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5

Me pasé todo el día en la habitación de el Sultán, durmiendo, comiendo. Pues no tenía nada más que hacer. Ya casi era hora de que llegara el Sultán.

Estaba paseándome por la habitación, contemplando todo a mi alrededor, hasta que llegué al escritorio donde el Sultán se sentaba. Me quedé estupefacta, ante tanta hermosura. Ante mis ojos, estaba la joya más hermosa que haya visto en toda mi vida; un hermoso anillo, con un  diamante de color azul como el océano, era precioso.

Estaba tan concentrada admirando esa preciosidad, que no me di cuenta, de cuándo el Sultán ingresó a los aposentos.

- ¿Te gusta?... - preguntó de repente, a lo que yo me sobresalte- No era mi intención...- dijo riendo-

No pude evitar sonreír.

__ Sí, si que me gusta.- digo con seguridad para voltear y verlo a solo dos pasos de mí- Está hermoso.- salió de mí, casi en un suspiro- Digno de una princesa.-  sonrei - La persona que sea propietaria de esta joya, tan hermosa como la luna, será bendecida - dije encantada, de la belleza que esta poseía.

El solo me miraba, como tratando de ver algo en mí. Cómo si analizara cada una de mis palabras.

__ Ojalá sea así...- se acercó a mí, sin apartar su mirada de mis ojos, para entonces, depositar un casto beso en mis labios, haciéndome recordar cada detalle de lo ocurrido, anoche.-

●●●

FLASHBACK:

Iba caminando por los enormes pasillos, para llegar a la recámara de Jungkook. Estaba nerviosa, era mi primera vez. Me entregaría a alguien, para dejar de lado la niña que vive en mí y convertirme en una mujer, a mis diecisiete años de edad.

Yo estaba preciosa, eh de  reconocerlo. Parecía una princesa con ese hermoso vestido que llevaba puesto, era de color rojo como la sangre, sí, el rojo que solo puede usar una persona de poder, alguien de la realeza. La dama, me vistió de rojo.

El vestido, dejaba mostrar un poco mis pechos. Tenía una hermosa tiara en mi cabeza, apoyada en mi cabello levemente rizado.

Realmente estaba preciosa.

Luego de unos diez minutos, llegué. Las puertas fueron abiertas, por los guardias encargados de cuidar quién entra y sale de los aposentos del Sultán. Yo respiré hondo, para calmar mis nervios y entrar.

Al entrar, él estaba de espaldas, pude apreciar su ancho. Él se volteó lentamente, dejando que su cabellera danzara con elegancia. Me miró muy serio, a lo que yo rápidamente caminé hacia el.

Me arrodille para besar su túnica, la cuál era del mismo color de mi vestido, rojo.

Llevé mis manos a la túnica, para después llevar esta a mis labios y besarla. Sintiendo la suavidad de la tela.

Me quedé así por unos segundos, mirando el suelo, hasta que el dio un paso hacia atrás, inclinándose. Llevó su mano derecha a mi mentón,  me hizo levantarme y alzar la mirada, para posar sus ojos en los míos.

Al hacerlo, me miró con determinación, para después obsequiarme una hermosa sonrisa, que me hizo estremecer en ese instante.

Tenía una mirada tan hipnotizante, tan atrayente.

_ Eres hermosa... - al decir eso, mi corazón se aceleró -
Eres como una joya que aún no termina de ser arreglada, tienes una belleza increíble- sus palabras, estaban tan llenas de sinceridad, que me era imposible no empezar a caer en sus encantos.-  Nunca había visto una mujer tan hermosa como , cariño...- madre mía ese hombre me iba a matar.-

__ Su majestad... - dije con delicadeza y coqueteo- Mi belleza, estaba siendo reservada para usted...- comenté sin apartar mi mirada de su ser- Mi cuerpo y corazón, desde este momento solo le pertenece a usted, Jungkook - al decir eso, el me sonrió.

__ ¿Cómo te llamas, mi hermosa Rosa?... - me preguntó con curiosidad.

Yo sonreí.

__ Katherine, su majestad- contesté, pensando en lo que diría después- Soy de Francia...

El alzó una ceja.

__ Francia... - yo asentí- Esta belleza es de Francia... - dijo para acercarse más a mí-  Una Rosa cautiva en medio de tantas flores - susurró.

__ Porque esperaba por usted, alteza... solo por usted - dije por última vez, para verle sonreír y atrapar mis labios.

Mis labios, sus labios. Oh Allah, esta suavidad y delicadeza me estaban atrapando.

Su mano izquierda reposo en mi mejilla, la otra en mi cintura, para luego posar sus hermosos labios en los míos.

Creo que estaba en el paraíso, sus labios sabían a chocolate, al igual que la fragancia tan varonil que emanaba en ese momento. Sus labios eran suaves y a la vez húmedos,pomposos.

Me dejé llevar ante sus besos y caricias, esos besos eran apasionados, lujuriosos. Nunca había experimentado algo así, sus besos pasaron a otro nivel.

Poco a poco bajó a mi cuello, dejando ahí besos húmedos y exquisitos que me hacían jadear de esta nueva sensación que estaba experimentando.

Lentamente, me fué desabrochando los botones del vestido, hasta quedar completamente expuesta ante él, logrando que el sonriera mientras admiraba mi cuerpo. Estaba muy nerviosa y apenada, pero quería dejarme llevar por este momento.

  Me tomó estilo princesa, entre sus brazos, para llevarme a la cama y subir lentamente encima de mí, con mucha delicadeza para no hacerme daño.

__ Quiero hacerte mía...- dijo con su voz ronca y sexy haciéndome ver las estrellas, les juro que era demasiado hipnotizante-

__ Pues no se detenga, su alteza...- dije para llevar mis manos a su cabello, acariciando la suavidad de éste- porque mi cuerpo, está a su disponibilidad. Hágame suya - mis palabras eran almas de doble filo, para ese momento tan intenso que estábamos viviendo.

Solo hazme tuya, así después no tenemos escapatoria ninguno de los dos. - pensé

Y de un impulso, lo besé, el no tardó en responder a ese beso lleno de pasión.

Después de varias caricias, comenzó a bajar lentamente, dejando besos por el recorrido.

Dejó castos besos entre mi entre piernas y mi feminidad, les juro que me tenía sudando.

Minutos, solo eso bastó para que nuestros cuerpos se sumergieran, fundiéndose por completo y volviéndose solo uno.

En la habitación solo se escuchaban nuestros cuerpos, chocando el uno con el otro, debido a la acción que estábamos realizando en ese momento, nuestros gemidos y jadeos, reinaban, al igual que la excitación junto con  el deseo de no terminar.

__ j-Jungkook... - dije entre jadeos -

__ Eso es pequeña, di mi nombre- decía con esa voz ronca y sensual -

_ Y-yo, creo que me voy a hacer pipí- dije algo excitada, asustada y apenada, sin embargo, ante mi confesión, el no pudo evitar dejar salir varias carcajadas en medio de la acción.

__ No pequeña... - dejó salir, para para acariciar mi cabello- ¿sabes que es lo que vas a hacer?... - yo negué apenada- Vas a ver el paraíso, quiero que llegues al clímax por mí - yo asentí aún sin entender, pero Jungkook en ese momento era portador de una mirada totalmente sensual, que te dejaba embobada.

Sin darme cuenta, comencé a sentir un cosquilleo en mi vientre bajo.

__ Ah, Nena, di mi nombre. - pidió en medio de jadeos- Déjame escucharte... - y eso me bastó-

__ A~ah, J-Jungkook, no pares -

Pasaron minutos, hasta que Jungkook llegó a su clímax.

Su respiración era agitada, el sudor caía sobre su frente, tenía también algunos rastros en todo su cuerpo, al igual que yo. Eran capas finas, de sudor.

Pero por alguna razón, esa imagen se me hizo hermosa... ¿ hermosa?, ¿enserio?, Pues no sé, era debido al deseo, el momento, pero se veía muy sexy. Su cabello tapaba parte de su frente y cejas, pegándose por completo a su piel sudada. Les juro que nunca podré olvidar esta imagen.

El salió de mí y se acostó a mi lado, pero antes dejó un beso en mis labios.

