisparse. Me siento insegura.
Me siento indefensa, vulnerable. Me siento como aquel treinta de abril y no quiero nunca más experimentar estas emociones. Camino hasta ella y clavo mis uñas de su piel cuando la tomo por el abrazo y la obligo a caminar hasta la puerta. ¿Cómo pensé que ésta mujer alguna vez me quiso ayudarme porque me consideraba su amiga? No le importa hacer daño siempre y cuando ella se mantenga adelante. Abro la puerta y la empujo fuera de mi hogar, se ríe y limpia la sangre de donde mis uñas desgarraron. Me sonríe, pero sus ojos no tienen ni un ápice de diversión. Está furiosa conmigo.
—Te sacrificaste una vez, ¿Por qué no una segunda? Una vez leí que por amor se hace cualquier cosa y tú eres débil —Se encoge de hombros—. No lo harás por ti, pero lo harás por otros...
Cierro la puerta con fuerza y recargo mi frente de la puerta. Mi cuerpo se estremece, muerdo con fuerza mi labio inferior porque no quiero llorar, pero no hacerlo me destruye desde adentro, se siente como ser asfixiada. Así que me dejo ir. Un sollozo escapa y las lágrimas comienzan a caer.
Si Miranda Miller renuncia a la custodia de Skylie, Dexter tendrá oportunidad de volver a tener a su hija consigo. Eso es lo que ella quiso decirme, lo que yo sé.
***
29 de junio, 2015.
— ¿No has hablado con él? —pregunta Leslie. Tomo otro poco de helado y hago una mueca.
Leslie regresó está mañana a Londres, no creo que haya resuelto todas las cosas consigo misma, pero intuía que por aquí las cosas no marchaban bien.
—Sí, intercambiamos unos mensajes y una llamada extraña si a eso te refieres —Tomo más helado sin ver realmente la película que pusimos en mi habitación, en donde ambas estamos durmiendo hoy—. Las relaciones son para las buenas y las malas. Quiero estar en las malas y siento que me está cerrando la puerta en la cara.
»Siento que está molesto conmigo, pero no me lo dice y no tengo la culpa de nada, Les. No juego con el destino, no hice que perdiera a Sky, no ocasioné la muerte de Ally y no lo obligué a dar esas declaraciones. Entonces, no lo entiendo.
—Las personas tienen una forma muy peculiar de reaccionar a estas situaciones, quizá a él no le guste sentirse vulnerable o siente que podría herirte con palabras debido a lo impulsivo que me has dicho que es.
—No lo sé, pero ¿Sabes? Espero y él sepa que así como he estado para verlo sonreír, no me importar estar para verlo llorar.
Ni siquiera supe del funeral hasta que el día de ayer salió por todas las redes fotos de la familia en el cementerio, no es necesario decir que no respetaron un momento tan desgarrador para la familia, así como hace años tampoco respetaron el funeral de mi sobrino. Entiendo que esas personas viven de eso, es su trabajo, pero en ocasiones, creo que es necesaria un poco de empatía bajo situaciones como estas. Dexter no me dijo de ello, no me pidió que lo acompañara. Quería estar para él y también porque fue poco, pero conocí a Ally, y me hubiese gustado decirle adiós, darle un abrazo a Andrew y asegurarle que nunca estaría solo.
— ¿Es por eso por lo que tus ojos están hinchados? ¿Has estado llorando por eso?
Estoy a instantes de negar con mi cabeza, pero me detengo a tiempo y asiento. Porque no puedo decirle que mi llanto se debe a que he pasado noches pensando si yo puedo solo fingir que Kora no vino y ofreció una solución para que Dexter y Skylie sean felices.
Un sacrificio de mi parte, lo he hecho antes, pero...No puedo hacerlo de nuevo.
Tengo conflictos internos sobre esto. Quiero olvidarlo, pero en mi mente aparecen cuestionamientos sobre si le daré la espalda a esto, si quiero que Dexter y Skylie sufran más por estar separados, pero también pienso en mí. Hacer de nuevo lo que me juré nunca sucedería, me rompería, no podría volver a ser la misma.
