
3. Muzzled
—¡Griffin, cambio de turno!
El aludido de ahora diecisiete años de edad apagó la motosierra estacionaria al escuchar la voz de su jefe. Se quitó los guantes, los anteojos de seguridad y se limpió su rostro empapado de una capa ligera de sudor con su dorso.
Entonces, dio un gran suspiro para liberar el estrés y elevó su mirada hacia el hombre.
—Por supuesto, señor Berna. —exhaló cálidamente.
Griffin le tenía estima a su superior. Después de ser emancipado por su padre junto con su hermanito, el señor Berna fue uno de los pocos en el pueblo que no se dejó manipular por la injuria hacia ellos y le ofreció ser mano de obra en su compañía de diseño y construcción.
En un inicio fue insoportable el dolor de tener que lidiar con un trabajo pesado para esa edad (ninguno de sus compañeros no quería enseñarle el oficio a un niño inocente. Incluso llegó a escuchar que lo estaban explotando) pero con el tiempo obtuvo experiencia, fuerza y agilidad (hasta Aslan lo asoció como Bob, el constructor) y, asimismo, le ahorró muchísimo dinero a su jefe con su habilidad en las matemáticas por esas operaciones erróneas y catastróficas que hacía el jefe de obras o los mismos ingenieros.
No podía decir que el señor Berna es una figura paterna para él, pero si quien lo ha mantenido cuerdo en su camino. Eso debido a que, en una ocasión, Griffin le comentó que quería dedicarse a tiempo completo al trabajo y abandonar sus estudios cuando tenía quince años. Él no se lo permitió y le instó al menos graduarse en la secundaria antes de tomar una decisión tan importante como esa.
Sin embargo, Griffin ya lo había decidió hace varios años atrás. Ir a la Universidad era más que un simple sueño ahora... de nada le sirve tener un supercerebro como el suyo si no hay diploma de educación superior que lo respalde. El ejército también es una opción lejana, más cuando tiene un empleo fijo ahí (y en McDonald's durante las vacaciones). Lo único que pensaba era sostener a su hermanito y estar al día con sus servicios básicos, aún si sus manos se desgarran hasta formar la callosidades, soportar el gélido frío de invierno para quitar la nieve en las casas por unos cuantos dólares extra o soportar las lesiones en su cuerpo para no gastar en médicos por no tener un seguro.
Simplemente no quería que Aslan viviera su vida... Darle todas las comodidades posibles es su prioridad. Además, Jim les dio la casa en donde viven, ¿eso contaba como aporte como padre? Muy dentro de él sentía que no lo suficiente pero se conformaba.
Cuando Griffin se despidió de sus compañeros de su jefe, percibió que su camisa se le pegó al torso por los vientos característicos de Cape Cod, aún seguía transpirando por el esfuerzo físico del día y tan solo esperaba a no emanar hedor a camino al juego de baseball infantil de Aslan.
Ya había empezado la partida cuando llegó. Era un alivio que Joe Edwards le hubiera guardado un asiento. El niño lo buscaba con la mirada al público por ratos, haciendo enternecer su corazón.
—¡Aslan!
Al gritar su nombre entre el ruido de las otras personas que apoyaban a los demás chicos, su hermanito dio un saltito, sonrió con mucha alegría y agitó su mano para saludarlo.
—Pensé que no estarías presente, Griff.
—Ah —observó a Joe y sonrió por su mirada aliviada. —, tuve que correr — observó el marcador, alegrándose que el equipo de su hermanito estaba ganando. —. Hablé con Aslan antes sobre mi tardanza. Espero no haberlo preocupado mucho.
—Es el niño más comprensible, risueño y educado que conozco — le pasó una bebida para que saciara su sed. —. Es casi una copia tuya. ¿Seguro que no es tu hijo?
Griffin por poco y se atraganta con el agua.
—No jodas, Aslan y yo no nos parecemos en absoluto — su sonrisa decayó ligeramente, tomando las palabras de su amigo como un insulto. Su hermano nunca debía llegar a ser como él.—. Creo que él es más inteligente, valiente y fuerte.
