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Capítulo 17 | El encuentro

Kyle coloca una mano en mi mejilla, la otra sigue rodeando mis hombros y me besa con ternura; sus labios son suaves sobre los míos, y la palma de su mano caliente sobre mi piel fría.

Y entonces sucede, o en realidad ya estaba sucediendo desde el primer momento en que nuestros labios entraron en contacto, y recién ahora me doy cuenta.

Mi corazón late más fuerte.

Ese hecho me impresiona tanto que rompo el beso, solo para alejarme unos centímetros. Kyle me mira con los ojos brillosos y por un instante ninguno de los dos se atreve a hablar.

Es imposible.

Antes de este momento, la idea de que mi corazón latiera más fuerte por un beso me parecía absurda, propia de películas y libros románticos.

Pero aquí estoy yo con mi corazón revoloteando en mi pecho como si quisiera salirse de mi cuerpo.

Busco algo para decir, cualquier cosa.

―¿Je.. Jess nos sigue mirando? ―musito.

―¿Qué? ―pregunta él, todavía obnubilado. Pestañea varias veces y se endereza, arrastrando su mirada al lugar donde estaba Jess―. Ya no está.

Asiento sin saber qué hacer y él me sonríe. Sé que lo hace para no volver incómodo el momento. Con su brazo todavía en mis hombros, camina hacia la entrada del instituto.

―¿Eso ha sido un beso de buena suerte? ―pregunta aunque quiere sonar natural, puedo percibirlo diferente.

Y yo no quiero mentirle.

Pero tampoco sé que fue, por lo que se lo confieso.

―Yo... no sé qué ha sido.

Mi voz suena asustada y Kyle me da un apretón en el hombro.

―Solo lo has hecho porque nos estaba viendo Jess ―dice, aunque suena más como una pregunta que como una respuesta.

―Lo sé ―respondo. Caminamos en silencio hasta llegar al pasillo de los vestidores. Yo tengo que seguir unos metros más hacia la cancha―. Nos vemos dentro, ¿no?

―Claro que sí ―contesta, me estoy por ir, pero él me agarra de la muñeca, todavía sigue intranquilo―. No debemos darle más importancia de la que tiene, ha sido solamente un beso.

Y quiero creerlo con todas mis fuerzas, no me gustaría que por mi culpa se instalara una incomodidad entre nosotros.

Asiento y le sonrío para tranquilizarlo antes de irme. Camino por inercia hacia la cancha de basquetbol y veo a Lily sentada en uno de los asientos traseros, donde es posible tener una vista amplia del estadio.

―He hecho algo terrible ―digo, cuando me dejo caer en el asiento al lado de ella.

Lily está contestando con una mano mensajes mientras con la otra sostiene un burrito. Ella frunce el ceño, pero no me mira.

―Amber, si te has comido tu burrito antes de entrar y ahora te arrepientes, te la aguantas. Yo no te daré el mío.

―He besado a Kyle.

Ella alza su cabeza con los ojos como platos y me mira sin poder creerlo, hasta tengo que señalarle alarmada la mano que sostiene el burrito porque se le está por caer encima de la cabeza de la persona que está sentada delante de nosotras.

―¿Con lengua? ―pregunta boquiabierta.

―¡Lily! ―me quejo―. Ese no es el punto.

―¡Eso quiere decir que te ha metido lengua! ―grita entusiasmada, y el hombre de unos setenta años que está en el asiento de adelante, se gira y nos mira con desaprobación. Lily le devuelve la mirada entrecerrando los ojos y le dice―. ¡Ah, como si usted no hubiera tenido su diversión en su juventud!

―¡Lily! ―repito alarmada y miro al señor muerta de vergüenza―. Lo siento ―le digo, pero él ya se volvió a dar vuelta cruzándose de brazos.

―¿Me puedes dar detalles? ―exige mi amiga, esta vez en voz más baja.

―Solo que no sé por qué lo hice y ahora me siento terrible.

―¿No sabes por qué lo hiciste? ―cuestiona confundida―. ¿Tal vez porque está buenísimo?

―¡Es mi amigo! No debería haberlo hecho. Creo que lo hice porque estaba Jess mirándonos y me sentí presionada. Él me correspondió el beso.

Busco con la mirada a Jess en el público del equipo contrario, pero para mi sorpresa, ella no está al lado de su mejor amiga Bethany, quien está sentada en el medio del público de Doover, sino que Jess está sentada del lado de nuestro equipo, a unos asientos más alejada de nosotras, con otra chica.

No puedo detenerme a pensar mucho en eso, porque en ese momento los jugadores de ambos equipos salen a calentar, y siento un nudo en el estómago atroz.

¿Qué me sucede? Siento que es absurdo estar tan nerviosa cuando nada está pasando.

Pero luego otra sensación me golpea por dentro: culpa.

Veo a Kyle y a Austin reírse mientras se pasan la pelota, y no puedo evitar sentirme mal conmigo misma.

Si bien, Austin y yo no tenemos nada serio y, cuando hablamos del posible beso entre Kyle y yo, se lo tomó con humor... de todas formas, me siento culpable. Realmente las cosas están fluyendo muy bien entre nosotros y no quiero arruinarlo.

Aunque, si tengo que ser sincera, mi mayor miedo tiene que ver con Kyle.

―Amber, creo que el beso funcionó ―me dice Lily en voz baja, señalándome a Jess.

La miro. Ella no le saca los ojos de encima a Kyle, quien ahora está trotando solo.

―Bueno, eso es una buena señal ―contesto. No sé si es una buena señal, pero me hace sentir menos culpable.

Es como si Kyle se sintiera observado, o simplemente percibe la presencia de Jess por estar tan acostumbrado a ella, pero sus miradas se cruzan, y me detengo a estudiar a Jess. Solo la puedo ver de perfil, aunque es suficiente para notar su expresión herida y... melancólica.

Verdaderamente es la primera vez que creo que Kyle podría llegar a tener otra oportunidad con ella, lo más probable es le haya afectado haber visto el beso entre él y yo.

¿Será por eso que ahora está de este lado del público?

―El juego está por empezar ―me avisa Lily unos minutos después, dándome un leve codazo. Debe darse cuenta que mi cabeza está en otro lado.

Y a pesar de que trato con todas mis fuerzas de prestarle atención al juego, no puedo. Mi humor se ha teñido de sentimientos negativos. No sé si estoy exagerando o realmente hago bien en preocuparme, pero lo único que puedo desear en este momento es poder volver el tiempo atrás y no haber besado a mi amigo.

――――――――――――

Paso la siguiente semana evitando tanto a Kyle como a Austin. Sé que es una actitud inmadura y no sirve de nada ignorarlos, pero no tengo el coraje suficiente para hablar con ninguno de los dos.

Si le hablo a Kyle, voy a sentirme avergonzada e incómoda.

Si le hablo a Austin, voy a sentirme culpable.

No estoy alterada por el beso en sí, porque podía mentirme a mí misma diciéndome que ese beso había sido sólo porque su exnovia nos estaba viendo, y habíamos acordado hacer como que estábamos saliendo. Aunque solo había aceptado fingir para la fiesta de la otra noche, tenía sentido que besara a Kyle dos días después si Jess nos estaba mirando.

No, no estoy alterada por el beso en sí, sino por lo que me provocó ese beso y por la persona que me provocó esas sensaciones.

Y la realidad es que me duele haber sentido algo, sea lo que sea que eso haya sido, y me duele tener que ser sincera conmigo misma y reconocer que sentí ese algo.

Mi celular suena y leo en las notificaciones un mensaje de Kyle:

Bajapantalones: Hola Amy! Sé que todavía no has escuchado el audio que te mandé después del partido, pero quería hablarte. No te he dicho de vernos estos días porque estuve haciendo horas extras en el taller de mi padre y volvía muy cansado a mi casa... igualmente, creo que no te apetecía verme. Solo quería decirte que extraño hablar contigo y que espero que estés bien  ♥️.

Ese mensaje me hace sentir peor conmigo misma. No quiero hacer sentir mal a Kyle y este último tiempo aprendí a conocerlo bien para saber que le afectó que no le haya hablado. Desde que me ha pedido ayuda con Jess hemos hablado prácticamente todos los días.