Estoy en el dilema de decirle o no decirle a Dexter, creo que tengo miedo de cualquier respuesta que pudiera darme en este momento en el que las cosas están tan difíciles. Pero debo decirlo, estoy cansada de cargar con tantos pesos. Quiero decírselo.
—Sí, es por eso —respondo tras el largo silencio.
— ¿Qué has pensado sobre las escuela de historias que has estado viendo?
—Que son terriblemente costosas.
Aprecio que quiera cambiar el tema, pero esté tampoco es un campo más agradable. Me hunde un poco más porque las cuentas no me dan para volverme a matricular en alguna escuela. No quiero pensar en eso ahora.
— ¿Qué tal si solo vemos la película y yo no lo arruino con mis inoportunas preguntas? —Ahora, eso me tiene riendo.
Me golpea con una almohada haciendo que el helado caiga sobre la cama y grito antes de devolverle la almohada con un golpe, es solo el comienzo para una lucha llena de risas. Justo lo que necesitaba. Cuando terminamos, llenas de helado y con una gran sonrisa en medio de jadeos, me giro hacia ella.
—Gracias por eso —susurro.
—Hay momentos difíciles en la vida, Ela, pero se puede salir de ello siempre que te lo propongas. Mantente fiel a ti misma y toma el camino correcto.
No sé cómo lo hace, pero de alguna manera eso es todo lo que necesitaba escuchar para saber que no volveré a pasar por una situación que me destruya de tal forma. Amo a Dexter y amo a Skylie, pero también me amo y debo encontrar la manera de obtener una solución sin ser destruida en el proceso.
***
2 de julio, 2015.
— ¿Podemos hacer esto? —susurra Dexter, por primera vez lo noto muy nervioso.
—No, no deberíamos, pero prometí que no nos verían y sé que lo necesitas. Podemos ser discretos, solo debemos mantenernos aquí.
Hay un gran elefante, entre nosotros, que además de ser rosado baila y brilla con purpurina, pero podemos enfocarnos luego en eso. En la actualidad, nos encontramos ocultos en un matorral viendo hacia una bonita casa en la que unos niños juegan en el jardín. Aun no vemos a Skylie.
Alan consiguió la dirección luego de que prácticamente yo le rogara y prometiera que nada malo saldría de aquí, que Sky no vería a Dexter y que él solo necesitaba verla para nutrir su esperanza porque sus ánimos han estado por el suelo y siento que él está muy deprimido, hostil y abatido desde que se llevaron a Skylie y desde el asesinato, aún impune, de Ally. Temo que rompa la única regla que he impuesto, por lo que vuelvo a recordárselo.
—No puede verte, eso la lastimaría y a nosotros nos metería en problemas. Entiendes eso, ¿verdad?
—Lo... ¡Joder! Mírala.
Volteo y saliendo de la casa con una adolescente tomando su mano, se encuentra Skylie. Parece que asiente a algo y luego se abraza a la cintura de la adolescente mientras observa a los niños jugar. Luce sana, eso no se puede negar, quizá un poco más delgada, pero también luce triste y asustada. Mis pies pican por correr hasta ella y abrazarla, por llevarla con nosotros, pero sé que no es lo correcto, no es la manera de hacerlo.
Volteo a ver a Dexter y sus ojos están húmedos mientras la observa sin emitir palabra alguna, traga duro y parpadea continuamente, intenta dar un paso y tomo su brazo. Baja la vista a mi agarre.
—Por esta vez, por favor no. Lucha con tu impulso, no lo hagas más difícil, por favor —pido.
—Es mi hija, necesito abrazarla. Es mi jodida hija.
—Lo sé, pero ahora ella no necesita que hagas esto. Si te ve y no la llevas contigo, sufrirá. Por favor, Dexter.
