17
Kim Mi Nam...
-Señorita Mi Nam, venga conmigo- me levanté de mi puesto y caminé hacia ella como puede-
Era la señorita Lía, encargada del Harén.
- ¿Que sucede señorita? - dije moviendo un poco mi cabeza mientras la miraba - ¿Piensas ponerme a trabajar en este estado ? - le pregunté señalando a mi vientre-
Ella negó con la cabeza mientras abultaba los labios
- Que cosas dices mujer... - exclamó- La Madre Sultana te ha obsequiado tus propios aposentos - confesó para sonreír.
Ladeé la cabeza algo desconcertada.
-¿Qué? - salió de mis labios, sonriendo y moviendo levemente mi cabeza.
- Ya dentro de unos días darás a luz y debes tener tus aposentos, incluso criadas a tu disposición así que elige las que quieras - eso era un gran avance -
Dejé salir el aire, para sonreír con victoria.
- Finalmente tengo criadas y ya dejo de ser una- dije contenta, ella rodó los ojos con diversión- No tengo que pensarlo, si por criada se trata quiero que sea Elena...- respondí totalmente segura- ¿Quién mejor que ella, a quién quiero cómo una hermana?
- Buena elección- me dijo sonriendo- Tendrás a Elena a tus servicios.
Asentí contenta.
- Anda, vamos a ver mis aposentos - le pedí extendiendo mi brazo para que lo tomara y así lo hizo en medio de una sonrisa.
Caminamos al piso de las Sultanas, captando la atención de varias personas. Entramos a lo que se suponía qué serían los aposentos de MI persona. Los que me pertenecían.
Tan pronto mis ojos captaron su interior, quedé enamorada.
- Allah bendito - dije mirando a todos lados. Eran colores carmesí, que dejaban la habitación en un estado cálido- ¿Estos son mis aposentos? -le pregunté y ella asintió Me encanta. - confesé.
- Me alegra- respondió-...ahora empezaremos a trasladar tus cosas hacia acá y traeremos a las criadas. Mientras disfruta un poco. - asentí contenta, ella dio la vuelta y salió -
Finalmente comenzaba a ascender. El próximo paso era ganarme a la Madre Sultana. Quería llevarle bien con todos.
- Mira pequeño- dije tocando mi vientre con delicadeza- Mamá ya tiene sus propios aposentos - comenté sonriendo- Mamá ya desea verte cariño... - mis hormonas, estaba poniéndome sentimental de solo imaginarlo-...muero por tenerte en mis brazos y tocar tus manitos...- mi mirada se perdió por un momento.
En eso me pateó.
Inmediatamente miré mi vientre cubierto por el vestido.
- ¿Tu también me quieres ver cariño?- le pregunté sonriendo - Ya pronto, pero no seas malo con mami - no me hagas sufrir mucho durante el parto...
●●●
Elena :
- Sehun - llamé una vez lo vi, parecía apurado- Necesito un favor tuyo - le dije -
Dejó salir el aire.
-Anda dime rápido, no tengo todo el día- contestó prestando toda su atención-
Iba a dar un paso muy grande. Pero me cambiaría la vida. Debía asegurar también mi futuro, ¿verdad? No quería estar toda la vida limpiando pisos.
-Quiero volverme parte de las concubinas...- dije finalmente, sorprendiéndolo.
- Veo que te lo has pensado - asentí -Pensé que dirías que no por Mi Nam.
Pues el me había dicho de volverme concubina del Rey y darle un hijo también.
Y pensé que no era mala idea. Así puedo tener mi propia familia y ser Sultana. Tal cómo quizás lo será Mi Nam. Quizás algún día pueda estar en los aposentos del Sultán, cómo ella.
Me gustaría estar con el Sultán. Mi Nam me cuenta tantas historias de ellos dos, me dice que el Sultán es muy caballeroso y un León en la cama.- pensaba mientras miraba a Sehun.
En ese palacio solo podía estar con el Sultán, así que, ¿por qué no entregarme a el y así tener mi familia y ser Sultana?
Tal vez me vaya muy bien, así como a Mi Nam.
Podré tener mis aposentos, al Sultán a mi lado. - no podía dejar de pensar.
- Ven acompáñame. - pidió- Te ayudaré a formar parte de las Concubinas.
Asentí y lo seguí.
●●●
Jackson:
-¿Le gusta mucho su majestad? - estaba hablando con su majestad acerca de la concubina esa. Concubina que tanto dolor de cabeza que había otorgado desde que entró a los aposentos del Sultán.
