18
Jungkook
Me encontraba en mis aposentos, listo y perfumado para recibir a la concubina con la que sería mi compañera esa noche.
Mi madre y Jackson me habían enviado a una concubina para pasar la noche, no me iba a negar, estaba acostumbrado. Ser Sultán implicaba acostarse con cientos de mujeres, para poder otorgarle varios herederos a la Dinastía, no creía que Mi Nam tuviera problemas con eso.
Que equivocado estuve en ese entonces.
La puerta se abrió dejando ver a una linda mujer, no tanto como Mi Nam pero si lo suficientemente atractiva, para llamar la atención de un hombre.
La chica hizo una reverencia al estar frente a mí, lentamente se puso de rodillas para tomar mi túnica y besarla.
No sé en qué momento sucedió todo, solo sé que quería terminar...
●●●
Mi Nam...
- Tienes que despertar - me dijo mi madre-
-¿Por qué madre? es cómodo verte.
Ella negó.
- Tienes que levantarte Kathe- extrañaba tanto que me dijera así- No descuides a tú Sultán. Ve a por él...
Ladeé la cabeza confundida.
- ¿Porqué debería, mamá? - de repente ya no estaba mi mamá, ese bello rostro había desaparecido.
En su lugar apareció una chica, estaba de espaldas junto a Jungkook...
¿Jungkook?
No sé, solo sé que se veían muy amorosos.
Eso no me estaba gustando.
Corrí hacia ellos, pero por más que lo hacía no lograba alcanzarlo. ¿Qué pasaba? ¿Por qué no podía llegar? Me estaba frustrando.
- ¡¡¿Jungkook?!!- grité pero el no me escuchana-
Desapareció de mi vista junto a la chica y yo seguí gritando su nombre, gasta que sentí un fuerte dolor.
No sabía exactamente dónde era.
¿Mi vientre?
¿Mi pierna?
- ¡Mgh!- salió de mí.
....
-Ahhhh - dije al despertar agitada. Miré a todas partes, solo habíasido un sueño pero el dolor no.- ¡Elena! - me levanté como pude de la cama, sentía unas fuertes contracciones que tomaban hasta mi espalda baja. Empecé a buscar a Elena pero no estaba.
Salí de la habitación aún con dolor , era bajo vientre, muy intenso. Sentía que mi pierna derecha también era víctima. Llevé mis manos a mi vientre, me pesaba más de lo normal y mi pequeño bebé no dejaba de moverse.
Iba apoyándome de la pared hasta que sentí como algo líquido corría por mis piernas, era cómo si hubiera orinado.
- Ah - dije alarmada, abriendo mi boca y sintiendo mis piernas temblar- ¡ELE--Na!- alcé la voz, el dolor era intenso -
Cada vez más fuerte.
Había llegado al piso de las esclavas por lo que empecé a gritar, pero el dolor era tan insoportable que me tiré al suelo mientras gritaba y abría mis piernas, sentía que daría a luz ahí mismo, podía sentir como algo me empujaba mi parte íntima, tenía mucho miedo.
- ¡¡AYUDAAA!! - fué mi último grito en medio de sollozos, el cuál alarmó a las criadas que dormían porque inmediatamente todos salieron a los pasillos.
- Es Mi Nam...- escuché-...va a dar a luz - dijo una chica asustada- ¡SEHUN, Srta Lia! - dijo gritando
A los pocos segundos ambos aparecieron con sus trajes de dormir y con las caras soñolienta.
Bien. He despertado a todos y les arruiné el sueño. Pero mi hijo es más importante ahora.- pensé por un momento.
-Pero que demo... - no pudo ni terminar al verme ahí, tirada en el suelo gritando. - Por Allah.- llevó sus manos a su boca.
-¡¡Mi Nam!! - se acercó rápidamente a mí la señorita Lía - ¡AYÚDENME, LA CONCUBINA DEL SULTÁN HA ENTRADO EN LABOR DE PARTO.
Los guardias aparecieron a los minutos y me tomaron en sus brazos hasta mi habitación.
Me dejaron en la cama mientras sentía que mi vida se iba. Que dolor.
-Hay señorita Lia, que dolor - dije agarrando fuertemente a las sábanas. Ella me miró con comprensión.
- Tranquila, respira hondo - asentí- Traigan paños, agua caliente y a la Doctora de inmediato-
- Aghh~ - el dolor era increíblemente terrible - ¡¡¡Jungkook!!! ¿Dónde estás amor mío? - dije llorando del Dolor.
- Mi Nam, ahora vas a pujar fuerte- se puso entre mis piernas, abriendo estas dejando mi intimidad expuesta- Para que podamos ayudarte- dijo y asentí con mucho miedo -
Me pusieron un trapo en la boca, para que lo mordiera.
- ¡¡¡¡¡Ahhhhhhhhhhh!!!!!