Veo la indecisión en su rostro, la crudeza de sus emociones. Asiente con lentitud y cierra sus manos en puños para contenerse. Vuelve su atención a Skylie y en silencio la observamos. No juega con los niños, se sienta al lado de la adolescente y recarga su cabeza de las rodillas de ella, al menos la chica parece tener cariño por Skylie, basándome en la forma en la que acaricia su cabello y parece hablar con ella.
No sé cuánto tiempo transcurre, pero mis pies comienzan a cansarse, los tres niños que juegan van y vienen. Parece que alguien los llama porque corren dentro de la casa, Skylie y la adolescente también lo hacen. Volteo a ver a Dexter y hay anhelo en su mirada.
—Ahí va mi Lucecita, vuelvo a quedarme en la maldita oscuridad —Su voz denota dolor—. Duele mucho, ¡Joder! Duele demasiado.
No dice nada más, me atrae para un abrazo porque, finalmente, me está dejando sostenerlo. Está dejando que lo ayude a sostener su angustia y desdicha. Esto no arregla el espacio que de alguna manera se ha abierto entre nosotros, pero me da fe de que él ha llegado a este punto donde entiende que no está solo y no debe canalizar sus emociones en los demás. En mí.
—Creo en los cuentos de hadas reformados y adaptados a la realidad —digo.
— ¿Qué mierda significa eso?
No puedo evitar reír porque el tono que emplea, suena mucho como él. Se aleja un poco para observarme.
—Significa, que cuando sea hora de que hables frente a la persona encargada de dictaminar si eres apto, tú lo darás todo. Y que conseguirás un buen abogado que demuestre por qué Miranda Miller no puede obtener la custodia de una niña que en primer lugar abandonó, porque tú y yo sabemos que Skylie no mentía.
—Voy a recuperarla.
—Vas a lograrlo.
***
—No creo que tú hayas cocinado esto. ¡Es delicioso!
Soy recompensada con una sonrisa que casi muestra su hoyuelo, me doy palmaditas mentalmente. Dexter da un sorbo a su jugo antes de responderme.
—Lo cocinó mamá, ella ha estado viniendo a pasar tiempo conmigo. Tengo mucho tiempo libre ahora.
Pero no para conversar conmigo. Quiero decir, sin embargo, asiento indicando que lo entiendo.
Creo que Dexter tiene emociones encontradas tras haber visto a Skylie, está feliz de haberla observado por esos instantes y verificar que está bien, pero está frustrado y molesto de que fueran solo instantes robados. De alguna manera, luego de tantos meses acostumbrado a la rutina de ser papá, es difícil renunciar a ello. Tal como él lo dice: Skylie se convirtió en su hija.
— ¿Cómo está Andrew?
—Él no quiere hablar con nadie —Suspira—. Está apagado, malditamente triste. No está bien.
»Andrew no está actuando como un imbécil, lastimándose o algo por el estilo, pero es como si se marchitara ¿Sabes? Él siempre ha sido el optimista del grupo y ahora él siente tanto dolor que me pregunto si volverá a sonreír.
—Está de duelo, perdió a su hermana e incluso cuando avance, eso siempre estará ahí, solo que aprenderá a vivir con ello. Necesita tiempo.
— ¿Podrías hablar con él? —Me mira directo a los ojos—. Tú...Entiendes su perdida, Andrew siempre es quien nos alienta y siento que ninguna mierda de la que digo hace diferencia para cómo se siente.
—No necesitas palabras para hacer la diferencia, todo lo que él necesita es tenerlo a ustedes para atraparlo mientras cae, y luego tenerlos ahí cuando salga, cuando se levante y continúe. Las batallas más duras resultan más llevaderas cuando no estás solo.
»Y no soy la persona correcta para hablar con él, si de verdad, quieres que alguien converse con él, estoy segura de que Leslie sabrá que decirle. Es una superviviente de uno de los dolores más atroces y ella, de verdad, quiere saber qué Andrew está bien.
—Eso estaría bien, aunque tiene buenas palabras para decir, si me lo preguntas. Eres muy dulce.
—No lo suficiente —No puedo seguir ignorando lo que sucede.
— ¿Qué quieres decir con eso?
