Capítulo 12: "Encrucijada"
—¿¡Princesa Alya!?— exclamaron la mitad de los presentes, atónitos luego de tantas apariciones inesperadas.
Con la mitad del cuerpo vendado, una pequeña sonrisa en los labios y su colgante de zorro en el cuello, parada frente a Marinette con los brazos abiertos, nadie menos que la princesa Alya Césaire hacía aparición a las puertas de su reino. Todos habían estado tan pendientes de las palabras de la azabache que fueron incapaces de percatarse que una lujosa carroza del primer reino había llegado desde un costado, Alya había bajado desde ahí, y ahora incluso la princesa Chloé estaba siendo espectadora de sus actos.
Ante la presencia del primer reino, los súbditos de Marinette la levantaron intentando protegerla, mientras que el rey y la reina de trajes anaranjados corrían a cobijar a su hija entre sus brazos. Sin siquiera intentarlo, los príncipes de cinco reinos se habían reunido en el mismo lugar aún cuando la guerra no había sido declarada como terminaba.
—No se preocupen por mí, pues habiendo visto a vuestra princesa en tal estado luego de haberse retirado cobardemente del campo de batalla, es evidente quién tiene la victoria— habló Chloé, mirándose las uñas desinteresadamente —Después de todo, no me molesta fingir que la guerra que inició sin ningún objetivo y en la que casi perdemos a Alya no existió.
—Entonces ya está terminada— alzó la voz Nino, pues Marinette parecía ya no tener habla —Los cinco reinos involucrados pueden volver a estar en calma y... El segundo reino puede celebrar que su princesa a vuelto a casa.
Encerrada entre sus padres, Alya le dedicó una dulce mirada a Nino, el cual le correspondió con una pequeña sonrisa llena de alivio. Las puertas del segundo reino finalmente se cerraron, Chloé volvió a su carroza sin decir nada y los dos príncipes se acercaron a ver cómo se encontraba la azabache.
—Así que, ¿la corona está en manos de Hawk Moth?— preguntó Marinette, mientras que el rubio sujetaba una de sus heladas manos y asentía.
La princesa sólo fue capaz de cerrar los ojos intentando mantener la cordura, mientras que Nino se mantenía cabizbajo. Las posibilidades de obtener cualquier cosa del reino oscuro eran bajas, casi nulas. Adrien consideraba la opción de empezar otra guerra, pues su ejército no había participado de la anterior y estaba intacto, pero probablemente no valía la pena.
Los tres jóvenes permanecieron en silencio. Ninguno sabía qué sucedería si Marinette recuperaba la corona, pero sí tenían claro que estaría mejor de como estaba ahora.
—Podemos recurrir al arma más fuerte de todas— susurró Marinette, esperando a que los presentes le siguiesen el hilo —Una vez, un simpático gato negro me contó la leyenda entre una dama vestida de azul y un caballero de armadura morada.
—El arma más fuerte, el amor— habló Nino, pues como príncipe de uno de los reinos, también había escuchado la historia.
El rubio, ligeramente sonrojado, permaneció en silencio recordando la vez que le había contado aquella historia a la azabache, pues él la conocía mejor que nadie. Lo que ninguno de los otros príncipes sabía, era que antes, el cuarto, quinto y sexto reino eran uno solo, y que el rey oscuro y la reina misteriosa eran los padres de Adrien, conocidos únicamente por él como Gabriel y Emilie.
La leyenda relata un pasado en que dos jóvenes de distintos reinos cayeron en las enredaderas del enamoramiento. Como sus padres creyeron que aquello traería beneficios para ambas partes, dejaron que su amor creciera hasta que ellos mismos decidieran casarse.
Sin embargo, en las puertas de la más grande iglesia del quinto reino, donde prometía realizarse la ceremonia de matrimonio más ostentosa de ese tiempo, la princesa de vestido azul jamás se apareció. Debido a esto, se dice que desde aquel momento, del reino oscuro nadie sale ni nadie entra, pues la única vez que alguien salió de ahí se robó un corazón y nunca lo devolvió, por lo que la magia negra y las almas corrompidas se apropiaron del lugar y el territorio de ambos reinos se dividió en tres.
En uno se dice que Emilie está oculta como la reina misteriosa. En otro, se dice que Gabriel vive en la desesperación bajo el nombre de Hawk Moth, haciendo crecer a su reino en base al dolor y la miseria que le produjo aquel desamor. Y la parte que sólo los reyes de cada reino saben, es que en la tercera parte del territorio, dejaron viviendo a su hijo Adrien, a quien consideraban el producto no deseado de ese amor fallido, pero no por ello le quitarían el derecho de pertenecer a una dinastía, por lo que le dieron su propio reino.
—¿Estás sugiriendo que hablemos con la reina misteriosa?— habló Adrien, intentando ocultar la incomodidad que le causaba el tema.
—Tal vez sea la única forma de conseguir algo...— respondió Nino en tono pensativo.
Nuevamente, entre ver a la azabache morir lentamente y cualquier otra opción, Adrien volvía a elegir la segunda. Desde ese momento, los tres príncipes partieron en la misma dirección, el cuarto reino.
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