—Ay, Griff... — rodó sus ojos. —. Eres un tonto, por eso soy tu única compañía; le llevas once años — sacudió su hombro con brusquedad. —. Además, los niños de hoy en día nacen con el chip de la tecnología. ¿Te conté sobre mi primito? Sabe usar mi celular mejor que yo.
—Hmm... — su sonrisa regresó al ver a su hermanito, al niñito de sus ojos, se colocó su casco porque era su turno para batear y escupió un "escupitajo" en el campo como cualquier jugador profesional. —. Supongo que tienes razón.
A nivel de relaciones interpersonales también estaba Joe. A medida que el rumor fue creciendo, Griffin empezó a tener menos amigos.
Con Joe había una conexión especial por varias cuestiones que fueron entrelazándose en la vida de ambos: cuando el hermano de Joe había cambiado drásticamente desde que regresó de Irak. No sabía los detalles, pero su inestabilidad mental y emocional fueron mucho para su persona que terminó por un balazo en la cabeza. Fue un duro golpe para su familia, y Griffin comprendió perfectamente a su amigo en volver empezar de cero, en el sentido de seguir adelante y pretendiendo haberlo superado para los ojos ajenos.
Así mero se sintió cuando Jim lo echó de su casa con Aslan a los catorce años. Por eso le fue fácil simpatizar y darle todo el apoyo humanamente posible; fue su hombro en el cual desahogó para llorar, su templo para escuchar sus confesiones y su fortaleza para poder sobrellevar el dolor.
Incluso Joe, como forma de agradecimiento en esa etapa oscura en su vida, le prestaba de sus apuntes o le daba copia de sus tareas cuando Griffin se quedaba dormido en clase por el agotamiento de haber trabajado el doble turno o Aslan había enfermado.
También, al estar más tiempo con él, Griffin descubrió su interés por los hombres. Su amigo era encantador, leal y le atraía físicamente pero será su mayor secreto y su gran temor. En pueblo como Cape Cod no era bien visto... y la fama que lo rodea afectaría no solo su vida, sino la de su hermanito también.
Su sexualidad jamás debía de ser manifestada aunque le duela o tenga la curiosidad de hacerlo. No quería que otro evento como la cacería tuviera lugar importante en sus futuros otra vez.
Además, Joe era heterosexual (incluso le ha compartido su porno de rubias dotadas o han visto películas subida de tono, reforzando más el hecho que es muy gay por quedar ensimismado viendo a las espadas que las féminas y sus gemidos falsos.) No sabría cómo lo tomaría si lo supiera, o que por él supo su amor hacia los del mismo sexo.
No podía forzar a nadie a amarlo. Así que estaba agradecido por la amistad brindada por Joe. Además, temía perderlo si le decía la verdad.
Griffin no soportaría la soledad y el prejuicio nuevamente. Apenas pudo lograr que aceptaran a Aslan en el equipo de baseball, teniendo pendiente del bullying que había en la escuela primaria hacia él.
—¡AH! — Griffin se puso de pie cuando el pequeño logró batear lejos del área. —. ¡Corre, hermanito!
Al final, el equipo de Aslan ganó.
Cuando estaban saliendo del pequeño estadio, Griffin ya tenía al niño en sus brazos y este lo rodeaba inmensamente alegre con sus brazos a su cuello.
Era tanta la emoción que Griffin no percibía el ardor en sus hombros.
—¿Viste el home run que hice? — preguntó el pequeño con una voz adorable. El propio Joe, quien estaba al lado de los hermanos, se derrite de ternura. —. Le pegué muy fuerte.
—Sí — carcajeó después de darle un beso en su mejilla. —. Es porque te he obligado a comer tus verduras.
En eso, Aslan hizo un puchero.
—Apelo — ladeó su rostro en modo de desaire. —. El entrenador Wilson lo atribuye a mi talento natural.
Antes de que Griffin pudiera apelar, Joe bufó.
—¡Hombre! ¿Qué es esa forma de hablar? —picó el brazo de Aslan con su dedo. —. Eres como un adulto en el cuerpo de un niño.
—¡Déjame! — escondió su rostro en el hombro de su hermano mayor y se cohibió. —. Leo mucho.
—Joe... —Griffin advirtió con una voz profunda tras acariciar los cabellos dorados del niño. —. No lo molestes.
