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KYLE | Capítulo 23

Este es el Capítulo 23: El vacío desde el punto de vista de Kyle. Si quieren puedo subir su punto de vista de otros capítulos, pero elegí este porque me pareció uno de los más importantes después de las revelaciones del capítulo anterior ¡Espero que les guste! ❤️

***

KYLE

Soy un imbécil. Eso es lo único que puedo pensar mientras veo como Jess atraviesa el salón para irse de mi casa hecha una furia.

Mi hermanito está a unos metros de mí y me acerco a él antes de seguir a Jess afuera.

—No dejes que Amber se vaya —le suplico a Jack con rapidez mientras lo guio hacia nuestra puerta—. No importa lo que diga o haga, no dejes que se vaya sola, por favor.

—¡No lo haré! —me promete y sale de la casa para quedarse haciendo guardia en la puerta. Estoy por protestar y decirle que entre porque está lloviendo a cántaros, pero él sacude la cabeza— Prefiero hacer guardia aquí. Si Amber sale, tal vez le de pena verme suplicando en la lluvia.

Me reiría si no fuera porque nada de esta situación es graciosa.

Jess está hablando por teléfono en la entrada de mi casa. Muevo a Jack para que esté debajo del techo y la lluvia no lo moje. Lo único que me falta es que mi hermano se enferme por mi culpa.

—Ni se te ocurra ponerte bajo la lluvia —le advierto.

Corro hacia Jess. No puedo creer que la situación se haya ido tan a la mierda en pocos segundos. No puedo creer el horrible error que acabo de cometer con Amber.

Jess está guardando de nuevo su celular en el bolso y está caminando hacia la esquina.

—¡Jess! —grito con fuerza para que me escuche a pesar de la lluvia— ¡Por favor, espera!

—¡Vete! —me grita por encima de su hombro.

—Está lloviendo, Jess. Entiendo si no quieres hablar conmigo, pero déjame ayudarte a...

Ella se gira en redondo. Su cabello negro está mojado y pegado a su rostro, me mira con enojo.

—¿Para esto querías que volviera a confiar en ti? ¿Para que me volvieras a engañar?

Siento como si me hubieran pegado un puñetazo. No hay palabras para explicar lo mucho que me duele que ella piense que la engañé.

Dios. Todo este tiempo tratando de convencer a Jess para que me creyera con respecto a Bethany para arruinarlo todo de un minuto a otro.

—Sé lo que parece, Jess —digo angustiado—, pero no es lo que crees. Amber y yo solo cenamos con mi familia.

Y mierda, el nombre de Amber sale con voz quebrada de mi garganta. Quiero correr a verla y hablar con ella. Quiero pedirle perdón. Quiero...

—¡Pero te pedí que te alejaras de ella, Kyle! —me recuerda con indignación y yo vuelvo a sentir el enojo que sentí cuando me pidió lo mismo dos días atrás.

—No puedo hacer eso, ya te lo dije —replico—. Es mi mejor amiga y te dije que no quería alejarme de ella.

A Jess se le llenan los ojos de lágrimas y eso me provoca un odio tan fuerte hacia mi mismo que quiero golpearme. Me siento igual que mi padre y eso hace que quiera salir de mi propia piel y ser otra persona. Cualquier persona menos yo mismo.

¿Así se sintió mi madre cuando mi padre la engañó? ¿Cómo se está sintiendo ahora Jess?

Soy una mierda. Jess no se merece lo que estoy haciendo. No se merece la inseguridad que estoy instalando en su cabeza. Ella ha estado conmigo todas las veces en las que hubo problemas en mi casa, me escuchó siempre que la necesité, estuvo para mí cuando necesitaba ayuda con Jack y mi madre. Sobre todo al principio, cuando mi padre se fue de mi casa. Cuando tenía que estar para mi madre y tenía que escucharla llorar con el corazón roto porque no podía levantarse de la cama.

¿Y ahora? Jess piensa que le hice lo mismo que mi padre le hizo a mi madre.

Jamás la engañaría. Jamás la lastimaría así.

—Pensé que me querías —musita Jess—. Todo lo que hiciste para volver conmigo, ¿fue un juego para ti?

—¡No! ¡Claro que no! —exclamo— Era real, Jess, pero...

Un auto aparece a nuestro lado y reconozco que es el auto del padre de Jess. Ella me mira por unos segundos más antes de abrir la puerta del pasajero.

