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Capítulo 4 | Consejo Nº1

Cuando subo a mi habitación, y vuelvo a agarrar mi notebook, veo que ya tengo otro mensaje de Kyle. Vaya, este chico sí que está desesperado por volver con su novia. Me envía su número celular, y a continuación escribe:

Anónimo: Puedes agendarme como BajaPantalones, si quieres ;)

Lo agendo y le escribo por mensaje para que agende mi número también.

Amber: Si me mandas muchos mensajes te bloqueo.

BajaPantalones: Eso es lo que siempre tengo ganas de decirle a mi madre. Hey, ¿Cómo quieres que te agende? ¿Qué te gusta más, Consejera o Amy?

Amber: Agéndame como Amber, por favor.

BajaPantalones: Amy será, entonces.

Tomo una respiración profunda, voy a necesitar mucha paciencia con este chico. En ese momento me llega un mensaje de Lily.

Lil: ¿Hacemos videollamada?

Abro Skype y llamo a mi mejor amiga, acomodándome en la cama. En la pantalla aparece Lily, tomando un té. Sus ojos oscuros me miran ansiosos.

―¿Y? ¡No me has dicho nada! ―exclama― ¿Apareció el individuo?

―Apareció ―afirmo― y es Kyle Evans.

―¿Quién diablos es Kyle Evans? ―pregunta confundida, y luego parece recordarlo― ¡Oh no! ¿Baja pantalones? ―chilla, llevándose una mano a la boca

―El mismo ―informo. Comienzo a contarle todo lo que ha pasado con Kyle hasta los últimos minutos y ella me mira con los ojos muy abiertos.

―A ver si entiendo ―me dice― Primero Kyle quería que hablaras con su ex novia para que volviera con él porque tú le has aconsejado que dejara a Kyle, ya que ella piensa que él la engañó con su mejor amiga, aunque él afirma que no es así. Te negaste y ahora te ha pedido que lo ayudes a recuperarla ¿Es así?

―Correcto.

―¿Y tú has aceptado?

―Lo he hecho. ¿Piensas que ha sido un error?

―¿Estás bromeando? ¿Tú has visto cómo lo ha favorecido la pubertad?

―Lily pero si tú...

- ¡Oye! -me cortó- no seré heterosexual, pero tengo ojos -indica, apuntando a la cámara con el dedo- ese chico está para ponerlo como poster en la habitación.

- Vaya, no te acordabas su nombre, pero su físico lo tienes bien presente -contesto, alzando las cejas.

- Bah, yo solo guardo aquí lo que importa -dice, señalando su sien- tú porque lo has asesinado en tu mente luego de lo que ha pasado hace ¿Doce años atrás?

Tiene razón, en mi mente Kyle había sido pisado por un camión unas siete veces.

- Los traumas de la infancia no se olvidan -murmuro.

- No fue para tanto.

- ¡¿Que no fue para tanto?! ¡Ese chico era una mini violador! ¡Me bajó los pantalones con cinco años!

- Sabía que tenías un pijama debajo.

- Eso no le quita gravedad al asunto.

Ella se muerde el labio, parece indignada.

- Bueno ¿Iniciamos la hora de stalkeo intenso? -inquiere, sonriendo y frotando sus manos, preparándose.

- ¡Claro que sí!

Lily y yo inauguramos la hora de stalkeo intenso hace años, siempre que alguna tiene que buscar datos sobre alguien, nos unimos y recabamos toda la información posible de esa persona. A veces me asusta hasta donde podemos llegar, a veces nos sentimos verdaderas integrantes del FBI. Si bien, toda la información que buscamos está en internet, y cualquiera puede acceder a ella, siempre nos encontramos con perfiles privados, o tal vez no tenemos mucha información de la persona que queremos buscar, y es entonces cuando tenemos que ingeniárnosla.