—Que me has ignorado y esto no es una loca escena de novia berrinchuda. Ésta soy yo diciéndote que me alejaste, cerraste la puerta y no me permitiste estar para ti. No puedo solo estar en las buenas, quiero también ser tu apoyo en las malas.
»Pero no me lo permites y... —Tomo un respiro—. Culpas a mi hermana de lo que sucede y me pones en una situación donde no me dejas defenderla, esperas que me calle y solo te vea dirigir toda tu molestia a ella. Es mi familia y tú entiendes bien lo que se siente ver que atacan a alguien que amas. Cuando intento defenderla eres hosco e incluso grosero conmigo.
Abre la boca como si quisiera replicar, pero luego la cierra. ¡Habla! ¡Maldita sea! ¡Habla! ¿En dónde está mi Dexter luchador que no se calla ninguna mierda?
—Y no está bien que te calles las cosas, Dexter. Debes hablar o terminarás explotando.
— ¡Mierda! Lo siento. No soy bueno en esto.
— ¿En qué?
—En estar bajo presión y bajo estas situaciones. Cuando sucede la cago. Hago una mierda tan desastrosa que no sé cómo solucionarla.
—Pero...
Se pone de pie y pasa las manos por su rostro, frunzo el ceño sin entender.
— ¿Qué hiciste, Dexter? —Estoy temiendo su respuesta.
—No me callé...Yo solo, no lo hablé contigo.
De acuerdo, lo hizo con alguien de su familia, quizá, alguien del grupo. No jugaré a la molesta porque entiendo la confianza que tiene con ellos y está bien que se desahogue a su manera, pero entonces, me doy cuenta, él no luciría así de culpable y arrepentido.
— ¿Con quién hablaste, Dexter?
Una vez más pasa las manos por su rostro y se tambalea en sus pies, mordisquea su piercing y por primera vez, ese movimiento no me distrae porque estoy muy tensa.
—Lo siento.
— ¿Con quién? —repito.
—Juliet.
Proceso una simple palabra. Un nombre. Su ex.
Dejé en claro cuando la conocí que no tengo nada en contra de Juliet, me pareció una persona agradable, pero no soy un bloque de hielo sin sentimientos y esta mierda hace que me hierva la sangre de inmediato. Estoy luchando contra las palabras en gritos que quieren escapar, pero en última instancia, dejo de retenerlas.
— ¿Hay algo mal en mí? ¡Porque sé que malditamente no! Soy torpe, un desastre y a veces me pierdo en mi camino, pero nunca he demostrado que no esté para ti —Me pongo de pie olvidando la comida—. Me trataste indiferente, eras seco y yo como estúpida esperaba por tu momento y ¿Qué hacías? Abrías tu puto corazón con tu perfecta exnovia la buena y genial que en primer lugar nunca quisiste dejar.
Una vez papá me dijo que en el momento del calor de la molestia se dicen cosas de las que puedes arrepentirte, compartió esas palabras cuando mamá le gritó mucho a Leslie cuando a sus quince años dio la noticia de que estaba embarazada. Ahora lo entiendo, porque no sé si estén escapando palabras de las que luego me arrepienta, si ya las dije o las diré justo ahora.
» ¿No te sientes cómodo conmigo? Sé que ella es genial, Dexter, pero ¿Cómo te sentirías si hiciera eso con Henry? Me has lastimado, es cierto que no me fuiste infiel, pero esto me ha dolido. Pones tu confianza en ella por sobre mí. ¿Por qué siquiera estás conmigo si acudes a ella? ¿Para el sexo? ¿Para qué celebre tus logros y luego a ella le des esa parte de ti? ¡No te me acerques! —Le grito cuando camina hasta mí.
No sé si se trata de que exploté ante su anterior indiferencia, si exagero o es justificado, pero esto me ha lastimado. No quiero ser la sombra de nadie, ni tampoco estaré en una relación que parece de dos, pero que ante malos momentos en la convierte de tres.
