Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 23 | El vacío

Me quedo de piedra mirando a Kyle. Él tiene una expresión angustiada en el rostro y está a punto de decir algo más cuando escuchamos de nuevo la voz de Jess. Sé que si me quedo un segundo más con él voy a romper a llorar aquí mismo así que solo niego con la cabeza y entro al baño que está a mis espaldas. Ni siquiera prendo la luz. Escucho voces lejanas, pero no les presto atención, solo puedo contemplar la pared blanca a oscuras; lo que ha dicho Kyle sigue resonando en mis oídos.

¿Había escuchado bien?

De repente tengo ganas de sentarme, porque siento en todo mi cuerpo el impacto de sus palabras, él las había pronunciado como si para mí no significaran nada realmente, pero había sido como si me hubiera estrujado el corazón que tanto había tratado de esconder de él.

¿Es Jess la razón por la que él ha estado evitando tener contacto físico conmigo todo este tiempo? ¿Es Jess la razón por la que él no para de recalcarme que solamente somos amigos?

No, Jess no. Ella no puede obligarlo a nada que él no quiera.

Sin embargo, Jess le pidió se alejara de mí.

Y ni siquiera lo está cumpliendo.

Yo estoy tratando de tragarme mis sentimientos hacia él para no arruinar la relación. ¿Y él?

¿Qué piensa hacer Kyle? ¿Esconder nuestra amistad para siempre? Si Jess decide volver con él oficialmente, ¿él se alejará de mí? ¿Tan poco significa nuestra amistad para él?

Y, aun así, no me sorprende en absoluto. Porque es lógico que Kyle elija a Jess antes que a mí, él la ama y después de todo se había acercado a mi solamente para volver con ella. ¿Qué más daba que se alejara si eso le garantizaba volver con ella?

De repente, escucho pasos cerca de la puerta y vuelvo a prestar atención a lo que está pasando.

—¡Estoy empapada, Kyle! —escucho decir a Jess, parece estar tan cerca de mí que doy un paso hacia atrás. Me llevo una mano a mi boca, no puedo emitir ningún sonido, pero temo que Jess escuche el martilleo de mi corazón golpeando contra mi pecho de todas formas— Déjame pasar al baño.

Tengo ganas de llorar, pero los pasos aproximándose a la puerta hace que reaccione. Procurando no hacer ruido me deslizo rápidamente hacia la bañadera y cierro con cuidado la cortina, me pego a la pared rezando que las sombras no me delaten.

—No funciona bien el baño, Jess —dice Kyle.

—¡Si anda bien! —exclama Jack confundido.

Escucho el pomo de la puerta girar y de repente la luz se enciende y me paralizo.

—No importa —dice Jess a solo unos pocos metros de mí—, solo voy a arreglarme un poco y salgo.

No vuelvo a escuchar las voces de Kyle ni de Jack, la puerta del baño se cierra. Por la cortina veo que Jess se acerca al espejo, peinando su cabello oscuro con sus manos.

Estoy apretando los labios con tanta fuerza que siento el sabor metálico de mi sangre en la boca.

Cierro los ojos porque tengo tanto miedo que Jess descubra que estoy aquí que quiero desaparecer.

Que se vaya por favor, que se vaya, que se vaya.

Escucho el agua del grifo y las zapatillas mojadas de Jess contra el piso.

—Jess... —Kyle la llama.

Me quedo sin respiración.

—¡Ya voy! —responde Jess.

El agua deja de correr y creo que Jess está por salir.

Y es entonces cuando mi celular comienza a sonar en mi mano provocando que me sobresalte y se me caiga al piso. ¡Mierda!

Jess grita asustada y corre la cortina de un manotazo, yo estoy agachada agarrando mi celular, y ella me mira espantada, con los ojos muy abiertos y una mano en el corazón. Estoy agitada y abro la boca para hablar, pero no sé qué decir. Ella me escruta y parece reconocerme, parece darse cuenta de por qué diablos estoy escondida en la bañadera. Sus ojos se llenan de lágrimas y yo misma siento su tristeza, y me siento culpable como si me hubieran atrapado haciendo algo malo a escondidas.

—Jess yo... —comienzo a decir, pero ella sacude la cabeza y en ese momento entra Kyle con el rostro lleno de preocupación.

—No es lo que parece, Jess —dice él acercándose a ella, pero Jess esquiva su mano y sale por la puerta, Kyle la sigue suplicando que lo escuche.