Bloqueo el celular cuando golpean la puerta de mi habitación y Maia entra riéndose, sostiene su celular con una mano y me muestra el video que está viendo sin poder parar de reírse: un chico asusta a su amiga escondiéndose detrás de una puerta y ella se asusta tanto que se patina hacia atrás y se le cae un estante encima de ella. Sacudo la cabeza porque sinceramente los videos que a mi hermana le causan risa a mi solo me dan lástima.

Cuando ve que no me estoy riendo, suspira y se sienta en mi cama.

―¿Qué te ha estado pasando? ―pregunta― Últimamente estás muy callada.

―Nada ―contesto haciéndome la desentendida.

―En el instituto solo te vi pasar tiempo con Lily ―me dice, y no sé si está refiriéndose a que últimamente no me ha visto con Kyle o con Austin, pero yo solo me encojo de hombros.

―He estado muy ocupada estudiando para los exámenes.

―En dos días es tu cumpleaños ―dice, cambiando de tema.

―Lo sé ―digo tratando de parecer entusiasmada esbozando una sonrisa.

―A ti te encanta tu cumpleaños ―me recuerda.

―Y me sigue encantando ―me defiendo―. Es solo que... nos han robado, Maia. Estamos reponiendo todo de a poco y sabemos que papá y mamá van a querer regalarme algo a pesar de que les diga que no...

―Pero Amber, puede que para ellos sea un esfuerzo, pero también es su forma de demostrarte cariño y quedarse tranquilos porque a pesar de que nos robaron, todavía pueden darte un regalo, aunque sea mínimo.

―No hacen falta que lo hagan.

―No, ¿pero cuántas cosas no nos hacen falta y, de todas formas, nos hacen felices?

――――――――――――――――-

Luego de hablar con Maia y reflexionar sobre el tema, me doy cuenta que es hora de que hable tanto con Austin como con Kyle. Así que primero decido escuchar el audio que me había enviado Kyle y que no había escuchado.

Dejo escapar una exhalación de alivio al darme cuenta que el audio no tiene nada que ver con nuestro beso.

Bajapantalones: ¡Amy, Amy! ¡Me he olvidado de contarte lo que leí el otro día! ¿Tú sabías que bananin y bananon son pareja en la vida real? Es decir, los actores que están debajo del disfraz. ¡Increíble! ¿Y recordabas que también había un Sr. Rata en la serie? ¡Como Ratón! Me he leído la Wikipedia jeje.

Cuando quiero darme cuenta, estoy sonriendo y negando con la cabeza por sus ocurrencias. El audio me lo había enviado quince minutos después de que terminara el partido de basquetbol. Nos habíamos despedido de una manera extraña e incómoda y yo me había ido con Lily apresurada.

Por cómo es Kyle, habrá querido disipar la tensión entre nosotros con ese audio y yo ni siquiera lo había escuchado.

Me levanto de la cama con la necesidad de llamar a Kyle para que hablemos, pero cuando estoy por grabar un audio, lo pienso mejor y decido que prefiero verlo.

Siete días sin ver a una persona no es tanto tiempo, pero que las cosas estuvieran tan raras entre nosotros hace parecer que ha pasado incluso más tiempo todavía.

Sentía como si algo me hiciera falta.

Así que, no le contesto el mensaje a Kyle y me dirijo a su casa. No me parece extraño, dada la cantidad de veces que él se ha aparecido en mi casa sin previo aviso.

En el camino practico lo que voy a decirle. En un primer momento pienso en poner alguna excusa como que últimamente he estado muy concentrada en los exámenes y no tuve tiempo de hablarle; aunque, él va a saber que es una mala excusa. Luego pienso en decirle que he tenido un problema familiar, pero no me gusta mentir respecto a mi familia, y, sobre todo, me doy cuenta que no quiero mentirle a Kyle.

Quiero serle sincera, y decirle que no había vuelto a hablarle porque el beso me dejó confundida.

Siento que tengo la confianza suficiente con él como para poder serle sincera, pero no sé si tengo las agallas suficientes como para escuchar su respuesta.

Pero cuando estoy a unos pocos metros de su casa, me doy cuenta de que no voy a tener que descubrirlo.

Me paralizo cuando a lo lejos veo a Kyle en la puerta de su casa... y a Jess parada en frente de él.

Rápidamente doy un paso al costado para esconderme detrás de un contenedor de basura y que no me vean si alguno de los dos gira la cabeza hacia la izquierda.

