Capítulo cuatro.

17 de febrero, 2015.

Creo que he cometido muchos errores en mi vida. Lo admito, parece que para aprender y obtener una lección de vida, para mí siempre es necesario equivocarme al menos una vez. Lo cual me hace llorar y sufrir antes de llegar a ese punto. Pero este, esta persona sentada frente a mí justo ahora se siente como un notable error y lamento que me tomara tiempo haberme dado cuenta.

Presiono la esquina de mi celular contra mis labios mientras observo los suyos moverse al hablar, pero la verdad no presto atención a lo que sea que Henry dice.

Henry ha sido la relación más inestable que he tenido alguna vez y por eso la más duradera. Sí, antes de él tuve un novio y en medio de él estuvo otro porque por unos 5 meses no estuvimos juntos, pero es el único formal que he tenido. Antes solía creer que volvía con él porque lo amaba locamente, pero entendí que se trata de que es muy bueno manipulándome, diciendo las cosas que en momentos duros de mi vida yo quería escuchar.

Cuando todo con Arthur se fue volviendo más difícil y sentí que el mundo se nos venía encima, él apareció a recoger los pedazos cayéndose y acepté que regresáramos, y otras muchas otras veces parecía saber cuándo aparecer en mis momentos vulnerables e idiotas para retomar nuestra relación.

Me gusta pensar que maduré y que soy más sensata para saber que eso no volverá a ocurrir. Llevamos 7 meses separados y nos hemos visto en tres ocasiones en las que intenta convencerme de volver, pero sigo firme y aquí no hay ni una pizca de chispa.

— ¿Elanese, me estás escuchando?

—Decías cuánto me extrañas.

—Lo hago.

—Vine aquí porque dijiste que querías hablar sobre unos consejos, no puedo creer que cayera en ese truco. En serio Henry, ya déjalo. Nuestra relación terminó.

—Hemos estados juntos durante 3 años.

—Si cuentas el número de nuestras rupturas, estoy segura de que ese número se modificaría.

—Cuando tu sobrino estuvo mal estuve ahí contigo y estuve tomando tu mano cuando murió.

—No. Cuando mi bebé Arthur partió mi mano sostuvo la de mi hermana mientras nos abrazamos. No fue tu mano la que tomé y no fueron tus dedos quienes limpiaron mis lágrimas.

»Te agradezco el que estuvieras para mí cuando necesité abrazos, pero sabemos que nunca quisiste estar ahí, no te juzgaré por ello, pero tampoco fingiremos que todo eso lo hacías de corazón y no porque lo sentías como una obligación.

—Ya no tienes 20 años Elanese, no puedes jugar y hacer a tu antojo, es momento de que tomes decisiones serias.

—No volver contigo es una de esas decisiones.

— ¿Crees que con lo que hiciste alguien te aceptaría? No todos van a simplemente asentir y aceptarlo como yo.

—Entonces es bueno saber que mi felicidad no depende de un hombre. Puedo estar bien sola y que recurrieras a decir algo que te conté porque te amaba y quise ser honesta, es bastante vil y patético.

»No retomaré algo que no me hacía bien, éramos una relación tóxica, desequilibrada y llena de baches. Nos hacemos daño.

—Tú me haces daño.

—Entonces puedes estar tranquilo, porque no pretendo retomar esto. No obtendrás más daño.

—Ela...

Toma mi mano por sobre la mesa y me observa con sus ojos marrones cálidos. Mucho tiempo estuve atrapada en esa mirada y creía que esos ojos eran todo lo que necesitaba para ser feliz en el amor. Me cegaban de notar que yo entregaba más en nuestra relación, que yo cedía a muchas cosas y que lo dejaba vivir sus sueños pisoteando mis intenciones de formar los míos.

Era tonta e ingenua, no sabía ver que lo que eran unas horas de felicidad no equivalía a los días malos en las que muchas veces con sus acciones o palabras me hirió.

