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Feliz cumpleaños Amethyst

Galicia le dio un enorme abrazo a Amethyst, la madre lloró al ver que su hija estaba sana y salva, y aun más importante cerca de ella.

-¿cómo te has sentido?.- preguntó preocupada Galicia ya que todos esos días había tenido que abstenerse de saber el estado de su adorada criatura.

-Bastante bien.- ambas se abrazaron por un tiempo mas.

-Te alejaré lo más que pueda del peligro mi vida, no volverás a ver a esos hombres malos que quieren hacerte daño.- se separó un poco de su hija, la miró a sus ojos con lágrimas.- no dejaré que te vuelvan a lastimar.- después de decir esto, notó que Louisa aun estaba en la casa.- te invito a que te vayas, necesito tiempo con ella, así la chica se fue de la casa dejándolas solas. -ven, te daré algo de tomar, vamos a la cocina.- ambas fueron allí, había un vaso de algo que parecía jugo de mora, Amethyst cogió el vaso y se lo llevó a la boca, lo tomó hasta el fondo.

-Estaba un poco agrio, mamá.... Estoy algo... mareada... ¿qué sucede?... ayud...-sin poder terminar de decirlo se desplomó suavemente en el piso de la cocina.

-lo siento mi pequeña, espero que me perdones.- Galicia hizo una llamada, un rato después apareció un hombre de apariencia indígena por la puerta.

Cuando al fin despertó Amethyst estaba acostada en el suelo, en el centro de un círculo de sangre, en un costado del círculo estaba un hombre con una gran máscara de tribal que cubría la totalidad de su rostro, hacía una danza extraña y lanzaba varias cosas al cuerpo de ella pero por más que Amy lo intentaba no podía moverse, caían objetos como plumas y dientes alrededor de todo su cuerpo.

-¿Qué me está haciendo?- preguntó con histeria.

No hubo respuesta, él solo se movía con un ritmo constante y decía cosas ininteligibles, no entendía que sucedía en ese momento.

Todo se volvió oscuro y luego se prendió una viva llama en la frente de Amethyst, sin embargo eso no la quemaba, todas las memorias de su poder de borraron, lo que había sucedido con Dorian, con Ben, olvidó quien era Tom o Dylan, no había nada sobrenatural en su memoria, todos los recuerdos que se conservaron fueron los de una vida normal, después de que ya todo había sido quitado de su mente, la llevaron aun inconsciente a la casa y la dejaron en su cama.

Eran las 8 am cuando se despertó al otro día, bajó a la cocina y allí estaba su madre.

-Hola mamá.- se acercó a ella y le dio un beso en la mejilla.

-Hola pequeña, ¿cómo amaneciste?- dijo mientras ponía unas tostadas en un plato.

-muy bien.- respondió con la boca llena ya que había cogido una de las tostadas.- mamá... hay alguien afuera, en el jardín.- dijo señalando.- Espera, son dos personas.- Galicia miró por la ventana, tuvo cara de preocupación y salió a donde estaban ellos.

-LARGUENSE, JAMÁS PODRÁN TOCARLA DE NUEVO.- esto sorprendió mucho a Amethyst, no recordaba conocer a ninguno de esos dos hombres, los dos hombres se fueron y Galicia volvió a entrar.

-¿Quiénes son?- preguntó Amethyst con mucha curiosidad.

-Nadie que conozcas.- respondió Galicia de forma seca.- ahora apresúrate, debes ir al instituto.- ella hizo todo muy rápido para estar a tiempo lista.- varios días después, Galicia tuve a Amethyst en varios cursos de defensa personal, por lo tanto ella se hizo experta en varias disciplinas de lucha.

Pasaron dos años normalmente, sin embargo sentía constantemente que la observaban, le hablaban en susurros al oído y varias veces encontraba regalos en la ventana de su habitación, eso era algo muy extraño pero nada se salía de lo normal, constantemente tenia pesadillas o sueños, en ellas habían dos hombres, eran los que hace dos años estaban en el jardín, pero no entendía la conexión, en una de esas había visto un hombre que decía que era su padre, pero él estaba encadenado, se veía a ella misma con alas y cuernos, eran sueños muy extraños, pero nunca le ponía mucha atención, jamás volvió a usar sus poderes ya que no sabia de su existencia y así pasó su vida por casi dos años.

