2° actividad. 

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Entro en mi monocromática habitación de hotel, con una sonrisa todavía dibujada en mi rostro, gracias a aquel maravilloso y persistente sabor de mi inesperado almuerzo... ¿Quién diría que alguien podría hacer algo así de bueno con aquella pastosa y prácticamente desabrida fruta?

Me siento ante ese pequeño escritorio donde descansa mi computadora, la cual enciendo y automáticamente se conecta a la lente red de wi-fi. Abro mi correo y al ver que no tengo ningún mensaje importante comienzo a escribir un e-mail a Santiago, después de todo hace días que debí enviarle mi informe sobre la nueva banana neozelandesa.

"Mi estimado Santiago.

Antes que nada quiero disculparme por la demora. Sé que dirás que dos días no es mucho, pero ya me conoces. He pasado unos días bastante movidos, gracias a esta nueva "banana."

Debo admitir que desde un principio este fruto llamó mi atención. Se parece al plátano rojo en su exterior y a un Cavendish en su tamaño..."

BUZZZZ BUZZZZ

Suelto el aire con fastidio y centro la mirada en aquel aparato negro que seguía vibrando a unos centímetros de mí. «Condenado aparato inoportuno» pienso antes de tomar el celular y ver quién es el que interrumpe. El logo verde en la esquina izquierda de la pantalla anuncia un mensaje en whatsapp.

Matías: "Ale, bro necesito tu ayuda"

—Claro tenía que ser Matías, poseedor del don de la oportunidad.

A: "Hola. Cuánto tiempo?... Quisiera saber cuándo vas a escribir sin pedirme ayuda?"

M: "Un día de estos pero hoy necesito una descripción atractiva para el nuevo producto"

A: "No se supone que tú te ocupas de eso?!"

M: "Si pero tú conoces el producto, no nos han mandado nada y esperan que este todo listo para mañana"

A: "Yo lo conozco? Qué es?"

M: "Carara"

A: "Qué? No hablas en serio. No se puede describir esa cosa como algo atractivo"

M: "Si, ya me lo dijiste, pero a alguien se le ocurrió que era buena idea comercializar esa salsa, y ahora estoy enredado en esto. AYUDAME"

A: "Bueno, es una pasta cremosa y picante, pero no es un picante lindo frutado o dulzón"

M: "Eso no me ayuda Ale"

A: "Ok, que tal algo así... en las profundidades de mato grosso crece el char, un arbusto que da frutos dulces con un dejo picante, el cual es el ingrediente principal de nuestra salsa Carara. La mezcla del fruto de char con el resto de los ingredientes seleccionados nos da esta rosada salsa de textura suave y cremosa, con un sabor único e incomparable, con dejos dulces y frutados que terminan siendo superados por el picor tan característico del char. Excelente para acompañar carnes rojas..."

M: "Genial. Eso es todo?"

A: "Si. Cuánto más quieres que mienta para una etiqueta?"

M: "Gracias bro, me salvaste. Escribe cuando andes por aquí así nos vemos"

A: "Solo si vas a pagar el asado que me debes por mi ayuda en tu trabajo anterior!"

M: "No te pague eso ya?"

A: "Sabes bien que no"

M: "Ok ok, seguro que cuando vuelvas ya voy a tener suficiente carara para todos, jajaja"

A: "Si haces eso puedes olvidarte de que te vuelva a ayudar ¬¬"

M: "Jajaja. Gracias por tu ayuda y suerte con las bananas"

A: "Gracias."

Después de unos segundos las dos tildes se tornaron celestes, anunciando así que el mensaje había sido visto. Vuelvo dejar el celular sobre el escritorio y mis ojos otra vez se centran en las pocas líneas que había tipiado.

"Mi estimado Santiago.

Bla, bla, bla... Se parece al plátano rojo en su exterior y a un Cavendish en su tamaño, pero por desgracia su sabor no se parece en nada al de estas dos variedades.

He de decirte la verdad esta fruta, atractiva en el exterior, no posee olor alguno que pueda caracterizarla, así como tampoco posee ningún tipo de sabor. Su textura pastosa y la ausencia de sabor, hacen que sea toda una proeza el tragar dicho fruto, pero una vez que logras hacerlo, se siente como esa pasta lucha en contra del sistema digestivo. En un momento creí que necesitaría una patada al pecho para que esa fruta definitivamente bajara.

Pero no te voy a aburrir con mi traumática experiencia con esta nueva fruta, a pesar de todo estoy más que feliz, pues he encontrado a un magnifico cocinero, definitivamente un mago. Dirás que exagero pero si hubieras probado esa nueva banana neozelandesa, también considerarías al igual que yo, que cualquiera que pueda hacer comible y deseable dicha fruta, es mucho más que un simple cocinero.

Bien continuare con mi trabajo aquí, estoy decidido a ver un poco más de este cocinero... y sí adivinaste será el protagonista de mi próximo artículo. Te adjunto algunas fotos y un video.

Saludos.

Alejandro."