El Sultán y yo, solíamos tener una gran relación. Nunca me gritaba al no ser por algo del imperio. Nosotros éramos cómo hermanos desde que nos conocimos a los quince años. Ya teníamos veinticuatro, nunca pasábamos por discusiones por ninguna mujer que su majestad tuviera. Hasta que llegó ella...
- Me encanta - pude ver ese brillo en sus ojos al hablar de ella - Ella es tan bella, tan perfecta. - su mirada hasta se perdía - Me ha enamorado Jackson.- me miró con una sonrisa resplandeciente.
-Me... alegra saber eso - dije tratando de sonreír-
- Ella es una Diosa...
Necesitaba alejarla de su majestad lo antes posible. Ojalá esa tal Elena haya sido inteligente de aceptar ser parte del Harén.
- ¿Y ya se la mostró a sus hermanos? ¿Los príncipes la conocen?- indague.
- Oh no - respondió- Les prometí que los presentaría, pero con todo esto no he podido.- confesó- Esperaré a que haya otra reunión de la corte, que se vean en la obligación de salir de sus ciudades.
-Entiendo. - dejé salir el aire- Alteza, es la hora de ir a la reunión de consejo.
- Claro, vamos.
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Jungkook
- Esta campaña, fué todo un éxito alteza - asentí mientras escuchaba atentamente al Visir- Sin embargo, se quedó inconclusa la del Rey Damián.
-Eso es algo que resolveremos en la próxima campaña dentro de unos dos meses.- respondí desde mi trono. Tenía mies piernas abiertas, una mano descansaba en mi muslo derecho, exactamente la mano derecha. Mientras la otra permanecía en el empezar del muslo.
- Debemos preparar todo su majestad, un simple error podría ocasionar la derrota.- comunicó el Consejero Real.
Pasaron varios minutos, dónde planeamos cómo sería el siguiente golpe.
Al dar por terminada la reunión del consejo iba a marcharme pero el Consejero Real me detuvo.
- Su majestad. - detuve mi andar- Me gustaría hablar con usted - yo asentí-
- ¿Que deseas? - pregunté amablemente-
El bajó la mirada.
- La madre Sultana... - asentí invitándolo a seguir- Hace tiempo le prometió a mi hijo una esposa, esta mujer captó su atención...
Ladeé la cabeza.
- Y ¿cuál es el problema? - pregunté sin entender.
-La madre Sultana nos dijo que la chica enfermó, su alteza...- Finalmente me miró-...nos aseguró que tan pronto se recuperara la enviaría pero ha pasado ocho meses y no hay noticias de la mujer- fruncí el ceño al ver su preocupación. -Y mi hijo está muy enamorado. - confesó- Quisiera saber que pasó con la chica, su majestad. Si usted me lo permite.
- Oh, está bien. Dime el nombre, así la enviaré inmediatamente junto al enamorado- le dije sonriendo.
Sonrió.
- Mi Nam...- sentí mi corazón dar un vuelco- ...la francesa Mi Nam - al escuchar eso la sonrisa se me borró de inmediato.
- ¿Has dicho Mi Nam? - le pregunté totalmente serio...
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Madre Sultana:
- Sultana , estás telas son de Egipto y Venecia. Son telas muy finas- aclaró la señorita Choi.
- asentí- Nunca había visto telas tan finas
- Si Sultana - habló Jennie, quién estaba sentada en el suelo sobre un cojín, admirando las telas- Sabe, este color es muy hermoso, quedará bien con usted - dijo mostrándome una tela color rojo vino.
Negué con una sonrisa.
- Pero eso no es para mí querida, eso debe ser para jovencitas... - le recordé-... mejor llamamemos a Yuna para que elija -
-Sultana, su belleza es hermosa - me confesó con una sonrisa- Los años no pasan por usted. - me dice con una sonrisa.
No pude evitar sonreír. Iba a hablar, pero la puerta fué abierta bruscamente de repente. Jungkook, hizo presencia, se veía enfadado, todas se levantaron e hicieron una reverencia tan pronto lo vieron.
-¡¡Salgan todas!! - grité totalmente enfurecido. Lo miré sin entender desde mi asiento, viéndolo caminar hacia mí. Jennie me dio una mirada rápida, estaba preocupada y exaltada. Ladeé la cabeza diciéndole que saliera.
Todas salieron sin entender, sobre todo Jennie.
-¿Por qué lo hiciste? - cuestionó con la voz demandante- Te aprovechaste de mi ausencia para dar órdenes - su rostro estaba serio, su mandíbula apretada y sus ojos dejaban ver la furia que sentía en ese momento-
Yo me levanté rápidamente del asiento y lo miré de la misma manera.