__ ¿Te gustó?-  preguntó- ¿te hice daño? - dijo con preocupación y curiosidad en su mirada-

_ Me encantó - le hice saber- y no, no me hizo daño - dije sonriendo-

_ Eres hermosa Katherine- comentó de repente, con la mirada perdida en mi ser- Te quiero solo para mí...- yo no pude evitar sonreír, para ver como el me abrazaba y me acurrucaba en sus brazos, dejando sentir su calor corporal.

_ No sé como lo has hecho, pero... - hizo una pequeña pausa para cerrar sus ojos y hablar en medio de un susurro- Me gustas mucho desde el momento que te vi, Katherine... te has robado mi corazón...- luego de decir eso, el no habló más. Supuse que quizás se había dormido.

Yo me quedé procesando todo, sus palabras, sus caricias, absolutamente todo.

__ Tu también me gustas mucho, Jungkook- dije para mí misma

Fin del FLASHBACK:

●●●

ACTUALMENTE...

__ Lo extrañé mucho, alteza - comenté-  esta espera me fué eterna...- dije haciendo puchero y el empezó a reír-

__Pero que tierna.- dijo en una sonrisa para acercarse a mí y llevar sus manos a mi cintura- Yo también te extrañé mucho, mi Sultana... - yo alcé una ceja.

__ ¿Soy su Sultana? - pregunté divertida.

__ La Sultana de mi corazón. - me confirmó - Eres tan hermosa cariño, no eh podido dejar de pensar en tu rostro, en tu cuerpo y en esa bella sonrisa- me hizo saber-  ¿Que me has hecho? - se quejó- Has hecho de mí un hombre enamorado, las rosas tienen envidia de tanta belleza - ante esas palabras, decidí permanecer callada y escucharlo- El cielo llora de la felicidad porque has llegado para reinar el corazón de un pobre hombre, con ganas de amar y ser amado. - llevó su mano derecha a mi mejilla- ¿Acaso eres ilegal, cariño?- mi corazón comenzó a latir con fuerza- Tu belleza deslumbra entre todas las Sultanas de este palacio, nadie puede compararse contigo, porque esos ojos y esa mirada son muerte- su mirada era tan tierna-  Por favor, nena; nunca dejes de sonreír y mirarme con esos ojos tan preciosos que tienes, porque si lo dejas de hacer, yo preferiría morir, por causa de la rosa que me ha cautivado. Se estaría marchitando y entonces el cielo lloraria, una enorme tormenta se desataría producto de mi sufrimiento, por no poder tenerte cerca, amada mía.

Esas palabras hicieron de mí algo inexplicable. Ese hombre me estaba enamorando y yo estaba cayendo.

¿Sería posible no enamorarse, cuando el destino te lanzaba una y otras vez, a sus encantos?

__ Su alteza... - me dispuse a hablar-... esta rosa jamás dejará de sonreír para usted. Y menos ahora que ha encontrado su razón de vivir.- entonces pensé mucho, las palabras que diría próximamente- Su majestad, sí usted me dejase, entonces mi corazón dejaría de latir porque ya no tendré motivos para seguir viviendo...

¿Que me había hecho ese hombre?

__Eso nunca pasará, nena... - así pasamos la tarde, riendo, divirtiendonos, hablando sobre nuestras vidas y entregandonos nuevamente, fundiendo nuestros cuerpos. Sin duda alguna, eso era mejor que cualquier otra cosa.

Pero lo que yo no sabía, era que ahora tendría muchos problemas encima y una Sultana celosa con quién lidiar.

CONTINUARÁ:

●●●

Okay, cambié muchas cosas como lo son la escena de la intimidad. Anteriormente solía ser la escena muy hot, sin embargo, he cambiado esto. Las primeras dos escenas de intimidad de los protagonistas, serán más suaves. No quiero que desde el principio se estén metiendo el colmillo jsjsjs, solo cambié las primeras dos escenas de sexo.

Prometo que las demás, se quedarán como mismo, seguirán siendo bien hot, con palabras explícitas y vulgares. No voy a cambiarlo. Después de la segunda escena, las demás estarán como mismo, sin ningún cambio porque sé que a ustedes les gusta mucho verlos coger como conejos, picaronas🤭

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