No era agresivo, no me fue infiel. Pero tenía una habilidad para hacerme ver mis errores, para hacerme sentir que dejarlo era lo incorrecto porque me amaba.

Mi celular vibra y rápidamente veo la notificación. Oh, no.

He tenido activada las notificaciones y alertas sobre Dexter Jefferson, con el fin de saber un poco más de su vida y hasta los momentos todos eran artículos sobre sus conciertos resultando impresionantes. Hasta ahora.

Hay una secuencia de fotos de un hombre con la nariz sangrando y Dexter sacudiendo su mano. A su lado se encuentra el que he aprendido a reconocer como Ethan, o eso espero, y Hilary, su hermana, se encuentra tomando el brazo de Dexter.

Leo el encabezado del artículo y es peor, porque ha golpeado a un periodista. Presiono mi dedo índice y pulgar del tabique de mi nariz.

¿Por qué Dexter? Ibas tan bien, tu informe estaba tan limpio hasta ahora, no puedo creer que deba dejar está observación, pero no puedo no hacerlo.

— ¿Por qué? Ibas tan bien.

— ¿Quién?

—Nada. Debo irme, Henry— tomo mi bolso y me pongo de pie—. Creo que no debemos vernos más. Sigue adelante.

—Elanese, por favor.

—Lo siento.

Me alejo caminando deprisa mientras leo de forma frustrada un artículo que no dice mucho y que cuenta la versión del fotógrafo, lo cual deja muy mal a Dexter. Pero, tiene que haber una versión de Dexter, no puedo solo ver un lado de la historia ¿Verdad?

Suena una bocina y doy un salto hacia atrás cuando un taxi pasa ¡Jesús! Iba a ser arroyada. Mi celular suena y me lamento viendo el nombre de Eva.

—Evie.

—Tengo activada mis notificaciones sobre él.

—Debo saber su versión.

—Debes tomar en cuenta esto, Elanese.

— ¡Es mi caso! Desactiva tus notificaciones, soy yo quien debe seguir estas cosas ¿Dónde está tu confianza en mí?

—Está bien, Ela. Lo haré, pero debes dejar esto en observación.

—Quiero saber bien la historia. Su versión.

—No busques excusarlo. Ese es un mal camino. Neutralidad, recuerda.

—Sé cómo hacer mi trabajo, déjame hacerlo a mi manera. No voy a arruinarlo ¡Cree en mí!

—Haz lo correcto, Ela. Es todo lo que pido.

Dicho eso, ella finaliza la llamada dejándome con la palabra en la boca, lo cual odio. Me siento frustrada porque no sé si soy muy débil o se trata de que es Dexter Jefferson, pero quiero creer que su versión será buena y la verdadera.

Subo a un bus y gracias al cielo hay un puesto disponible. Tomo asiento y me debato entre ser imprudente o ir cerrando el camino de Skylie hacia Dexter.

No puede ser un mal tipo, la niña ya lo adora, la estuvo ayudando incluso desde antes, quiere adoptarla y hace años ayudó a una chica asustada de la vida y horrorizada de sus acciones. No puede ser un mal tipo.

Decidida y sin querer meditar sobre lo imprudente que estoy siendo, tomo el número que en su hoja de vida se dejó. Capturo el artículo y se lo envío junto a un corto mensaje:

«Por favor, dame tu versión.

Algo bueno.

No mientas»

Tomo un profundo respiro esperando ansiosamente una respuesta. Me bajo del bus 15 minutos más tarde y ninguna respuesta llega.

Me decepciono.

***

Vamos, Elanese. Debes escribir sobre este comportamiento. Le diste la oportunidad de responder y no lo hizo.

¿Qué pasará con Skylie si a él lo catalogan como no apto? Simple, ella irá a una casa hogar y mientras que hay muchas personas buenas en el mundo, es difícil tener un filtro real sobre el comportamiento de cada persona en esas instituciones.