—La cagué y lo siento. No planeaba que fuera así, solo solté mi mierda y ¡Lo siento! No hay nada entre ella y yo, solo es mi amiga, siempre lo ha sido. Eres más de lo que imaginé, Elanese, ¿Cómo puedes insinuar que eres menos?
—Porque así me haces sentir en este momento. Te cuento todo y tú se lo cuentas a ella. ¿Debo vivir con una puta sombra de tu exnovia perfecta? Paso, mil veces paso. No pasaré por eso.
Lo paso de largo y busco mi bolso, está intentando tomar mi mano y dando una explicación mediocre. Estoy tentada a golpearlo con mi bolso, pero eso solo me volvería una maltratadora y no es sensato. Me volteo para enfrentarlo.
—No puedo, ni quiero estar en una relación así, Dexter. No quiero tener que sentirme insegura cada vez que algo pase pensando en si correrás a hablarlo con ella, no puedo sentarme a esperar mi turno mientras le das esos momentos, mientras le dejas ser tu apoyo y yo espero en el banquillo que me des la oportunidad de estar para ti.
»No vine a esta vida a sufrir, y no pienso hacerlo por ti. Te amo, pero incluso si lo hago, no me gusta que me lastimes.
—Copo de azúcar, hablemos, por favor. La cagué, déjame...
—No quiero hablar ahora. Si quieres hablar, en este momento no será conmigo.
Abro la puerta y la cierro con mucha fuerza detrás de mí. Siento la molestia tan caliente. Sé que tiene derecho a equivocarse y suele actuar de manera cuestionable bajo situaciones que lo superan, pero también tengo derecho de molestarme al respecto y a sentir cierta inseguridad sobre lo nuestro. No es fácil lidiar con el hecho de que tu novio se aleja de ti, pero se acerca a su ex.
Sé que debo escuchar sus explicaciones en algún momento, pero ese momento no es hoy y dudo que sea mañana.
***
3 de julio, 2015.
«Por favor, responde mis llamadas.
Déjame explicarte, lo siento. Me arrastraré si tengo que hacerlo.
Besaré el jodido suelo, pero háblame »
No estoy jugando a hacerme la difícil, solo que todavía tengo mi molestia latente con Dexter, intento razonar y ordenarme pensar con la cabeza fría, pero no lo consigo. Así que no quiero tener una conversación con él en donde pueda llegar a decir cosas de las que vaya a arrepentirme luego, por eso prefiero esperar. En algún momento la marea bajará y seré capaz de analizarlo todo.
De pensar en cosas como que le solté que lo amaba en medio de una discusión. Qué maldito desastre somos.
Pienso que toda esta molestia quizá sea buena para la clase de danza árabe, la cual he faltado a tres clases. April me rogó que fuera hoy, que necesita despejarse y distraerse, algo que yo también preciso.
Bebo de mi café y veo la pantalla frente a mí, tengo un evento de recaudación de fondos que organizar, pero no logro concentrarme. Alguien toca la puerta de la pequeña oficina en la que me han ubicado e indico que pase. Es Anya, una de las chicas que trabaja en la fundación. Me sonríe y sube los lentes de lectura que resbalan por el tabique de su nariz.
—Alguien te espera en el salón de reuniones, parece importante.
—Gracias, Anya —respondo desconcertada, terminando mi café y poniéndome de pie.
Camino hasta el salón de reuniones bastante intrigada, abro la puerta y no veo a nadie. Entro y escucho la puerta cerrarse detrás de mí, un escalofrío me recorre cuando siento a alguien detrás de mí.
—Hola de nuevo, Dee. Decidí no enviar a más mensajes y venir por mi cuenta a hacerte mi oferta.
Me paralizo, siento que no respiro y las náuseas me invaden. Es él.
Holaaaa, perdonen la tardanza, pero como muchos saben he estado y estoy de viaje, por lo que actualizar es muy difícil y no estaré haciéndolo tan seguido.
Desde aquí los veo con sus antorchas señalando a diestra y siniestra haha queriendo matar a todo el mundo.
Espero les guste.
Un beso.
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