- ¿Como te atreves a entrar así? - pregunté totalmente disgustada- ¿E incluso hablarle de esa manera a tu madre? - le pregunté sin entender.
El dio un paso hacia mí para llevar su mano hacia mi dirección e incluso apuntarme con su dedo índice de manera acusadora.
-¡¡¿Cómo pudiste pensar en entregar a Mi Nam a otro hombre cuando yo ni siquiera estaba?!!- ante esa pregunta me quedé totalmente estupefacta.
¿Cómo se enteró?
-¿Quién te dijo eso? - le pregunté-
-El Consejero Real me lo dijo. - su mandíbula estaba muy tensa. La vena de su frente se notaba- Bae Myung - salió de sus labios el nombre del hijo del consejero- ¡ESTÁ ENAMORADO DE ELLA! ¡DE MI MUJER!- dijo alzando la voz- Madre, esto no es lo que haría una Sultana.- sentenció con decepción.
- Cálmate Jungkook.- le pedí tratando de sonar serena- El Consejero Real habló conmigo primero, tú estabas en la campaña y yo le prometí que le buscaría una novia digna - debía salvarme. Si alguien tenía que sacrificarse, obviamente no sería yo- Después me enteré del embarazo de Mi Nam...
Jungkook dejó salir una risita irónica.
- Madre, Mi Nam es mi esposa - esta mujer me tiene harta. La manera en la que Jungkook me habla por esa pequeña serpiente, me hervía la sangre- - Y la madre de mi futuro hijo y Sultana. Ya todos deberían saber eso - espetó con furia.
- Bueno... si no renuciarás a Mi Nam, por el hecho de que está embarazada...- el asintió esperando que terminara de hablar- ...que anuncien en todo Corea, sobre todo en Busan que Mi Nam es tu esposa - ya estaba sumamente enojada también- Que todos lo sepan.
Él sonrió con enfado.
- Se los diré a todos un día. No se preocupe, Sultana - sentenció para marcharse.
Una vez las puertas se cerraron, me dejé caer en el sofá. Todo se me había salido de control.
Yo me quedé ahí procesando todo, se atrevió a enfrentarme solo por esa maldita mujer.
Debía hacer que se alejara de ella y necesitaba la ayuda de Jackson.
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Elena
Estaba muy tranquila en la habitación de Mi Nam, ahora era su sirvienta de mayor confianza. Yo diría que su mano derecha.
- Señorita Elena - dijo entrando a los aposentos.
- ¿Que sucede Sehun? - le pregunté acercándome a él con sigilo.
-Shhh - llevé sus dedos a sus labios- Hoy en la noche...- comenzó a susurrar-...cuándo se duerma Mi Nam, quiero que vayas a los baños y te prepares.- fruncí el ceño.
¿A los baños?
- ¿A altas horas de la noche?- pregunté por lo que el asintió- ¿Eso por qué?- indagué.
- Irás a la habitación de su majestad esta noche - dijo con perversidad en sus palabras, mientras miraba a su alrededor.
-De verdad? - pregunté algo nerviosa e impactada-
-Sí.- afirmó-...ahora asegúrate de dejarla durmiendo y que no se entere de que irás a verle - yo asentí contenta y el salió-
Esta era mi oportunidad, lo sentía Mi Nam pero también quería crear una familia, forjar mi futuro.
No creo que te enojes porque compartamos el mismo hombre, además somos amigas, casi hermanas- pensé.
- Elena - escuché de repente, me sobresalté un poco pero pude disimularlo. Me volteé y la vi caminar hacia la cama, tratando de sostener su vientre con sus manos- Ven aquí anda - me acerqué en el momento que ella se sentó en la cama- Siéntate a mi lado - le hice caso -¿No estás contenta?- me preguntó.
Estaba más que contenta. Pero no podía compartirte mi felicidad, no aún.
- Sí - le sonreí-
Ella llevó sus manos a las mías para tomarlas. Miré ese gesto para luego mirarla a ella.
-Te prometo que cuando de a luz te llevare al jardín privado además serás mi dama de confianza - me dijo sonriendo - Eres mi única amiga aquí, te mereces lo mejor.- confesó- Y quiero que sepas que para mí no eres una criada, eres mi hermana- me hizo saber- Serás la segunda madre de mis hijos, porque solo confiaré en tí para dejarlos con alguien. Eres especial para mí, no lo olvides. Cuentas con mi apoyo y amistad.
- Gracias Mi Nam... Gracias- pero eso no me era suficiente...
CONTINUARÁ....
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