Yo me quedo allí, tratando de controlar mis propias lágrimas. Por un momento solo escucho mi respiración agitada y el repiqueteo de la lluvia contra la ventana.

Bajo la mirada para ver la pantalla de mi celular y la llamada perdida, era mi madre la que me estaba llamando, y recuerdo que antes de que Jess apareciera en la casa, le había llegado a mandar un mensaje con la intención de decirle que Kyle me llevaría hasta casa. Ya no estoy tan segura de ello, pero tampoco quiero que lo haga.

Le escribo a mi madre que me venga a buscar en cuanto pueda.

Vuelvo a la sala para encontrarla vacía, no hay nadie. Supongo que Jack se ha ido a su habitación cuando entendió lo que estaba pasando realmente, y Kyle ha salido en busca de Jess en plena tormenta.

Me siento en el sillón, exhalando todo el aire que había estado reteniendo. Dejo mi celular en la mesa de estar que se encuentra en frente de mí y llevo mis manos a la cabeza para masajear la sien. Esta noche iba tan bien, había compartido un momento significativo con Kyle y su familia, pero se vio arruinado en el último minuto.

No sé cómo sentirme, debería estar enojada con Kyle, pero simplemente estoy dolida y cansada. No quiero ser parte de lo que sea que está pasando con Jess, no quiero gustar de Kyle y no quiero salir lastimada. Tal vez ya sea tarde de todas formas, pero sino me alejo ahora, después será un peor.

Y que angustiante es tomar una decisión siendo consciente de que me va a doler en cada parte de mi ser, pero si no lo hago... eso puede terminar destruyéndome después.

Me sobresalto al escuchar un portazo y me doy vuelta para ver a Kyle entrando. Está empapado, su cabello negro está revuelto, y su sudadera está pegada a su cuerpo. Se pasa la mano por el pelo de forma distraída para quitar los mechones mojados de su frente.

Cuando se fija en mí, puedo ver que sus ojos húmedos no tienen nada que ver con el clima, ha llorado y tengo la urgencia de levantarme y abrazarlo, pero me quedo quieta mirándolo. Él se acerca a mi y se sienta sobre la mesa de estar de madera en frente de mí, su rostro queda a la altura del mío y tengo la urgencia de alejarme, porque estamos más cerca de lo que me gustaría en este momento, pero a la vez no puedo.

—No hace falta que digas nada —murmura mirándome fijamente—. Puedo ver la decepción en tu rostro.

—¿Cuánto vale nuestra amistad para ti, Kyle? —trato de que mi voz se mantenga estable, pero no lo logro, suena débil y él frunce el ceño apartando la mirada.

—Sabes cuánto. No iba a alejarme de ti.

Sacudo la cabeza con una sonrisa amarga.

—Yo siempre he creído en ti, ¿Tengo que dejar de hacerlo ahora?

—No —replica fríamente, gotas de agua caen por su rostro, pero él ni siquiera se inmuta—. Siempre te he dicho la verdad, siempre le he dicho la verdad a Jess...

Pero no suena seguro. Traga saliva con dificultad antes de seguir hablando.

—¿Sabes lo que duele estar demandando amor? —continua—. ¿Sentir que nunca eres lo suficiente para esa persona por más que para ti no haya otra? —hace una pausa y me mira—. Iba a hablar con ella, si decidía darme una oportunidad... le habría hablado de ti y explicado que no hay nada entre nosotros.

—¿Y si te exigía que te alejaras de todas formas? —inquiero.

Kyle se queda callado, y su silencio es suficiente respuesta para mí.

—Me voy —le digo levantándome del sillón, pero él me agarra del brazo reteniéndome. Me estremezco al sentir su mano helada incluso sobre mí ropa. Su rostro está contraído de dolor.

—No me hagas esto, Amy —susurra.

Por un momento creo que está hablando de que no me vaya de su casa, de que no lo deje solo, pero cuando nuestras miradas se cruzan, titubeo.

En todo este tiempo aprendí a conocer a Kyle, tanto que a veces siento que no hace faltan palabras entre nosotros para que podamos entendernos, y sería estúpido de mí pensar que él no me conoce de igual manera.

Que él no se dio cuenta...

Respiro hondo y me atrevo a preguntar, aunque no sé si mi corazón podrá encajar otro golpe.

—¿Qué?

Él no responde inmediatamente, pero me suelta y da un paso hacia atrás.

—Sabes que la quiero —dice finalmente.

Y es gracioso porque claro que lo sabía, claro que lo sé. Y aún así, cuando Kyle lo dice en voz alta se hace más real. Supongo que lo que sucede es que en el fondo tenía la esperanza de que él me eligiera, y darme cuenta de eso hace que me quede en silencio. Porque esta vez no son sus sentimientos los que me impactan, sino los míos.

De repente estoy enojada con Kyle. No por lo que ha sucedido en las últimas horas, sino porque se ha metido debajo de mi piel y ahora no sé qué hacer al respecto.

—Lo sé —contesto, y esta vez no oculto el dolor en mi voz—. Pero siento que lo único que haces es estar pidiéndole que te quiera cuando eso debería salir de su ser.

No sé si se lo estoy diciendo a él o a mi misma, pero creo que es lo más sincero que he dicho en mucho tiempo.

Y lo más hipócrita también.

Ninguno de los dos dice nada hasta que mi celular suena indicando que tengo un mensaje de mi madre, pero esta vez no me alarmo, al contrario, me alivio de que finalmente voy a poner distancia entre Kyle y yo.

—Mi madre vino a buscarme —le aviso guardando mi celular en el bolsillo.

Kyle luce confundido, después de todo él creía que me llevaría hasta mi casa.

Él se adelanta y acompaña hasta la puerta, pero antes de abrirla se da vuelta hacia mí.

—Lo siento. Siento haberme comportado como un estúpido hoy. Ni siquiera estaba pensando —Su voz se quiebra y yo aparto la vista—. Lo siento —susurra haciendo que mis ojos se llenen de lágrimas.

No digo nada, solo tomo una respiración honda. Cuando vuelvo a mirarlo, él también tiene los ojos empañados y siento que quiere decirme algo más. Abre la boca y luego la cierra. Traga saliva y cuando finalmente habla lo hace con la voz todavía rota.  

—Ojalá las cosas fueran diferentes.

Horas después, cuando ya estoy en mi cama y puedo pensar claramente me doy cuenta de que el nudo en mi garganta sigue ahí desde que Kyle me escondió en su baño, el cual se acentuó cuando vi las lagrimas de Jess al encontrarme escondida y luego cuando Kyle me dijo "No me hagas esto, Amy".

Porque parecía que me estuviera pidiendo que no lo quiera, que no arruine nuestra amistad y, sobre todo, que no arruine su relación con Jess.

Cierro los ojos con fuerza. Parecía que Jess había comenzado a dar su brazo a torcer con Kyle, después de todo lo que hicimos para que ella lo perdonara, para demostrarle que él la seguía queriendo, era irónico que la que arruinara su oportunidad fuera yo, la misma persona que lo ayudó a volver con ella.

No, yo no obligué a Kyle a no contarle a Jess sobre nuestra amistad, eso no es mi culpa.

Pero, de todas formas, sé que lo que más me duele y me molesta, es saber que tengo la oportunidad de tratar de arreglar las cosas. Una parte de mí, la que quiere ser buena persona y que Kyle no sufra, sabe que podría tratar de hablar con Jess para explicarle lo que sucedió. Esa parte de mi es la que aceptó ayudar a Kyle para que vuelva con su exnovia en un primer lugar.

Sin embargo, la otra parte de mí, la que está dolida por lo que hizo Kyle, pero sobre todo porque "las cosas no son diferentes", no quiere hacer nada. Quiere alejarse de él y esperar que Jess no lo perdone jamás.

Cuando el nudo de mi garganta se deshace convirtiéndose en lágrimas que no puedo detener, me doy cuenta que no importa que esté llena de contradicciones, que Kyle se haya convertido en una persona especial en mi vida. De nada sirve si tengo que reprimir mis sentimientos que luego se convierten en nudos angustiantes dentro de mí.

Corta todo de raíz antes de que sea demasiado tarde, me susurré.

Nunca voy a poder darle una verdadera oportunidad a Austin si mis sentimientos están con otra persona.

No voy a poder salir adelante si me quedo en el lugar donde no me quieren, por lo menos no de la forma en que a mí me gustaría.

Así que cortaré todo de raíz.

-----------------------------------

A la mañana siguiente cuando bajo a desayunar, mis padres y Maia se quedan callados al verme entrar a la cocina, incluso Ratón está quieto en su cucha.

Sé que tengo los ojos hinchados de tanto llorar anoche, pero no pude hacer nada contra eso. Solo me lavé la cara y me puse maquillaje, pero, aun así, se notaba que algo me sucedía. Sumado a que seguramente mi madre les había contado que en el viaje de regreso a casa no había emitido una palabra y me limité a mirar por la ventana fijamente.

Me sirvo un plato de cereales con leche y un vaso de jugo, ellos siguen callados así que dejo el vaso en la mesa con más fuerza de la que debería, pero me molesta tanto el silencio que no lo puedo evitar.

—¿Nadie va a hablar? —inquiero, mirándolos—. No disimulan para nada, eh.

Maia se encoge de hombros y entonces pregunta:

—Bueno, ¿cómo te ha ido ayer en lo de Kyle? —pregunta haciéndome caso.

Mi madre la mira mal y yo bufo.

—Da igual —musito.

—Fue agradable volver a hablar con Vanessa, la madre de Kyle —le cuenta mi madre a mi padre—. Trabaja en un estudio de publicidad y...

Mi cerebro desconecta de la conversación y solo ataco mis cereales hasta que el plato queda vacío. Mi hermana vuelve a preguntarme cómo estoy, pero solo le digo que no quiero hablar en este momento, no con mis padres escuchándose y preocupándose por mí.

Voy a necesitar toda mi energía para tratar de hablar con Jess. Estoy nerviosa y por momentos pienso que no es una buena idea. Kyle me ha enviado mensajes desde que me he ido de su casa para que nos juntáramos a hablar hoy más tranquilos, pero no le contesté.

Estoy decidida a alejarme de él y de toda esta situación una vez que hable con Jess (si es que logro que acepte hablar conmigo).

Luego de desayunar, subo a mi cuarto y tras pensarlo un momento, la llamo a Lily para contarle mi plan porque, aunque no sé si quiero hablar del tema, siento que necesito contarlo para que alguien más lo sepa. Sin embargo, cuando noto a Lily dubitativa sobre mi plan, comienzo a pensar que llamarla no ha sido una buena idea.

—¿Estás segura que quieres implicarte en sus asuntos? —pregunta Lily, insegura.

—Ya estoy implicada —respondo sacando la ropa que me pondré hoy de mi armario—. Y estoy harta, quiero zanjar el tema y olvidarme de todo.

—¿De todo?

No respondo, en cambio, sigo justificándome.

—Sería como el último favor que le hago a Kyle de parte de La Consejera, ¿sabes? Hablo con Jess, le digo lo que pasó y luego desaparezco.

—Ajá, ¿Y no harás esto también porque no soportas ver triste a Kyle y quieres ayudarlo?

—Lo hago porque yo estoy triste —la corrijo—. Y porque no puedo pensar en Austin si estoy pensando en...

—Deja de mentirte a ti misma, Amber. Me parece bien que pongas distancia entre tú y Kyle si estás sufriendo, pero no puedes querer llenar ese vacío con otra persona.

—Austin realmente me agrada —replico.

Y recuerdo lo que dijo Dylan de "un clavo saca a otro clavo" y que buscar a otra persona para olvidar es un buen plan, pero no se lo digo a Lily porque me siento mal de tan solo pensarlo, decirlo en voz alta sería mucho peor.

Continuamos hablando un poco hasta que inevitablemente llega la hora de ir a hablar con Jess.

—Am, aunque tenga mis dudas sobre esta charla —me dice Lily antes de colgar— porque siento que no te estás priorizando a ti misma, también te admiro porque sé que es difícil lo que harás dado que...

Se queda en silencio, pero yo la entiendo.

Difícil parece un adjetivo muy leve para lo que haré, prácticamente decirle a la chica por la que está enamorado Kyle que él no siente nada por mí y que ojalá le de una oportunidad.

Y no sé si lo hago por mí, por Kyle o por Jess, pero cuando me encuentro en frente de la puerta de la casa de ella solo quiero correr y dejar las cosas como están, porque luego de este momento todo puede cambiar o puede que no cambie nada en absoluto, pero todo depende de mi decisión.

Respiro hondo, ya es demasiado tarde para arrepentirme.

¿O es el momento justo?

Amber, el tablero puede girar a tu favor si no haces nada. Dice una voz dentro de mí, pero justo después recuerdo las palabras de Lily, no puedes querer llenar ese vacío con otra persona.

Kyle no llenaría el vacío que le puede dejar Jess, conmigo.

Y aunque lo hiciera, ¿realmente quiero llenar un vacío? ¿No merezco ser más que una segunda opción?

La culpa me golpea en el estomago y por un momento siento que mis sentimientos y mis emociones van a hacer que pierda la cabeza, nadie merece ser una segunda opción. Ni yo, ni Austin. Por eso deberé hablar con él después de esto, pero tengo que encargarme de un problema a la vez.

Mis pensamientos se ven interrumpidos cuando la puerta de la casa de Jess se abre y yo me paralizo al verla en frente de mí saliendo.

Cierra la puerta y se sobresalta al verme parada en la entrada de su casa. Sus labios forman una fina línea y su mirada se vuelve gélida, agarra con fuerza su cartera y sigue caminando con la intención de esquivarme, su coleta negra meciéndose al ritmo de sus pasos rápidos.

—Jess —la llamo acercándome a una distancia prudente—. Necesito hablar contigo.

Ella se detiene y me mira entrecerrando los ojos, y aunque espero que me insulte o su voz suene enojada, solo parece dolida cuando habla.

—No voy a discutir por Kyle —dice, y le cuesta pronunciar su nombre—, ya he sufrido lo suficiente. Tienes la vía libre para estar con él, solo te advierto que, así como me engañó a mí, hará lo mismo contigo.

—¡Pero no te estaba engañando conmigo! —exclamo— Solo somos amigos.

Ella lanza una carcajada sarcástica.

—¿Él te pidió que vinieras hasta aquí a mentir por él? No me sorprende, debí saber que no tenía que volver a confiar en alguien que me traicionó una vez.

—Kyle no sabe que estoy aquí, pero sentía que tenía que venir a explicarte que lo que has visto anoche no es lo que piensas.

Jess sacude la cabeza.

—Suenas como él —musita con cansancio y comienza a alejarse.

Siento impotencia de que no me crea, pero realmente no sé qué hacer o qué decir para que me crea. Supongo que así debió de sentirse Kyle.

—Él... —comienzo a decir y las palabras se me atascan en la garganta, trago saliva porque necesito que mi voz se mantenga estable— Kyle te ama, Jess —murmuro y ruego que mis ojos no se llenen de lágrimas.

Pero Jess parece no notar mi desequilibro emocional, creo que ella está luchando con el suyo propio. Se detiene, pero no se da vuelta para mirarme.

—Yo también lo amo —responde—, pero ¿cuánto puedes soportar de alguien que te ama? —se gira un poco, sus ojos están húmedos y esta vez suena enojada—. Vete, no quiero volverte a ver, ni a él ni a ti.

Sigue caminando y sin pensarlo juego mi última carta.

—¡Yo soy La Consejera! —digo y eso hace que gire sobre sus pies y me mire frunciendo el ceño.

—¿Qué? —inquiere asombrada.

Respiro hondo y doy unos pasos hacia ella.

—Tú me has pedido un consejo sobre Kyle antes de romper y...

—¿Me has dicho que me separe de Kyle para que tú puedas estar con él? —cuestiona confundida.

—¿Qué? ¡No! —me apresuro a decir—. Ni siquiera sabía quien era cuando te di el consejo. Lo he estado ayudando a volver contigo desde ese momento, esa es la única razón por la que nos has visto juntos.

Ella luce escéptica, analizando lo que le estoy diciendo.

—¿Qué hacías ayer en su casa, entonces?

—Nosotros... nos hemos vuelto amigos, solo amigos —le aclaro—. No sucede nada entre nosotros, ¡yo estoy saliendo con su mejor amigo!

Hipócrita, hipócrita, hipócrita.

Aun así, no logro convencerla.

—Si es así, ¿qué diablos hacías escondida en su baño? ¿Crees que soy estúpida?

—¡No! Kyle puede tener las mejores intenciones, pero... la ha cagado. No te ha contado que en realidad somos amigos y te estuve ayudando.. tal vez no quería decirte que yo era la consejera para no traicionarme... —ella ladea la cabeza y sigo hablando porque eso ha sonado extraño—. Pero él realmente quiere volver contigo, ha sufrido mucho todo este tiempo...

Ella se queda callada, procesando la información.

—¿Realmente piensas que no me ha engañado? —esta vez no le importa mostrarse vulnerable y yo respondo sin dudarlo.

—Si no lo creyera, no hubiese aceptado ayudarlo a volver contigo.

No sé si me cree, no sé si logré convencerla, pero he hecho lo que podía, y ahora es el momento de retirarme antes de que sea demasiado tarde para hacerlo. Jess habla antes que yo pueda hacerlo.

—Necesito pensar —dice—, ya no sé qué creer o que quiero creer. Solo necesito... alejarme para pensar —me mira como si fuera a decir algo más, pero solo hace una mueca y se va.

La entiendo.

Porque yo también necesito alejarme.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro