Al día siguiente de pasar una noche reconfortante, Betty llegó a la puerta de la habitación donde estaba Galicia, era bastante temprano cuando tocó, sin saber la hora, Galicia se paró de la cama para abrir la puerta de entrada, Betty ingresó inmediatamente y empezó a hablar.

-Pero muchacha, deberías estar despierta hace rato, son la 6:30 am y abrimos a las 7 en punto.- su voz iba aumentando.- además mira este chiquero, entra al baño en este mismo instante, arreglate, te ayudaré a organizar este lugar, pero solo por hoy.- miró a Galicia con cortesía y tocó sus mejillas.- estarás bien.

-Muchas gracias... pero no tengo nada que ponerme...- Betty la observó de arriba a abajo para analizar bien su talla.

-Tal vez te sirva algún vestido mio... En esa condición en la que estás tal vez te sirva.- bajó las escaleras y subió con un lindo vestido azul floral, algo ancho, pero era lo único que tenia, aceptó el vestido, entró al baño y tomó una ducha, cuando salio, la habitación ya estaba en orden.

-Muchas gracias por su ayuda.- después de que Galicia dijera esto, bajaron a la parte de abajo donde estaba la cafetería, cuando llegaron, Betty le hizo entrega de un delantal.

-Este tendrás que usarlo siempre que estés aquí, trabajando, tu trabajo es escribir los pedidos y llevarlos cuando estén listos y por último...- pensó un momento en la siguiente tarea.- debes recoger los platos, y ahí están tus compañeros, ella es Ly.- dijo señalando a una chica delgada de ojos rasgados y piel amarillenta.- es japonesa, la acogí aquí hace un año, también vino escapada, él es johnny.- dijo señalando a un hombre joven, de piel morena y sonrisa encantadora.- ahora que lo pienso... Aquí todos vienen cuando necesitan ayuda y no tienen a donde ir, y por último está Susan.- dijo señalando a una señora de edad avanzada.

Cada uno le dio a Galicia un saludo cordial, describiendole con detalles cómo era más fácil hacer cada trabajo.

En el primer dia, con su torpeza, tumbó todo un plato de comida en uno de los clientes, este muy enojado, se levantó y alzó su mano en forma de puño, iba a golpearla, pero Johnny se interpuso entre ambos y le dio un duro izquierdazo, esa persona no se volvió a ver por los alrededores jamás.

Todos los días tomaba un momento a solas para cantarle a la criatura que llevaba dentro de ella, pero en algunos momentos que lo hacia, sentía un fuego ardiente que la agarraba desde adentro como si el pequeño quisiera salir, sin embargo también en algunas circunstancias sentía un frescor interior, algunas veces podía sentir en su mente vibraciones de vida, como si el ser en sus entrañas quisiera comunicarse.

Cada día era mejor que el anterior, adquiría mucha experiencia cada momento, aprendió a expresarse como humana, a disfrutar de los buenos momentos y sentir dolor, su experiencia más cercana a esta sensación fue el gran día.

Habían pasado ya 3 meses, estaba Galicia en la pequeña habitación recostada en la cama, rememorando el recuerdo de Damian, en un instante sintió como su cuerpo se llenaba de dolor, su gran panza de embarazada se movía frenéticamente, comenzó a gritar, pero nadie la escuchaba, con la mayor fuerza de voluntad se paró de aquella cama, aquel dolor hacia que no pudiera moverse bien, intentó caminar, llegó a las escaleras para bajar a la cafetería, pero cuando le faltaba un escalón, su cuerpo cedió y cayó al suelo, sin darse por vencida siguió su camino a el local, ahora todo el mundo escuchaba sus palabras.

-AUXILIO, AYUDA...- Todos los presentes se movieron para colaborarle, en la parte de atrás se oyó decir a Betty decir:- ya viene, UN MEDICO, ¿HAY ALGÚN MEDICO?.

Alguien correspondiendo al llamado dijo que el era médico, se agachó al frente de Galicia mientras está se contorsionaba de dolor, todos gritaron en coro "PUJA" Galicia hizo una gran fuerza pero la criatura se aferraba a ella, en su mente escuchaba como la bebé le suplicaba, hubo un último suspiro y el fruto ya estaba en tierra, se escuchó un llanto, eso fue lo último que pudo oír Galicia antes de desmayarse en el piso del lugar.

Cuando al fin pudo despertar, había una bebé a su lado, durmiendo plácidamente, cuando la iba a tocar la criatura abrió sus ojos, eran de un color casi negro como el de su padre, al igual que su cabello y su piel era de color canela, todas sus características le recordaban a aquel amor.

Galicia vio que estaba llena de sangre aun, la bebé extendió su brazo hacia el lugar ensangrentado, posó ambas manos en la zona y su cabello se tornó rubio y sus ojos se volvieron azules, cuando reaccionó después de ver aquel espectáculo, ya vio que la manta que antes estaba manchada con sangre, ahora era blanca y pura.