●●●
Madre Sultana:
Era tan tarde y yo aún estaba despierta, iba a acostarme, estaba muy cansada pero la puerta fue tocada arruinando la decisión tomada.
- Adelante - la puerta se abrió dejando ver a Choi
-Sultana, perdón por interrumpir - se veía agitada- Mi Nam está dando a luz
Eso me sorprendió mucho.
Mi próxima nieto o nieta ya estaba en camino, conocería el mundo. Y a pesar de venir del vientre de una mujer insolente cómo Mi Nam, ellos yacían con mi sangre en sus venas.
- Vamos ahora mismo hacia allá.- sentencie con una sonrisa- Avisale a Jennie, tiene que estar presente.
●●●
NARRA MI Nam...
Estaba sudada, el rostro lo tenía rojo y el cabello revolcado y con un dolor que cada vez incrementa el triple. Las piernas me temblaban.
-Las contracciones ya son cada un minuto, esta bien dilatada. - comentó la partera. Llevábamos horas en esta habitación.
Lía me secaba el sudor con un pequeño paño, que mojaba con agua cada vez que podía, mientras yo sentía mis piernas debilitarse.
- Quiero que ahora mismo puje lo más fuerte que puedas - me dijo la partera mirándome.
- Acaso n...- estaba dispuesta a quejarme. ¿Que no estaba pujando lo suficiente?- AGHHH JODER...AHHHHHH - que dolor más insoportable
-De nuevo srta Mi Nam, más fuerte- palmeo mi muslo, dejando rastro de mi propia sangre.
-Mmmgghjh - De repente sentí un vacío en mi barriga. El dolor cesó, dejé caer mi cabeza en la almohada totalmente exhausta- Agh...- salió de mí un suspiro de alivio.
- Lo lograste - sonrió Lia ante sus palabras, hasta que miró a la partera con mi hijo en brazos y su sonrisa se extinguió-
Fruncí el ceño.
- ¿Que pasa? - dije preocupada - ¿Es un varón? - nadie decía nada- ¿Que es lo que pasa?- volví a preguntar- ¿Es varón?
Pero me callé al ver que mi hijo no lloraba y la partera empezaba a darle reanimación para que reaccionara pero no lo hacía.
¿Acaso...?
No, no.
No era posible.
-¿Que le pasa a mi hijo? - pregunté al borde del llanto, bueno llorando-
La partera se veía preocupada.
Comencé a sollozar.
- Agh... No... N-No...- salió de mí con miedo, la voz se me quebró- Vamos despierta. ¡DESPIERTA!- grité con dolor intentando levantarme pero Lía no lo permitía.
¡¡Oh Allah, no me quite a mi pequeño!!
Por favor padre, no me abandone, no me arranque esta felicidad...- no podía dejar de gritar mientras Lía me sostenía las manos. Sentía que moría, estaba muriendo.
Como si fuera un milagro mi hijo empezó a llorar fuertemente, con el llanto característico de los bebés. Me quedé quieta, totalmente neutra. Pero de repente reí, reí entre lágrimas mirándolo llorar con tanta euforia.
- Gracias Señor...- agradeci.
-¡FELICIDADES! - dijo la doctora caminando hacia mí- Es un hermoso varón - al escuchar eso no pude estar más que contenta, tranquila - Ten, alimentalo.
Me lo entregó en mis brazos y les juro que me estremecí de la ternura, era tan chiquitito, sus manitos eran pequeñas, su boquita estaba entreabierta y sus ojitos me miraban con un brillito tan hermoso. Les juro que mi corazón latía con fuerza. Fué una extraña sensación que se apoderó de mí. Sentí un sentimiento que nunca había experimentado.
-Mi príncipe - salió de mis labios apreciando su rostro- Mi primogénito, mi salvación... - no me pude aguantar y besé su frente. Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas.
-Felicidades Mi Nam - yo sonreí ante lo dicho por Lía, hasta que entra la Madre Sultana.
Todos le hacen una reverencia y ella me miró, bueno, a mí no. A mi pequeño. Se acercó con una sonrisa.
- Oh por Allah - exclamó para detenerse frente a mí, contenta- ¿Niño o niña?- le preguntó a Lía con curiosidad.
- Es un príncipe, Sultana - respondió y ella sonrió para mirar a mi bebé.
- Un nuevo príncipe ha llegado.- canturrea con una sonrisa- Avisenle a las esclavas y repartan dinero...- desvió la mirada hacia Lía-...que Corea se entere de la llegada del nuevo príncipe- dijo con mucha emoción para finalmente, mirarme- Felicidades Mi Nam.
Sonreí totalmente agradecida por la manera en la que recibía a mi hijo e incluso por cómo me trataba a pesar de todo.
-Gracias Sultana - agradeci para verla nuevamente mirar a Lía.
- Avisenle a Jungkook...
●●●
Jennie...