—No lo hago — sonrió de manera traviesa. —. Es que me parece curioso lo listo que es. Nunca he escuchado a alguien de su edad pronunciar bien las palabras, o mejor aún, hacer una oración así.
Aslan frunció el ceño.
—Entonces eres estúpido por no estar familiarizado en un entorno así.
—¡Aslan! — Griffin gritó de espanto y le tapó la boca al niño, quien seguía desafiando a Joe con una mirada fulminante. —. L-Lamento eso...
—¡Descuida! — pegó una carcajada. —. Tu hermanito es tan ocurrente y divertido — le dio una palmada en la espalda de Griffin. —. Los invito a comer... ¡Me muero de hambre!
—¡Sí! ¡Qué sean hot dog! De las grandes, me lo merezco por hacer ganar a mi equipo. — comentó cómo todo un limosnero y con garrote.
—¡Pero Aslan! — Griffin se quejó casi gritando.
Sin embargo, Joe solo negó con la cabeza y los llevó a comer hamburguesas. El rubio quiso refunfuñar y tirar su comida en la basura pero su hermano se lo impidió.
*
Un mes después del juego, llegó Halloween.
Para sorpresa de ambos hermanos, fueron invitados a almorzar en la casa de Jim con la comida que preparó su nueva novia Jennifer.
Aunque eso pudiese ser visto como un milagro, los eventos posteriores fueron aún más increíbles. Hasta el propio Griffin pensó que era un sueño.
Jim... pensó en un disfraz para su hijo menor por haber ganado ese partido, y el niño se llenó de alborozo.
—¡Quiero ver mi traje! ¡Quiero ver mi traje! —Aslan sonreía y brincaba alrededor de su padre mientras era ignorado por este. —. ¿Ya lo tienes? ¡Quiero ver mi traje!
—Hijo de puta... —masculló con desagrado. —. Te dije que voy por él. Deja esa insistencia.
—Y yo ya te dije, papá, que no te refieras a Aslan así. —Griffin frunció el ceño, ayudando a lavar los platos de la comida y Jennifer los secaba en un sereno silencio.
Jim masculló sin vergüenza al salir de la cocina y teniendo a Aslan todavía persiguiéndolo por detrás como si fuese un pollito corriendo por su mamá.
—Bah.
Griffin suspiró profundamente. Era imposible la manera en cómo se han desenvuelto las cosas: su hermanito no parecía guardarle rencor a su padre, encima de eso, tenía normalizado el hecho que no viviera con ellos o que sus responsabilidades sean inexistentes. Era como si su padre fuese un vecino en vez de un familiar. Por eso mismo, él mantenía esa frágil paz en su relación como padre e hijo, si no fuera por Aslan, no lo visitaría.
Incluso, quizá, sin su hermanito, no se estuviera esforzando en la vida tal y como lo hace ahora.
—Jim estuvo trabajando mucho en esa calabaza —la fémina agregó cuando los alaridos del niño se trasladaron a otra habitación. —. Me sorprendió lo dedicado que fue al esculpirla.
—Oh — Griffin alzó ambas cejas, sin despegar la mirada al traste sucio. Si su padre se esmerara en criarlos en vez de hacer una estúpida cabeza proveniente de una cucurbitácea, perdonaría un poco su desazón durante su propia infancia. —. Estoy seguro que a Aslan le encantará.
—Lo sé —Jennifer sonrió levemente. —. Fue bueno de su parte en hacérselo a mano... Era más fácil comprar un disfraz en el supermercado.
—Pero... la calabaza no está podrida, ¿verdad? —Conociendo a Jim, es capaz de agarrarlo desde el basurero y hacerlo pasar como limpio y nuevo. ¿Por qué estaba haciendo todo aquello, por cierto?
—¿Eh? —Jennifer parpadeó, confundida
De repente, el celular de Griffin sonó antes de que pudiera explicarse; pensando que era por trabajo, dejó de hacer el oficio, se excusó con la chica y revisó su aparato que estaba en la mesas, a pocos metros de ello, intentando no ver a los animales taxidermizados ahí.
Se sorprendió al ver el mensaje de Joe bajo un contexto un tanto inesperado.
"¿Podemos hablar? Necesito verte lo más pronto posible."
