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Reiktag/ endriago

Un poco nerviosa, se levantó de su cama empapada en sudor, bajó a la cocina, la casa estaba completamente sola, tomó un vaso de agua, volvió a subir a su habitación, la organizó un poco, de su closet sacó una camiseta negra que tenía estampado un logo de un show animado de los 90's llamado "Caballeros del zodiaco", un pantalón holgado negro y unos zapatos simples y cómodos, entró al baño, abrió la llave y el agua caía sobre ella, volvió a cerrarla, se sentó en el piso de la ducha, se tomó las rodillas con los brazos, se quedó en posición fetal, allí sentada por un tiempo considerable, sintió mucho frío, terminó su baño y salió, se puso la ropa que ya había escogido previamente, luego se recostó su cama, mirando al techo, ensimismada hasta que su teléfono sonó.

-Hola Amy.- respondieron del otro lado.

-Hola.- se limitó a responder ella.

-¿Quieres salir?- le preguntó Louisa.

-No... pero si quieres puedes venir, podría ser como...- no alcanzó a terminar cuando su amiga ya estaba gritando al otro lado de la línea.

-¡TARDE DE CHICAS!, llego en 5, voy acompañada, bye.- Louisa cortó la llamada antes de que ella pudiera preguntar por quién llegaría junto con ella.

Pasó media hora y Louisa aún no llegaba, Amethyst ya se estaba impacientando, después de esperar una hora, tocaron el timbre, como de costumbre Louisa lo presionaba constantemente con la intención de irritar a su amiga.

-¡YA VOY!, no estoy sorda.- dijo Amethyts abriendo la puerta, allí estaba Louisa y junto a ella, una chica de cabello largo, castaño, abundante y ondulado, de ojos color miel y piel levemente bronceada.

-¡hola!- dijo Louisa con entusiasmo.

-Buenas tardes.- dijo tímidamente la otra joven.

-Hola.- respondió Amethyst.

-Ella es mi "prima".- dijo Louisa haciendo las comillas con sus manos.- la mandaron desde arriba para "protegerte", no sé cuánta protección necesitas, pero el de arriba piensa que mucha.- reía mientras decía esto, las otras dos solo asentían.- ah, por cierto, ella es Caroline y debe identificarse como mi "prima", ya sabes, cuestiones de ¿normalidad?

-Mucho gusto, Amethyts.- dijo Caroline dándole la mano.

-¿Cómo sabes mi nombre?- le preguntó ella, la chica de ojos miel solo le dio una sonrisa.

-Todos los inmortales te conocemos.- respondió con tranquilidad, al parecer su timidez ya se había esfumado.

-ah, okey... mmmm.... Pasen...- dijo apartándose de la puerta.

-oh, y traje ¡TODO! Lo necesario para la tarde de hoy.- traía bolsas con dulces y otros comestibles, también películas.

Llegaron a la sala, pusieron muchos cojines, sábanas y demás cosas para formar un colchón improvisado, pusieron el DVD a reproducir Capitán América: El primer vengador, todas reían cuando Steve estaba en su traje ajustado que marcaba a la perfección su cuerpo.

-Por Dios, miren ese cuerpazo, muero lentamente.- comentó Louisa.

Todas asintieron, comían de todo lo que Louisa había llevado, reían sin parar, justo cuando la película terminó tocaron la puerta, con mucha pereza se paró para abrir, allí estaban Tom y Dylan con cara de preocupación, entraron empujándola levemente.

-Toma todas tus cosas, debemos irnos, viene para acá, son dos pero vienen acompañados por un Reiktag.- Tom hablaba rápido.

-¿un qué?- preguntó confundida.

-Un Reiktag, criatura de las tinieblas, imparable, ángeles y demonios le temen.- ahora Dylan hablaba.

-Me niego a irme, siempre esto huyendo, siempre quieren asesinarme o usarme, no más.- respondió ella con brusquedad.

-Enserio debemos salir de aquí.- dijo Caroline mirando hacia el techo.- puedo sentir cómo se acercan, ya van a llegar.- dio un suspiro y los miró a todos.

En el techo se escuchó un estruendo, seguido por un gruñido atroz, luego, silencio, uno profundo y sepulcral.

Alguien estaba forzando la puerta, luego un choque y madera rota, por ahí entraron dos demonios con cuernos y alas negros, ambos traían una cadena agarrada con las manos, halaron al mismo tiempo y por allí entró una criatura, colosal bestia de pelaje negro, en lugar de ojos solo había dos cuencas vacías, su nariz estaba húmeda y destilaba un fluido asqueroso y por último su boca, con dientes afilados de color café, pos ahí chorreaba saliva de lava.

La criatura dio otro gruñido fuerte que hizo que todos taparan sus oídos, los dos demonios soltaron a esa asquerosa bestia.

-Podemos arreglar esto de forma pacífica.- dijo Tom, ellos solo rieron, el cuadrúpedo corrió hacia ellos, todos tiraron su cuerpo para un lado y esa alimaña pasó por el medio, chocando con la pared del otro lado.

-¡ES CIEGA!- gritó Amethyts y los presentes la miraron con cara de "¿enserio?".

El monstruo se levantó y escuchó atentamente, el resto de sus sentidos estaban muy avanzados, corrió hacia Amethyts pero antes Tom le dio un golpe en el hueco donde debía estar el ojo y lo hizo desviar.

Amethyst reaccionó, su cabello se volvió rojo intenso y sus ojos también, juntó sus manos y luego las separó, allí se formó una bola de fuego, cuando la iba a lanzar hacia ese engendro Tom solo gritó.

-¡NO!, no lo lances.- pero ya era tarde, la bola impactó en el cuerpo de aquel endriago, este cayó al suelo, quieto, Amethyts sonrió, el resto miraba a la criatura, esperando algo más, la horripilante bestia se levantó y púas salieron de su espalda, sus dientes se volvieron más grandes, ahora los demonios que la traían estaban huyendo.

-Que se diviertan.- decían mientras salían de allí.

-Te lo dije.- se acercó a ella para hablarle.- lo que de las sombras viene, de las sombras se fortalece.- dijo, para luego ser golpeada en el dorso con el hocico de aquel animal, arrinconándolo contra la pared.

Los tres ángeles que estaban allí, Dylan, Caroline y Louisa, halaban de sus patas traseras hasta que lograron alejarlo de Tom.

-Gracias chicos, buena maniobra, pero les faltó estilo.- dijo Tom mientras le daba un fuerte golpe en la parte de arriba de su cabeza, haciéndolo arrodillar.

Una luz apareció en el techo, todas la miraban, incluyendo a la bestia.

-Es el momento.- dijo Dylan, los tres ángeles fueron absorbidos por la luz, ahora Tom y Amethyts estaban solos.

-Gran momento para desaparecer para ellos.- dijo Thomas mientras reía.

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