Capítulo 24
Narra omnisciente
Hay quienes dicen que sientes cuando estás a apunto de morir, bueno...Gulf jamás lo sintió al salir de casa.
Lo único que él sentía era necesidad. Necesidad por ver a su amado.
Ese Hombre que que se ganó su corazón en tan poco tiempos, ese hombre risueño y sin vergüenza, que no le da miedo decir lo que piensa.
Quería ver a su novio, estar a su lado y por otro día más tomar su mano y decirle que despertara.
Jamás imaginó que estando tan cerca del hospital donde se encontraba su amado...un trágico accidente lo esperaría.
Y ya hacia ahí, de cabeza en el auto destrozado. No sentía nada, él quería salir de ahí, no porque su vida correría peligro. La verdad, eso le daba igual.
Quería decirle la solución a su mentora, la solución que le prometió a la familia de su amado, la solución que le daría más tiempo.
Estando de cabeza, comenzó a pensar en ese hombre que se había hecho dueño de su corazón, ese hombre que le dio su amistad y confianza en tan poco tiempo, ese hombre que la vida planeaba quitarle pero era obvio que el no iba a permitir eso. No lo haría
De pronto, dejo de escuchar los gritos y el sonido de las bocinas de los demás autos.
Lo primero que vino a su mente fue la primera vez que hablo con Él, con su amado señor Suppasit.
Recordaba que era tarde, aproximadamente las 12 de las noche, había entrado con la intención de revisar al paciente importante de la doctora Coates.
Al entrar vio a los dos chicos que jamás se desplegaban de su amado
ㅡno los despierte por favor
Recuerda haber pensado 《que hermosa voz》.
No le extraño que ver el rostro del paciente, ese paciente que apesar de estar pálido y ojerosos, tenía una sonrisa.
Gulf: buenos noches
Aquel paciente de lo que viendo un poco sorprendido, pero a los pocos segundo, este le dio una hermosa sonrisa.
Decidio hacer a un lado sus pensamientos y ponerse a trabajar.
Gulf: ¿cómo se siente señor Suppasit?
Mew: por favor, llámame Mew
Gulf; lo siento, política del hospital
Mew: bueno, se que sonará egocéntrico pero soy hijo de la dueña de este lugar, así que creo que no habra problema
Lo primero que pensó era que tenía una linda sonrisa. Pero al parecer eso lo pensó en voz alta.
Mew: gracias, lindos ojos
Gulf: gracias
Mew: ¿quién es usted? Jamás lo había visto en mis anteriores visitas
Gulf: soy residente de cardiología, estoy al servicio de la doctora coates, llegue hace unos meses unos meses
Mew: ya veo, trabajas con Sammy y...¿puedo saber el nombre del apuesto doctor que me esta atendiendo?
Gulf: Gulf, Gulf Kanawut
Mew: tiene un lindo nombre, tal como su rostro
Así comenzó a robarse su corazón. Día a día Mew robaba su corazón, aunque el no quisiera.
En poco tiempo se dio cuenta de que Mew era un hombre al que le importaba mucho la familia, era educado y humilde y tenía una gran dependencia al contacto físico.
Mew, se había convertido en su fruto prohibido. Estaba de acuerdo que no era ético que se enamorará de su paciente. Pero la sonrisa de este era su mejor arma.
Ese hombre se dueño de todo su ser, por no dudo en buscar sin descanso una solución que le diera más tiempo para amarlo y para que él lo amara.
Quería todo con él, quería seguir adelante con su noviazgo.
Apenas ayer cumplió un mes de ser novio de Mew y no tenía como celebrarlo.
Pero él tenía más esperanza de que despertara antes, por eso dentro del bolsillo de su camisa, tenía una pequeña bolsa con dos anillos de plata.
Gulf había hecho derretir un pulsera de plata que tenía para mandar hacer la anillos.
Ambos tenían escrito algo, el que pertenecía a Gulf tenia escrito I mis you y el de Mew tenía escrito I need you.
Había planeado llegar al cuarto de Mew y ponerle el anillo.
Muchas personas dicen que planear algo es malo, porque algo puede pasar y no lograr completar ese plan.
Su único deseo era poder ver a su novio, no sabía que iba a morir pero sabía que quería ver por última vez el rostro de su amado.
En aquella gran habitación, varias personas trataban de tranquilizar a aquel hombre que paso el último mes en coma.
Sammy: basta, basta Mew, si sigues así podrás tener un infarto
Raquel: Mew, por Dios
Mew llevo su mano al tubo e intento sacárselo pero Zee lo detuvo.
Zee: no lo haga, te vas a lastimar, doctora
La doctora Coates se acercó y sacó aquel tubo
Coates: te haré un chequeo rápido
Ella al sacar su linterna Mew tomó su mano
Mew: bús...calo
Aquel hombre no dejaba de derramar lágrimas, estaba aterrado de que fuera cierto lo que vio
Sammy: ¿a quién?
Mew: Gulf, trae...lo
Sammy: aún no llega, sabes que él vendría directamente a verte
Mew: bús...calo, por favor, bús...calo
Raquel: cariño cálmate
Mew: ¡NO! ¡TRAEGANME A GULF! ¡BUSQUEN LO!
Zee: okey, okey, escucha, nosotros iremos a buscarlo, okey, pero si prometes que te vas a calmar
Mew asintio y los tres chicos salieron en busca del amado de su amigo.
Mew: ve a buscarlo, no dejes que le pase, le pase algo, por favor
Sammy: no se que te pasa, pero debes calmarte, Mew, Gulf no a llegado, debe venir en camino
Mew: búscalo, no dejaré que me toquen... hasta que no sepa algo de él
Aquella doctora asintio y miró a Raquel
Sammy: parece que todo esta en orden, necesitamos que este relajado y tranquilo
Ella salió y la madre Mew se le acercó
Raquel: no sabes cuán preocupada estaba
Mew: mamá, haz...me una promesa
Raquel: okey
Mew: si algo le paso a Gulf, ayúdalo, no lo dejes
Raquel; cariño
Mew; él no tiene familia, solo me tiene a mi y a sus amigos, por favor, no lo dejes solo, te lo ruego
Raquel; okey, lo prometo
Ella abrazó a su hijo quien lloraba desconsoladamente.
Lo único que podría calmarlo sería ver a Gulf sano y salvo.
Pero ambos no esperaban que las cosas se complicarán tanto.
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