Griffin sintió escalofríos en su espalda. Su amigo sabía de antemano que él estaría en la casa de su padre para pasar el rato (fue él también que lo animó a hablarle a Jim) pero esto lo desubicó completamente.
El pobre muchacho estuvo en trance por un momento hasta que las pisadas jubilosas del niño se dirigían hacia ellos. Al asomarse, Griffin contempló a su hermanito vestido de una capa marrón que cubría la mayor parte de su torso y se ajustaba con dos lazos entrelazados en cada extremo en el cuello; además, tenía un pequeño fantasma anaranjado atado a un cordón hacia a un una delgada vara. Sin embargo, lo más prominente era aquella enorme farola de Jack dentro de la cabeza de Aslan. El olor de la calabaza tallada a mano era prominente desde donde se hallaba, y podía imaginarse que su hermanito estaba ofuscado por ese aroma, pero lo más sorprendente era que el chico podía mantener el equilibrio con esa cosa puesta.
Por su lado, Jim estaba escondido dentro del cuarto pero observando todo desde lejos, haciendo que Griffin se sintiera extraño. ¿Acaso estaba avergonzado de haber hecho algo bien por su hijo?
—¡¿Cómo me veo?! — preguntó sonriente al dar una media vuelta al público.
—¡Aww! ¡Ash! — Jennifer chilló de la emoción y comenzó a tomarle fotografías desde su móvil. —. ¡Te ves muy lindo!
Así, Griffin se despabiló al tener la mirada fija del chico encima de él.
—Ah, Wow, estás aterrador, Aslan. — colocó su mano en su pecho para crear drama.
—¡¿De verdad?! — sus ojitos verdes brillaron.
—¡Por supuesto! — se puso de cuclillas a su altura y tomó su manita delicadamente. —. Te darán muchos dulces esta noche.
En eso, el chico se balanceaba de contentamiento y Griffin deseaba disfrutar del momento pero su mente seguía pensando en su padre y Joe.
*
Cuando llegó a la casa de su amigo, él ya lo estaba esperando en el pórtico, su cabeza estaba cabizbaja pero al darse cuenta de la presencia de Griffin, la elevó para sonreírle débilmente.
—No creí que llegarías tan rápido.
—¿Cómo no hacerlo por ese mensaje? — exhaló entrecortado y frunció su ceño en congoja. —. ¿Estás bien?
—Ven, siéntate...
El ambiente se tornó pesado.
—¿Joe?
De esa manera, Griffin se acomodó a su lado, conservando el nerviosismo y procurando entender con su mirada lo que pasaba. Generalmente, Joe no exponía sus sentimientos, pero ver lo que le costaba mantener la compostura le hizo sentir mal.
—Me enlistaré, Griff.
—¿Qué? — dijo como el sonido de un susurro.
—Papá... Mi padre... Quiere que lo haga... No estaré combatiendo pero —tensó su quijada. —... No quiero ir.
Griffin desvió la mirada, procesando las pocas palabras de su amigo. El padre de Joe era Comandante de un Pelotón operativo en Irak del Ejército de Estados Unidos. Desde el suicidio de su hermano mayor, nada ha sido normal para esa familia, hasta el punto que no haber visto a su padre desde que eso sucedió... se ha negado a regresar a su casa para no tener que encarar la realidad, dejando a su esposa e hijo menor a su suerte.
—Dile que no — la dureza en su tono de voz sorprendió al mismísimo Griffin. —. Aún tienes que asistir a la escuela.
En eso, Joe bufó.
—Ya quisiera... —sus manos temblaron. —. Si pudiera, no estaría en este dilema... —lo observó con aflicción. —. Me dijo que mi graduación no sería un problema... Me darían un diploma de homeschooling para que fuera pronto a Bagdad.
—No...
El mundo también se derrumbó a Griffin. Joe ha sido su único amigo, perderlo así, sin poder terminar la escuela juntos o saber que su hermano mayor acabó destrozado después de la guerra le rompía el corazón.
En pleno 2006 todavía pasaban esas injusticias.
¿Qué podía hacer él para ayudarlo?
—Pero aún podemos vernos, Griff — murmuró con suma tristeza pero sin derramar ninguna sola lágrima. —. Si quieres...
