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Katherine...
Me encontraba en los baños dándome un baño, lavando mi cabello mientras pensaba en mi familia.
Las lágrimas caían por mis mejillas. Nunca podría olvidar cómo fueron asesinados.
Sé que habían pasado meses desde lo sucedido, pero eso no se olvida así tan fácil, no hasta que lograra que los que mataron a mi familia, tuvieran el mismo destino. Y eso solo lo podía conseguir siendo Reina.
Salí del baño.
Me vistieron con un vestido color morado, con vuelos por mis hombros y no muy cubierto por mis pechos, permitiendo ver parte de ellos.
Dejé mi cabello suelto, este era hermoso suelto. Y apliqué un poco de brillo en mis labios.
__ Estás preciosa - dijo Elena asombrada-
__ Gracias- dije sonriendo-
__ Miren a la huérfana- dijo una de las concubinas- Se está arreglando, pensando que será la elegida.
___ Ya callensen - dijo Elena, fastidiada.
___¿Y por qué? - le dijo con cinismo para después mirarme - ¿que te hace pensar que el Rey se fijará en tí? eres muy insoportable y gruñona,
¿crees que el Rey te miraría? -- dijo con sarcasmo, enfado, envidia--- Si el rey te mira, sería para matarte -- al decir eso todas empezaron a reírse menos Elena y yo.
A veces solía ser muy inmadura y esta es una de ellas.
__ Cuándo sea la Reina, todas ustedes se callaran y yo las mataré a todas. ¡Les cortare la lengua! -- dije con gran enfado --
__ Ay no me hagas reír, si tú serás la Reina yo voy a ser la Madre Sultana -- todas reían -
Yo les hice una mueca.
___Vamos, no les hagas caso. -- dijo Elena y me sacó de ahí a paso rápido--
Poco a poco dejamos atrás a ese grupo de esclavas.
__ ¿Vistes como me odian, Elena? -- dije con mis ojos cristalizados, sí, estaba a punto de llorar. Que débil e infantil era en ese entonces. --- yo no les eh hecho nada a ellas - dije en reproche.
__ Lo sé, no tienes que llorar cariño. Mira, ellas te dicen todo eso porque te tienen envidia, tu belleza es única -- dijo imitando mi mirada junto a mi pose, a lo que yo reí--- Yo si creo en ti. Demuestra que vas a ser la Reina.
Reí bajito.
__ Así será - dije con seguridad para abrazarla.
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Me encontraba en el salón de baile, a punto de bailar para el Rey, el cuál aún no lo había visto.
El salón de baile estaba adornado de flores y telas finas. Habían frutas y vino para el Sultán. Varias mujeres estaban con instrumentos de músicas, preparándose para tocar la pieza correspondiente.
Después de varios minutos, el Sultán llegó y se sentó en su trono. Indicando que ya podían comenzar con la presentación.
__ Escucha con atención - me habló la dama- Mira siempre a los ojos, al Sultán --- yo asentí ante lo dicho por la Dama --- Seducelo con la mirada, con tus caderas. Intenta llegar a él- yo solo asentía- Ahora ve allí y demuestra todo lo que sabes.
__ Así será - dije para dar la vuelta y caminar.
Caminé al centro junto con las muchachas que bailarian conmigo. Todas nos pusimos en pose, esperando que la pieza fuera tocada.
La música empezó a sonar, era una música sexy y sensual pero al mismo tiempo divertida.
Yo era una de las últimas, movía mis manos cómo si se trataran de olas. Mi cuerpo se movía y hacía lo mismo, provocando un vaivén sensual en mis caderas, hasta que todas las chicas se echaron al suelo y yo me quedé en pose, estando en el centro.
De inmediato diriji mi mirada al Sultán, tratando de capturar la suya. Obteniendo éxito, sonreí con coquetería. Para verlo llevar una uva a su boca, sin apartar la mirada de mí.
La música volvió a sonar y yo movía mis manos lentamente, llevándolas a mis senos, dónde saqué un pañuelo, una prenda color Violeta.
Esta la pasé por mi cuello, me di la vuelta dándole la posibilidad de mirar mi trasero. Lo moví cómo nunca en mi vida, provocando varias olas sensuales. Hice el reloj al compás de la música, moviendo mis caderas de adelante hacia el lado y del lado hacia atrás, provocando un movimiento demasiado atrayente para el espectador. Luego giré y miré a los ojos al Rey, con seducción. Yo parecía una experta en esto, cuando nunca lo había hecho. El Rey solo me miraba y sonreía, parecía que... le había gustado.
Me acerqué más a él y moví mi cuerpo por completo cómo una ola, me agache mientras movía mi cuerpo de una manera muy sensual, nunca dejé de mirarlo a los ojos. Y él no dejaba de mirarme, solo me miraba a mí y ahí pude darme cuenta lo guapo que era.
Tenía unos ojos, que te miraban con una mirada tan profunda y penetrante que te hacían delirar. Y su cuerpo se veía tan bien trabajado, por encima de esa ropa, que me preguntaba si sería así por debajo de esta. Unas manos grandes bien masculinas y con tatuajes, rara vez se veían hombres con tatuajes. Sus labios rosados, jugosos, apetecibles. En pocas palabras; era un hombre perfecto. El sueño de toda mujer.