Pienso en los ojos color miel de Skylie, su inocencia y como tiembla ante lo desconocido. No debería apegarme a mis casos, ese fue mi error pasado, pero es difícil separar mi corazón de esto. Quiero que ella tenga un hogar.

Mi laptop anuncia una vídeo llamada de Skype. Acepto de inmediato a Leslie.

— ¿Qué ha sucedido? Te leíste neurótica.

—Ha cometido un error, Les. Y no podemos taparlo...

— ¿Por qué ibas a tapar el error de alguien?

—Porque ella lo necesita.

— ¿Qué pasa con la objetividad? —pregunta con dulzura, con el tono que usaba para hablarle a Arthur cuando quería decirle que algo era erróneo.

—Lo soy.

—Dime ¿Por qué no podrías tapar un error en el caso de que lo hicieras? ¿Es tan malo?

Muerdo mi labio y me descubre por ese gesto.

» ¿Qué no me has dicho? ¿Por qué no puede taparse su pequeño error?

—Sale en muchos artículos de internet, quizás fue tendencia...

— ¿Quién quiere adoptar a Skylie?

—No me hagas decirlo. No quiero lastimarte, Les.

—Espera un momento— toma su celular—. Si dices que quizás fue tendencia, voy a buscar y...

—Leslie.

—Aquí. A ver... John, Martín...Dexter Jefferson...

Se queda en silencio viendo la pantalla de su celular, muerdo con más fuerza mi labio.

»Vas a verlos. Estás relacionándote con ellos...Es como...Yo...

—Quiero ayudar a Skylie, no quería decirte esto. Sé cuánto quieres alejarte de las cosas que te recuerdan a Arthur, pero quiero ayudarla...

—Lo entiendo, eso está bien. No había manera en la que tú debieras rechazarlo, solo estoy sorprendida y... estás rodeada de ellos. Mi bebé hubiese amado esto— lleva una mano para cubrir su boca—. Lo hubiese amado tanto.

—Totalmente, y luego intentaría emparejarnos.

—Lo haría— se ríe—. Nos vendería como los mejores productos de Inglaterra. Ni siquiera los infomerciales son tan bueno como él lo era.

—Bebé Arthur.

—Mi bebé— hay una sonrisa de nostalgia—. Esos recuerdos no duelen, me haces tanta falta Ela, sabes cómo recordarme los buenos momentos y no solo el hecho de que perdí a mi hijo.

—Arthur debe ser recordado con toda esa felicidad que poseía.

Sacude su cabeza y sé que es la señal de que se vuelve demasiado para ella y necesita avanzar.

—Volviendo al tema, Dexter Jefferson quiere adoptar a Skylie.

—Sí.

—Y está involucrado en este momento en un escándalo.

—Sí.

—Tienes 3 meses para presentar el informe de casa, es tu tiempo límite ¿Verdad?

—6 meses es el tiempo en que se estima como mí tiempo límite.

—Puedes taparlo.

— ¿Qué?

—En 3 meses o más, nadie recordará esto, excepto quizás sus fanáticos. Arthur lo hubiese recordado, pero no el juzgado. Vamos a darle otra oportunidad, al menos de escuchar su versión.

—Estamos alterando esto ¿Qué pasa con la neutralidad?

—Ela, Dexter Jefferson viajó a conocer a mi hijo y a hacerlo sentir la estrella más brillante junto a sus compañeros. Quiere adoptar a la niña, la cuestión aquí no es si es buena persona para lograrlo, el enfoque es si podrá ser responsable en ello y eso es lo que debe importarte.

—Pero Eva...

—Eva es demasiado dura contigo, no te da todo el mérito que mereces.

—Gracias por creer en mí.

— ¿Nunca escuchaste a Arthur alardeando del tatuaje de su héroe?

—Sí—río—. Si creo en mí...

—Creeré en ti. Te amo, pero debo irme.

—Gracias, sabes cómo hablarme cuando enloquezco.

—Te conozco. No enloquezcas pronto.

—Te amo, Les.

Apenas finalizo la llamada el teléfono suena y rápidamente contesto.

