22. Can't scream
Vacío, oscuro y pavoroso.
No podía ver más allá del horizonte, sentía que estaba flotando en un mantra pesadumbre corroer en cada fibra de su ser.
BANANA FISH
No podía hablar, gritar, parpadear o moverse. Una forma de describir su estado era como un bosque lleno de bestias sedientas de sangre y él es la presa que se quedó paralizado ante su cazador. Un sitio donde no se fomenta la vida, solo el dolor y desesperación.
BANANA FISH.
¿Quién era el enemigo?
¿Qué es lo que lo perseguía realmente?
¿Dónde estaba?
¿Quién era él? ¿O es una mujer?
Lo único que podía conocer en esa absorción de completa incógnita era el entumecimiento, el retortijón nocivo del suplicio eterno.
Tenía mucho miedo. Quiere irse de ahí. ¿Por qué estaba solo? ¿O sola?
¿Qué es un Griffin?
¿Por qué estaba comenzando a olvidar todo?
BANANA FISH
BANANA FISH
¡BANANA FISH!
Aquellas palabras siempre las mantenía presentes, incontables veces hacían ruido en su ser, sin saber siquiera el verdadero significado de la misma pero eran la fuente de su desesperanza. Incluso se llegó a cuestionar si existía, si todo lo que debía de recordar era real o no.
Estaba en un círculo vicioso de locura.
Sin embargo, había momentos de lucidez menos esperados, esos efímeros donde su vista era borrosa y había imágenes que no distinguía, también había voces lejanas, casi inaudible, haciendo más confuso en donde estaba.
—Listo, Griff — esa voz era la de un chico, no podía ver bien su rostro pero sí su cabellera dorada. —. Fue difícil al principio pero ya soy un experto en limpiarte.
—Falta rasurarlo, Ash.
¿Qué? ¿Qué fue lo que dijo?
—Ay, no me atrevo aún, Sonny — el mismo niño contestó. —. Les pediría ayuda a ustedes pero no confío en lampiños.
¿Por qué? ¿No puede entender nombres? Es imposible identificarlos aún si se concentra.
—Ash, no seas cruel — otra voz extraña habló, era la de una chica. —. Yo puedo ayudarte con eso.
—¿Qué? ¿Sabes hacerlo por Charlie? Apuesto que quieres quitarle ese bigote a tu noviecito, Nadia.
—¡Sonny! — chilló la mujer. —. Deja en paz a Charlie.
—Pues creo que se ve mejor sin bigote.
—¿Acaso solo hablas para ofender, Lao?
El dolor se intensificó aún más en su ser que sentía que explotaría. ¡Quería que pararán ya! Era tan difícil entenderlos que quería vociferar su inconformidad.
—¡Silencio! —de nuevo, esa es la voz de aquel niño y su rostro se acercó peligrosamente. Aún así, no podía verlo con claridad su aspecto. —. Hermano, ¿Me escuchas? ¿Te duele algo? Di algo...
¿Qué? ¿Qué pasó? ¿Qué estaba haciendo ese muchacho? ¿Hermano? ¿Cuál hermano?
—Banana fish... — fue lo único que pudo salir de sus labios.
Después de eso, la decepción se asentó y ya no pudo contemplar nada más.
No obstante, era la primera vez que podía sentir algo distinto: calidez... Como si alguien lo estuviera esperando a regresar a un hogar.
¿Casa? ¿Acaso tuvo uno antes? Sí... La mierda a su alrededor siempre fue su morada. Eso lo tenía más que claro.
De esa manera siguieron pasando eventos extraordinarios donde podía ser participe de espectador aunque tuviera el presentimiento que le hablaban.
—Bro, esto seguro ayudará a tu hermano.
—¡¡¡Shorter!!! —explotó de ira aquel chico de nuevo. Cada vez era más familiarizado con su voz. —. ¡¿Por qué le traes putas a Griffin?
Había picos morados flotando en la borrosa imagen.
—¡O-Oye! Ser cariñosa también es un trabajo honrado... —susurró esa amalgama morada.
—¡Púdrete!
—Leímos por ahí que es terapéutico —había otra voz ahí. —. ¡Quizás pueda ayudar a tu hermano a recuperarse si le dan un masaje especial!
—¡Sing, carajo!
—¿Debemos acostarnos con un muerto? —una mujer habló. ¿Quién es?
—¡Mi hermano no está muerto! — nuevamente ese chico gritó, tenía mal temperamento. —. ¡Váyanse todos a la mierda!
De verdad no entendía nada, pero un atisbo de risa emergió y procuró dejarlo fluir, pero la sensación de amargura fue mayor.
De esa manera, pasaban ciertos eventos esporádicos y, de alguna forma, podía ubicar algunas voces... En especial de aquel niño de cabellera dorada.