—Jess, déjame explicarte —suplico, pero ella ya cierra la puerta de un portazo.

Me quedo allí bajo la lluvia observando como el auto desaparece. Luego maldigo y vuelvo corriendo a mi casa. Jack sigue de pie frente a la puerta con los brazos cruzados como si fuera un guardaespaldas, y a pesar del nudo en mi garganta y el dolor en mi pecho, quiero sonreír por lo increíble que es mi hermanito.

—Ya... —Me aclaro la garganta—, ya está, Jack, gracias.

Jack me mira con preocupación.

—¿Estás llorando? —pregunta asustado.

Si, porque soy igual de mierda que nuestro padre.

Niego con la cabeza y despeino su cabello. No voy a preocuparlo y necesito hablar con Amber.

—Entremos —le digo y abro la puerta dejándolo pasar primero.

Jack me da un apretón en el brazo y luego se va corriendo hacia su cuarto.

La puerta de entrada se cierra con fuerza por el viento y paso una mano por mi cabello para quitarme el pelo mojado del rostro.

Alzó la cabeza y me quedo paralizado al ver a Amber sentada en el sillón. Se me corta el aliento al verla, algo que no es nuevo. Desde que soy pequeño Amber tiene ese efecto en mí; pero la calidez que siempre siento al verla se mezcla con el dolor punzante de saber que le hice daño.

Me acerco despacio y me siento enfrente de ella sobre la mesa de madera. Quedamos a la misma altura y contemplo sus ojos marrones tratando de no perderme en ellos. Estamos dolorosamente cerca y, como siempre que estamos cerca, tengo ganas de abrazarla, de estar en contacto con ella y eso hace que la culpa me deje sin respiración.

Me mira con dolor y me obligo a no apartar la vista, porque necesito verlo, merezco ver cómo la he lastimado, merezco la tristeza que estoy sintiendo en este momento.

—No hace falta que digas nada —murmuro—. Puedo ver la decepción en tu rostro.

Amber no aparta la vista ni un segundo de mis ojos.

—¿Cuánto vale nuestra amistad para ti, Kyle?

Frunzo el ceño. No quiero mentirle. No quiero decirle que valoro su amistad como si fuera cualquier otra cuando no es así. La valoro más que cualquier otra, más de lo que ella misma se podría imaginar. Su amistad para mí significa todo.

No, no es su amistad. Es ella. Ella significa todo y, mierda, no debería sentirme así. No debería pensar así de mi mejor amiga.

—Sabes cuánto —digo finalmente—. No iba a alejarme de ti.

Amber niega con la cabeza y sonríe con amargura.

—Yo siempre he creído en ti, ¿Tengo que dejar de hacerlo ahora?

Otra puñalada directo al corazón. Amber no sabe lo mucho que significó para mi que ella me creyera con el asunto de Bethany, que confiara en que yo no había engañado a Jess fue un alivio. Necesitaba que alguien confiara en mi palabra, que alguien viera que no soy un hijo de puta como mi padre. A veces, creía que hasta Austin dudaba de mí cuando conversábamos sobre Bethany y Jess y eso me mataba.

Dios, Austin. Otra razón por la que yo soy un imbécil. Austin, mi mejor amigo, quiere estar con Amber. Es algo que me he repetido una y otra vez en este último tiempo.

—No —replico—. Siempre te he dicho la verdad, siempre le he dicho la verdad a Jess —Vacilo porque todavía no le expliqué a Jess que Amber me ayudó a volver con ella, pero la verdad es que estoy cansado. Estoy cansado de luchar por el amor de Jess. Cada vez que me acerco y parece que ella quiere intentarlo, hay algo que la frena. —¿Sabes lo que duele estar demandando amor? —le pregunto aunque, en realidad, es algo que debería preguntarle a Jess—. ¿Sentir que nunca eres lo suficiente para esa persona por más que para ti no haya otra? —Me detengo de forma abrupta porque sé que por mucho tiempo ha sido así con Jess, pero ahora... miro a Amber—. Iba a hablar con ella, si decidía darme una oportunidad... le habría hablado de ti y explicado que no hay nada entre nosotros.

Porque no había nada, porque Amber estaba con mi mejor amigo, porque ella me quería como un amigo y porque eso era lo que estábamos destinados a ser: amigos.

