Comida juntos
Amethyst iba a atacar pero Tom le puso la palma al frente simbolizando que se detuviera, ella efectivamente se detuvo.
-Espera, hagamos esto más interesante.- él la miró y se formó una sonrisa en su cara.- si tu ganas te invito a comer algo... pero... si yo gano.- hizo una cara pensativa.- tendrás que cocinar para mi esta noche...- ella lo miró mal.
-No es justo, cambio las condiciones... si yo gano tienes que cocinar tu.- dijo con mucha seriedad.
-Bueno, pero no me hago responsable de incendiar tu casa.- ella asintió con una sonrisa, estaba muy segura de que ganaría.
-Acepto.- le respondió ella.
-Okey, ahora sí.- rápidamente le mandó un derechazo que ella hábilmente esquivó, ella le iba a mandar un puño en la cara, él la tomó la mano, la volteó hacia atrás, el frente de él se rosaba con la espalda de ella, le dio un puntapié y la tumbó al suelo, luego se recostó encima de ella, en la misma posición que habían quedado cuando él se había hecho pasar por su profesor, pero ahora se invertían los papeles.
-"No hay enemigo pequeño".- le susurró él al oído, imitando la frase que ella le había dicho, ella con mucho dolor dio tres palmadas al piso, en señal de rendición.- Así que... nos vemos hoy en la noche.- la soltó y se paró.
Todos los que habían ido a entrenar llevaron a Amethyst a su casa pero la dejaron a la entrada de la vivienda.
-Vengo a las 8 pm.- dijo Tom para luego irse, Dylan se despidió más meloso de lo normal, se notaba que estaba celoso, sin embargo de su boca no salió un solo reproche, Louisa lo miró un poco molesta, todos la dejaron y ella entró a la casa.
-MAMÁ.- gritó apenas entrando, en la puerta, fue a la sala ya que nadie le había dado ninguna respuesta, allí, en la mesa de centro estaba un papel doblado.- ¿por qué rayos siempre recibo cosas en este tipo de papeles?, y siempre es algo malo o misterioso.- se dijo para sus adentros, lo abrió con mucha precaución esperando que fuera algún peligro.
La nota solo era un mensaje de su madre.
"Lo siento por no avisar, pequeña, pero tendré que ausentarme unos días ya que Betty me necesita en unos negocios en otra ciudad, regreso en 3 días máximo.
Te ama, mamá"
Galicia no estaría allí para cuando Tom llegara, Amethyst no sabía si esto sería bueno o malo, no lo pensó mucho ya que la ponía nerviosa pensar que estaría sola con Tom.
Organizó un poco su casa, lo poco que estaba fuera de lugar ya que ese mismo día la habían organizado, buscó en las gavetas algo para preparar, se dio algunas ideas mientras agarraba todo lo que podía, con lo que tenía allí se decidió por algo fácil, pasta con Boloñesa, se confió de que la comida fuera de preparación simple así que se recostó en su cama para descansar los músculos pero terminó dormida, la despertó una llamada telefónica.
-hola...- respondió aún adormilada.
-Hola Amy.- le respondió Louisa desde la otra línea.- ya casi son las 8 ¿cómo vas con los preparativos?, o sea, sé que es un demonio... pero no puedo negar que está jodidamente bueno.- dijo la chica.
-Espera... ¿qué?- aún estaba muy dormida para entender lo que ella decía.
-Lo se... es tuyo... per...- Amethyst la interrumpió.
-¿casi las 8? ¿Qué hora es?- ya se estaba desesperando, no tenía nada listo.
-Faltan 10 minutos... no me digas que te quedaste dormida, típico en ti, mejor corto la llamada, tienes mucho que hacer, adiós.- antes de que ella pudiera responder la llamada se había cortado.
Con mucha rapidez cogió las primeras prendas que se encontró, un pantalón azul claro, una camisa de color blanco y una chaqueta de cuero negra, para completarlo con unos converse negros bastante gastados, se metió al baño y tomó una ducha extremadamente corta, salió y se puso la ropa que había sacado, vio la caja con sus cosas preciadas, sacó el collar que tenía el dije de ala y se lo puso, estaba medianamente presentable, aunque su ducha fue corta y no se demoró nada para arreglarse, el tiempo no fue suficiente, a las 8 en punto estaba sonando el timbre, ella bajó muy rápido, se lisó y cayó por un par de escaleras, de una forma misteriosa, en esa caída se hizo una pequeña cortada en su frente, pero no la notó, simplemente abrió la puerta.
Y ahí estaba Tom, con una camisa blanca de manga larga, un pantalón negro y unos zapatos que le quedaban muy bien, él si estaba muy presentable, y como siempre guapo.
-Te dije que no me gusta la impuntualidad.- dijo con una voz muy masculina, luego se percató de que la frente de ella sangraba.- sé que estabas emocionada porque venía pero no como para que te lastimes.- ella lo miró extrañada, él alzó su mano y deslizó su dedo por la frente de ella, muy lentamente, Amethyst se quedó petrificada, pero luego reaccionó y lo invitó a pasar.
-Te advierto que no he hecho nada, tendrás que ayudarme si no quieres comer tarde.- él asintió.
-Te ayudaré.- dijo él mientras remangaba sus mangas, ambos entraron a la cocina.- pero primero... ¿me prestas el baño?- ella asintió, él se fue de la cocina, ella puso un poco de música, empezó a cortar unos vegetales mientras movía su cadera al ritmo de la tonada.
-Hey, no me emociones.- ella se volteó, él estaba apoyado en la puerta mirándola con los brazos cruzados.- con esos movimientos.- ambos rieron, siguieron cocinando juntos.
-Hagamos una torta de chocolate.- sugirió ella.- pues... como postre.- él asintió y luego le respondió.
-Quisiera otro postre pero con ese me conformo.- la miró con complicidad, ella solo negaba con la cabeza y reía.
Sacaron la harina, los huevos, la mantequilla, el azúcar y lo más importante, el chocolate, Amethyst para comenzar un juego le lanzó harina en la cara, después de salir de su sorpresa también le tiró harina, comenzaron la guerra, subieron de nivel y comenzaron a lanzar huevos, la cocina quedó hecha un desastre y terminaron muy sucios, sin embargo lograron hacer el pastel, lo pusieron en el horno y se sentaron a comer pasta con boloñesa, ambos llenos de harina y partes de huevo en su cabello y ropa, mientras la torta terminaba de hornearse.
-Pero que agradable rato.- dijo Tom cuando terminaron de comer, él lavaba los platos mientras dialogaban, limpiaron la cocina que estaba hecha un chiquero, Amethyst sacó el pastel y cuando ambos ya estaban listos para comer, se sentaron en la mesa, uno al lado del otro.
Amethyst tomó un trozo y lo llevó a su boca, un pequeño pedazo de pastel se quedó en el borde de su labio, Tom la vio, le puso su dedo en el labio y quitó el poco pastel que allí había, ambos se miraban profundamente, se acercaron lentamente, pero luego sonó el timbre, interrumpiendo el momento.
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