Mientras el me miraba bailar, con mi pañuelo cubrí parte de mi rostro y este solo podía ver mis ojos. Sabía que mis ojos eran muy bonitos, así que sabía que lo iba a seducir muy bien. Él se quedó mirándome, mordió su labio inferior de una forma tan sexy que me hizo estremecer mientras bailaba, me provocó, logrando que bajara la prenda que cubría mi rostro y la llevara a mis labios, la mordí ligeramente. El tomó un poco de su vino sin dejar de mirarme.
La música me dio la señal de que ya llegaría su fin, jugué con mi cuerpo, moví mis caderas de un lado a otro con mucha sensualidad. Caí al suelo en pose, para dar por terminado el baile.
Miré a los ojos al Rey, el me sonrió muy coqueto y yo igual a él. En un abrir y cerrar de ojos, este me lanzó un pañuelo rojo que cayó en mis manos.
Sorprendida alcé la mirada, para encontrar sus lindos ojos en los míos. Me dejó ver su dentadura, para levantarse y salir del salón de baile. Dejándome con una gran sonrisa en mi rostro.
¡Y sí! ¡¡le gustó!!
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Jungkook:
Esa chica era increíble, era tan hermosa, su cuerpo era precioso. Su rostro ni hablar. Su mirada era tan sexy, tentadora, que me era difícil no resistirme. La quería en mi cama y no podía esperar más. Quería ver que tan impresionante llegaba a ser. Jamás iba a olvidar cómo me miraba a los ojos tan coqueta, sexy y segura de sí misma. Sin duda alguna, la tenía grabada en mi mente.
__ Su alteza - me giré al escuchar esa voz, era Jackson -
__ Jack, te estuve buscando - le dije
__ Lo siento, ser el encargado del palacio lleva sus consecuencias, su majestad.
-- al decir eso no pude evitar sonreír-- Su majestad, vi que le gustó la francesa, le ha dado el pañuelo.
Yo sonreí.
__ No sabía que era de Francia
-- respondí sin creerlo ---Es muy linda...
__ Pues sí. Es linda su majestad, usted siempre con un excelente gusto- dijo sonriendo -
Yo reí bajito.
__ Muchas gracias- le dije en una sonrisa- Anda ve, sigue tú trabajo - le ordené y el hizo una reverencia para seguir su camino.
__ Veré si es cierto
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Narradora...
Mientras tanto por otro lado, se encontraba una hermosa mujer muy elegante, era fácil de deducir que era de la realeza. Esa hermosa tiara en su cabeza y esas joyas en su cuello, la delataban. Sin contar ese precioso vestido color pastel.
Ese pequeño niño que la acompañaba, movía sus pies de manera impaciente.
__ Mamá --- dijo el pequeño, llamando la atención de la mayor --- ¿falta mucho para llegar a ver a papá?...
La mayor lo miró con ternura para regalarle una sonrisa, pues si su hijo estaba impaciente; ¿como estaría ella?, llevaba años sin ver a su amado. Y solo quería que el carruaje se apresurara y le indicaran que ya había llegado, a su nuevo palacio.
__ No cariño, dentro de unas horas llegaremos a nuestro palacio. - le aseguró para acariciar el cabello del menor.
Solo faltaban horas para volver a ver a su amado.
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Katherine...
__ Tengo que felicitarte, lo hiciste muy bien. - me felicitó la dama -
_ Yo te dije que lo iba a conseguir.
- dije victoriosa, mientras caminábamos hacia las camas del Harén-
_ No te confíes, aún debes pasar por su cama y probar que eres más o lo que el esperaba- me recordó Elena.
__ Tranquila, sé lo que hago. - le aseguré.
Me sentía demasiado entusiasmada, por este logro.
Luego de hablar con las chicas, decidí acostarme y descansar, al día siguiente me esperaba un gran día, eh de confesar que tenía muchos nervios.
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Jungkook...
Después de la noche de baile, fui junto a mí madre a las puertas del palacio, para recibir a mi mujer y mí hijo. Hacía dos años no los veía.
__ ¿No estás entusiasmado por volverlo a ver? - preguntó mi madre con una sonrisa, mientras mantenía la postura.
Yo sonreí.
__ Extraño mucho ver a mi hijo, Sultana- le respondí.
Entonces las puertas se abrieron, dejando ver a esa mujer, quién es la madre de mi hijo y mi Concubina Real.
__ Jennie -- dijo mi madre mirando a la madre de mi hijo, Jennie se acercó y le da un beso en su mano --
Pero mi mirada se posó en ese pequeño niño de tan solo cinco años. Con tan solo verme, corrió hacia mí con emoción.
__Ven aquí Suho -- cargué a mi pequeño hijo de cabellera negra --- te extrañé, mi León - le hice saber para abrazarlo.
__ Yo también papá. - dijo con su voz infantil.
__ Su alteza -- llamó mi atención Jennie, quién me miraba con una sonrisa --
___ Jennie, ¿como has estado ? -- pregunté amablemente. ---
__ Ahora que lo veo, me encuentro mejor -- pues sí, ella estaba muy enamorada.-
Ella me miraba con coquetería.
__ Vamos Jennie, te llevaré a tu habitación -- intervino mi madre, Jennie me hizo una reverencia y se marchó con la Madre Sultana---
Sabía que ahora nada sería fácil, teniendo a mi primera esposa en mi Harén.
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CONTINUARÁ:
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