—¿Y si te exigía que te alejaras de todas formas? —insiste.

Me hubiese alejado de Jess, pienso sin dudar ni un segundo.

La respuesta está tan clara en mi cabeza que no sé como no lo vi antes.

No, eso no es cierto. Lo vi, pero me obligué a ignorarlo.

—Me voy —dice Amber levantándose del sillón.

¡No! No puede irse.

La agarro del brazo y siento mi pulso acelerarse solo por tocarla. Dios, esto jamás me había pasado antes y me aterra. ¿Cómo dejé que esto sucediera? ¿No nota lo mucho que me afecta? Estoy tan jodido.

—No me hagas esto, Amy —susurro.

—¿Qué? —pregunta con cautela.

Sabes que te quiero. No permitas que me siga enamorando de ti.

No. No puedo hacerle esto a Amber. Ni a Austin. Ni a Jess.

Me obligo a soltar a Amber aunque es lo último que quiero. Doy un paso hacia atrás y digo en voz alta algo muy diferente, algo que pensaba que era verdad hasta hace un tiempo...

—Sabes que la quiero —le digo aunque en realidad estoy tratando de recordármelo a mi mismo, pero siento mi estómago revuelto después de decirlo.

—Lo sé —contesta angustiada—. Pero siento que lo único que haces es estar pidiéndole que te quiera cuando eso debería salir de su ser.

Me quedo callado, porque tiene razón. No debería ser tan difícil. No debería estar demandando amor. Nadie debería hacerlo.

Su celular suena y ella le echa un vistazo.

—Mi madre vino a buscarme —dice guardando su celular en el bolsillo.

¿Su madre? Pero yo iba a llevarla. Antes de que todo esto pasara, quería llevarla y preguntarle qué le había parecido la cena y si se había sentido cómoda. Quería contarle cuánto mi madre había disfrutado su compañía y lo mucho que me gustó tenerla en mi casa con mi familia.

Todavía quiero llevarla. Quiero alargar los minutos para pasar más tiempo con ella.

Pero ella se merece algo mejor.

Austin es mejor que yo.

Me dirijo a la puerta, pero no la abro. Me siento malditamente culpable de sentir lo que estoy sintiendo por Amber. Me siento malditamente culpable de haberme comportado como un imbécil y haber actuado así con ella. Ella no se merece sufrir. Joder, prefiero sufrir yo antes que dejar que ella sufra, pero ya la lastimé con mis acciones y eso me mata.

—Lo siento. Siento haberme comportado como un estúpido hoy. Ni siquiera estaba pensando —Mi voz se quiebra y Amber aparta la vista—. Lo siento —vuelvo a susurrar.

Estoy a punto de llorar porque tengo la certeza de que algo se rompió hoy entre nosotros. Amber toma una respiración honda y me mira. Ella también parece que está por llorar y por un segundo tengo el impulso de confesarle todo lo que siento. Pero eso implicaría arruinar nuestra relación para siempre. ¿O ya está arruinada? Mierda, ya no sé ni qué pensar, mi cabeza está hecha un lío.

Trago saliva y trato de que mi voz funcione.

—Ojalá las cosas fueran diferentes.

Ojalá tu me vieras como yo te veo.

Amber suspira y sale de mi casa. Observo como ella corre hacia su auto y abre la puerta. Un minuto después su auto desaparece y esa imagen me duele muchísimo más que cuando vi el auto de Jess desaparecer.

Cierro mi puerta abatido y voy a mi cuarto.

Tendría que haber sabido que la alegría que siento cada vez que estoy a punto de ver a Amber no es normal, que la manera en la que me quedo embobado mirando lo hermosa que es no es amistosa, que la forma en que me hace reír y la felicidad que trae a mi vida es diferente a todo lo que he conocido hasta ahora.

Tendría que haberme dado cuenta que nunca antes le he prestado tanta atención a alguien, que la razón por la que me es fácil acordarme de todo lo que Amber me cuenta es porque adoro conocer cada parte de ella, por más de que intente ocultar que no sé sus estúpidos gustos de helado cuando en realidad sé exactamente lo que le gusta. Joder, mi madre se dio cuenta de todo cuando comencé a cocinar tres horas antes de que Amber llegara a casa solo para asegurarme de que todo estuviera perfecto.

