Manga de chusmas
Ahí estaba de nuevo aquella mujer, contoneándose para envolver y atrapar a sus víctimas. Al salto por un chisme, para devorarlo lentamente y sacar el mayor provecho de el.
"Rayos" pensó Ania cuando notó que esa rubia acababa de clavar sus ojos en ella y comenzó a acercarse lentamente sin perder su contoneo o aquella sonrisa... "¿Por qué se molesta? ya debería de saber que no le funciona conmigo. ¿Qué querrá ahora?" pensó la castaña soltando un suspiro.
—Hola, mi querida Ani ¿Cómo va todo? —la sonrisa de la rubia se amplió y Ania, que odiaba que le digan Ani, volvió a suspirar mientras se repetía "Respira y saluda, respira y saluda."
—Hola Carolina —respondió dibujando una sonrisa en su rostro, igual de falsa que la de ella.
—¿Viste a Eva? —Ania soltó otro suspiro, algo que hacía mucho cada vez que la rubia se le acercaba. "La veo todos los días por desgracia" pensó la castaña, pero no dijo nada—. Esta como loca ¿a que no adivinas quien desapareció?
—Puedo imaginarme —fue toda la respuesta de Ania.
Claro que sabía, de todos los que trabajaban allí, ella era la que más sabía y todos parecían saber que ella sabía, por lo que su mañana y lo que iba de la tarde se le habían ido, esquivando las preguntas de todos los chismosos del lugar y al igual que el día, su paciencia se agotaba.
—Lo que daría por saber dónde está —comentó como si nada la rubia y luego de una pausa preguntó—... ¿Si lo supieras, se lo dirías?
Los ojos de Ania se centraron en el rostro de la rubia que mostraba su sonrisa más inocente como quien no quiere la cosa y eso fue como una patada que asesino la poca paciencia que le quedaba a la castaña.
—¿Y a vos que te importa? ¿Si yo sé o no algo es cosa mía lo que hago con esa información? No creas que todos somos como vos ¿qué mierda te da Eva por informarle todo? ¿Acaso venderías a tu familia por quedar bien con tu jefa? Quizás tu no, pero yo sí tengo códigos... y si su prometido decide desaparecer a días de su boda ¿Qué te importa eso a ti y al resto de las personas aquí? ¿Qué no tiene derecho a cambiar de opinión? ¿Acaso no eras vos la que se acostaba con él aun sabiendo que salía con Eva? ¿De seguro eso no se lo contaste a "tu gran amiga"? o tal vez si ¿y por eso sigues metida aquí con nosotros y no te asciende? ¿Cómo era esa frase que te gusta tanto?... ah sí "no muerdas la mano que te da de comer ¿y lo que tu hiciste que fue? Estoy casi segura que una cornada duele más que una mordida ¿No? —la cara de la rubia estaba marcada por la sorpresa y parecía que las palabras se habían atorado en su garganta. La voz se Ania se había elevado tanto que el resto de los empleados se habían asomado a ver que sucedía—... ¿y ustedes que miran manga de chusmas y alcahuetes? ¿Qué no tienen nada que hacer o una vida? ¿Por qué mierda tienen que estar siempre pendientes de lo que los demás hacen? ¿Qué les importa a ustedes si Marcos se garcha a Eva, a Carolina o a Sebastián? ¿En qué les afecta que Juan se trasvista por las noches? ¿o que Margo cambie de pareja como de calzón? ¿yo ando detrás de ustedes preguntándoles sobre su vida o la de sus familias?... No, ¿Por qué no siguen el ejemplo y dejan de atosigarme con preguntas? —concluyó Ania realmente molesta mientras empezaba a caminar empujando a quien se cruzaba en su camino.
—¿Ania que fue eso? —preguntó una sorprendida Eva saliendo de su oficina que al parecer había estado todo ese tiempo con la puerta abierta.
—Eso, espero que sea el final de dos años de esta gente haciéndome preguntas sobre la relación que tienes con mi hermano... es el resultado de aguantar dos semanas de quejas y lamentos de Marcos... ¿Por qué no me haces un favor y abres los ojos? Él no te quiere, te dejo tres veces y aun así tu insistes en casarte con él ¿Qué no tienes un poco de amor propio? ¿Tanto te cuesta aceptarlo? Hasta yo acepto que mi hermano es un idiota —hizo una pausa y soltó un suspiro—... Renuncio... no quiero estar aquí cuando sepas la verdad —y sin más se alejó sintiendo como la tranquilidad comenzaba a crecer en su interior.
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