Ambas agarramos nuestros celulares, y comenzamos. Busco a Kyle en Instagram y entro a su perfil que está público, empiezo a mirar su feed, la mayoría de sus fotos son con amigos. De hecho, tengo que bajar bastante hasta encontrar una foto de él con Jess. Parece que la foto fue tomada en el cumpleaños de ella, los dos están vestidos formalmente, ella lo está abrazando, mirándolo con una sonrisa de oreja a oreja, en cambio él está mirando a la cámara con una leve sonrisa. Leo el pie de foto: "¡Feliz cumpleaños a mi persona favorita, te quiero!" seguido de muchos corazones, al parecer Jess va a otro instituto.

―Jess tiene el Instagram privado ―informa Lily― le enviaré una solicitud, total no me conoce.

―Bien, yo la stalkeare en Facebook.

Entro a su Facebook, y por más de que no seamos amigas en la red social, puedo ver algunas de sus fotos. Ella es muy linda, no de una manera despampanante como la había imaginado, pero tiene rasgos delicados.Es alta, y tiene el cabello muy largo, de color negro intenso. Posee muchas fotos con su mejor amiga, Bethany, la tercera en discordia.

―¡Me ha aceptado! ―-anuncia Lily luego de unos minutos― Vaya, eso ha sido rápido. Entra a mi Instagram, así podemos ver juntas.

Asiento, cierro mi sesión y entro a la cuenta de ella. Sabemos nuestras contraseñas para estas ocasiones de stalkeo intenso.

En la cuenta de Jess, puedo ver que todas sus fotos están editadas con lindos colores que por alguna razón hacen que me den ganas de ordenar mi cuarto.

―No tiene ninguna foto con Kyle ―observo― o las ha borrado, o no ha subido nunca una foto con él.

―Yo creo que las ha borrado, porque mira su historia.

Abro su historia, la había subido hacía diez horas. En la historia se mostraba a ella misma, cantando en un auto. Le subo el volumen, suena una canción despechada, pero no la conozco. Paso a la otra historia, esta vez si puedo reconocer la canción que está cantando Jess. Es "Mientes tan bien" de Sin Bandera.

―Vaya, si que parece triste en esa historia ―dice Lily.

―Lo sé ―coincido, viendo como parece que todo color ha desaparecido de su rostro.

―Am, tiene muchas fotos con Bethany. Mira ―levanto la vista del celular y la fijo en la pantalla de mi notebook, Lily me está mostrando una foto de dos niñas, abrazadas―. Son Bethany y Jess de pequeñas.

―Me da pena Jess ―contesto―. Si realmente su mejor amiga le ha mentido, es tan doloroso. ¿Tú crees que hago bien en darle el beneficio de la duda a Kyle?

Ella lo piensa por un momento y luego asiente.

―Mira, piénsalo objetivamente. Por más de que te caiga mal Kyle o no le creas, consejos son consejos, y te servirá como experiencia.

―Espero que tengas razón.

---------

Al día siguiente, Kyle me manda un mensaje por la tarde diciendo que me esperaba en la cafetería Roxy's, y no me quejo, porque amo ese lugar. Es una cadena de cafeterías que se si bien se presenta como una cafetería, puedes comer lo que quieras, y puedo comprobarlo cuando diviso a Kyle en uno de los sillones, comiéndose unas papas fritas con cheddar, lo que me produce una repentina hambre.

―Pudiste haberme esperado ¿no?―le pregunto, dejándome caer en el sillón frente a él.

―Lo siento, recién salgo de mi entrenamiento de baloncesto, estoy hambriento. Ahora pediré más para ti.

―No hace falta ―murmuro, estirándome a alcanzar la última papa frita del plato, pero él se adelanta y la agarra antes que yo, saboreándola mientras me mira divertido.

―Ahora sí hace falta. Además, sigo con hambre ―me dice, y llama al mozo para pedirle otro plato―. Mira, he traído un anotador para tomar nota de todos tus consejos.

Sonrío, porque me da ternura que Kyle se lo esté tomando tan en serio.

―Me parece bien ―contesto―. Igualmente, tienes que recordar que lo que te diré, vendrá simplemente desde mis opiniones y de mis experiencias. No puedo asegurarte que Jess te haga caso, tan solo porque te digo lo que me parece que deberías hacer.

―Entendido, no voy a demandarte si esto no funciona, tranquila ―me dice guiñándome un ojo.

El mozo nos trae otro plato de papas fritas, y agradezco la rapidez de este lugar, ya que mi estómago ya comenzó a rugir, demandando comida. Ataco las papas fritas que tienen más cheddar, antes de que Kyle me las robe.

―A propósito, no sabía que jugabas al baloncesto.

―Hay muchas cosas que no sabes de mí ―dice con una sonrisa pícara, y yo ruedo los ojos―. Sí, juego al baloncesto con mi mejor amigo, Austin. En realidad, comencé a jugar porque de pequeño quería comenzar algún deporte, y mi madre me insistió en que debía aprovechar mi altura y comenzar baloncesto ―me cuenta, estirándose―. Realmente me gusta, pero lo veo como un hobby. ¿Tú haces algún deporte?

Bufo.

―Voy a clases de pilates, aunque siempre estoy buscando una excusa para no ir.

Se ríe, abre la libreta que ha traído, y agarra la lapicera que tiene dentro. Mastico otra papa frita, mientras lo veo anotar unas palabras.

―Consejo número uno ―anuncia, y me mira expectante.

Lo pienso por un momento.

―Consejo número uno: decirle lo que sientes.

―Okey, eso es fácil ―responde, escribiendo― ¿Voy a su casa y le digo lo que siento? ―pregunta, frunciendo el ceño.

Lo pienso por un momento.

―Puedes escribirle una carta.

―¿Una carta? ―pregunta, arrugando la nariz― ¿No puedo enviarle un mensaje?

―Puedes, pero tal vez el hecho de que le escribas una carta, es un gesto más romántico que enviarle un simple mensaje que puedes hacer todos los días.

- Está bien ¿Puede ser en Word, y luego la imprimo?

Suspiro.

- Escríbela a mano, trata de sincerarte a través del lápiz y el papel.

- Bueno -me contesta, tomando nota, no sonaba muy convencido- ¿De cuántos renglones tiene que ser? -cuestiona, encarando las cejas.

- ¡Kyle! Esto no es un trabajo práctico, no hay un limite de palabras -protesto.

Él rezonga, y escribe.

- Vale, ¿Una carilla estará bien? ¿O es mucho?

- No importa la longitud, tan sólo trata de sincerarte con ella. Podrías darle la carta, y llevarle su comida preferida. ¿Cuál es su plato favorito?

La pregunta parece sorprenderle, se rasca la barbilla, pensando.

- No tiene que ser su favorito -le digo, restándole un poco de importancia- tan solo una comida que sepas que le guste mucho.

Kyle me mira preocupado.

- Es que no lo sé.

- ¿Cómo que no lo sabes? Trata de recordar que era lo que pedía cuando salían a comer juntos.

- ¿Ensalada?

- Está bien, ahora trata de recordar que pedía de plato principal, no como acompañamiento -señalo.

―Ese era el plato principal o... No lo sé, no lo recuerdo ―se queja, agarrándose la cabeza con las manos― Dios, soy el peor novio del mundo ¿no?

Contemplo su rostro angustiado y sacudo la cabeza.

―No, no, que no seas detallista no quiere decir que no seas buen novio ―lo tranquilizo, no quería que se desanimara.

Él hace una mueca.

- ¿Dices que le lleve una carta con una ensalada? -pregunta.

No me parece muy romántico, pero bueno, lo que cuenta es la intención ¿no?

- ¿Por qué mejor no le llevas la carta con flores? -le sugiero.

Kyle asiente, y me inclino para ver lo que había escrito hasta ahora en su hoja.

Consejo Nº1: Decirle lo que siento.