Estaba desesperada, ansiosa y nerviosa. Solo esperaba que fuera una niña porque un varón sería mi ruina.
Solo eso deseaba. Me quedé acariciando el cabello de mi hijo que dormía plácidamente en la cama. Mi corazón se sentía inquieto.
- Sultana- dijo Mina entrando a la habitación-
- ¿Y? - pregunté levantándome de manera rápida, esperando su respuesta con mucha intriga.
Ella tragó fuertemente.
- Es un príncipe, Sultana - al decir eso el mundo se me vino encima-
- No... puede ser - dije mientras las lágrimas salían, ni siquiera me dio tiempo a asimilarlo. Las lágrimas no pidieron ni permiso. - ¿Como puede tener un varón?- cuestioné perdiendo mi mirada en algún rincón de la habitación.
-Sultana, la Madre Sultana dice que debe ir...-me recordó. Volví a mirarla con seriedad, mientras las lágrimas paraban en mis labios.
- No iré...- sentencie- ... ¿cómo me pi-de ir ahí cuando ella es la causante de mis pro-problemas, y ahora le ha dado un príncipe a su alteza? - le dije llorando, sintiendo mi corazón partirse en dos-
-Lo sé Sultana... - se acercó a mí- ...pero sabe que la Madre Sultana tiene razón, no puede dejar que esa concubina vea que la llegada del nuevo príncipe le afectó.- lo pensé por unos segundos.
Ella tenía razón, tenía que ir y demostrarle que esto no me detendría aunque por dentro estuviera destrozada.
- Además, así su alteza verá que a pesar de las cosas le sigue teniéndo respeto...- sus palabras tenían sentido para mí en ese momento.
Yo asentí para llevar mis manos a mi rostro y comenzar a limpiar cualquier rastro de lágrimas.
- Voy a cambiarme...
●●●
Jungkook...
Había terminado con la Concubina y tan pronto eso sucedió, le pedí que se retirara. Me sentía extraño, no me satisfacía.
Estaba en mi escritorio, creando una nueva joya para una hermosa Rosa. Digamos que dejé atrás tanto estrés con una noche algo agitada que no fué lo que realmente deseaba.
Me concentré demasiado en mi nueva joya, no sabía si hacerla de esmeralda o rubíes.
La puerta fue tocada, haciéndome olvidar mi pequeño debate mental. A los pocos segundos esta se abrió, dejando ver a Lía.
Tan pronto la miré, hizo una reverencia.
-¿Que sucede? - le pregunté
- Su alteza, la señorita Mi Nam acaba de dar a luz a un príncipe - su comunicado me dejó anonadado pero al mismo tiempo impactado, conmocionado-
Dejé a un lado mis instrumentos y piedras hermosas para levantarme de mi asiento dispuesto a caminar hacia la salida.
-Un nuevo príncipe- expresé contento - Anda vamos - le dije y salimos directo a los aposentos de mi bella Mi Nam...
.
.
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Al entrar pude ver a mi esposa con nuestro hijo en brazos, todos menos mi madre me hicieron una reverencia. Me acerqué a Mi Nam, viéndola sonreírme.
Pero la verdad era que esa sonrisa, me hizo sentir culpable. Quizás de mis actos...
- Mi Nam - le dije sonriendo para sentarme a su lado, en el borde de la cama una vez estuve frente a ella.
- Su alteza...- salió de sus labios de manera hermosa- ...¿dónde estaba? - me preguntó sonriendo- ¿Estaba durmiendo mientras daba a luz a nuestro príncipe? - indagó con una sonrisa.
Me sentí incómodo en ese momento. Sintiendo las miradas entre nosotros y ella haciéndome esa pregunta.
Si supieras Mi Nam, si supieras.
-Si - no dejaba de mirar a mi hijo, era tan pequeñito -
-Tome - me dijo- Cargue a su hijo - ella sonrió y yo lo tomé en mis brazos inmediatamente.
Estaba tan pequeñito, con esos labios haciendo un pequeño pero durable puchero. Demasiado tierno. La textura de su piel, se veía tan suave.
Era tan bello, tan pequeñito.
- Mi León. - exclamé sin dejar de mirarlo- Tú serás mi León. - Mi Nam sonrió.
En eso entró Jennie, robando la atención de todos. Su mirada era decayente, pero aún así demostró ser fuerte.
Ella se acercó a mí, miró al bebé y dejó un broche para el mal de ojo. Este era dorado con un escrito en negro.
- Allah bendiga al nuevo príncipe - dijo con una sonrisa forzada -
- Amén...- salió de mis labios para mirarla.
- Hijo mío. - miré a mi madre- ¿Cuál será el nombre de este pequeño?- preguntó mi mamá con una bella sonrisa -
Sonreí con satisfacción.
-Jeon Seul - dije mirando a mi hijo. Viendo cómo se movía en mis brazos- Tu nombre será; ¡Jeon Seul!
CONTINUARÁ...
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