—¿Cuándo te vas...? — su boca se secó. Mientras más lo pensaba, más real se volvía la futura soledad que le esperaba.
—En febrero.
—E-En tres meses —su voz se rajó. —. Joe...
—Por favor, no llores, Griff... —sonrió un poco más animado. —. Los hombres no lloran, estaré bien.
Lo único que pudo hacer Griffin fue abrazarlo con fuerza e intentar no quebrarse, porque si lo hacía, sería más difícil para Joe dejar todo atrás.
*
Cuando llegó la hora de buscar a Aslan donde le indicó que lo esperaría después de pedir dulces, Griffin todavía tenía el corazón en la mano.
No quiso tomarle tanta importancia sobre la cuestión con Joe, más aún que vería a su hermanito y no quería preocuparle por no saber cómo controlar sus emociones, ese ha sido uno de sus mayores defectos.
Sin embargo, todavía recuerda la fragilidad de su alma por querer entrar al ejército cuando era más chico. Esa idea se disolvió conforme pasó el tiempo y tiene oportunidad de elegir no hacerlo... Pero Joe jamás tendrá esa libertad.
¿Y si Joe termina como su hermano mayor?
—¡Griffin! ¡¡Griffin!!
La voz colmada de terror de su hermanito lo paralizó y lo trajo de vuelta a la realidad. Entonces, lo vio corriendo hacia él, no importando si la gigantesca calabaza protegía su cabeza, podía ver su semblante de moco tendido y con espesas y gordas lágrimas en sus ojos.
—¡¿Aslan?! — lo sujetó y lo alzó en sus brazos mientras lloraba a todo pulmón. —. ¡¿Qué sucedió?!
El niño se tomó un tiempo para respirar y hablar correctamente.
—M-Monstruo — señaló a un auto estacionado, cubierto de algunas ramas bajas de un árbol y arbustos. —. Hay un monstruo ahí.
Griffin apretó ligeramente su agarre y comenzó a caminar vacilante hacia allá pero procurando mostrarse valiente pero con el pecho aguado acumulado de ansiedad. Por Halloween, las personas decoraban de manera realista escenas o figuras espeluznantes en sus hogares. Al momento de acercarse, no había nada pero Aslan lo abrazó con más fuerza al ver su propio reflejo en el vidrio del auto y sollozó desamparado.
Ah.
Al comprender lo que pasó, Griffin se mordió el labio inferior para no echarse a reír. Sería cruel si se burlaba de los miedos de su hermanito.
—Aslan, tranquilo — como pudo, le quitó la calabaza de su cabeza. Luego sacudió sus cabellos dorados porque habían restos de fibra amarillenta y algunas semillas. —. Ya se fue...
El niño volteó nuevamente al vidrio y su lloriqueo cesó considerablemente hasta volver a llorar con fuerza al entender todo ese rato que era él ese monstruo.
—Griff...
Para calmarlo mejor, besó su frente y decidió que era momento de regresar a casa.
Hoy ha sido un día de muchas emociones, decepciones e incógnitas para los hermanos.
—No te preocupes, Aslan — el chico se acurrucó en su hombro. —. Yo te voy a proteger siempre.
Más que una promesa, era una forma de vida para Griffin.
N/A: por si no ha quedado claro: Griffin sufre explotación laboral desde los 14 años; tiene miedo profundo al abandono; resentimiento a Jim y confusión de qué por qué trata "mejor" a Ash que a él siendo ambos sus hijos; sexualidad reprimida; ambiente tóxico en Cape Cod; y, sin objetivos claros en la vida a excepción de amar a Ash con todo su corazón.
Y solo estamos comenzando, por Dios...
Joe será un gran tema después. Aún no sé si habrá una opinión divida con él... pero hasta el momento ha recibido buena recepción dlklaksjd
Pronto estaremos entrando al arco de la guerra, por ahora nos centraremos solo en Cape Cod.
¡Muchas gracias a todos por apoyar esta pequeña historia ♥! Tengo mis dudas sobre como seguirá la trama pero de lo que llevo escrito solo puedo confesar que... se pone peor (y no solo me refiero para Griffin.) Por lo mismo mucha consideración con las advertencias.
¡Nos vemos la próxima semana!
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