Tuve que haber sabido que lo irritado que me sentía cada vez que Austin ponía sus manos sobre Amber era por celos.

Y que en la fiesta que había asistido con Amber y jugamos a ese estúpido juego y dije "yo nunca quise darle un beso a una amiga hasta hoy" lo decía en serio y que me había echado hacia atrás solo porque Amber no había bebido. Claro que no lo había hecho, yo era el único idiota que había imaginado cómo se sentiría besar a su mejor amiga. Y después vi a Jess mirándonos y aproveché la oportunidad para decirle a Amber que lo había dicho porque Jess nos estaba mirando. Si, claro.

Al día siguiente me dije que había sido el alcohol, que no era tan estúpido como para sentir algo por Amber y arruinar nuestra relación. Ella me estaba ayudando a volver con mi exnovia. Joder, estaba saliendo con mi mejor amigo. Amber me quería como amigo. Solo éramos amigos. Todo esta última semana traté de recordármelo y de decirlo en voz alta.

Y me lo creí. Siempre fui bueno mintiendo y ocultando mis sentimientos a mi mismo. Pero ya no puedo negar más lo que siento por ella, no cuando esta situación se me fue de las manos y acabo de cometer un error por miedo a perderla y estoy lastimando a Jess cuando no se lo merece.

Me río amargamente porque lo único que quería era no perder a Amber y por ese miedo puedo terminar perdiéndola ahora.

Tengo que confesar lo que siento de una vez. Primero a Austin, porque sería un amigo de mierda si no lo hago. Él se merece saber la verdad antes que nadie. La culpa me está matando desde el día que Amber me besó y deseé que no se apartara nunca. Dios, ¿Qué clase de persona se imagina besando a la chica con la que está saliendo su mejor amigo? Soy una mierda.

Llamo a Austin antes de que pueda arrepentirme. Después deberé hablar con Jess, ella también se merece saber la verdad. Se merece a alguien mejor que yo.

—Hola, hermano —contesta Austin al tercer tono.

Siento un nudo en la garganta. Hermano. Sí, somos hermanos.

Me aclaro la garganta, pero no puedo encontrar las palabras para hablar.

—Hey, ¿está todo bien? —pregunta preocupado.

—Si... si —logro decir, aunque nada está bien—. Yo... necesito hablar de algo importante contigo.

—¿Qué sucede?

—Es sobre Amber.

Me quedo en silencio. Austin se ríe.

—Okay, ¿Qué pasa con Amber? —Sigo sin contestar— ¿Kyle?

Tomo una respiración honda. Me obligo a decirlo.

—Siento... siento cosas por ella —confieso con la voz ronca. Y ahora que finalmente lo estoy admitiendo en voz alta siento una liberación—. Todo este tiempo me obligué a ignorarlo y me mentí a mi mismo, pero ya no puedo seguir así. Soy un hijo de puta, lo sé, Austin. Lo siento tanto, yo...

—¿Se han acostado? —interrumpe con voz gélida.

Pestañeo sorprendido ante su pregunta. ¿Realmente piensa que le haría eso? Aprieto el celular con fuerza.

—Claro que no —replico—. No ha pasado nada entre nosotros, además del beso que te conté cuando Jess nos vio...

—Si, Jess —repite—. ¿Qué hay de Jess? Porque estás intentando volver con ella, ¿O es que ya no la quieres?

Trago saliva.

—Claro que la quiero, pero ya no es lo mismo, hace tiempo que no es lo mismo. Creo... creo que lo que siento por ella no es amor.

Es gratitud por haber sido tan importante en mi vida, es cariño por el tiempo que pasamos juntos, pero ya no es amor. Depender de alguien no es amar y eso es algo de lo que me di cuenta en este último tiempo.

Hay un silencio tenso antes de que Austin conteste con enojo.

—Eres un idiota, Kyle. ¿Realmente hiciste todo ese esfuerzo de volver con Jess para tirarlo a la basura? ¿Ahora intentarás estar con Amber aunque sabes que a mi me gusta? ¿Aunque ella quiera estar conmigo? —cuestiona.

Dios. La última pregunta me hace mierda.

—¿Por qué piensas que te llamo para contarte? Sé que tienes que saberlo primero —respondo sintiendo todo mi cuerpo en tensión— La maldita culpa me está matando, Austin —digo con desesperación—. No sé qué hacer, no sé...

—Aléjate de ella.

El corazón empieza a latirme con furia dentro del pecho. No pude haber escuchado bien.

—¿Qué? —susurro.

—Que te alejes, Kyle —exige Austin con firmeza—. Si realmente nuestra amistad significa algo para ti, aléjate de Amber. Sabes que que quiero estar con ella y ella también quiere. No merece que la confundas, no se merece eso de ti después de ayudarte tanto. Y Jess es la que te quiere a ti, es la chica por la que estuviste luchando todo este tiempo. ¿Realmente quieres volver a romperle el corazón? —inquiere— ¿Realmente quieres ser...?

Se calla, pero sé lo que va a decir. Sé con quién estaba a punto de compararme.

—No soy como mi padre —replico con sequedad.

—Lo sé —contesta, parece apenado—. Sé que eres mejor que eso. Sé que harás lo correcto.

Y cuelga.

Ya no puedo detener las lágrimas que estuve conteniendo. La frustración, la desesperación de tener todos estas emociones dentro de mi que no quiero sentir. Me deslizo por la pared y me dejo caer al piso. Entierro mi rostro en mis brazos. Me siento el peor amigo del mundo tanto con Austin como con Amber.

Y ahora tres de las personas que más significan algo para mí me odian y me lo merezco.

Y voy a tener que alejarme de la persona más importante de mi vida. No porque mi mejor amigo me lo haya exigido sino porque la lastimé y, sobre todo, porque Austin tiene razón, no la merezco. De repente, tengo la certeza de que no merezco a ninguna de las personas que tengo en mi vida.

Agarro mi celular y entro en la conversación con Amber. Ver el fondo de pantalla con ella y Ratón me duele. No quiero ser una mierda de mejor amigo y hacer algo a espaldas de Austin, pero necesito intentar que Amber me escuche. Ella no se merece que me aleje sin más, sin importar lo que me digan los demás. Por lo menos necesito hablar con ella por última vez para pedirle perdón.

Grabo una nota de voz aunque mi voz sea un desastre.

Por favor, Amber, no me pidas tú también que me aleje de ti, hablemos.

Le mando la nota de voz y espero en línea hasta que ella la escuche. Mi corazón late con fuerza con la ilusión de que me conteste, pero no lo hace. Estoy a punto de grabar otra nota de voz contándole todo, pero cuando presiono para grabar ella me escribe.

No me hables más, por favor, Kyle. Necesito que te alejes de mí.

Se me nubla la vista al leer el mensaje por las lágrimas y apoyo mi cabeza contra la pared sintiendo mi corazón partirse.

En otro momento hubiese insistido, pero tengo que aprender que hay personas que quieren alejarse de mí. Y es Amber, joder, lo único que quiero es que sea feliz y en este momento no tengo dudas de que será más feliz sin mi presencia en su vida. Yo sé que no lo seré, porque ella ha sido lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, pero la lastimé y tengo que respetar su decisión si no me quiere en su vida.

Voy a  elegir que las personas que quiero sean felices, aunque yo solo tenga que mirar cómo sucede, aunque tenga que ver como mi mejor amigo está con la primera chica de la que me enamoré, aunque deseara ser él.

Tomo una respiración honda a pesar de que sigo con un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos. Le escribo a Jess.

Siento todo lo que ha pasado. Nunca quise herirte. Mereces explicaciones y quiero dártelas, pero solo si quieres escucharme.

Diez minutos después me llega su respuesta.

Hablaremos mañana.

Debería estar aliviado, pero es imposible cuando todo lo que siento es tristeza.

Mañana le diré a Jess la verdad. Espero que quiera seguir siendo mi amiga, pero, si no quiere, lo entenderé y me alejaré.

Eso es algo que finalmente estoy aprendiendo y Amber me ha ayudado a darme cuenta: no puedes lograr que otra persona te quiera en su vida si no es un sentimiento que nace de ella.

Ojalá me hubiese dado cuenta antes de que la confianza no se debe rogar porque entonces no tiene sentido. Ojalá no hubiese insistido tanto en que me quiera la persona equivocada. Ojalá me hubiera querido más a mi para saber que no necesito el cariño de otra persona para valer la pena.

Ojalá yo fuera la persona correcta para la chica a la que realmente quiero.

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Estado emocional: lloran2 😭😭💔💔

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