Pongo una mano en mi pecho para tratar de calmarme, pero los latidos erráticos bajo mi palma me indican que la imagen de Kyle y Jess hablando tan cerca el uno del otro me ha afectado.

Me muevo un poco para ver como Kyle está mirándola con un brillo en los ojos que no había visto antes, por primera vez lo percibo... vulnerable. Jess le devuelve la mirada con los brazos cruzados. Su postura corporal indica que está con la guardia alta y lo observa con cierto recelo, pero, aun así, se miran fijamente y está claro que es una mirada cómplice, de dos personas que han compartido mucho.

Aparto la mirada. Me siento mal espiándolos, no solo porque lo que estoy viendo me duele, sino porque me siento culpable de nuevo.

Porque por primera vez deseo que Jess no quiera volver con Kyle y eso me hace una persona horrible porque se nota lo mucho que él la ama.

Y para colmo, el hedor que sale del contenedor de basura lo hace todo más insoportable.

Cuando vuelvo a mirarlos, Kyle está diciéndole algo a Jess, no puedo escuchar qué dice, pero parece como si estuviera justificándose. Ella sigue manteniendo las distancias con el ceño fruncido, pero cuando mira hacia abajo negando con la cabeza, él aprovecha para dar un paso hacia ella y ponerle una mano sobre su mentón. La mira con ternura y creo que le pide algo. Jess se queda en silencio, como si estuviera debatiendo qué hacer. Unos segundos después le contesta algo y Kyle le agarra la mano y la guía al interior de su casa.

La puerta se cierra y yo me quedo allí parada con la mano todavía en mi pecho.

¿Qué diablos ha sido eso, Amber?

¿Por qué no puedes hacer que tus malditas piernas funcionen ahora?

No me esperaba presenciar esa escena. Aunque no me debería de sorprender, en el partido había notado como Jess miraba a Kyle. Sin embargo, no me imaginaba que algo entre ellos iba a suceder tan rápido.

Afortunadamente, mi celular comienza a vibrar en el bolsillo de mi campera, obligándome a dejar de pensar en ello por un segundo.

Es mi madre, peguntándome si ya he llegado a la casa de Kyle.

Estoy por decirle que no lo encontré y que voy a volver a casa cuando pienso en Austin. Abro su conversación, al igual que Kyle también me había escrito en la semana. Su último mensaje decía:

Austin: Hey! Comienzan los exámenes y me preguntaba si necesitabas ayuda con tu examen de portugués... cualquier cosa que necesites, estoy aquí para ayudarte. Espero que te encuentres muy bien!

Suspiro y le contesto:

Hola, Austin! Siento no haber contestado antes, he estado muy atareada con los exámenes. Estoy dando unas vueltas y me preguntaba si querías que nos encontremos.

Me obligo a caminar y a alejarme de la casa de Kyle.

Cinco minutos después Austin me responde y me invita a su casa. Si las circunstancias hubiesen sido otras, sé que me hubiese puesto nerviosa al leer ese mensaje, pero luego de la imagen de Kyle y Jess juntos solo me siento extraña y con una desesperada necesidad de no pensar en ellos.

Le escribo a mi madre avisándole que ha habido un cambio de planes.

No es hasta que Austin me está abriendo la puerta de su casa, que me preocupa qué es lo que voy a decirle. Él, me sonríe de una forma amigable como siempre, y me hace pasar. Le pido permiso, un poco incómoda al escuchar voces de quien creo que deben ser su madre y su hermana, pero él no me guía hacia ellas para saludarlas, sino que me agarra la mano y me dirige escaleras arriba.

Entramos a su cuarto y lo reconozco de la videollamada que hicimos. La habitación está ordenada y con aroma a limón, como si hubiese usado un desinfectante de ambiente con esa esencia, y me da ternura la imagen de él limpiando su cuarto, tal vez por mí. Como si me leyera la mente dice:

―He limpiado mi cuarto en tiempo récord ―me dice acercándome la silla de su escritorio para indicarme que me puedo sentar, yo le agradezco y me siento―. Lo siento si el olor a limón es muy fuerte, pero era el único que encontré.

―Está perfecto ―contesto sonriéndole. Él se sienta en su cama, en frente de mí. Nuestras piernas se rozan―. Siento no haberte contestado hasta hoy.

