El silencio entre los dos hombres era espeso, como una cuerda tensa a punto de romperse. Jungkook se acercó a Yoongi con una calma peligrosa, sus pasos medidos pero llenos de una energía latente que podía volverse letal en cualquier momento. Yoongi, aunque sabía que había cometido un error al no ser más cuidadoso, se mantenía firme, aunque su pulso comenzaba a acelerarse. La situación era más peligrosa de lo que había anticipado.
—¿Qué haces aquí, Yoongi? —repitió Jungkook, su voz baja y resonante, como un eco en el espacio cerrado. La pregunta sonaba más como una amenaza que como una simple curiosidad.
Yoongi decidió no esquivar la pregunta. Sabía que cualquier intento de evasiva solo lo pondría en una posición aún más vulnerable. Miró al hombre frente a él directamente, con una mezcla de desafío y cautela.
—No te lo voy a poner fácil. Estoy aquí para encontrar la verdad. La misma que tú estás tratando de ocultar.
Jungkook sonrió levemente, una sonrisa fría y calculadora. La mirada que le dedicó fue una mezcla de reconocimiento y diversión, como si estuviera disfrutando del juego.
—La verdad es un lujo que no todos pueden permitirse —dijo, dejando que las palabras se suspendieran en el aire por un momento. Luego, se acercó aún más, hasta quedar a solo unos centímetros de Yoongi. —¿Y qué pasa si la verdad te destruye? ¿Estás dispuesto a pagar ese precio?
Yoongi respiró hondo, sin apartar la vista de los ojos oscuros de Jungkook. Sabía que este era el punto de no retorno. No podría dar marcha atrás.
—No tengo miedo de la verdad —respondió, sus palabras firmes, aunque por dentro sabía que esa verdad podría ser más peligrosa de lo que imaginaba. —Estoy preparado para lo que sea.
Jungkook no pudo evitar sentir un pequeño destello de admiración, aunque lo ocultó rápidamente. El joven investigador tenía coraje, eso era indiscutible. Pero aún no sabía si ese coraje sería suficiente para sobrevivir en el mundo en el que se había metido.
—Entonces... te diré lo que quieres saber —accedió Jungkook, sus ojos fijos en los de Yoongi mientras se movía ligeramente hacia un escritorio cercano. Tomó una carpeta y la dejó sobre la mesa con un golpe seco, indicando que había tomado una decisión. —Pero primero, tú también vas a decirme qué estás buscando. No juegues conmigo, Min. No estoy aquí para perder el tiempo.
El mencionado, sin dudar, dio un paso hacia la mesa, acercándose a la carpeta. Sabía que lo que estuviera dentro podría cambiar las reglas del juego por completo. Pero al mismo tiempo, algo en el ambiente, en la proximidad de Jungkook, lo mantenía en vilo. Había una tensión que le resultaba inquietante, una mezcla de peligro y algo más... algo que no lograba identificar.
—Estoy aquí para exponer todo lo que haces —dijo Yoongi, con voz baja pero decidida. —Para que el mundo vea la verdad sobre ti y tu organización. Lo que sea que esté detrás de esas puertas cerradas, lo voy a descubrir.
Jungkook lo observó por un largo momento, como si estuviera sopesando cada palabra. Finalmente, asintió.
—No eres el primero en intentar derribarme —dijo con frialdad, sus ojos brillando con una intensidad peligrosa. —Pero déjame ser claro. No solo juegas con fuego, estás jugando con algo mucho peor. Y si sigues por este camino, no seré el único que te va a quemar.
Yoongi sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero se obligó a mantener la calma. Jungkook estaba tratando de intimidarlo, pero algo en su interior le decía que esto iba más allá de un simple enfrentamiento entre un investigador y un mafioso. Había algo mucho más personal, algo que no podía definir.
—¿Y qué es lo que quieres de mí? —preguntó, su voz casi un susurro, mientras sus ojos seguían fijos en los de Jungkook.
Jungkook se inclinó ligeramente hacia adelante, tan cerca que Yoongi pudo sentir su respiración. Por un instante, el tiempo pareció detenerse. El aire estaba cargado de algo indescriptible, algo que iba más allá del simple juego de poder.
—Quiero saber hasta dónde estás dispuesto a llegar —respondió, su voz suave, pero con un tono de desafío. —Porque en este mundo, no existe una línea que no se pueda cruzar. Y, créeme, cuando cruces esa línea, no habrá vuelta atrás.
Yoongi se quedó en silencio, considerando las palabras del contrario. Algo en su interior comenzaba a entender que este juego entre ellos no sería tan simple como pensaba. Había algo oscuro y peligroso en Jungkook, pero también algo que lo atraía, algo que no podía ignorar.
Sin embargo, a pesar de la creciente atracción que sentía hacia él, Yoongi sabía que no podía dejarse llevar por esa sensación. Estaba en una misión, y no podía perder el enfoque.
Finalmente, se apartó de la mesa y se dio la vuelta para salir del cuarto, dejando a Jungkook con una mirada enigmática que le seguía. Pero antes de que pudiera abrir la puerta, escuchó la voz de Jungkook detrás de él.
—No te vayas aún, Yoon... La historia acaba de empezar.
El mencionado se detuvo, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Sabía que no había marcha atrás. El destino los había unido de una manera que ninguno de los dos podía controlar, y lo único que podía hacer ahora era seguir el curso de los eventos, sin importar las consecuencias.
_Si les está gustando dejen un pequeño comentario o voten, gracias ✨
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro