Capítulo 16: "Por el bienestar"
"En nombre de la princesa del séptimo reino, Marinette Dupain-Cheng, velando por la seguridad de cada uno de los ciudadanos que habitan los siete reinos, pido a cada familia real el consentimiento para que cada portador pueda hacer uso del poder del miraculous que se le ha asignado a su dinastía.
Dichos objetos serán fundamentales para la salvación de sus propios gobiernos y el bienestar y la paz entre todos aquellos que diariamente lidiamos con la tarea de ser de la realeza. Antes de que esta petición sea rechazada y cientos de vidas sean tomadas, sólo puedo advertir una cosa. La corona está liberada, y Ladybug está en proceso de ser reencarnada.
Desesperadamente, príncipe del sexto reino, Adrien Agreste".
Ese fue la carta que el rubio envió a los reinos. Antes de salir del azulado castillo de su madre, el Maestro Fu les dijo que la única forma de terminar con la pesadilla que estaban viviendo era juntar a los portadores de los miraculous de cada reinado y al igual que años atrás, crear un nuevo sellado.
—Dónde sea que estés, no dejaré que mueras— susurró Adrien al viento mientras avanzaba velozmente sobre su blanco caballo.
Territorio tras territorio el joven se dispuso a ir solicitando ayuda de lo demás. El hecho de que Marinette, Emilie y él ya estuviesen involucrados le facilitaba un poco las cosas, pero habían algunas repuestas que de verdad le daban miedo escuchar.
En el tercer reino, con el permiso de los reyes, el príncipe Nino declaró su participación rápidamente. En el reino de la princesa Alya, a pesar de que sus padres se negaron rotundamente en un inicio, advirtiendo, reclamando y sintiendo miedo de que la azabache estuviese cerca de su hija, acabaron por aceptar unirse a la causa y ayudar.
En ese momento ambos jóvenes se colocaron de acuerdo para irse juntos al séptimo reino, el lugar donde sucederían los próximos acontecimientos.
—Princesa Alya— dijo el moreno sujetando el brazo de la joven.
—¿Príncipe Nino?— respondió ella con una voz algo burlesca, pues tanta cordialidad la tomó por sorpresa.
Sin siquiera inmutarse por el tono de la morena, Nino sujetó su otro brazo y la atrajo hasta él. Cuando había aparecido repentinamente ante el resto de los príncipes y todo su pueblo, lo único que puedo hacer fue dedicarle una mirada de alivio desde lejos, pero incluso ahora que la tenía en sus brazos era incapaz de explicar cuánta felicidad le producía el hecho de que estuviera viva.
—Yo también tuve miedo cuando creí que no te vería más— susurró Alya en un intento de demostrar que sus sentimientos eran correspondidos.
Intensificando la fuerza del abrazo como respuesta, Nino sólo buscó acurrucarse en el hombro de la morena mientras una tierna sonrisa se formaba en sus labios. Sólo les quedaba recuperar a Marinette y todo podría volver a su debida calma.
Adrien, tras haber tenido un exitoso paso por el segundo y tercer reino, sabía que ya le quedaban únicamente dos lugares por visitar, aquellos que eran gobernados por Chloé y Hawk Moth. Y al elegir entre esos dos, el primer reino le parecía mucho más amigable que cualquier otro.
En las puertas del reino teñido completamente de amarillo los guardias ya habían avisado a la princesa que el joven de cabellera rubia se aproximaba. Chloé, dando la orden de que le permitiesen entrar, vio como él rápidamente se le acercó para explicarle lo que estaba sucediendo. El príncipe sabía que sería difícil de convencer, por lo que antes de que pudiera recibir una respuesta, tomó su mano y se arrodilló ante ella.
—Si aceptas, me casaré contigo— dijo Adrien sujetándola con fuerza.
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