Austin hace un ademán con la mano quitándole importancia.

―No te preocupes ―dice, pero su voz suena diferente―. ¿Está todo bien?

―Si, sí... solo que he estado con la cabeza en cualquier parte, con los exámenes y eso...

―Entiendo. Yo... tenía miedo de que hubiese hecho algo que te molestara.

Lo miro sorprendida. En ese momento tengo ganas de abrazarlo y decirle que yo he sido la que hizo algo que lo puede llegar a molestar, que soy una mentirosa y que los exámenes no me preocuparon en lo más mínimo (Mamá, si lees mentes, lo siento).

―Para nada ―le aseguro―. No he hablado ni siquiera con Kyle.

Eso parece sorprenderlo.

―¿No? Tenía entendido que todavía estaban fingiendo estar juntos para darle celos a Jess.

―Bueno, la última vez que lo hicimos fue el día del partido ―digo con cierto temor.

Él asiente, su cabello rubio le entra en sus ojos por lo que tira hacia atrás.

―El día que se besaron ―contesta y mis ojos se abren atónitos.

Lo dice con una naturalidad que me desconcierta.

Todo este tiempo estuve sintiéndome mal por haber besado a Kyle, y a Austin parece no importarle. ¿Había estado siendo muy exagerada, o es que a Austin no le intereso tanto como para que mi beso con su mejor amigo no le preocupara?

―No sabía que lo sabías ―musito.

―Kyle me lo contó ese día ―explica y yo asiento.

¿Cómo no iba a hacerlo, si él es su mejor amigo, y lo nuestro solo había sido un simple beso para que lo viera su exnovia?

Y entonces vuelvo a entender por qué me siento culpable con respecto a Austin. No es porque he besado a su mejor amigo cuando nos estamos conociendo, sino por lo que he sentido en ese beso, lo que tanto Austin como Kyle ignoran.

―Ha funcionado ―continua y yo alzo las cejas―. Oh, cierto que no has estado hablando con él. Jess lo ha comenzado a seguir de nuevo en Instagram luego de eso y le ha hablado para juntarse a charlar. Él la ha invitado a su casa.

Claro que lo había hecho.

―Eso es genial ―miento y finjo una sonrisa.

―Solo espero que Kyle deje de sufrir por esto.

Y es lo que yo también debería esperar y me doy cuenta que quiero dejar de hablar de Kyle y, sobre todo, de pensar en él.

―Hey ―me dice Austin, acercándose a mí, con el ceño fruncido― ¿Estás bien?

―Sí, sí ―respondo haciendo una mueca―. Solo estoy cansada.

Austin estira el brazo para que le agarre la mano y yo la tomo. Cuando lo hago, me jala suavemente hacia él, para que me siente en su regazo. Me mira a los ojos fijamente y quiero borrarle la arruga de preocupación en su frente, porque me hace recordar a todo lo que está pasando.

Se acerca a mi boca y me besa lentamente, yo le devuelvo el beso, esperando sentir mi corazón acelerarse, ansiando sentir eso, pero nada sucede.

Y siento enojo en mi interior, porque todo sería más fácil si mi maldito corazón hiciera lo que le pido y no reaccionara por sí solo.

Traslado mi enojo al beso, y muevo mis labios sobre los de Austin con mayor vehemencia. Él nota el cambio de ritmo y me agarra con fuerza de la cintura, profundizando el beso. Caemos sobre la cama, y nos acercamos más el uno al otro. Y, aunque no estoy sintiendo lo que esperaba sentir, disfruto el momento y lo agradable que es sentir las ganas de Austin de estar conmigo.

Mis manos se enredan en su cabello y él se posiciona encima de mí.

Estoy en proceso de sacarle el sweater cuando escucho que la puerta se abre y me congelo.

Dios, no he visto a su madre y la primera vez que voy a hacerlo es debajo de su hijo.

Pero mi corazón se paraliza cuando escucho su voz.

―Mierda ―masculla Kyle.

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Hola! Espero que les haya gustado el capítulo!

El capítulo que viene volverá a haber una parte de consejos, así que si quieren que incluya algo que tal vez pueda ayudarlas, pueden escribirlo aquí, voy a estar leyendo todo ❤❤ 

Besos!!

Leila

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