—Su cuerpo está recuperando fuerza, a pesar de su falta de músculo —era la voz de un hombre cansado. —, no creo que estemos cerca qué recupere la conciencia.
—P-Pero doctor Meredith... — ese mismo chico se le quebraban las palabras. —, ese día murmuró algo más... Y parpadeó cuando le hablé...
Alrededor del chico había otras personas sosteniéndolo, como cinco dándole consuelo, ¿o no lo eran? Era difícil de determinar.
—Eran reflejos seguramente... Continua así... Léele las cartas o háblale sobre lo que hacían juntos. Posiblemente le sirvan de estímulos.
¿Cartas? ¿Cuáles? ¿Qué?
¿Quién es él?
¿Qué es ser un hermano?
En la siguiente escena, de repente, vio a ese mismo joven llorar, estaba solo en lo que parecía estar en una habitación.
—L-Lo lamento... ¡Lo siento! — sollozó con más fuerza. —. Casi no recuerdo nada nuevo sobre nuestra vida en Cape Cod. ¿Acaso no lo ves? ¡Soy yo, Aslan! — suspiró agobiado. —. Ya sé, mejor te leo los poemas qué me escribías, eso ayudará...
Simplemente bloqueó la recepción de la imagen. No entendía muy bien la razón, pero le era muy desgarrador escucharlo... Porque comenzaba a lacerar esos vividos momentos que quiso olvidar.
No... No quería. No otra vez esa tortura y tormento de un sentimiento ligado de un recuerdo doloroso. No, no, no, NO.
BANANA FISH.
El sinfín del vacío, oscuro y pavoroso continuó.
La otra vez que pudo contemplar nuevamente las imágenes era por sonidos extraños, voces hilarantes, el aroma a alcohol y cigarros. ¿Qué significaba eso?
Era muy familiar.
—Oye, ya te dije que no fumes con Griffin estando aquí. ¿Acaso no eres doctor? ¿No te pago para cuidarlo?
—Te quejas mucho como para tener doce...
—Tengo diecisiete años, tonto—cruzó sus brazos. —. Apaga esa radio, qué canción más estúpida.
Ese era el chico de cabello rubio pero algo estaba mal, había cambiado... Su voz era más grave y estoica. Sin embargo, lo que le captó la atención no fue el repentino cambio de ese joven sino lo que se escuchaba en el fondo.
Oh my darling, oh my darling, my Clementine.
¿Clementine...? Eso era un nombre de una persona. ¿Cómo es que lo sabía...? La letra era idéntica cuando la cantaba él.
¿Él? ¿Quién es él? ¿Por qué la nostalgia lo agarró de repente?
¿Por qué? ¿Por qué sólo era un montón de preguntas sin respuestas?
—Pst, los jóvenes de ahora no saben de buenos gustos.
Eso, alguien también se quejaba de él por cantar a Clementine. ¿Quienes eran? ¿De dónde vienen?
¡Alguien que lo ayude!
—A... A — sus labios empezaron a moverse solos. —. Ma... Ax... Ax...
Imposible... se esforzaba en articular una palabra que no fuese Banana Fish...
—PFFFFFF... — el muchacho de cabello rubio le estaba hablando directamente. ¡¿Por qué no puede escuchar los nombres?! ¡Esa interferencia lo frustraba! —. ¡¿Ves?! ¡Lo perturbas, Meredith!
—Okay, okay... Quitaré la canción solo porque tu hermano se angustió.
¿Hermano? ¿De quién?
¿Max?
Después de eso, su mente se apagó indefinidamente, volviendo al estado de penurias y acomplejada de antes.
BANANA FISH.
N/a: ¡ENTIENDO QUE ES FRUSTRANTE! pero Griffin ha sufrido también harto que simplemente se sofocó. Como se recordarán en capítulos anteriores, le confesó a Max que no quería lidiar con la realidad que le esperaba una vez saliendo de la guerra y, bueno, eso fue lo que pasó. De por sí él no recuerda nada como mecanismo de defensa, ni siquiera de la tortura que fue sometido con Dawson en el hospital. Comenzó a ser "consciente" solo cuando se sintió seguro de alguna forma, sin percatarse que Ash estaba presente; esa parte se explicará mejor después.
Sin embargo, lo más irónico es que el único estímulo que lo hace regresar en sí es cuando se siente que está en Irak porque ahí estaba Max a su lado. Max es su casita, su fortaleza y su vitalidad, tenerlo lejos hace que no quiera regresar.
Ah. Date prisa, Max 😭
¡En los siguientes capítulos vendrá lo inevitable! Incluso tendremos nuevos personajes, guiño guiño.
¡Muchas gracias a todos por llegar hasta aquí! ¡Los quiero un montón!
Nos vemos hasta la próxima.
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