-Ya casi cumples años, mi pequeña, ya es 28 de Febrero, ya mañana 29, son 20 años.- hablaba muy rápidamente y con emoción.

-lo se mamá.- se río ella.

-Debemos hacer algo, 20 no se cumplen todos los días... o todos los años... o en tu caso cada 4 años .- Galicia dio una carcajada pero a Amethys no le causó mucha gracia.

-Bueno, espero una fiesta sorpresa para cuando vuelva del instituto... digo... "sorpresa".- mientras hacía las comillas se iba de la casa.- adiós mamá, nos vemos más tarde.

En la salida de la casa la esperaba su amiga de hacia dos años.

-Hola Louisa.- dijo mientras movía su mano en forma de saludo.

-Hola futura cumpleañera, es increíble que cumplas el 29, ¿Qué se siente cumplir cada 4 años?... ¿Cuántos años cumples ahora? ¿5?.- ambas reían por esto mientras caminaban. - oye, hoy te quisiera presentar un amigo.- Amethyst asintió.- iremos a verlo a una cafetería cerca del instituto después de salir.

-Claro, oye, voy un poco tarde, adiós- Amy aceleró el pasó y entró a la clase de sociales, tomó asiento en una silla y esperó al profesor, el viejo y lento señor Jones.

-Buenos días estudiantes.- esperen... esa no es la voz del aburrido Señor Jones, era una voz masculina, fresca y fuerte.- Soy Tom, me pueden decir Señor Tom, vine a suplir a su maestro.- los estudiantes rieron, ella se quedó estática, aun no había visto la cara del nuevo docente.- no se rían jóvenes, hablo muy enserio.- Tom caminaba por todo el salón hasta que se situó al frente de uno de los puestos.- y usted señorita ¿Cuál es su nombre?.- dijo mientras miraba a Amethyst.

-Me llamo Amethyst.- dijo intentado evitar los ojos del nuevo.

-Te faltó una parte.- dijo Tom.

-¿Qué?.- preguntó ella.

-debes referirte a mi como señor Tom.- todos en el salón rieron

-Si, señor To...-antes de que terminara de hablar la puerta del salón se volvió a abrir.

-Hola estudiantes.- esa si era la voz del señor Jones.- ¿Por qué tanto alboroto? ¿y este quien es?.- dijo señalando a Tom, todos observaban la extraña escena.

-Su suplente señor Jones.- dijo uno de los hombres presentes en la clase.

-Yo no pedí ningún reemplazo, salga de aquí charlatán.

-Señor Jones, tranquilo, yo solo vine por ella.- dijo Tom señalando a la chica que antes le había dicho su nombre.- Son cuestiones académicas.

-Siendo así... señorita... mmm... olvidé su nombre, usted sabe quien, váyase con este hombre, las cuestiones académicas van primero.- dijo él señor Jones dando espacio para que salieran por la puerta, Amethyst recogió sus cosas de mala gana y salió del salón, detrás iba Tom.

-¿Qué necesita?.- Ella se detuvo en un lado del pasillo.

-Solo quería verte.- dijo acercándose peligrosamente a ella, al fin pudo ver su rostro, era un hombre blanco, de ojos verdes, bellos labios y cabellos y cejas negros, era extremadamente guapo.

-Invade mi espacio personal, quítate.- lo que él hizo fue acercarse mucho más a ella.- no me hagas lastimarte.

-No lo creo.- él intentó acercarse un poco más, ella cogió una de sus manos, la dobló, le dio un puntapié en la espinilla, eso lo hizo arrodillar, lo tumbó en el suelo y por último se sentó encima de su espalda.

-"No hay enemigo pequeño ".- le dijo ella en el oído.- ahora que las cosas están claras deja de molestarme.- se paró y por buena educación lo ayudó a pararse, él tomó la mano.

-No lo des por hecho.-y así la dejó en el pasillo, el día transcurrió con normalidad después de eso, a la salida se encontró con su amiga Louisa.

-Ahora, vamos a tomar un café y conocerás a mi amigo, siento que te agradará.- Ambas caminaban una al lado de la otra hablando de estupideces, cuando abrieron la puerta de la cafetería, justo ahí, el una silla estaba sentado un hombre muy guapo.- él es el chico del que te hablaba.- dijo señalando al lindo joven, se sentaron en la misma mesa que él, ella evitaba su mirada a toda costa.

-Mucho gusto, Dylan.- dijo con una voz seductora.

-Me parece que te he visto antes, Dylan, por cierto, yo soy...- fue interrumpida.

-Amethyst, Louisa me ha hablado mucho de ti.- los tres disfrutaron de un café y una amena conversación. Cuando terminaron sus cafés cada uno se fue para su casa.

Amethys llegó a su casa muy cansada, entró sin saludar a su madre, se acostó en su cama y tuvo de nuevo esa horrenda pesadilla donde le crecían grandes cuernos, se despertó en medio de la noche, eran las 3 am cuando fue a la cocina a tomar agua, volvió a su cama a dormir, ahora el sueño era de los dos hombres que había conocido el día anterior.

A las 7 am Galicia entró a la habitación de Amethyst y comenzó a gritar.

-CUMPLEAÑOS FELIZ.- Amethyst solo intentó cubrir su rostro.- arriba, tengo algo para ti.- dijo entregándole un lindo collar en forma de alas.- espero que te guste.- inmediatamente ella se lo puso, ambas se organizaron cuando sonó la puerta.

-Soy yo.- gritó Louisa desde afuera.- vengo por Amethyst.- madre e hija bajaron y abrieron la puerta.

-Recuerda traerla a las 8 pm, no se que harán en todo el día... pero a las 8 aquí.- dijo Galicia, ambas asistieron.

Las dos se fueron para un centro comercial, allí Louisa le dio el regalo que tenia preparado para Amethyst.

-Te regalaré un lindo vestido para hoy, al menos no lucirás tan mal como siempre.- Amethyst la miró con cara de enojo fingida.- gasto el dinero que tengo para salir con chicos lindos y tu me miras mal.- rieron un rato y fueron juntas a una tienda de vestidos, allí Amethyst se enamoró por completo por un vestido hasta un poco más arriba de la rodilla, color negro con aplicaciones verdes.

-Será este.- dijo sin titubeos.

-Bueno... pero yo te recomendaría ese dorado.- dijo señalando un vestido muy revelador.- ya que... supongo que ese está bien.- después de que Louisa le entregara el regalo empacado a Amethyst, fueron a una peluquería a ser arregladas.

-No quiero todo esto, me veo ridícula.- decía Amethyst.

-no, te ves femenina, es diferente.- ambas discutían, sin embargo Amethyst accedió.

Eran cerca de las 8 cuando ambas estaban listas, fueron a la casa de Amy y cuando se acercaban se escuchaban muchos shhh y "silencio", cuando entró todos gritaron con entusiasmo "SORPRESA".

Amethyst con cara de sorpresa, por supuesto fingida, agradeció a todos los presentes, recibió muchas felicitaciones, en un momento se sintió agobiada y se retiró al jardín que estaba solo.

-Esto es tan...- decía en forma baja.

-¿Tan qué?- le respondió una voz detrás de ella, él le tapó los ojos.-adivina quien soy.- dijo en su oído, su aliento era caliente junto a su oreja, ella se estremeció.

-No lo se...- el joven se situó al frente de ella, era el que se había presentado como Tom el día anterior.

-Te dije que no me molestaras, ¿o quieres otra paliza?- el se río.

-Solo vine a darte un regalo de cumpleaños.

-¿Y que podrá s...?- cuando menos lo esperó él ya la estaba besando.

Todos los recuerdos pasaban por su mente con claridad, todo había sido real, todos sus sueños y pesadillas ahora se convertían en memorias, él se separó de ella, se miraron fijamente a los ojos.

-Tom...- dijo ella con una voz débil.

-Te había extrañado mucho, chispitas.

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Nota de la autora: Sí no lo recuerdan, hoy es el cumpleaños de la genial Amethyst, feliz cumpleaños
Aclaración: Galicia permitió que Louisa siguiera siendo amiga de Amethyst con la condición de que no le contara nada de sus poderes o de lo sucedido (eso está implícito pero es mejor aclarar)

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