— ¿Hola?

—Insultó a mi hermana.

— ¿Ah?

—Ese jodido periodista insultó a mi hermana y como la mierda que voy a permitir que alguien llegue y lastimé a Hilary. Además, la rubia casi besó mis pies por eso, él no estaba.

—Dexter Jefferson.

—Sí— suspira—. Mira, hay cosas que quedan en el pasado y esa mierda era una de ellas.

—De acuerdo.

—Y maldita sea si... espera ¿Qué?

—Dije: de acuerdo.

— ¿Así? Esto es tan jodido como cuando el bastardo de ojos azules se disculpó por ambos y luego la rubia simplemente nos perdonó y no me dejó disculparme.

—Fingiré que entendí lo que dijiste.

—Entonces... ¿No he perdido mi oportunidad?

—No.

— ¿No?

— ¿Qué pasa con tu audición? Dije que no.

—Pero...

— ¿Quieres que me retracte?

—Jodidamente no, no. Para nada. Mierda, no.

—Bien por tu hermana si tiene quién la defiende.

—La rubia lo hubiera hecho...La rubia es su esposo y no, no es una mujer.

—Vale, pero le dices rubia.

—Cuento viejo. La rubia está en la banda.

—Doug. Sé que es el esposo de tu hermana.

—Bueno...Ahora jodidamente no sé qué decir.

—Ve y... Haz tu música. Y por favor, no escándalos ¿Si?

—Gracias...

— ¿Aún no sabes mi nombre?

—Anderson.

—Mi apellido, un avance.

— ¿Y qué tal...Tu día?

— ¿Mi día?

—Mierda, creo que somos horribles hablando por teléfono.

— ¿Es tú intento de hacer una conversación? Es horrible, es lo más básico y terrible.

—Gracias, señorita crueldad.

— ¿Qué si soy una mujer casada? Entonces sería una señora.

—No suenas como una señora.

—Tomo eso como halago de que sueno joven y fresca.

—Joven y fresca. Eso es jodidamente raro.

—Tuve un buen día, un poco preocupada, pero todo bien. Gracias por preguntar.

—Genial.

— ¿No tienes nunca charlas por teléfono, verdad? — no puedo evitar reír.

—Mierda, no. Soy mejor en conversaciones presenciales. Al teléfono es jodido pensar en qué decir.

—Te pones nervioso.

— ¡No! Jodidamente no, solo es raro hablar con alguien intentando imaginar qué hace mientras habla.

—Eres raro.

—Lo que me hace jodidamente especial.

—Por supuesto. Muchas reglas rotas por hoy. Buenas noches, Dexter.

—Gracias de nuevo...

Finalizo la llamada y me quedo sin hacer nada procesando todo esto. ¿Será que no sirvo para mi trabajo? ¿Qué tan difícil puede ser seguir unas normas?

Pues ya está, Leslie lo dijo, Dexter no puede ser una horrible persona. Esto es por Skylie. No me estoy equivocando.

Holaaaa mis amores, olvidé mencionar que algunos capítulos no resultarán largo, es decir, muy al estilo HDH que habían capítulos cortos.

Subo porque he avanzado en la historia y estos capítulos no le hacen daño a nadie y así poco a poco iremos saciando las lagunas mentales y tomando forma en la historia.

El hada me dice que hace muchooooo tiempo no señalaba a esta persona, pero ¡Ah! Ha sido genial volver a conectar con ella ¡Zendy! Recordé cuánto amo tu drama y desesperación, darte intriga me hace reír un montón y tus reacciones me encantan, además me he enamorado de mona con sus fotos de reacciones. Ahora debes soportar que te torture mucho más ¡Un brindis por el reencuentro!

Por cierto, por los viejos tiempos: si quieren saber adelantos, notificaciones, ven fanarts o cualquier noticia referente a la saga, no olviden unirse a la página de facebook Saga BG.5 de Darlis Stefany.

Espero les guste. 

Un beso.