* Sincerarme

* Escribirle algo en Word.

* Amy me ha dicho que mejor en Word no, que le escriba una carta a puño y letra (un poco medieval para mi gusto, pero lo haré) Aprox una carilla.

* Darle la carta con una ensalada

* O flores.

Estaba por decirle a Kyle que escribir cartas no es medieval, cuando él fija la vista en un punto detrás de mí, me doy vuelta para encontrarme con un chico parado detrás mío, llevaba puesta ropa deportiva como Kyle.

―Amigo, lo siento ―dice el chico, mira a Kyle, y luego posa su mirada en mí―. Cuando has dicho que venías a Roxy's no se me ocurrió que podía ser con una chica. Vine a traerte tu ropa, la has dejado en el gimnasio ―informa, pasándole a Kyle un bolso deportivo. 

- Mierda, pensé que la había guardado en mi casillero -le responde Kyle- No te preocupes, Austin, ella es Amber Brown, Amber, él es Austin Smith -dice presentándonos- Amber me está ayudando a recuperar a Jess.

Lo saludó con la mano, y Austin me sonríe. Lo reconozco de las fotos de Instragram de Kyle. Austin es tan alto como Kyle, tiene un rostro amigable, su cabello es de un rubio claro y sus ojos son celestes. Nos mira arrepentido.

―No los quiero interrumpir.

―No nos interrumpes ―contesto, Kyle me mira cómo pidiéndome permiso para invitarlo a unirse, y yo asiento con la cabeza.

―Sientate ―le indica Kyle, acercándole la silla que estaba a su lado.

Austin se sienta, y le echa un vistazo a la libreta de su amigo.

- Vaya, nunca tomas apuntes en clase, esto es nuevo -murmura. 

- Esto me lo tomo en serio -le responde, sonriendo- ¿Qué es lo próximo que tengo que hacer, Amy?

- Deberías hablar con Bethany, tratar de entender por qué ha mentido.

Si es que ha mentido.

―Ya lo he intentado ―rezonga―. No quiere hablar conmigo, me ha bloqueado de todos lados.

―Tal vez le puedo pedir ayuda a mi hermana, Hailey ―sugiere Austin―. Va al mismo instituto que Jess y Bethany, hasta tienen clases juntas.

―¿Pero no las odia? ―le pregunta Kyle.

―A Hailey le cae mal el grupo de Jess y Bethany, sí, pero puedo pedírselo igual, además por ti lo hará, si sabes que te adora.

―Gracias Austin, pero igualmente ¿Qué le diría a Bethany? Las veces que intenté hablar con ella, no me hizo caso.

―Demuéstrale lo triste que estás. Dile que la entenderás sea cual sea la razón por la que ha mentido, haz que confíe en ti ―respondo, y al ver que realiza una mueca me detengo― ¿Qué haces?

- Estoy practicando mi cara de tristeza -explica, haciendo puchero.

- Parece que has chupado un limón.

- U otra cosa -sugiere Austin.

- La practicaré frente al espejo -replica, mirándonos mal.

- Ojalá te descubra Jack, y se burle de ti.

- ¿Quién es Jack? -indago.

- Mi hermano pequeño, bueno, ya tiene catorce años -contesta Kyle.

- No recordaba que tuvieras un hermano.

- ¿Hace cuánto se conocen? -pregunta Austin, mirándonos.

- Amigo, ella es la de Bananas en Pijamas -revela Kyle, con una sonrisa- ya te he contado sobre ella.

La vergüenza no tarda en invadirme.

- Ohhh, claro -asiente Austin, mirándome con nuevos ojos- ella.

- Si, sí, yo -respondo, y me apresuro a cambiar de tema- ¿Cuándo harás la carta, Kyle?

- Trataré de hacerla mañana, y dársela por la noche -dice, no muy convencido.

- Hey, ten confianza -lo animo.

- Algo me dice que no será fácil -murmura.

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