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Compromiso y maldiciones (Marcos)

La música de queen inundaba el departamento, el pollo se cocinaba en el horno y Marcos picaba aquellas cebollas de verdeo, mientras en su mente seguían dando vueltas las palabras de su hermana...

"―¿Quieres decirme que rayos tienes en la cabeza?...

Ya quisiera yo poder responderte eso Ann... ¿por qué acepte?"

Soltó un suspiro y volvió a acomodar las cebollas de verdeo para seguir cortando.

"―... sabes que por lo general no me importa con quien te acuestes o salgas, pero... ¡¿comprometerte...  tú?! ambos sabemos que tu no eres así, tu compromiso más largo con algo fue con mi oso Pepo cuando éramos niños... Hermano no me vengas con excusas, tu sabes que si en verdad la amaras como para llegar tan lejos, me habrías hablado de ella hace rato...

Tiene razón, lo sé, lo sé... pero... ¿es tan increíble? es verdad que mis relaciones no duran demasiado ¿que quieren de mi? hay demasiadas tentaciones... pero no es como si alguna vez hubiera dicho que nunca iba a cas..."

―La puta ―gritó de repente levantando rápidamente la mano izquierda para ver el dedo índice que tenía un corte y comenzaba a sangrar―... mierda hablar de casamiento es mala suerte ―exclamó metiendo el dedo bajo el chorro de agua.

"En verdad es una maldición siempre me pasa algo cuando pienso en casarme con Eva... ¡¿será posible?! ¿Tendrá que ver con Miriam?"

Una carcajada se escapó de sus labios con aquel pensamiento mientras se ponía una curita en el dedo y luego comenzaba a caminar hacia la cocina.

"Tengo que dejar de pensar en maldiciones, a pesar de que Ann pensaba que Miriam era una bruja, no es así y por más de que haya dicho lo que dijo las maldiciones no existen...

Las papas."

El olor a quemado inundaba la cocina y Marcos rápidamente vio el humo salir del horno. Corrió hasta la cocina y al abrir el horno se encontró con una bandeja llena de papas entre negras y completamente marrones y en la otra bandeja un pollo que también comenzaba a quemarse.

―Maldita sea esa bruja ―exclamó apagando el horno―, también cada vez que pienso en ella algo malo pasa ―murmuró antes de soltar un suspiro y tomar su celular para pedir la cena en algún lugar.

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