Luz y sombras, el tiempo es igual, incluso si la sensación ha cambiado todo se resume a luz y sombras. Verte sin estar es extraño cuando menos, oírte sin mover la boca para mi es casi habitual... pero que tal ella

Oigo su voz, percibo su aroma. La fina fragancia se sobrepone a todo cuando la pienso y aun así se evapora en un instante. Ya lloré, ya reí y ahora me vuelvo loco, la mente humana no está preparada para experimentarse a sí misma, sin distracción externa. Y es que normalmente veía el cielo, sentía la brisa entre los dedos o me perdía un segundo en el sonido distante, pero ahora...

— Solo estas tu, y tu deseo de que te acompañe—

— ¿De verdad estoy solo?

— ...

— Mierda, si tan siquiera me hubieran avisado podría haber traído un libro...

— Ah, mira ¿No es maravilloso?

— Está en blanco.

— Escríbelo entonces.

— ¿Con qué?

— ¿Qué recuerdas?

— Por cierto, ¿oyeron esa historia?

— ¿La del marinero y las olas?

— No.

— ¿Entonces?

— La leyó el profesor esta tarde, me da tanto vértigo que podría...

— Olvídalo.

— Yo la oí.

— ...

— Vivir para siempre... ¿Quieren intentarlo?